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Piel negra, máscaras blancas - gesamtausgabe

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cas, pues, como todo el mundo ha dicho, existen relaciones internas entre la conciencia<br />

y el contexto social.<br />

¿Las consecuencias económicas? ¡Pero lo que hay que hacer es el juicio a la colonización<br />

!<br />

Sigamos nuestro estudio.<br />

En términos abstractos, el malgache puede soportar no ser un hombre blanco. Lo<br />

que le resulta cruel es el haber descubierto primero que es un hombre (por identificación)<br />

y después que esta unidad se divide en blancos y negros. Si el malgache «abandonado»<br />

o «traicionado» conserva su identificación, ésta se vuelve entonces reivindica-<br />

dora; y él exigirá igualdades de las que no sentía para nada la necesidad. Esas<br />

igualdades le habrían resultado ventajosas antes de haberlas reclamado, pero después<br />

son un remedio insuficiente para sus males: pues todo progreso en las igualdades posibles<br />

hará aún más insoportables las diferencias que de golpe aparecen como dolorosamente<br />

imborrables. De esta forma pasa (el malgache) de la dependencia a la inferioridad<br />

psicológica23.<br />

Aquí de nuevo nos topamos con el mismo malentendido. Es en efecto evidente<br />

que el malgache puede perfectamente soportar no ser un blanco. Un malgache es<br />

un malgache; o, mejor no, un malgache no es un malgache, su «malgachería» no<br />

existe en absoluto. Si es malgache lo es porque llega el blanco y si, en un momento<br />

dado de su historia, se ha visto conducido a plantearse la cuestión de saber si era<br />

o no un hombre, es porque se le discutía esa realidad de hombre. Dicho de otro<br />

modo, yo empiezo a sufrir por no ser un blanco en la medida en la que el hombre<br />

blanco me impone una discriminación, hace de mí un colonizado, me arrebata todo<br />

valor, toda originalidad, me dice que yo parasíto el mundo, que tengo que ponerme,<br />

lo más rápidamente posible, a la altura del mundo blanco, «que soy una bestia;<br />

que mi pueblo y yo somos un repugnante estercolero ambulante que prometía tiernas<br />

cañas y algodón sedoso, y que no tengo nada que hacer en el mundo»24. Entonces<br />

intentaré simplemente hacerme blanco, es decir, obligaré al blanco a reconocer<br />

mi humanidad. Pero, nos dirá Mannoni, no podéis, porque en lo más profundo de<br />

vosotros existe un complejo de dependencia.<br />

«No todos los pueblos son aptos para ser colonizados, sólo aquellos que poseen<br />

esa necesidad». Y, más adelante: «Casi en todas partes donde los europeos han fundado<br />

colonias del tipo de las que actualmente “se cuestionan” se puede decir que se<br />

les esperaba e incluso se les deseaba en el inconsciente de sus súbditos. Por todas<br />

23 Ibid., p. 85.<br />

24 A. C ésaire, Cahier d ’un retour au pays natal, cit.; R etorno al país natal, cit.,p,43.<br />

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