CXXV Años de Fiesta brava Parte 8

CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
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alquier
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CRÓNICA TAURINA
Primera Bueyada en la Plaza Real.
(17-05-1887)
parecido, o comparación
que se haga, entre la
esquemática crónica de D.
José María Rojas Guillén, sobre
la corrida de bueyes celebrada
en la Plaza Real de El Puerto
de Santa María la tarde del (17-04-1887) -que
estaba anunciada para el domingo anterior,
día 10, y que fue suspendida por el mal
tiempo-, y la amplia exposición que sobre las
«corridas de bueyes bravos» que nos dejó
escrita D. Manuel Martínez Alfonso, parecería
algo exclusivamente anecdótico.
Como veremos después, en el
Reportaje Taurino Nº V, se ha designado
siempre, al toro falto de coraje y bravura -
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1887
pero, ¡ciudado!, porque algunos son temibles,
más que por su bravura y nobleza, por sus
malas intenciones-; pero y, por lo tanto, poco
apropiados para ser lidiados en una plaza de
toros. De ahí el doble contrasentido de torear
bueyes, y adjetivarlos de «bravos.»
Pero, nuevamente digo: ¡cuidado!, por
que semejante doble contrasentido y
adjetivación tiene su origen en una sabia
apreciación popular entre quienes manejan y
torean este tipo de animales, ya que pareja
con la característica de tener algunos mucho
sentido y malicia, otros, los menos, suelen
ser extraordinarios para cumplir en el último
tercio (*), tal y como volveremos a repetirlo.
(*) De los «bueyes bravos» que hemos estudiado nos encontramos con uno singular. Se
llamaba Pajarito, con todas las características de un abueyado: «negro, con patotas tipo
elefante y hocicudo, grande y viejo, ya con siete años, sin aspecto de bravo... todos pensaron
que seria manso de solemnidad. Era de la ganadería mexicana de los Madrazos y lo
embarcaron para la corrida celebrada en la antigua Plaza de Toros San Pedro, en la ciudad
de Zacatecas, la tarde del (16-09-1971). En aquella ocasió se enfrentaron mano a mano los
diestros mexicanos Eloy Cavazos y Raúl García.
A lo que vamos. Se embarcó para completar la corrida, y sobre la marcha lo bautizaron
con ese nombre. La preocupación por lo que haría el toro en la plaza crecía en la medida que
llegaba la hora de lidiarlo. Al desembarcarlo, aunque a Pajarito le dieron chichara, patadas
y latigazos, no quería salir del escondite de madera. Le tocó en serte a Eloy Cavazos. Ya
desde que lo había visto en los corrales el apoderado del matador, el español don Rafael
Báez, se había quedado de una pieza y estaba convencido de que no embestiría. Salió aquel
supuestamente aprendiz de toro bravo. El toro una vez en el ruedo, como hacen los mansos,
ni caso le hacía a Eloy, que le buscó y buscó, mientras Pajarito, como subido en una rama,
miraba hacia todas partes del tendido. No sabemos cómo, el regiomontano Cavazos logró
al fin que se arrancara, le hizo un faenón con la muleta y lo mató admirablemente, logrando
una impresionante ovación, las orejas y el rabo del buey, que como tonto se metió en la
muleta hasta la muerte.
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CXXV Años de Fiesta Brava
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TOMO I : 1880-1889
La «Crónica de D. José María Rojas Guillén.»
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eguidamente, un ejemplo de una de las más de 1.200 crónicas rescatadas
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por D. José María Rojas Guillén -semejante 12345678
trabajo, titulado «UN DÍA DE
TOROS», más un CD con igual número de carteles a 12345678
las crónicas, le debió
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ocupar un lustro de esforzado trabajo y encomiable dedicación, 12345678
que valoramos
en toda su dimensión-, de la «Primera Corridas de Bueyes» celebrada en 12345678
la
Plaza Real de El Puerto de Santa María, la tarde del (17-04-1887), en la que alternaron los
novilleros Manuel Caballero, Ramón Leonisio (Gargollo) y Fernando Pacheco, que literalmente
dice:
«Debido al mal tiempo se celebró en esta fecha, a pesar de
estar anunciado para el 10 de abril. Los tres diestros de El Puerto.
