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13.05.2013 Views

32 Fenomenología y filosofía de la religión ten y actualizan 51 . Aunque tienen en cuenta los datos históricos, los juzgan insuficientes porque no son más que medios o vehículos del elemento de repetición que los caracteriza como religiosos. Antecedente inmediato de esta tendencia es el comparativismo, procedimiento empleado ya por los primeros historiadores grecorromanos y renovado con algunas variantes por la Ilustración. Últimamente fue introducido de forma definitiva en la historia de las religiones por Max Muller, que extrapola las semejanzas de orden lingüístico al campo religioso con el fin de detectar una unidad estructural. Como señala M. Meslin, la comparación de mitos, de rituales y de epopeyas revela una semejanza estructural de pensamiento y de conducta que se proyecta en la reflexión sobre el mundo y en la concepción de la divinidad 52 . En cuanto a los representantes de la corriente estructurológica, especialmente M. Eliade y G. Dumézil, debemos reconocer que se esfuerzan denodadamente por identificar las estructuras religiosas que consideran atemporales en sí mismas. Por eso, en opinión de M. Eliade, el estudioso de la religión «está obligado a aislar la estructura del comportamiento religioso tal como se deja captar entre multitud de situaciones» en oposición a lo profano 53 . 3. Tendencia historiológica. A diferencia de las dos tendencias anteriores, esta tendencia cifra el estudio de la religión en su aspecto histórico. Es ésta la única dimensión que puede ser considerada objeto de conocimiento científico. Por eso sus seguidores se ocupan de la génesis, del desarrollo y de las etapas de la religión, prescindiendo de su sentido específico y de su estructura íntima, porque son aspectos que no caen dentro del radio de acción del método positivo. Según estos autores, la religión es un fenómeno específico e irrepetible que nace y se desarrolla en el seno de una cultura determinada con independencia de cualquier realidad heterónoma. Es resultado del proceso histórico de la comunidad humana y su estudio pertenece a las ciencias del espíritu, como las entendía Dilthey 54 . Con el fin de obtener un conocimiento más exacto de esta tendencia, hacemos una breve reseña histórica de la misma. Nace en Viena a finales del siglo pasado de la mano del P. W. Schmidt, aunque ya antes M. Muller había investigado el origen histórico de las religiones basándose en el lenguaje. El reclamo de Muller es atendi- 51 Cf. ID., La nostalgie des origines, Métholologie et histoire des religions (París 1971), 33-34, 102. Cf. M. MESLIN, Pour une science..., ed. c, 153-154. 53 M. ELIADE, Mefistófeles y el andrógino (Madrid 1962), 254. 54 Cf. R. PETAZZONI, «Introduzione alio studio della religione greca», en Studi e Materiali di Storia delle Religione 23 (1951-52), 20-23. C. 1. Marco de las ciencias de la religión 33 do primeramente por F. Ratzel y de manera especial por los componentes de la escuela de Viena con el fin de contrarrestar y subsanar los errores del evolucionismo religioso. El P. Schmidt está convencido de que la religión es una actividad humana histórica, cuyo conocimiento solamente se obtiene determinando su origen y desarrollo contextual, a saber, empleando el método histórico que consta de estos tramos: comparación de datos de una misma unidad cultural, diferenciación de estratos cronológicamente ordenados, relación entre diversas culturas, cronología de estas relaciones en la evolución de la humanidad 55 . Siguiendo estos pasos, W. Schmidt distingue tres etapas en la civilización primitiva: predadores (primaria), cultivadores (secundaria), predadores-cultivadores (derivación y mezcla de las anteriores). Estos ciclos culturales, además de dar a conocer el régimen social y económico, permiten determinar la forma de religiosidad que se practica y el área geográfica de su desarrollo. Con estos datos a la vista, Schmidt llega a la conclusión de que la forma primitiva de religión es el monoteísmo o creencia en un Ser supremo. «Este Ser supremo se encuentra en todos los grupos de pueblos de la cultura primitiva, aunque no en todos con la misma naturaleza y fuerza: en todos, sin embargo, con fuerza bastante para poner fuera de duda su sitio prominente» 56 . Resumiendo: los seguidores de la tendencia historiológica defienden que solamente insertando la religión en la historia y en la cultura es posible comprenderla adecuadamente y dotar de carácter científico a su estudio. 4. Tendencia sociológica 51 . Inspirados en el pensamiento de A. Comte (1798-1857), los seguidores de esta tendencia centran su atención en los aspectos sociales de lo religioso, como único campo de conocimiento científico. Ninguna otra dimensión es susceptible de ciencia porque es fruto de la especulación teológica o del sentimiento místico, inverificable por la experiencia. Apoyado en los principios comtianos, E. Durkheim (1858-1917) aborda el estudio de la vida religiosa de los pueblos primitivos, sobre todo el totemismo australiano, llegando a la conclusión de que 55 Cf. W. SCHMIDT, Manual de la historia comparada de las religiones. Origen y formación de la religión. Teorías y hechos (Madrid 1921). Cf. J. MARTÍN VELASCO, Introducción a la fenomenología de la religión (Madrid 1982), 39-42. 56 Ibid., 253. Comparten esta opinión H. PINARD DE LA BOULLAGE, Estudio comparado de las religiones II (Barcelona 1964), 83-146. R. PETAZZONI, «II método comparativo», en Numen 6 (1959), 110. 57 Interesan M. MESLIN, Pour une science..., ed. c., 56-110; J. MATTES, Introducción a..., ed. c, 13-16; J. RÍES, LO sagrado..., ed. c., 19-26; J. MARTÍN VELASCO, Introducción a..., ed. c, 35-39.

