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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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plican y determinan las condiciones reales en las que se expresa la sexualidad individual,<br />

y el contenido de los sueños de un ser humano depende también, a fin de<br />

cuentas, de las condiciones generales de la civilización en la que vive»31.<br />

El toro negro furioso no es el falo. Los dos hombres negros no son los dos padres<br />

(uno representante del padre real, el otro el ancestro). He aquí lo que un análisis reposado<br />

hubiera podido dar, sobre la base misma de las conclusiones del señor Mannoni<br />

en el parágrafo precedente, «El culto de los muertos y la familia».<br />

El fusil del tirailleur senegalés no es un pene, sino verdaderamente un fusil Lebel<br />

1916. El buey negro y el bandido no son los lolos, «almas sustanciales», sino verdaderamente<br />

la irrupción, durante el sueño, de fantasmas reales. ¿Qué representa esta<br />

estereotipia, este tema central de los sueños, sino una vuelta al recto camino? Ya<br />

sean tirailleurs negros, ya sean toros negros tachonados de blanco en la cabeza, ya sea<br />

directamente una blanca, muy amable. ¿Qué encontramos una y otra vez en estos<br />

sueños si no esta idea central: «apartarse de la rutina es pasearse en el bosque; se encuentran<br />

con el toro que los devuelve derechitos a casa»32?<br />

Malgaches, estad tranquilos, quedaos en vuestro lugar.<br />

Tras haber descrito la psicología malgache, Octave Mannoni se propone explicar<br />

la razón de ser del colonialismo. Al hacer esto, añade un nuevo complejo a la lista<br />

preexistente: el «complejo de Próspero», definido como el conjunto de disposiciones<br />

neuróticas inconscientes que dibujan a la vez «la figura del paternalismo colonial»<br />

y «el retrato del racista cuya hija ha sido objeto de un intento de violación<br />

(imaginario) por parte de un ser inferior»33.<br />

Próspero es, como vemos, el personaje principal de la obra de Shakespeare La<br />

tem pestad. Enfrente se hallan Miranda, su hija, y Calibán. Ante Calibán, Próspero<br />

adopta una actitud que los americanos del Sur conocen bien. ¿No dicen ellos que<br />

los negros esperan la menor oportunidad de arrojarse sobre las mujeres <strong>blancas</strong>? En<br />

todo caso, lo interesante en esta parte de la obra es la intensidad con la que Octave<br />

Mannoni nos hace comprender los conflictos mal liquidados que parecen estar en la<br />

base de la vocación colonial. En efecto, nos dice,<br />

lo que le falta al colono y a Próspero, de ahí su decepción, es el mundo de los Otros, don­<br />

de los otros se hacen respetar. El tipo colonial ha abandonado ese mundo, perseguido por<br />

la dificultad de admitir a los hombres tal y como son. Esta fuga se relaciona con una ne­<br />

cesidad de dominación de origen infantil que la adaptación a lo social no ha logrado dis­<br />

ciplinar. Poco importa que el colonial haya cedido «a la sola inquietud de viajar», al de­<br />

31 Pierre Naville, P sychologie, marxisme, m atérialisme, París, Marcel Riviére et Cíe., 1948, p. 151.<br />

32 O. Mannoni, , p. 71.<br />

33 Ibid., p. 108.<br />

108

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