Devociones populares - Episcopal Church
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–de una manera u otra– su costumbre, a escondidas o de otra<br />
forma. En el pasado, cuando la Iglesia optó por la represión<br />
y el saneamiento de conductas consideradas heterodoxas,<br />
se dieron fenómenos de enfrentamiento con el pueblo. Es<br />
preferible, a la vista de los hechos de antaño, adoptar una<br />
postura más constructiva y depurar en todo caso lo menos<br />
sano de tales prácticas. Hay que tener siempre presente que<br />
–por encima de la devoción popular– hay una continuidad<br />
en la experiencia religiosa coherente a una vivencia<br />
profunda que le dio origen.<br />
En España se da el renombrado caso del Apóstol<br />
Santiago, hermano del Señor, y patrón de España (Ver<br />
Santiago). Una fe popular centenaria en el santo, basada<br />
probablemente en una leyenda, motivó a los fervorosos<br />
españoles a luchar, batalla tras batalla, contra el musulmán<br />
invasor. Sin esa fe profunda, puede que España –y parte<br />
de Europa– hoy fuera musulmana. Más aún, los españoles<br />
hubieran llevado al Continente de América una fe diferente<br />
a la que trajeron. En una palabra, de no ser por una devoción<br />
popular fundamentada en una leyenda, el rumbo de la<br />
historia de Europa y la de América hubieran sido acaso muy<br />
diferentes.<br />
El Catecismo de la Iglesia Católica romana en el número<br />
1674 dice: “Además de la liturgia sacramental y de los<br />
sacramentales, la catequesis también tiene que tener en cuenta<br />
las formas de piedad y de devociones <strong>populares</strong> entre los fi eles.<br />
El sentido religioso de la gente cristiana siempre ha encontrado<br />
expresión en varias formas de piedad rodeando la vida sacramental<br />
de la Iglesia, tales como la veneración de reliquias, visitas a los<br />
santuarios, peregrinaciones, procesiones, las estaciones de la cruz,<br />
danzas religiosas, el rosario, medallas, etc.”<br />
El documento del Concilio Vaticano II (1962-65) sobre la<br />
liturgia, Sacrosanctum Concilium, se expresa de esta manera:<br />
“Se recomiendan encarecidamente los ejercicios piadosos del pueblo<br />
cristiano, con tal que sean conformes a las leyes y a las normas<br />
de la Iglesia (…) Gozan también de una dignidad especial las<br />
prácticas religiosas de las iglesias particulares que se celebran por<br />
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