Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe
Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe
ecio la igualdad. Ofrece además una tipología de asociaciones humanas. Encontramos en primer lugar a los «salvajes» que no tenían ni metalurgia ni agricultura. Rousseau cree que los «salvajes de América» han permanecido en ese estado precisamente por esa razón. Además de los salvajes, están los «bárbaros», que son aquellos que practican una técnica o la otra pero no ambas. El camino del salvaje o del bárbaro al hombre civilizado radica precisamente en practicar tanto la agricultura como la metalurgia. La presencia del «hierro y el trigo» en Europa da cuenta de su proceso de civilización continuada y mejorada. El hecho de que una civilización sea calificada como tal no es necesariamente un elogio, puesto que en el lenguaje de Rousseau dicha mejora supone una separación del estado de naturaleza y de las cualidades del «buen salvaje». Para él, la civilización introduce en el «Hombre» todo tipo de pasiones egoístas y una vinculación con las ideas de propiedad y de acumulación. La civilización naciente toma forma a través de «la usurpación por parte de los ricos, el bandolerismo por parte de los pobres y las desenfrenadas pasiones de todos y cada uno, que eliminan la piedad natural y la débil voz de la justicia, y convierten al hombre en un ser avaricioso, ambicioso y maligno». De ello se desprende que «la sociedad naciente dio lugar al horrible estado de guerra». En este «perpetuo estado de guerra» los ricos, que llevan las de perder, proponen la unidad «para proteger a los débiles de la opresión, contener a los ambiciosos y asegurar para cada uno las posesiones de lo que le pertenece». Emerge así la idea de la norma y de la sumisión a «un poder supremo» que gobernaría a todos sin excepción. Aquí descansan los cimientos de la sociedad y de las leyes que, en opinión de Rousseau, «encadenaron de modo novedoso a los débiles y concedieron nuevos poderes a los ricos, que irremediablemente destruyeron la libertad natural, establecieron para siempre las leyes de la propiedad y la desigualdad, transformaron la rápida usurpación en un derecho irrevocable, y en beneficio de unos pocos ambiciosos sujetaron la raza humana al trabajo, la servidumbre y la miseria». El establecimiento del gobierno se desprende de la formación de un cuerpo político mediante la creación de las leyes de la propiedad y la desigualdad. El gobierno se forma mediante un «verdadero contrato entre el pueblo y los jefes que el pueblo elige, un contrato en el que ambas partes se comprometen a observar las leyes que se ordenan en sus artículos y que constituyen los eslabones de su unión». Rousseau rechaza que tanto la conquista por parte de los fuertes como la unión por parte de los débiles sirvan como cimiento para un gobierno. Asimismo rechaza la idea de una natural propensión a la esclavitud, o la noción de que la esclavitud es hereditaria. Más bien es la unión de las voluntades en una sola voluntad, promovida por los ricos, lo que funciona como base para el gobierno. El gobierno es un contrato entre el pueblo y un magistrado «que se liga al uso del poder que se le ha 292
confiado sólo de acuerdo con la intención de los electores, para mantener a cada uno en el disfrute de lo que le pertenece y preferir en todo momento el interés público al propio». Dicho contrato es en principio revocable si es violado por cualquiera de las partes. Una vez clarificado el origen de la desigualdad, Rousseau describe su progreso en las diferentes «revoluciones». En primer lugar, constatamos el establecimiento de la ley y del derecho a la propiedad. En segundo lugar, la institución de los magistrados. Cuando ésta se desintegra por desacuerdos y guerras, aparecen los «líderes ambiciosos» que contribuirán a reestablecer la tranquilidad pero que consideran a los magistrados como «propiedad de la familia». Estos líderes se ven a sí mismos como «propietarios del Estado