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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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cientes, si se revela y de esa forma se vuelven inoperantes sus procesos de defensa,<br />

se le debilita mejor y se favorece el proceso mórbido»25.<br />

Pero aquí el yo no tiene que defenderse porque sus reivindicaciones han sido homologadas;<br />

Dédée se casa con un blanco. Pero cada medalla tiene su reverso; familias<br />

enteras han sido ridiculizadas. A tres o cuatro mulatas se les habían atribuido<br />

pretendientes mulatos, cuando todas sus compañeras los tenían blancos. «Aquello<br />

especialmente se contempló como una ofensa a toda la familia; ofensa que exigía<br />

además una reparación»26. Pues las familias eran humilladas en sus aspiraciones<br />

más legítimas, la mutilación que sufrían afectaba al movimiento mismo de su vida...<br />

a la tensión de su existencia...<br />

Ellas querían, siguiendo un profundo deseo, cambiar, «evolucionar». Se les negaba<br />

ese derecho. En cualquier caso, se les discutía.<br />

¿Qué decir, al término de estas descripciones?<br />

Ya se trate de Mayotte Capécia la martinicana o de Nini la saint-louisiana, encontramos<br />

el mismo proceso. Proceso bilateral, tentativa de recubrirse (por interiorización)<br />

de valores originalmente prohibidos. La <strong>negra</strong> se siente inferior y por eso<br />

aspira a que la admitan en el mundo blanco. Ella se ayudará, en esa tentativa, de un<br />

fenómeno que llamaremos eretism o afectivo.<br />

Este trabajo viene a clausurar siete años de experiencias y de observaciones; sea<br />

cual sea el ámbito que hayamos considerado nos ha sorprendido una cosa: el negro,<br />

esclavo de su inferioridad, y el blanco, esclavo de su superioridad, se comportan<br />

ambos según una línea de orientación neurótica. Eso nos ha llevado a plantearnos<br />

su alienación atendiendo a las descripciones psicoanalíticas. El negro, en su comportamiento,<br />

se emparenta con un tipo neurótico obsesivo o, si se prefiere, se coloca<br />

en plena neurosis situacional. En el hombre de color hay una tentativa de huir de<br />

su individualidad, de anonadar su ser-ahí. Cada vez que un hombre de color protesta,<br />

hay alienación. Cada vez que un hombre de color reprueba, hay alienación. Veremos<br />

más adelante, en el capítulo VI, que el negro inferiorizado va de la inseguridad<br />

humillante a la autoacusación resentida hasta la desesperación. A menudo, la<br />

actitud del negro frente al blanco, o frente a su congénere, reproduce casi íntegramente<br />

una constelación delirante, que afecta al ámbito patológico.<br />

Se nos objetará que no hay nada psicótico en los negros de los que aquí se trata.<br />

De todas formas, querríamos citar dos rasgos altamente significativos. Hace unos<br />

años conocimos a un negro, estudiante de medicina. Tenía la impresión infernal de<br />

no ser apreciado según su valor, no en el plano universitario sino, decía él, humanamente.<br />

Tenía la impresión infernal de que nunca llegaría a ser reconocido en tanto<br />

23 A. Freud, Le M oi et les m écanism es de defense, cit., p. 58.<br />

26 A. Sadji, Nini, la m ulatresse du Sénégal, cit., p. 498.<br />

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