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94 Fenomenología y filosofía de la religión de lo divino. Este modo va incluido en el hecho de dirigirse el hombre hacia él con ruegos, alabanzas y loores, con arrepentimiento y con todas las acciones y sentimientos que derivan del comercio con los hombre...» M . En calidad de definición paradigmática ofrecemos esta de P. Schebesta: «La religión es el reconocimiento consciente y operante de una verdad absoluta ("sagrada") de la que el hombre sabe que depende su existencia» 15 . 3. Clasificación de las definiciones de religión. Punto referencial Vistas las definiciones que preceden, podemos establecer ya dos clases o categorías de las mismas. Para los fenomenólogos y filósofos son determinantes el contenido y la referencia a lo sobrenatural; para los antropólogos y sociólogos, en cambio, lo son los aspectos funcionales. Estos distintos puntos de vista dan pie para dividir las definiciones de religión en sustantivas y funcionales, al decir de los especialistas 16 . Las definiciones sustantivas hacen hincapié en la vivencia experiencial del sujeto y conceden especial relevancia a la realidad superior a que hace referencia. Estas definiciones se aplican generalmente a hechos humanos específicos que los historiadores identifican como religiosos. Aunque cumplen todos los requisitos necesarios, carecen, sin embargo, de la suficiente claridad porque hacen intervenir un elemento no captado directamente, lo sagrado o misterio. Por el contrario, las funcionales tienen en cuenta aspectos externos del individuo y la sociedad que cubren una amplia gama de actos sometidos al análisis directo. Ante la imposibilidad de determinar la relación con el misterio, muchos autores optan por esta clase de definiciones, convencidos de que es más fácil saber qué es la religión desde sus operaciones. Se fijan en la integración social que comporta y se desentienden de su verdad objetiva 17 . Aparte de Luckmann, C. Geertz es uno de los que más han contribuido a esta labor, concibiendo la religión como un sistema de símbolos que no sólo establece estados de ánimo, sino que formula también concepciones de la vida en orden a su organización colectiva 18 . 14 A. BRUNNER, La religión (Barcelona 1963), 34, 36. 15 P. SCHEBESTA, O.C, 61. 16 Cf. A. FIERRO, Sobre la religión..., ed. c, 25-29; J. MARTÍN VELASCO, «Religión», en O.C, 1238-1239. 17 Cf. B. MALINOWSKI, Magia, ciencia y religión (Barcelona 1993), 7-17. 18 Cf. C. GEERTZ, «Religión as a cultural System», en BANTON (ed.), Antropológica! approaches to the Study of Religión (London 1966), 4ss. También TH. LUCK- C.4. Lo sagrado y la religión 95 A pesar de sus ventajas, este procedimiento corre el riesgo de confundir los hechos religiosos con otros de distinta naturaleza, como los políticos, los sociológicos o los llamados «religiones civiles». Por otra parte, resulta imposible reconocer las obras y las funciones de algo cuya identidad se ignora. Sin olvidar la insuficiencia de las distintas definiciones, podemos decir que en todas ellas aparece un elemento común que les confiere carácter de autenticidad. Apuntan a una entidad metaempírica determinante de la actitud humana como base de la estructura de la religión. Es lo último necesario que adopta formas y nombres distintos: lo santo, lo misterioso, lo divino, lo sobrenatural. En una palabra, un algo otro que no es cubierto enteramente con los términos que designan las cosas que el hombre tiene a mano. Su identificación adecuada depende de circunstancias diversas, históricas, sociales, ideológicas, culturales y hasta políticas y económicas. Con K. Rahner podemos afirmar que una religión es religión en la medida en que logra realmente ligar existencialmente al hombre con el Dios vivo (misterio, sobrenaturtal, sagrado) a través de unas mediaciones históricas, personales o institucionales concretas 19 . Se trata de un horizonte de trascendencia que engloba y supera todas sus mediaciones (hierofanías). Pues bien, este horizonte, denominado comúnmente lo sagrado, es factor determinante de la actitud religiosa. Pasamos a su identificación. II. LO SAGRADO 20 No es fácil determinar el concepto de lo sagrado porque es un término análogo susceptible de dos sentidos: o como nivel ontológico superior (Sóderblom, Otto), o como lo otro y lo separado o segregado (Mauss, Caillois) 21 . Nosotros optamos por el primero, aunque haremos también unas consideraciones sobre el segundo. MANN, «Creencia, increencia y religión», en R. CAPORALE-A. GRUMELLI, Cultura de la increencia (Bilbao 1974), 22-37. 19 Cf. K. RAHNER, Oyente..., ed. c, 223. 20 Para más detalles, remitimos a nuestro anterior trabajo: J. de Sahagún LUCAS, «Sagrado», en o.c, 43-51. También ID., Interpretación del hecho..., ed. c, 48-56. Cf. J. MARTÍN VELASCO, «Fenomenología de la religión», en M. FRAIJO (ed.), Filosofía de..., ed. c, 72-75; A. PRADES, «La religión y el centro sagrado de la sociedad», en DÍAZ SALAZAR-GINER., Formas modernas de religión, ed. c., 117-127.
