Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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13.05.2013 Views

Este capítulo plantea que el estudio sobre la «experiencia vital de ser negro» basado dualmente en la tercera persona y en la primera persona que Frantz Fanón realiza en su libro P iel negra, máscaras blancas se proponía desarrollar los primeros descubrimientos realizados por los pensadores negros estadounidenses -tales como W. B. Dubois- con respecto al carácter conflictivo de la «doble conciencia» del «Negro» perteneciente a la civilización occidental (Dubois, 1986, pp. 364-365), así como presentar, en tanto que causa explicativa de dicha «doble conciencia», un nuevo objeto teórico de conocimiento que permitía poner en cuestión la definición estrictamente biológica característica de la cultura actual de cómo es ser y, por consiguiente, de cóm o es ser humano*. Mientras que Fanón dio a este nuevo objeto de conocimiento el nombre de sociogen ia (p. 45/55 11), yo he adaptado el término principio sociogén ico 1 a partir de la base de dicho concepto, con el fin de ponerlo en relación, así como de someterlo a contraste, con el principio genómico que determina la identidad de especie característica de la vida estrictamente orgánica. Más aún, plantearé que la nueva concepción de lo humano defendida por Fanón, una concepción generada a partir de su propia experiencia vital, así como a partir de la experiencia vital de cóm o es ser negro propia de los sujetos francocaribeños (epígrafe 2), también abre una frontera de cara a la solución del problema que Chalmers definía como el «rompecabezas de la experiencia consciente». El rompecabezas que se plantea ante la pregunta de cómo «es posible que una experiencia subjetiva surja a partir de los procesos neuronales del cerebro» (Chalmers, 1995, p. 80), así como de por qué «tienen todos estos procesamientos que ir acompañados de una vida experimentada interiormente» (Chalmers, 1996, p. vii). En efecto, ¿por qué resulta imprescindible la experiencia? O ¿por qué debería asumirse como necesaria la conciencia? Contra el reduccionismo característico de las tesis fisicalistas, según las cuales la mente o conciencia es, sencillamente, aquello que el cerebro hace, Chalmers plantea la hipótesis (citada en el epígrafe 3) según la cual existen «leyes fundamentales» que todavía no han llegado a ser descubiertas, pero que están relacionadas específicamente con el fenómeno de la experiencia consciente. Puesto que, tal y como sostiene más adelante, dichas leyes, en la medida en que «involucrarán decisivamente el concepto de información», habrían de estar basadas en la idea según la * Debido a las limitaciones de espacio que afectan a este volumen, el capítulo ha tenido que ser extensamente editado. No obstante, con el fin de preservar la integridad de la argumentación de Sylvia Wynter, hemos limitado los cortes a las secciones introductorias, que se relacionan con los antecedentes históricos del capítulo. [N. d el E.] 1 Utilicé este concepto por vez primera en un ensayo titulado «After Man, Its Last Word: Towards The Sociogenic Principie». Dicho ensayo fue publicado en una versión en castellano a cargo de Ignacio Corona-Gutiérrez, como «Tras “el Hombre”, su última palabra. Sobre el posmodernismo, Les dam nés y el principio sociogénico», en N uevo Texto Crítico IV, Standford (California), pp. 43-83. 328

cual «la experiencia consciente debe considerarse como un [...] rasgo, irreductible a nada más básico», y asimismo habrían de resultar capaces de superar el lapso explicativo existente con el fin de especificar cóm o la experiencia con scien te considerada un rasgo en s í misma puede, pese a todo, depender de «procesos físicos subyacentes» (Chalmers, 1995, p. 83). En este contexto, dado que la pregunta acerca del asunto de la conciencia relacionada específicamente con los pensadores negros del Nuevo Mundo -de W. E. B. Dubois al propio Fanón-, antes que una pregunta sobre el p orq u é de la experiencia consciente planteada estrictamente en tercera persona -a l modo en que lo hacía Chalmers-, ha sido una pregunta realizada en primera persona y centrada específicamente en la naturaleza conflictiva y dolorosa de su propia conciencia y, en consecuencia, de su propia identidad en tanto que «N egroes» o «Blacks». Este capítulo viene a plantear lo siguiente: que el concepto explicativo de la sociogen ia, que Fanón presenta como una respuesta en tercera persona ante su propio cuestíonamiento en tanto que primera persona, cuando éste llega a vincularse con los descubrimientos realizados en 1974 por Thomas Nagel en el contexto de su ensayo «W hat it is líke to be a bat?» (epígrafe 2), sirve para ratificar el postulado establecido por Chalmers con respecto al funcionamiento empírico de las leyes psicofísicas, en la medida en que dichas leyes funcionan a nivel de la experiencia humana. Es más, que dichas leyes no sólo-pueden ser redefinidas a este nivel en tanto que leyes sociogénicas o de naturaleza-cultura, sino que también pueden serlo en tanto que leyes.cuyos procesos de funcionamiento -si bien resultan inseparables de los procesos físicos (es decir, neurobiológicos), a través de los cuales se ven implementadas- serían, al mismo tiempo, irreductibles, en tanto que condición indispensable de cómo es ser humano, a tales procesos considerados aisladamente y, por lo tanto, a las leyes de la naturaleza por medio de las cuales se rigen aquellos procesos. Aún es más, si, como plantea Nagel, un organismo puede poseer «estados mentales conscientes» únicamente en el caso de que «exista algo que es cómo ser ese organismo», algo que es cómo ser para dicho organismo para ese organismo y, por lo tanto, para su identidad en tanto que tal organismo, entonces el estudio de Fanón sobre «la experiencia vivida del negro» y, de este modo, sobre los procesos de funcionamiento característicos de las leyes psicofísicas inscritas dentro de los términos de los modos de identidad actualmente imperantes (en sí mismo, si bien como una variante de los modos híbridos naturaleza/cultura de ser que nos caracterizan en tanto que humanos), pueden al mismo tiempo revelar aspectos esclarecedores acerca del funcionamiento de estas leyes, en la medida en que éstas funcionan en el ámbito de las formas de vida puramente orgánica. Es decir, pueden descubrir facetas que arrojen luz sobre las leyes que rigen el reino de la experiencia vital subjetiva, ya sea ésta humana o no 329

