Mitología Clásica y Literatura Española. Siete Estudios - Gonzalo de ...

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Las octavas reales añadidas por Cairasco de Fi^ueroa a su traducáón de la Jerusalén libertada Los celtas adoptaron a la diosa Fortuna romana a través de la iconografía de sus diosas madres. De esta manera representaban la idea del Destino sin fatalidad, la Oportunidad, la Ocasión. El culto se extendió por toda la Galia, al asegurar la protección de las cosechas, de los viajes, de las campañas militares y ser invocada a favor del emperador. En las representaciones aparece como una matrona con un cuerno de la abundancia y a menudo asociada al dios Mercurio y su compañera Rosmerta. Su culto la llevó a ser identificada con la diosa lolona o confundida con la mencionada Isis. Más por celeste rayo que me inflama, Si no es falta loar mis hijas bellas, Grandezas cantaré dignas de fama; Sabidas más allá de las .estrellas Serán de la que más estima y ama El alto cielo, que es la reina dellas. El par famoso oído atento puso; Y la bella Fortuna así propuso: (canto 15.35) La concreción se hace mayor en la estrofa 15.40 donde se nombra a la isla de Gran Canaria como princesa de las islas atlánticas Afortunadas. Este aspecto no pasó desapercibido para fray Juan Abren y Galindo en su Historia de la conquista de las siete islas de Canaria (1632), historiador que reprodujo cuatro octavas que no tienen equivalencia ni correspondencia en la Jerusalén libertada. Al parecer. Abren y Galindo tuvo acceso a un poema de Cairasco distinto a los que luego insertó el autor en su Gofredo famoso. El hecho de situar a la isla originaria de su nacimiento como centro de su interpolación debe obedecer a la consideración del Archipiélago Canario a partir del nombre de su isla natal, dentro de la vieja visión cosmográfica que sitúa al Océano Atlántico como fin del mundo conocido. No es de extrañar esta correspondencia para un historiador como Abren y Galindo que siguiendo una férrea lógica escolástica defiende la existencia de la isla de San Borondón en el Océano Atlántico merced a una curiosa teoría de las corrientes (capítulos XXV y XXVI del libro tercero)^. Esta 6 Cf. G. Santana Henríquez, Tradición Clásica y Literatura Española, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, 2000, especialmente las pp.145-147. Mitología Clásica y Literatura Española . — — ..— —- —-_ —...— 61

Germán Santana Henríquez consideración de que las Canarias reciben su nombre de la isla de Gran Canaria viene avalada por la constatación de Viera y Clavijo en el libro 1.17 de sus Noticias de la Historia General de las Islas Canarias (1772-1782) donde se indica: "Estas islas, pues, que hasta el siglo XI sólo eran conocidas con el antiguo epíteto de Afortunadas, le perdieron casi instantáneamente, cambiándole en el de Canarias. No se puede dudar que la fama de la isla de Canaria, su ruidosa conquista y la recomendación de sus circunstancias, que le adquirieron el carácter de Grande y la dignidad de capital, fue también la causa de que su nombre absorbiese el de las otras y se difundiese, haciéndose el genérico de todas"^. Sabemos que en la huerta de su casa junto a la iglesia de San Francisco, en el Real de Las Palmas, Cairasco mantenía desde 1580 una tertulia consagrada paganamente a Apolo Deifico, donde confluían los más brillantes escritores del siglo XVI, entre ellos el historiador Abreu y Galindo, el ingeniero Leonardo Torriani, el poeta Antonio de Viana, etc. Sabemos igualmente de su patriotismo cuando participó con su hermano en la defensa de la ciudad ante el ataque del corsario Drake en 1551 y en el parlamento con Van der Doez en 1599, cuando sus tropas proyectaban incendiar el Real de Las Palmas y su Catedral. La estrofa referida dice así: Esta es la Fortunada y Gran Canaria, De las islas atlánticas princesa. Do esparce el cielo su virtud plenaria Y pone a los sentidos rica mesa, Con diligencia tan extraordinaria, Que hizo a todo el orbe ilustre presa De lo mejor que en él se guarda y sella, Para tenerlo con ventaja en ella. (canto 15.40) La estrofa 15.42 recoge uno de los temas favoritos de Cairasco, la descripción del bosque o selva de Doramas, también presente en la Comedia 1 Cf. La edición de Antonio de Béthencourt Massieu en la Biblioteca Básica Canaria, I, Islas Canarias, 1991, p. 54. 62 • -•———— — — Mitología Clásica y Literatura Española