Por disposición del Sr. Gobernador no se corrió el toro llamado del
Aguardiente.
Con el cielo espléndido, sol brillante a ratos y otros corriendo
por el espacio paradas nubes, pasó el día de ayer. El empresario de
la plaza recaudó lo que de fijo no esperaba, pues la entrada fue tan
grande como pueda desear el más ávido en semejante clase de
negocio; más vale así, esto alentará a otros, y como la afición a la
tauromaquia hace progreso en esta tierra de María Santísima,
podremos tener un verano en el que las corridas menudeen y la
gente se gaste los cuartos viendo quiebros, galleos y buenas
estocadas, procurando olvidar que el comercio y la industria agonizan
de tísis galopante. Los aficionados y profesionales trabajaron todos
con buenos deseos, distinguiéndose por su generosidad el inteligente
Ramón Leonisio (Gargollo). La Sociedad de la Lidia proyecta dar
una becerrada para fines de mes.
*Cuadrilla de Caballero: Picador, Manuel Bretón, de El Puerto.
Banderilleros: Manuel Cáceres y Alonso Romero,
ambos de El Puerto.
*Cuadrilla de Leonisio: Picador, Pedro Sánchez (Membrilla),
de Jerez de la Frontera.
Banderilleros: José Leonisio, de El Puerto, y José
Victoriano, de Sevilla.
*Cuadrilla de Pacheco: Juan García, de Vejer de la Frontera.
Banderilleros: Antonio Valle, de San Fernando y
Manuel Vázquez,de Utrera.
Cachetero: Francisco Niño, de El Puerto.»
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CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
on el vocablo «buey»- siguien-
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do al 12345678 erudito últimamente
12345678
citado-, se ha designado
12345678
siempre, 12345678 en el lenguaje popular
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de la rica jerga taurina, 12345678
al toro
falto de coraje y bravura 12345678
-pero,
¡ciudado!, porque algunos son temibles, más
que por su bravura y nobleza, por sus malas
intenciones-, y, por lo tanto, poco apropiados
para ser lidiados en una plaza de toros. De
ahí el doble contrasentido de torear bueyes,
y adjetivarlos como «bravos.»
Pero, nuevamente decimos que:
¡cuidado!, porque semejante doble
contrasentido y adjetivación tienen su origen
en una sabia apreciación popular entre
quienes manejan y torean este tipo de
animales, ya que pareja con la característica
de tener algunos mucha malicia, otros, los
menos, suelen ser extraordinarios para
cumplir en el último tercio, como ya quedó
reseñado.
Tales corridas de bueyes o palurdos
bravos se celebraron en varias ocasiones en
la PLaza Real de El Puerto de Santa María
en los años que venimos cronológicamente
reseñando. De que se hayan dado en otras
plazas no tenemos en verdad referencias
fiables, pero sí de que se trata de espectáculos
de ínfima categoría y, por tanto, de
seudo novilladas intrascendentes. Con todo,
siempre de mayor envergadura que esas
otras modernas novilladas sin picadores, con
erales capachos de encornaduras, todos
cortados por la misma tijera, tan frecuentes
en nuestros tiempos.
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REPORTAJE TAURINO
(V)
Las «Corridas de Bueyes.»
(17-04-1887)
La primera de estas fiestas, anunciadas
en principio para el domingo (10-04-
1887), y aplazada por el mal tiempo, se
celebró una semana después. Los carteles
la anunciaban tímidamente como «corridas
de bueyes.» Y no debió dar mal resultado
económico, asegura D. Manuel Martínez
Alfonso, porque para el 29 del siguiente mes
de mayo se anunció otra corrida, esta vez
añadiéndole el calificativo de «bravos» a la
palabra «bueyes», y aumentando considerablemente
el tamaño de las letras que componían
tales palabras. Ya en los sucesivos
carteles, la frase «corridas de bueyes bravos»
sería lo que de manera detonante, vendría a
destacar, por su gruesa y negra tipografía,
en todo el texto del cartel.