del que originalmente eran sólo funcionarios», consideran a sus conciudadanos como esclavos y a sí mismos como iguales a los dioses. Es en esta tercera fase cuando el problemático pero legítimo sistema establecido en la segunda fase se convierte en arbitrario, y donde la división entre los ricos y los pobres, o entre los fuertes y los débiles, se convierte en una diferencia entre amos y esclavos, lo que, para Rousseau, «es el último grado de la desigualdad, y la fase a la que todos los demás llegarán hasta que las nuevas revoluciones disuelvan el gobierno o le devuelvan su legitimidad». En resumen, la primera transición a partir del estado de naturaleza es la constituida por la formación de grupos humanos con el fin de luchar contra la escasez. Los^ «salvajes», a los que Rousseau considera el grupo humano más cercano al estado de naturaleza, han permanecido en ese estadio. La invención de la agricultura y la metalurgia, supeditada en parte a la existencia del hierro y el trigo, promovió una primera «gran revolución» a partir de la cual se introdujo la propiedad y desapareció la igualdad. La introducción de la propiedad propició una «competición y rivalidad por una parte, conflictos de intereses por otra, así como un permanente y oculto deseo de obtener ventajas con respecto a los demás». Esta situación conduce «al más terrible estado de guerra», que lleva al establecimiento de la ley para proteger la propiedad. La primera gran revolución se encamina desde la invención de la propiedad hasta el establecimiento de las leyes. Una segunda revolución llega con el contrato social y la institución de magistrados, y una tercera con el auge del despotismo: Es en medio de este desorden y estas revoluciones que el despotismo alza poco a poco su espantosa cabeza y devora todo lo que un día había sido bueno y saludable en todas las partes del Estado, y consigue finalmente pisotear tanto las leyes como a las gen tes y establecerse sobre las ruinas de la república. Serán tiempos de penurias y calamida des; al final todo será consumido por el monstruo, y el pueblo ya no tendrá jefes ni leyes, sino sólo tiranos. 293
- Page 241 and 242: vida subjetiva del negro no puede t
- Page 243 and 244: los simios a través del símbolo m
- Page 245 and 246: cultural que político (al menos en
- Page 247 and 248: su posición, de maximizar el momen
- Page 249 and 250: Fanón cita un test asociativo que
- Page 251 and 252: ningún estudio sobre las concepcio
- Page 253 and 254: mero factor que supone su piel, o s
- Page 255 and 256: na y la dialéctica del reconocimie
- Page 257 and 258: ce mediante la respuesta al fracaso
- Page 259: ción de Fontenot sobre la calidad
- Page 262 and 263: moderna y las ciencias sociales col
- Page 264 and 265: do!»), que tiene el privilegio ont
- Page 266 and 267: piejos de inferioridad y superiorid
- Page 268 and 269: zación respetuosa», los académic
- Page 270 and 271: Colonialidad lingüística y racism
- Page 272 and 273: El racismo europeo, los migrantes y
- Page 274 and 275: cepción alguna por mucho que tenga
- Page 276 and 277: Mientras se quede entre su propio g
- Page 278 and 279: todos de pensamiento y sentimiento
- Page 280 and 281: en la medida en que es malévolo, t
- Page 282 and 283: eurocentrismo (el objetivo de la es
- Page 284 and 285: m ien tos en las ciencias sociales
- Page 286 and 287: sadores del Tercer Mundo, intelectu
- Page 288 and 289: metodológica que marca para Lévi-
- Page 290 and 291: modificada en sociedad por un milla
- Page 294 and 295: Para Rousseau: Ésta es la última
- Page 296 and 297: alización de la desigualdad y la p
- Page 298 and 299: gentes de color, «salvajes» o civ
- Page 300 and 301: cial que se funda en la idea de que
- Page 302 and 303: de la especie». No obstante, añad
- Page 304 and 305: humanizadoras y que pretenden recla
- Page 306 and 307: no (la sociogénesis) y un nuevo id
- Page 309 and 310: Frantz Fanón y la opción decoloni
- Page 311 and 312: ta la ruptura epistémica espacial3