cual «la experiencia consciente debe considerarse como un [...] rasgo, irreductible<br />

a nada más básico», y asimismo habrían de resultar capaces de superar el lapso explicativo<br />

existente con el fin de especificar cóm o la experiencia con scien te considerada<br />

un rasgo en s í misma puede, pese a todo, depender de «procesos físicos subyacentes»<br />

(Chalmers, 1995, p. 83).<br />

En este contexto, dado que la pregunta acerca del asunto de la conciencia relacionada<br />

específicamente con los pensadores negros del Nuevo Mundo -de W.<br />

E. B. Dubois al propio Fanón-, antes que una pregunta sobre el p orq u é de la experiencia<br />

consciente planteada estrictamente en tercera persona -a l modo en que<br />

lo hacía Chalmers-, ha sido una pregunta realizada en primera persona y centrada<br />

específicamente en la naturaleza conflictiva y dolorosa de su propia conciencia<br />

y, en consecuencia, de su propia identidad en tanto que «N egroes» o «Blacks».<br />

Este capítulo viene a plantear lo siguiente: que el concepto explicativo de la sociogen<br />

ia, que Fanón presenta como una respuesta en tercera persona ante su propio<br />

cuestíonamiento en tanto que primera persona, cuando éste llega a vincularse<br />

con los descubrimientos realizados en 1974 por Thomas Nagel en el contexto de<br />

su ensayo «W hat it is líke to be a bat?» (epígrafe 2), sirve para ratificar el postulado<br />

establecido por Chalmers con respecto al funcionamiento empírico de las leyes<br />

psicofísicas, en la medida en que dichas leyes funcionan a nivel de la experiencia<br />

humana. Es más, que dichas leyes no sólo-pueden ser redefinidas a este<br />

nivel en tanto que leyes sociogénicas o de naturaleza-cultura, sino que también<br />

pueden serlo en tanto que leyes.cuyos procesos de funcionamiento -si bien resultan<br />

inseparables de los procesos físicos (es decir, neurobiológicos), a través de los<br />

cuales se ven implementadas- serían, al mismo tiempo, irreductibles, en tanto<br />

que condición indispensable de cómo es ser humano, a tales procesos considerados<br />

aisladamente y, por lo tanto, a las leyes de la naturaleza por medio de las cuales<br />

se rigen aquellos procesos. Aún es más, si, como plantea Nagel, un organismo<br />

puede poseer «estados mentales conscientes» únicamente en el caso de que «exista<br />

algo que es cómo ser ese organismo», algo que es cómo ser para dicho organismo<br />

para ese organismo y, por lo tanto, para su identidad en tanto que tal organismo,<br />

entonces el estudio de Fanón sobre «la experiencia vivida del negro» y, de<br />

este modo, sobre los procesos de funcionamiento característicos de las leyes psicofísicas<br />

inscritas dentro de los términos de los modos de identidad actualmente<br />

imperantes (en sí mismo, si bien como una variante de los modos híbridos naturaleza/cultura<br />

de ser que nos caracterizan en tanto que humanos), pueden al mismo<br />

tiempo revelar aspectos esclarecedores acerca del funcionamiento de estas leyes,<br />

en la medida en que éstas funcionan en el ámbito de las formas de vida<br />

puramente orgánica. Es decir, pueden descubrir facetas que arrojen luz sobre las<br />

leyes que rigen el reino de la experiencia vital subjetiva, ya sea ésta humana o no<br />

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