Se dieron en total, como veremos en
las próximas «Crónicas Taurinas», hasta
cinco «bueyadas» en la temporada que
reseñamos. Y aún estaba otra proyectada,
que por causas particulares de la Empresa,
no llegó a celebrarse. Luego, en 1888, se
corrió otra más, con fecha 7 de octubre. En
ella, el carácter de novillada comarcal -
siguiendo a D. Manuel Martínez Alfonso-, que
habían tenido las anteriores corridas, tomó
ya un sesgo equívoco que acabó en la payasada,
mojiganga y, en suma, en el espectáculo
bufo.
Después de una primera parte en la
que se toreba más o menos seriamente, se
lidiaban cuatro de los seis bueyes o palurdos
anunciados por las cuadrillas de Fernando
Pacheco, de El Puerto, y Miguel Morales, de
Cádiz, se anunció la alternativa bufona que
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CXXV Años de Fiesta Brava
el diestro José Prat (El Artivé), se disponía a
dar «al incomparable, valiente y arrojado
diestro Frascuelo II .» En las entradas se
hacía igualmente constar que «El Artivé» se
comprometía a «dar el cambio de rodillas y
poner banderillas en silla a la res que le
correspondiera», y en cuanto al llamado
«Frascuelo II» se aseguraba que estaba
dispuesto a ejecutar «cuantas suertes se
conocen y otras muchas inventadas por él.»
El plato para una divertida bufonada estaba
servido en estas corridass de bueyes.
Como era lógico, el respetable se
quedó una vez más con las ganas de averiguar
en qué consistían las «nuevas suertes
originales» del extraño revolucionario del
toreo. Porque el tal «Frascuelo II» no llegó ni
siquiera a pisar la arena. En un impreso
posterior de anunciaba que una indisposición
le obligó lamentablemente a no participar en
el espectáculo, pero el cebo para atraer a los
curiosos fue debidamente aireado.
Y es que no existió, como en la
mayoría de la casiones, tal indisposición; o
mejor dicho, sí la hubo; pero no con el
carácter de fortuíta. En el correspondiente
expediente de la corrida, guardado en el
Archivo Municipal, existe una carta del
Gobernador Civil al Alcalde de El Puerto, que
entre otras cosas dice:
«Mis informes respecto al citado
Gómez –se refiere al anunciado como
Frascuelo II, que por su apellido más le
hubiese cuadrado el de El Gallo II-, me lo
presentan como incapaz para el trabajo que
se proyecta encomendarle, pues no sólo
carece de condiciones para el caso, sino que
también se encuentra enfermo de parálisis y
epilepsia, y apenas puede dar un paso sin
ayuda de muleta. Como Vd. comprenderá,
yo no puedo permitir que se abuse de este
desgraciado, ni Vd. como Alcalde puede
favorecer tal inhumanidad.» No creía D.
Manuel Martínez «que los informes de todo
un Gobernador fueran a resultar falsos, pero
tan magistral escritor no sabe hasta dónde
puede llegar inventando estratagemas el
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TOMO I : 1880-1889
miedo. Pero igualmente resulta difícil de
crédito la crueldad o inconsciencia de quienes
tal actuación preparaban… la buena fe de D.
Manuel no alcanzó a comprender hasta
dónde son capaces de llegar algunos seudo
taurinos con tal de reírse de un pobre torero.
La verdad es que esta fue la última corrida
de bueyes anunciada en la Plaza Real.
Las demás corridas de toros se
desarrollaron, en cambio, bajo el signo de la
seriedad y con toda normalidad, y vinieron a
servir a modo de entrenamiento, y aún de
lucimiento, para valores incipientes, locales
o comarcales, tales como los novilleros
Manuel Caballero, Ramón Leonisio
(Gargollo), Fernando Pacheco -este actuaba
también como puntillero (01-06-1890)- y José
Rodríguez (Pepete), ya citados, especialmente
Caballero, que en la del 25 de septiembre
celebraba una especie de festejobeneficio
para sufragarse los gastos de un
traje de luces y a manera de despedida de
su pueblo, antes de partir para las Américas.
El solo se comprometió a estoquear, como
veremos en la Crónica Taurina correspondiente,
los seis fieros bueyes de la tarde.
