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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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mentó empleado por los racistas en todas las partes del mundo contra los que no<br />

comparten sus convicciones, merece ser mencionado a causa de su caracter revelador.<br />

«¿Qué pasaría?», dicen estos racistas, «si tuvieras una hija casadera, ¿se la darías<br />

a un negro?». He visto a gente que aparentemente no eran en absoluto racistas perder<br />

todo sentido crítico apeladas por este tipo de argumento. Y es que un argumento<br />

así les afecta a sentimientos muy perturbadores (más exactamente incestuosos),<br />

que empujan al racismo por una reacción de defensa»26. Antes de continuar nos parece<br />

importante hacer la observación siguiente: admitiendo que haya tendencias inconscientes<br />

hacia el incesto, ¿por qué se manifestarían estas tendencias más especialmente<br />

al respecto del negro? ¿En qué difiere, en lo absoluto, un yerno negro de un<br />

yerno blanco? ¿No afloran en los dos casos tendencias inconscientes? ¿Por qué no<br />

pensar, por ejemplo, que el padre se rebela porque, según él, el negro introducirá a su<br />

hija en un universo sexual del que él no posee la llave, las armas, los atributos?<br />

Toda adquisición intelectual reclama una pérdida del potencial sexual. El blanco<br />

civilizado conserva la nostalgia irracional de épocas extraordinarias de licencia sexual,<br />

de escenas orgiásticas, de violaciones no castigadas, de incestos no reprimidos.<br />

Esos fantasmas, en un sentido, responden al instinto de vida de Freud. Proyectando<br />

esas intenciones en el negro, el blanco se comporta «como si» el negro los tuviera<br />

realmente. Cuando se trata del judío, el problema está claro: desconfiamos porque<br />

quiere poseer la riqueza e instalarse en los puestos de mando. El negro está fijado en<br />

lo gepital; o al menos se le ha fijado ahí. Dos ámbitos: el intelectual y el sexual. El<br />

Pensador de Rodin en plena erección: he ahí una imagen chocante. Uno no puede,<br />

decentemente, «ponerse duro» por todas partes. El negro representa el peligro biológico.<br />

El judío el peligro intelectual.<br />

Tener fobia al negro es tener miedo de lo biológico. Porque el negro no es sino<br />

biológico. Son bestias. Viven desnudos. Y sólo Dios sabe... Octave Mannoni escribe<br />

también: «Esa necesidad de encontrar en los monos antropoides, en Calibán o<br />

en los negros, incluso en los judíos, la figura mitológica del sátiro afecta, en el alma<br />

humana, a una profundidadF en la que el pensamiento es confuso y donde la excitación<br />

sexual está extrañamente ligada a la agresividad y a la violencia, recursos de<br />

una gran potencia»28. El autor integra al judío en la gama. No vemos inconveniente.<br />

Pero aquí el negro es amo y señor. Es el especialista en la cuestión: quien dice violación<br />

dice negro.<br />

26 O. Mannoni, P sychologie d e la colonisation, cit., p. 109.<br />

27 Veremos, al considerar las respuestas proporcionadas por el sueño despierto, que esas figuras<br />

mitológicas «arquetípicas« están, en efecto, muy profundas en el alma humana. Cada vez que el individuo<br />

desciende nos encontramos con el negro, ya sea concreta o simbólicamente.<br />

28 Ibid., p. 109<br />

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