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ten y actualizan 51 . Aunque tienen en cuenta los datos históricos, los<br />

juzgan insuficientes porque no son más que medios o vehículos <strong>de</strong>l<br />

elemento <strong>de</strong> repetición que los caracteriza como religiosos.<br />

Antece<strong>de</strong>nte inmediato <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia es el comparativismo,<br />

procedimiento empleado ya por los primeros historiadores grecorromanos<br />

y renovado con algunas variantes por <strong>la</strong> Ilustración. Últimamente<br />

fue introducido <strong>de</strong> forma <strong>de</strong>finitiva en <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>religion</strong>es<br />

por Max Muller, que extrapo<strong>la</strong> <strong>la</strong>s semejanzas <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n lingüístico<br />

al campo religioso con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>tectar una unidad<br />

estructural. Como seña<strong>la</strong> M. Meslin, <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> mitos, <strong>de</strong><br />

rituales y <strong>de</strong> epopeyas reve<strong>la</strong> una semejanza estructural <strong>de</strong> pensamiento<br />

y <strong>de</strong> conducta que se proyecta en <strong>la</strong> reflexión sobre el mundo<br />

y en <strong>la</strong> concepción <strong>de</strong> <strong>la</strong> divinidad 52 .<br />

En cuanto a los representantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> corriente estructurológica,<br />

especialmente M. Elia<strong>de</strong> y G. Dumézil, <strong>de</strong>bemos reconocer que se<br />

esfuerzan <strong>de</strong>nodadamente por i<strong>de</strong>ntificar <strong>la</strong>s estructuras religiosas<br />

que consi<strong>de</strong>ran atemporales en sí mismas. Por eso, en opinión <strong>de</strong> M.<br />

Elia<strong>de</strong>, el estudioso <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión «está obligado a ais<strong>la</strong>r <strong>la</strong> estructura<br />

<strong>de</strong>l comportamiento religioso tal como se <strong>de</strong>ja captar entre multitud<br />

<strong>de</strong> situaciones» en oposición a lo profano 53 .<br />

3. Ten<strong>de</strong>ncia historiológica. A diferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dos ten<strong>de</strong>ncias<br />

anteriores, esta ten<strong>de</strong>ncia cifra el estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión en su<br />

aspecto histórico. Es ésta <strong>la</strong> única dimensión que pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada<br />

objeto <strong>de</strong> conocimiento científico. Por eso sus seguidores se<br />

ocupan <strong>de</strong> <strong>la</strong> génesis, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s etapas <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión,<br />

prescindiendo <strong>de</strong> su sentido específico y <strong>de</strong> su estructura íntima, porque<br />

son aspectos que no caen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l radio <strong>de</strong> acción <strong>de</strong>l método<br />

positivo.<br />

Según estos autores, <strong>la</strong> religión es un fenómeno específico e irrepetible<br />

que nace y se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> en el seno <strong>de</strong> una cultura <strong>de</strong>terminada<br />

con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cualquier realidad heterónoma. Es resultado<br />

<strong>de</strong>l proceso histórico <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad humana y su estudio pertenece<br />

a <strong>la</strong>s ciencias <strong>de</strong>l espíritu, como <strong>la</strong>s entendía Dilthey 54 .<br />

Con el fin <strong>de</strong> obtener un conocimiento más exacto <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia,<br />

hacemos una breve reseña histórica <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma. Nace en<br />

Viena a finales <strong>de</strong>l siglo pasado <strong>de</strong> <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l P. W. Schmidt, aunque<br />

ya antes M. Muller había investigado el origen histórico <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

<strong>religion</strong>es basándose en el lenguaje. El rec<strong>la</strong>mo <strong>de</strong> Muller es atendi-<br />

51<br />

Cf. ID., La nostalgie <strong>de</strong>s origines, Métholologie et histoire <strong>de</strong>s <strong>religion</strong>s (París<br />