Únicamente una de las cinco corridas
de bueyes de la temporada de 1887 en la
Plaza Real de El Puerto de Santa María tuvo
carácter burlesco o de populachera capea de
pueblo, como el peculiar nombrecito hacía
suponer. Fue la tercera, celebrada el 24 de
junio, día de San Juan, y en ella se anunciaban
cinco bueyes bravos, cuatro de muerte y uno
de capeo, los primeros para ser lidiados por
otros tantos aficionados, cuyo nombres poco
deben interesar, y el último para dar unos
cuantos sustos y no pocos revolcones a
cuantos espectadores osasen, eso sí, de forma
totalmente voluntaria, a emular las
proezas de las grandes figuras. El cartel lo
explicaba, con esta equívoca expresión: «a
beneficio del público.» Sin duda, Manuel
Caballero, «beneficiando a la nutrida
concurrencia», logró el soñado objetivo de
contar con una traje de torear, al menos para
presentarse en América.
El Puerto de Santa María - 2008

CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
Primera Bueyada y Sexta Corrida Suspendida en la Plaza Real
(17-04-1887)
«Nada más nos resta por añadir, a
modo de regalo, D. Manuel Martínez Alfonso,
para satisfacción del curioso aficionado, que
las reses lidiadas en aquellas corridas de
bueyes -tal vez las únicas hasta finales de la
década de 1960 en la historia de las Plazas
españolas-, fueron de las siguientes ganaderías:
De D. Manuel Parrilla y de D.
Francisco Mateos, ambas de Vejer; de D.
Sebastián Pérez Morillo, de Grazalema; de
D. Fernando Dueñas Pérez, de Cortes de la
Frontera; de D. José Fernández Ríos, antes
Varela, de Medina Sidonia; y del Excmo. Sr.
El Puerto de Santa María - 2008
Marqués de Villa Seca, de Colmenar Viejo
(Madrid); es decir, que menos la última, todas
eran de la provincia de Cádiz.
Con esto ponemos fin al Reportaje
Taurino Nº V dedicado a las «Corridas de
Bueyes Bravos», que si bien no tuvieron
relevancia artistica alguna, sí satisfacen, por
un lado, la curiosidad de los aficionados y,
por el otro, enriquecen el acervo de las
distintas denominaciones con se designa a
la Fiesta Nacional -corridas, novilladas,
becerradas-, a las que hay que añadir, en lo
sucesivo, la de «bueyada.»
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CXXV Años de Fiesta Brava
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Antonio Calderón Díaz
Antonio Calderón Díaz.
TOMO I : 1880-1889
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a Plaza Real no se inauguró a tiempo para ver 12345678
en ella al gran picador Antonio
Calderón Díaz, nacido y muerto en Alcalá de 12345678
Guadaira (1821-1889), a los 78
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años de edad, cuando se encontraba retirado en su villa 12345678
natal, tras disfrutar
diez años de plena tranquilidad con los suyos en su hogar, después 12345678
de treinta
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y un años que permaneció en activo, que debieron ser entre 1848 y 1879; pero
sí queremos recordarle al citar a su hijo Antonio. Sirvió a las órdenes de los mejores espadas
de su época, entre ellos el Chiclanero, Cúchares, el Salamanquino, el Tato y el Gordito. En
cambio si lo vieron los aficionados portuenses: Actuó en 1858 y la segunda vez el (26-07-
1869) –nueve años y tres días de la primera-, en la que alternaron, los mismos diestros que
inauguraron nuestra Plaza Real: Gordito y Lagartijo, actuando en tanda con Onofre Álvarez
y Antonio Mondéjar (Juaneca), siendo el principal protagonista el astado, llamado Gordito,
negro, pequeño, pero bien criado, de don José López Cordero, al que le asestaron 30 varas,
matando 21 caballos. Al tocar a banderillas, el público, impresionado por la increíble bravura
del toro, pidió le fuera perdonada la vida; accedió el presidente, y fue retirado a los corrales,
en donde murió a consecuencia de las heridas. Así que, cronológicamente, fue el segundo
toro indultado en la Plaza Real.Dicho lo anterior, nos despedimos de Antonio Calderón Díaz,
reconociendo su popularidad, que fue tan grande como su mérito. Su brazo derecho era
poderosísimo y sujetaba y castigaba duramente a los toros. Sus condiciones de jinete eran
magníficas, aunque acaso no llegó en esto a la altura de su hermano Francisco. Su simpática
jechura viril, de hombre afable y honesto, al mismo tiempo de campo y de rumbo, es estampa
taurina, de la que ha quedado testimonio en un memorable dibujo de Gustavo Doré.
