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14 María Augusta Vintimilla
mo pura potencia, cuya actualización consiste en retrotraerse a su potencialidad original»,
un objeto susceptible de manipulación, «sobre el cual es imperioso insistir
con el trabajo hasta dar con el principio de su estricta exigencia estructural»; y con
la convicción –fundamentada en la anterior– de que, tratándose de la poesía, el trabajo
poético cuenta más que el producto acabado; actitud ante la escritura que le lleva
a «cultivar ese gusto perverso por la reasunción indefinida y esa complacencia
por el estado reversible de las obras».1 La insistencia en el texto como «objeto», heredera
de las vanguardias por el énfasis en el principio constructivo del poema que
rompe con los mecanismos de la representación clásica, conduce hacia la concepción
moderna de la autonomía del texto poético como mecanismo productor de sentidos.
Nuestro trabajo se propone una lectura interpretativa de la escritura poética
de Efraín Jara para dibujar sus líneas de continuidad y sus rupturas internas, su particular
modo de inscribirse en el movimiento poético ecuatoriano e hispanoamericano.
No se trata, sin embargo, de un recuento exhaustivo de los temas, símbolos y
procedimientos retóricos desplegados en su obra, sino de algo más modesto: encontrar
los nudos vertebradores de su poética en tanto lectura descifradora del mundo
que, en el mismo gesto de proponer una forma de inteligibilidad del mundo, configura
también su propia subjetividad enunciadora, y propone un modo de relacionase
con el lenguaje, con el juego de tensiones que subyace entre las posibilidades e
imposibilidades del decir en la escritura poética.
2. DEL MODERNISMO A LA VANGUARDIA
La escritura poética de Efraín Jara Idrovo se inicia hacia mediados de la década
de los años cuarenta, inscrita en una tradición de la poesía ecuatoriana que
hunde sus raíces en el modernismo, el posmodernismo y las vanguardias, para instalarse
después en el movimiento poético hispanoamericano contemporáneo.
El primer ciclo de su producción abarca los poemas escritos entre 1945 y
1970, recopilados en el volumen El mundo de las evidencias, en cuya poética y retórica
se dejan sentir, todavía próximas, las voces de lo que Jara iba construyendo
como su tradición: el modernismo y el posmodernismo, la irrupción vanguardista, y
con ellos las voces mayores de Neruda, Carrera Andrade, Gonzalo Escudero, Cé-
sar Dávila.
El movimiento modernista implicó una ruptura de gran significación en el
proceso literario y cultural de América Latina porque propició la renovación sustan-
1. Efraín Jara, «Confidencias preliminares», introducción a El mundo de las evidencias, Cuenca, Casa de la
Cultura,1984,p.17.