1971), 33-34, 102.<br />

Cf. M. MESLIN, Pour une science..., ed. c, 153-154.<br />

53<br />

M. ELIADE, Mefistófeles y el andrógino (Madrid 1962), 254.<br />

54<br />

Cf. R. PETAZZONI, «Introduzione alio studio <strong>de</strong>l<strong>la</strong> <strong>religion</strong>e greca», en Studi e<br />

Materiali di Storia <strong>de</strong>lle Religione 23 (1951-52), 20-23.<br />

C. 1. Marco <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ciencias <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión 33<br />

do primeramente por F. Ratzel y <strong>de</strong> manera especial por los componentes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> <strong>de</strong> Viena con el fin <strong>de</strong> contrarrestar y subsanar<br />

los errores <strong>de</strong>l evolucionismo religioso. El P. Schmidt está convencido<br />

<strong>de</strong> que <strong>la</strong> religión es una actividad humana histórica, cuyo conocimiento<br />

so<strong>la</strong>mente se obtiene <strong>de</strong>terminando su origen y <strong>de</strong>sarrollo<br />

contextual, a saber, empleando el método histórico que consta <strong>de</strong><br />

estos tramos: comparación <strong>de</strong> datos <strong>de</strong> una misma unidad cultural,<br />

diferenciación <strong>de</strong> estratos cronológicamente or<strong>de</strong>nados, re<strong>la</strong>ción entre<br />

diversas culturas, cronología <strong>de</strong> estas re<strong>la</strong>ciones en <strong>la</strong> evolución<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> humanidad 55 .<br />

Siguiendo estos pasos, W. Schmidt distingue tres etapas en <strong>la</strong><br />

civilización primitiva: predadores (primaria), cultivadores (secundaria),<br />

predadores-cultivadores (<strong>de</strong>rivación y mezc<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s anteriores).<br />

Estos ciclos culturales, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> dar a conocer el régimen social y<br />

económico, permiten <strong>de</strong>terminar <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> religiosidad que se<br />

practica y el área geográfica <strong>de</strong> su <strong>de</strong>sarrollo. Con estos datos a <strong>la</strong><br />

vista, Schmidt llega a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que <strong>la</strong> forma primitiva <strong>de</strong><br />

religión es el monoteísmo o creencia en un Ser supremo. «Este Ser<br />

supremo se encuentra en todos los grupos <strong>de</strong> pueblos <strong>de</strong> <strong>la</strong> cultura<br />

primitiva, aunque no en todos con <strong>la</strong> misma naturaleza y fuerza: en<br />

todos, sin embargo, con fuerza bastante para poner fuera <strong>de</strong> duda su<br />

sitio prominente» 56 .<br />

Resumiendo: los seguidores <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia historiológica <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n<br />

que so<strong>la</strong>mente insertando <strong>la</strong> religión en <strong>la</strong> historia y en <strong>la</strong><br />

cultura es posible compren<strong>de</strong>r<strong>la</strong> a<strong>de</strong>cuadamente y dotar <strong>de</strong> carácter<br />

científico a su estudio.<br />

4. Ten<strong>de</strong>ncia sociológica 51 . Inspirados en el pensamiento <strong>de</strong><br />

A. Comte (1798-1857), los seguidores <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia centran su<br />

atención en los aspectos sociales <strong>de</strong> lo religioso, como único campo<br />

<strong>de</strong> conocimiento científico. Ninguna otra dimensión es susceptible<br />

<strong>de</strong> ciencia porque es fruto <strong>de</strong> <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción teológica o <strong>de</strong>l sentimiento<br />

místico, inverificable por <strong>la</strong> experiencia.<br />

Apoyado en los principios comtianos, E. Durkheim (1858-1917)<br />

aborda el estudio <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida religiosa <strong>de</strong> los pueblos primitivos, sobre<br />

todo el totemismo australiano, llegando a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que<br />

55 Cf. W. SCHMIDT, Manual <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia comparada <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>religion</strong>es. Origen y<br />

formación <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión. Teorías y hechos (Madrid 1921). Cf. J. MARTÍN VELASCO,<br />

Introducción a <strong>la</strong> fenomenología <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión (Madrid 1982), 39-42.<br />

56 Ibid., 253. Comparten esta opinión H. PINARD DE LA BOULLAGE, Estudio comparado<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>religion</strong>es II (Barcelona 1964), 83-146. R. PETAZZONI, «II método comparativo»,<br />

en Numen 6 (1959), 110.<br />

57 Interesan M. MESLIN, Pour une science..., ed. c., 56-110; J. MATTES, Introducción<br />

a..., ed. c, 13-16; J. RÍES, LO sagrado..., ed. c., 19-26; J. MARTÍN VELASCO,<br />

Introducción a..., ed. c, 35-39.

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