Las octavas reales añadidas por Cairasco <strong>de</strong> Fi^ueroa a su traducáón <strong>de</strong> la Jerusalén libertada<br />

Los celtas adoptaron a la diosa Fortuna romana a través <strong>de</strong> la iconografía<br />

<strong>de</strong> sus diosas madres. De esta manera representaban la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Destino sin<br />

fatalidad, la Oportunidad, la Ocasión. El culto se extendió por toda la Galia, al<br />

asegurar la protección <strong>de</strong> las cosechas, <strong>de</strong> los viajes, <strong>de</strong> las campañas militares<br />

y ser invocada a favor <strong>de</strong>l emperador. En las representaciones aparece como<br />

una matrona con un cuerno <strong>de</strong> la abundancia y a menudo asociada al dios<br />

Mercurio y su compañera Rosmerta. Su culto la llevó a ser i<strong>de</strong>ntificada con la<br />

diosa lolona o confundida con la mencionada Isis.<br />

Más por celeste rayo que me inflama,<br />

Si no es falta loar mis hijas bellas,<br />

Gran<strong>de</strong>zas cantaré dignas <strong>de</strong> fama;<br />

Sabidas más allá <strong>de</strong> las .estrellas<br />

Serán <strong>de</strong> la que más estima y ama<br />

El alto cielo, que es la reina <strong>de</strong>llas.<br />

El par famoso oído atento puso;<br />

Y la bella Fortuna así propuso:<br />

(canto 15.35)<br />

La concreción se hace mayor en la estrofa 15.40 don<strong>de</strong> se nombra a la<br />

isla <strong>de</strong> Gran Canaria como princesa <strong>de</strong> las islas atlánticas Afortunadas. Este<br />

aspecto no pasó <strong>de</strong>sapercibido para fray Juan Abren y Galindo en su Historia <strong>de</strong><br />

la conquista <strong>de</strong> las siete islas <strong>de</strong> Canaria (1632), historiador que reprodujo cuatro<br />

octavas que no tienen equivalencia ni correspon<strong>de</strong>ncia en la Jerusalén libertada.<br />

Al parecer. Abren y Galindo tuvo acceso a un poema <strong>de</strong> Cairasco distinto a los que<br />

luego insertó el autor en su Gofredo famoso. El hecho <strong>de</strong> situar a la isla originaria<br />

<strong>de</strong> su nacimiento como centro <strong>de</strong> su interpolación <strong>de</strong>be obe<strong>de</strong>cer a la consi<strong>de</strong>ración<br />

<strong>de</strong>l Archipiélago Canario a partir <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong> su isla natal, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la vieja visión cosmográfica que sitúa al Océano Atlántico como fin <strong>de</strong>l<br />

mundo conocido. No es <strong>de</strong> extrañar esta correspon<strong>de</strong>ncia para un historiador<br />

como Abren y Galindo que siguiendo una férrea lógica escolástica <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> la<br />

existencia <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> San Borondón en el Océano Atlántico merced a una<br />

curiosa teoría <strong>de</strong> las corrientes (capítulos XXV y XXVI <strong>de</strong>l libro tercero)^. Esta<br />

6 Cf. G. Santana Henríquez, Tradición <strong>Clásica</strong> y <strong>Literatura</strong> <strong>Española</strong>, Servicio <strong>de</strong> Publicaciones<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Las Palmas <strong>de</strong> Gran Canaria, 2000, especialmente las pp.145-147.<br />

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