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94 Fenomenología y filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión<br />
<strong>de</strong> lo divino. Este modo va incluido en el hecho <strong>de</strong> dirigirse el hombre<br />
hacia él con ruegos, a<strong>la</strong>banzas y loores, con arrepentimiento y<br />
con todas <strong>la</strong>s acciones y sentimientos que <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l comercio con<br />
los hombre...» M .<br />
En calidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición paradigmática ofrecemos esta <strong>de</strong> P.<br />
Schebesta: «La religión es el reconocimiento consciente y operante<br />
<strong>de</strong> una verdad absoluta ("sagrada") <strong>de</strong> <strong>la</strong> que el hombre sabe que<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> su existencia» 15 .<br />
3. C<strong>la</strong>sificación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> religión.<br />
Punto referencial<br />
Vistas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>finiciones que prece<strong>de</strong>n, po<strong>de</strong>mos establecer ya dos<br />
c<strong>la</strong>ses o categorías <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas. Para los fenomenólogos y filósofos<br />
son <strong>de</strong>terminantes el contenido y <strong>la</strong> referencia a lo sobrenatural;<br />
para los antropólogos y sociólogos, en cambio, lo son los aspectos<br />
funcionales. Estos distintos puntos <strong>de</strong> vista dan pie para dividir <strong>la</strong>s<br />
<strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> religión en sustantivas y funcionales, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> los<br />
especialistas 16 .<br />
Las <strong>de</strong>finiciones sustantivas hacen hincapié en <strong>la</strong> vivencia experiencial<br />
<strong>de</strong>l sujeto y conce<strong>de</strong>n especial relevancia a <strong>la</strong> realidad superior<br />
a que hace referencia. Estas <strong>de</strong>finiciones se aplican generalmente<br />
a hechos humanos específicos que los historiadores i<strong>de</strong>ntifican<br />
como religiosos. Aunque cumplen todos los requisitos necesarios,<br />
carecen, sin embargo, <strong>de</strong> <strong>la</strong> suficiente c<strong>la</strong>ridad porque hacen intervenir<br />
un elemento no captado directamente, lo sagrado o misterio.<br />
Por el contrario, <strong>la</strong>s funcionales tienen en cuenta aspectos externos<br />
<strong>de</strong>l individuo y <strong>la</strong> sociedad que cubren una amplia gama <strong>de</strong> actos<br />
sometidos al análisis directo. Ante <strong>la</strong> imposibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar<br />
<strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con el misterio, muchos autores optan por esta c<strong>la</strong>se<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones, convencidos <strong>de</strong> que es más fácil saber qué es <strong>la</strong><br />
religión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus operaciones. Se fijan en <strong>la</strong> integración social que<br />
comporta y se <strong>de</strong>sentien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su verdad objetiva 17 .<br />
Aparte <strong>de</strong> Luckmann, C. Geertz es uno <strong>de</strong> los que más han contribuido<br />
a esta <strong>la</strong>bor, concibiendo <strong>la</strong> religión como un sistema <strong>de</strong> símbolos<br />
que no sólo establece estados <strong>de</strong> ánimo, sino que formu<strong>la</strong> también<br />
concepciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida en or<strong>de</strong>n a su organización colectiva 18 .<br />
14<br />
A. BRUNNER, La religión (Barcelona 1963), 34, 36.<br />
15<br />
P. SCHEBESTA, O.C, 61.<br />
16<br />
Cf. A. FIERRO, Sobre <strong>la</strong> religión..., ed. c, 25-29; J. MARTÍN VELASCO, «Religión»,<br />
