Devociones populares - Episcopal Church
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desvinculación entre fe y vida, no conducir a una vida<br />
sacramental, exagerada valoración del culto a los santos<br />
con detrimento de una entrega más profunda a Cristo,<br />
sincretismo religioso peligroso, relativismo religioso.<br />
En noviembre de 2003 los obispos estadounidenses de<br />
la Iglesia Católica Romana publicaron un opúsculo titulado:<br />
Prácticas devocionales <strong>populares</strong>: preguntas y respuestas básicas<br />
(Popular Devotional Practices: Basic Questions and Answers). En<br />
él repiten la doctrina del Concilio Vaticano II y responden<br />
de una manera concisa a unas preguntas. De ellas las más<br />
importantes son: ¿Cuál es el origen de las devociones<br />
<strong>populares</strong>? ¿Qué relación tienen con la liturgia y con la<br />
Biblia, con la cultura? ¿Por qué hay tantas devociones? ¿Qué<br />
función ejercen María y los santos en la vida de la Iglesia, y<br />
cómo se relaciona la veneración que les tributamos con la<br />
adoración a Dios? ¿Qué diferencia existe entre revelación<br />
pública y privada?<br />
Ya hemos tratado alguno de esos puntos. Los obispos<br />
recomiendan que las devociones <strong>populares</strong> deben de estar<br />
fortalecidas y apoyadas en un lenguaje y temas bíblicos.<br />
Las lecturas, las oraciones, los cánticos tienen que estar<br />
inspirados en la Biblia.<br />
Evidentemente abundan estas devociones porque<br />
refl ejan la idiosincrasia de los pueblos. Y ciertas devociones<br />
privadas responden a la necesidad de un pueblo en<br />
una época determinada. Esas mismas devociones no se<br />
acomodarían a la psicología de otros pueblos en diferentes<br />
momentos de la historia.<br />
Los obispos reconocen en ese documento que estas<br />
devociones son un medio muy valioso para promover e<br />
incrementar el amor hacia Dios. Pero también afi rman, con<br />
el Papa Pablo VI, que esta religiosidad popular tiene sus<br />
límites, y que a veces distorsiona la verdadera religión al<br />
estar teñida de superstición. Por ello, hay que tomarla en<br />
serio y purifi carla según las Sagradas Escrituras. El pueblo<br />
debe rechazar en toda devoción aquellos elementos que<br />
sepan a magia, vana observancia, hechicería, espiritismo,<br />
satanismo, adivinación, astrología.<br />
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