- Page 313 and 314: fundamental a la que Fanón contrib
- Page 315 and 316: jos. El malgache que surge de la re
- Page 317 and 318: lución se oponen solamente en cont
- Page 319 and 320: en tanto que humanos, entonces la i
- Page 321 and 322: La caricatura del encuentro está m
- Page 323 and 324: c) «Desprenderse» significa afirm
- Page 325 and 326: Frantz Fanón, por el contrario, na
- Page 327 and 328: En torno al principio sociogénico:
- Page 329 and 330: cual «la experiencia consciente de
- Page 331 and 332: e, todavía existía una escapatori
- Page 333 and 334: mentada, incluso allí donde difier
- Page 335 and 336: mizado» el hecho de ser completame
- Page 337 and 338: timos cómo el suelo se hunde». Po
- Page 339 and 340: «¡Sucio negro [nigger] !» «Mira
- Page 341 and 342: mentarlo a través de las «miradas
confiado sólo de acuerdo con la intención de los electores, para mantener a cada<br />
uno en el disfrute de lo que le pertenece y preferir en todo momento el interés público<br />
al propio». Dicho contrato es en principio revocable si es violado por cualquiera<br />
de las partes.<br />
Una vez clarificado el origen de la desigualdad, Rousseau describe su progreso<br />
en las diferentes «revoluciones». En primer lugar, constatamos el establecimiento<br />
de la ley y del derecho a la propiedad. En segundo lugar, la institución de los magistrados.<br />
Cuando ésta se desintegra por desacuerdos y guerras, aparecen los «líderes<br />
ambiciosos» que contribuirán a reestablecer la tranquilidad pero que consideran a<br />
los magistrados como «propiedad de la familia». Estos líderes se ven a sí mismos<br />
como «propietarios del Estado del que originalmente eran sólo funcionarios», consideran<br />
a sus conciudadanos como esclavos y a sí mismos como iguales a los dioses.<br />
Es en esta tercera fase cuando el problemático pero legítimo sistema establecido en<br />
la segunda fase se convierte en arbitrario, y donde la división entre los ricos y los pobres,<br />
o entre los fuertes y los débiles, se convierte en una diferencia entre amos y esclavos,<br />
lo que, para Rousseau, «es el último grado de la desigualdad, y la fase a la<br />
que todos los demás llegarán hasta que las nuevas revoluciones disuelvan el gobierno<br />
o le devuelvan su legitimidad».<br />
En resumen, la primera transición a partir del estado de naturaleza es la constituida<br />
por la formación de grupos humanos con el fin de luchar contra la escasez.<br />
Los^ «salvajes», a los que Rousseau considera el grupo humano más cercano al estado<br />
de naturaleza, han permanecido en ese estadio. La invención de la agricultura<br />
y la metalurgia, supeditada en parte a la existencia del hierro y el trigo, promovió<br />
una primera «gran revolución» a partir de la cual se introdujo la propiedad y<br />
desapareció la igualdad. La introducción de la propiedad propició una «competición<br />
y rivalidad por una parte, conflictos de intereses por otra, así como un permanente<br />
y oculto deseo de obtener ventajas con respecto a los demás». Esta situación<br />
conduce «al más terrible estado de guerra», que lleva al establecimiento de la<br />
ley para proteger la propiedad. La primera gran revolución se encamina desde la<br />
invención de la propiedad hasta el establecimiento de las leyes. Una segunda revolución<br />
llega con el contrato social y la institución de magistrados, y una tercera<br />
con el auge del despotismo:<br />
Es en medio de este desorden y estas revoluciones que el despotismo alza poco a<br />
poco su espantosa cabeza y devora todo lo que un día había sido bueno y saludable en<br />
todas las partes del Estado, y consigue finalmente pisotear tanto las leyes como a las gen<br />
tes y establecerse sobre las ruinas de la república. Serán tiempos de penurias y calamida<br />
des; al final todo será consumido por el monstruo, y el pueblo ya no tendrá jefes ni leyes,<br />
sino sólo tiranos.<br />
293