Devociones populares - Episcopal Church
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El papa Benedicto XV concedió la coronación de la<br />
imagen, que se efectuó el 21 de noviembre de 1921. El nuevo<br />
templo dedicado a ella fue terminado en l953.<br />
Nuestra Señora del Quinche<br />
La historia de esta devoción hunde sus raíces en tiempos<br />
de unos indios ecuatorianos, llamados Lumbicí, a fi nales del<br />
siglo XVI, quienes pidieron al famoso escultor don Diego<br />
de Robles que les tallara una imagen de la Virgen, igual a<br />
la que se encontraba en el santuario de Guápulo. Como los<br />
indios no pudieron pagarle el costo de la imagen, don Diego<br />
se la dio al pueblo Oyacachi a cambio de unas tablas de fi no<br />
cedro. Aseguraban estos indios que ellos ya habían visto a<br />
esta Virgen en apariciones que habían tenido. Al parecer<br />
habían rezado mucho a la Madre de Jesús para que los<br />
librara de los ataques de osos que devoraban a sus hijos.<br />
Los indios vistieron a la Virgen al estilo español y la<br />
colocaron sobre una peña. Muy pronto la imagen de la<br />
Virgen de Oyacachi se hizo famosa y dio renombre al<br />
pueblo. De todos los lugares vecinos llegaba la gente en<br />
romería a mostrarle su amor. Ello obligó a los indios a tener<br />
que erigir una iglesia donde colocar la estatua.<br />
Un día don Diego visitó de nuevo el pueblo, y los indios<br />
aprovecharon la ocasión para rogarle que les construyera<br />
un altar donde colocar dignamente la estatua de la Virgen.<br />
Don Diego se negó y emprendió el regreso a la ciudad de<br />
Quito. Al pasar por el puente de un caudaloso río, el caballo<br />
se encabritó y lanzó al escultor fuera de su montura; al caer<br />
al suelo uno de sus pies quedó trabado entre los maderos del<br />
puente. Al verse en tan difícil situación suplicó a la Virgen<br />
de Oyacachi. Por suerte, dos caminantes que pasaban por<br />
allí le ayudaron a salir de tan aparatoso enredo. Cuando el<br />
escultor quiso darles las gracias, ya habían desaparecido, y<br />
así comprendió Diego que había sido una gracia del cielo.<br />
Regresó al pueblo y construyó el altar.<br />
En 1604, por orden del obispo, la imagen se trasladó al<br />
pueblo de Quinche y se depositó en la iglesia parroquial,<br />
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