13.05.2013 Views

Devociones populares - Episcopal Church

Devociones populares - Episcopal Church

Devociones populares - Episcopal Church

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Nuestra Señora de la Altagracia<br />

La República Dominicana cuenta con dos famosas<br />

devociones marinas: nuestra Señora de la Merced,<br />

establecida en 1616, durante el dominio colonial español,<br />

y nuestra Señora de la Altagracia, protectora y reina del<br />

corazón de los dominicanos. Ambas son patronas del pueblo<br />

dominicano. Aquí presentamos sólo a nuestra Señora de<br />

la Altagracia. “Altagracia” signifi ca que por ella llegó el<br />

Salvador del mundo. Para los dominicanos el apelativo<br />

cariñoso de esta advocación es, “Tatica, la de Higüey”.<br />

Parece ser que la devoción a la Virgen de la Altagracia<br />

se remonta al año1502 en la isla de Santo Domingo, debido<br />

a un cuadro pintado al óleo y traído de España por los<br />

hermanos Alfonso y Antonio Trejo. Cuando los hermanos<br />

se trasladaron a la ciudad de Higüey se llevaron la imagen,<br />

que más tarde donaron a la parroquia del pueblo para que<br />

pudiera ser venerada. El primer santuario dedicado a la<br />

Virgen de la Altagracia data de 1572.<br />

Sin embargo, la piedad del pueblo, mezclada con la<br />

imaginación, cuenta que un mercader se dirigió de Higüey a<br />

la ciudad de Ozam, en Santo Domingo, con el fi n de vender<br />

ganado y comprar otras mercancías, pero también llevaba<br />

el encargo de la menor de sus dos hijas –a quien llamaban<br />

la Niña– de que le trajera un cuadro de nuestra Señora de la<br />

Altagracia. El padre nunca había oído hablar de tal virgen.<br />

De vuelta, y entrada ya la noche, decidió pernoctar en casa<br />

de un viejo amigo, a quien contó la tristeza su pesar de<br />

no poder complacer a su hija, pues él mismo no creía que<br />

existiera tal virgen. Con la familia se encontraba un anciano<br />

de barba blanca que había pedido que le dejasen pasar la<br />

noche. Al oír decir que no existía la Virgen de la Altagracia,<br />

se levantó y sacó de sus alforjas un lienzo que mostraba<br />

a una virgen adorando al Niño Jesús: era la Virgen de la<br />

Altagracia. Por la mañana el anciano había desaparecido<br />

misteriosamente.<br />

La Niña, rebosando de alegría, recibió al padre en<br />

el mismo lugar donde hoy se encuentra el Santuario de<br />

61

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!