Devociones populares - Episcopal Church
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Virgen de Guadalupe<br />
Para que el lector pueda formarse un juicio completo de<br />
esta devoción iremos por partes presentando primero unos<br />
antecedentes históricos que hay que rastrearlos en España,<br />
para luego hablar del caso de México, y terminar con una<br />
nota interpretativa.<br />
En la región de Extremadura, provincia de Cáceres,<br />
existe en España un lugar llamado “La Puebla de<br />
Guadalupe”. Renovado por los franciscanos, el monasterio<br />
del siglo XIV que alberga la imagen de la Virgen ha sido<br />
declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO<br />
desde el 11 de diciembre de l993.<br />
Según la leyenda, el primer propietario de la imagen de<br />
la Virgen fue san Lucas. Muerto el evangelista en Acaya,<br />
Asia Menor, la imagen fue enterrada con él. En el siglo IV,<br />
fue trasladada junto con el evangelista a Constantinopla y<br />
luego a Roma por el cardenal Gregorio, que más tarde sería<br />
el papa Gregorio Magno. Se atribuye a la imagen el milagro<br />
de haber librado al pueblo romano de la fatal epidemia<br />
de la peste. San Isidoro traslada la imagen a Sevilla y se la<br />
entrega a su hermano san Leandro –obispo de la ciudad–<br />
donde se veneró en la iglesia principal de la ciudad hasta<br />
la invasión musulmana del año 711. Tres años más tarde<br />
unos clérigos sevillanos, que huían del peligro sarraceno,<br />
llevaron la imagen a hasta las tierras de Extremadura y la<br />
escondieron junto al río Guadalupe, que en árabe signifi ca<br />
“río escondido”.<br />
Durante seis siglos desaparece el culto a la imagen. y<br />
no volveremos a saber nada hasta que en el siglo XVI un<br />
pastor llamado Gil de Santa María encontró una de sus vacas<br />
muerta. Cuando se disponía a sacarle la piel se le apareció la<br />
Virgen María, que hablándole en tono celestial le dijo: “No<br />
temas que soy la Madre de Dios, Salvador del linaje humano; toma<br />
tu vaca y llévala al hato con las otras, y vete luego para tu tierra,<br />
y dirás a los clérigos lo que has visto y decirles has de mi parte que<br />
te envío yo para allá, y que vengan a este lugar donde estás ahora,<br />
y que caven donde estaba tu vaca muerta, debajo de esas piedras;<br />
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