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CRÓNICA TAURINA
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Primra Corrida de la Temporada: 6 Toros para Hermosilla.
(22-05-1887)
treinta años, es decir, de 1880
a 1910, como puede verse al
pie de estas líneas, el diestro
sanluqueño Manuel Hermosilla
y Llanera toreó en la Plaza Real
de El Puerto de Santa María en
DIECIOCHO ocasiones; dos en la temporada
de 1887. La primera la tarde del 22 de mayo
y la segunda el 28 de agosto. En la del día 22
actuó con el entonces novillero Francisco
Avilés (Currito), que sustituía al diestro Manuel
Fuentes Bejarano (Bocanegra), ya que el Dr.
Antonio Izquierdo, mediante un telegrama,
enviado el día antes al Empresario desde
Córdoba, le informaba que se le prohibía
trabajar al diestro.
La crónica dice al respecto:
«Telegrama: Córdoba, 21-Bocanegra.
Arrebatado cabeza al salir para el tren.
Médico prohibe trabajar.- Doctor Antonio
Izquierdo.»
Después continúa diciendo: «La
entrada floja. La corrida celebrada ayer en El
Puerto fue mala. Los toros blandos y sin
bravura para los caballos. Soportaron entre
todos nada más que 31 varas. Los nombres
de los astados fueron:
1º Español, con el nº 8, colorado claro
y bien puesto, correspondió a Hermosilla y le
hizo una faena anodina, pero lo mató con
brevedad.
2º Carpintero, con el nº 31;negro,
bizco y astillado del derecho, fue para
Francisco Avilés, que no tenía alternativa ni
cartel para esta corrida, realizando una faena
sin lucimiento alguno, al igual que con su
segundo enemigo. Este toro tenía una herida
contusa e inflamada en el hipocondrio
derecho, que no le perturbaba el movimiento
de la extremidad.
3º Grillero, con el nº 99, castaño,
bragado, coletero y bien puesto, fue el
segundo de Hermosilla, al que no le pudo
hacer faena, pero sí lo mató con brevedad.
4º Relamido, con el nº 30, chorreado
en verdugo y bien puesto, segundo de Avilés,
fue fogueado y su faena fue mediana.
5º Malagueño, con el nº 23, castaño
bragado y bien puesto, fue el último de
Hermosilla, destacando sólo en los quites a
éste y los demás toros, pero mal con la
espada.
6º Cabrito, con el nº 57, cenizo,
bragado y bien puesto se cerró la corrida y
con él estuvo bien Avilés.
Los toros de López Plata, mataron
entre todos sólo cuatro caballos. Los bande-
HERMOSILLA y LLANERA, Manuel.
1) (26-07-1880) Ildefonso Núñez de Prado
2) (05-09-1880) Eduardo Shelly.
3) (24-07-1881) Rafael Laffite.
4) (28-08-1881) Hnas. Núñez de Prado.
5) (02-09-1883) Ignacio Martín.
6) (23-03-1884) Manuel Valladares.
7) (24-06-1884) Viuda del Saltillo.
8) (03-08-1884) Joaquín Enriles.
9) (01-11-1884) Julio Laffitte.
10) (26-07-1885) Duque de Veragua XIV.
11) (23-05-1886) Duque de Veragua XIV.
12) (11-07-1886) Rafael Surga.
13) (22-05-1887) López Plata.
14) (28-08-1887) Heras, Cámara y Torres
Cortina.
15) (31-08-1890) Valladares y Ordóñez,
6 toros y de Valentín Collantes, 2.
16) (21-06-1891) Viuda de Muruve.
17) (28-08-1898) José María de la Cámara.
18) (26-06-1910) Rafael Surga.
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CXXV Años de Fiesta Brava
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TOMO I : 1880-1889
Cartel de Toros de El Puerto de Santa María, de la corrida del (22-05-1887) .
rilleros pusieron buenos pares, sobresaliendo
en la brega Campos -debe tratarse de Manuely
Manuel Antolín. Los picadores, ante toros
tan blandos, se limitaron a cumplir, y fueron:
Rafael Caballero, Ramón Sánchez, Antonio
Calderón (hijo), Miguel Salguero y Adolfo
Lobatón.