en O.C, 1238-1239.<br />
17<br />
Cf. B. MALINOWSKI, Magia, ciencia y religión (Barcelona 1993), 7-17.<br />
18<br />
Cf. C. GEERTZ, «Religión as a cultural System», en BANTON (ed.), Antropológica!<br />
approaches to the Study of Religión (London 1966), 4ss. También TH. LUCK-<br />
C.4. Lo sagrado y <strong>la</strong> religión 95<br />
A pesar <strong>de</strong> sus ventajas, este procedimiento corre el riesgo <strong>de</strong><br />
confundir los hechos religiosos con otros <strong>de</strong> distinta naturaleza, como<br />
los políticos, los sociológicos o los l<strong>la</strong>mados «<strong>religion</strong>es civiles».<br />
Por otra parte, resulta imposible reconocer <strong>la</strong>s obras y <strong>la</strong>s funciones<br />
<strong>de</strong> algo cuya i<strong>de</strong>ntidad se ignora.<br />
Sin olvidar <strong>la</strong> insuficiencia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s distintas <strong>de</strong>finiciones, po<strong>de</strong>mos<br />
<strong>de</strong>cir que en todas el<strong>la</strong>s aparece un elemento común que les confiere<br />
carácter <strong>de</strong> autenticidad. Apuntan a una entidad metaempírica <strong>de</strong>terminante<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> actitud humana como base <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión.<br />
Es lo último necesario que adopta formas y nombres distintos:<br />
lo santo, lo misterioso, lo divino, lo sobrenatural. En una pa<strong>la</strong>bra, un<br />
algo otro que no es cubierto enteramente con los términos que <strong>de</strong>signan<br />
<strong>la</strong>s cosas que el hombre tiene a mano. Su i<strong>de</strong>ntificación a<strong>de</strong>cuada<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> circunstancias diversas, históricas, sociales, i<strong>de</strong>ológicas,<br />
culturales y hasta políticas y económicas.<br />
Con K. Rahner po<strong>de</strong>mos afirmar que una religión es religión en<br />
<strong>la</strong> medida en que logra realmente ligar existencialmente al hombre<br />
con el Dios vivo (misterio, sobrenaturtal, sagrado) a través <strong>de</strong> unas<br />
mediaciones históricas, personales o institucionales concretas 19 . Se<br />
trata <strong>de</strong> un horizonte <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia que engloba y supera todas<br />
sus mediaciones (hierofanías). Pues bien, este horizonte, <strong>de</strong>nominado<br />
comúnmente lo sagrado, es factor <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> <strong>la</strong> actitud religiosa.<br />
Pasamos a su i<strong>de</strong>ntificación.<br />
II. LO SAGRADO 20<br />
No es fácil <strong>de</strong>terminar el concepto <strong>de</strong> lo sagrado porque es un<br />
término análogo susceptible <strong>de</strong> dos sentidos: o como nivel ontológico<br />
superior (Só<strong>de</strong>rblom, Otto), o como lo otro y lo separado o segregado<br />
(Mauss, Caillois) 21 . Nosotros optamos por el primero, aunque<br />
haremos también unas consi<strong>de</strong>raciones sobre el segundo.<br />
MANN, «Creencia, increencia y religión», en R. CAPORALE-A. GRUMELLI, Cultura <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
increencia (Bilbao 1974), 22-37.<br />
19 Cf. K. RAHNER, Oyente..., ed. c, 223.<br />
20 Para más <strong>de</strong>talles, remitimos a nuestro anterior trabajo: J. <strong>de</strong> Sahagún LUCAS,<br />
«Sagrado», en o.c, 43-51. También ID., Interpretación <strong>de</strong>l hecho..., ed. c, 48-56.<br />
Cf. J. MARTÍN VELASCO, «Fenomenología <strong>de</strong> <strong>la</strong> religión», en M. FRAIJO (ed.),<br />
Filosofía <strong>de</strong>..., ed. c, 72-75; A. PRADES, «La religión y el centro sagrado <strong>de</strong> <strong>la</strong> sociedad»,<br />
en DÍAZ SALAZAR-GINER., Formas mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong> religión, ed. c., 117-127.