13.05.2013 Views

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

colonizador «ya no recuerda con claridad que una vez fue un hombre; se toma a sí<br />

mismo por un látigo o por una pistola» (p. 16), la violencia es precisamente el medio<br />

a través del cual los colonizados se convierten en hombres. Más adelante señala<br />

que el «europeo tan sólo ha sido capaz de convertirse en hombre a partir de la creación<br />

de esclavos y de monstruos» (p. 26). De modo que daría la impresión de que<br />

Sartre defiende al menos dos concepciones diferentes del ser humano. El colonizador<br />

olvida que es un hombre cuando se vuelve violento, pero la clase particular de<br />

hombre en la que se transforma es dependiente de dicha violencia. Como mencioné<br />

anteriormente, Sartre usa aquí el término hom m e por ser humano, y este subterfugio<br />

tiene una fuerte repercusión en la argumentación. Pero parecería que el colonizador,<br />

que ha olvidado que es un «hombre», se transforma en un látigo o en una pistola en<br />

virtud del enloquecimiento que le produce el miedo a perder su poder absoluto. Parecería<br />

que el colonizador procura atacar precisamente a aquellos hombres a los<br />

que no considera como a hombres y a quienes, en virtud de este encontronazo violento,<br />

corren el riesgo de convertirse del mismo modo en un látigo o en un pistola.<br />

De manera que en este panorama parece condenarse a muchos hombres al olvido.<br />

¿Quiénes son estos hombres olvidados? ¿Y quién, el hombre venidero? Se dice<br />

que el colonizado se convierte en «hombre» a través de la violencia, pero sabemos que<br />

la violencia que el colonizado retoma pertenece en primer término al colono. ¿Pero<br />

se distancia el colonizado de la violencia del colono, y sirve este mismo distancia-<br />

miento como condición previa para «convertirse en ser humano» del colonizado?<br />

Sartre tiene claro que la «ira oculta» que diversas formas de humanismo condenan<br />

constituye en verdad «el último refugio de su humanidad» (p. 18). En esa ira Sartre<br />

lee tanto el resultado del legado colonial como el rechazo de ese mismo legado, un<br />

nudo, una contradicción, que se traduce en un escollo que al final resulta insoportable;<br />

y a partir de entonces en la exigencia de un cambio radical. La violencia se<br />

convierte en una nítida alternativa cuando una vida de constante escasez y de opresión<br />

llega a planteársenos como algo mucho peor que la propia muerte (p. 20). Llegado<br />

este punto, escribe Sartre, «sólo queda una tarea por hacer, un fin por alcanzar:<br />

acabar con el colonialismo por todos los medios que se encuentren en su poder»<br />

(p. 21). El retrato de la violencia insurgente realizado por Sartre se plantea como un<br />

medio de facilitar elementos de comprensión a la persona que vive bajo semejante<br />

opresión. Como tal, sirve en tanto que reconstrucción de un estado psicológico inducido.<br />

También se lee como una racionalización plenamente instrumental en pro<br />

de la violencia y, en esa medida, como una aseveración normativa. De hecho, las acciones<br />

violentas mediante las cuales se alcanza la descolonización son las mismas<br />

que sirven al hombre para «recrearse a sí mismo» (ibid.). Sartre está describiendo<br />

una realidad psicopolítica, pero también está proporcionando, podríamos llegar a<br />

afirmar, un nuevo humanismo capaz de echar por tierra el viejo humanismo, un hu­<br />

206

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!