*Francisco Avilés (Currito), matador
de novillos, nacido en Sevilla el (17-09-1855).
Aún era un jovencito cuando apareció en
Sevilla como jefe de una cuadrilla de toreros
cordobeses, que fueron después los célebres
Rafael Rodríguez (Mogino), Rafael Guerra
(Guerrita) y Rafael Bejarano (Torerito). Actuó
como matador de novillos en algunas plazas
importantes, y el (25-03-1886) hizo su
presentación en la plaza de Madrid y el (22-
05-1887) en la Plaza Real, de El Puerto de
Santa María, no volviendo a verse su nombre
en los carteles. Después trabajó con toreros
famosos, como José Sánchez del Campo
(Cara-Ancha) y Mazzantini. Realizó varias
excursiones a América, donde adquirió gran
popularidad. La cogida más grave la tuvo en
Higuera, junto a Aracena (Huelva), en 1882,
sufriendo una cornada que puso en peligro
su vida. El (19-10-1884), el toro Bizcochero,
de Arribas Hermanos, le produjo en la plaza
de Cádiz otra herida de gravedad. «Es un
banderillero que mata novillos -escribe
Sánchez de Neira al juzgarlo-, y un matador
de reses bravas en poblaciones de segundo
orden que pone banderillas. Extremadamente
bien no hace ni lo uno ni lo otro; pero trabaja
muy regularmente, con mucha fe y grandes
deseos; esperábamos conocerle con un
nombre acreditado en el toreo, pero ya vamos
perdiendo las esperanzas, porque ha dejado
de pasar sus mejores tiempos.»
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la crónica de la
segunda corrida de bueyes
bravos, de D. Francisco Mateos
celebrada en la Plaza Real la
tarde del (29-05-1887), que
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dice: «La última novillada
verificada el pasado domingo debió producirle
buenas ganancias al Empresario, porque la
entrada fue la mayor que es posible en tales
casos, y nos alegramos de este resultado,
toda vez que dicho asentista es un hombre
muy trabajador y padre de diez hijos. Háblase
del reciente fracaso sufrido en la semana
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CRÓNICA TAURINA 3-52
Segunda Bueyada en la Plaza Real.
(29-05-1887)
pasada por dos apreciables y muy ricos
industriales en sus deseos de que el famoso
Mazzantini estoqueara seis toros en este
circo el día de San Antonio -12 de junio-, por
35.000 reales y un tren a su disposición,
abonado por ellos; pero no hubo arreglo
porque las condiciones exigidas se salían
del presupesto, calculado en siete mil duros.
Está visto y archidemostrado que El Puerto
es poco feliz en asuntos taurinos... y así
sigue. La Sociedad «La Lidia» dará una
función de 4 becerros para el siguuiente
domingo, según su presidente, D. P. Utrera.»
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cuenta sigue... y esta es la
tercera bueyada de la temporada
en la Plaza Real,
celebrada el (24-06-1887), que
se corrieron 5 «bueyes bravos»,
propiedad de D. Sebastián
Pérez Morillo -uno de ellos para capeo-,
para los valientes novilleros Eduardo Misud,
Manuel Torreira, Fernando Pacheco y
Sebastián Andrades. Según la crónica fue una
fiesta de carácter populachero, de capea de
pueblo. El cartel anunciaba «a beneficio del
público», por lo que la demagogia estaba ya
establecida en la Fiesta Brava.
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CRÓNICA TAURINA
Tercera Bueyada en la Plaza Real.
(24-06-1887)
TOMO I : 1880-1889
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Los picadores que actuaron fueron:
Francisco Riqué, de Medina Sidonia;
Manuel Gallardo, de El Puerto; Francisco
Navarro, de Sanlúcar de Barrameda; y José
Gallardo, de El Puerto. Todos de la provincia
de Cádiz.
Los banderilleros:
José Tizón, de El Puerto; José Mogué,
de Sanlúcar; Manuel Valencia, también de
Sanlúcar; Manuel Benítez, de El Puerto; José
Morales, de Cádiz,; Antonio Jiménez, de
Chiclana de la Frontera.
Puntillero:
Manuel Valencia, de Sanlúcar.
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ue la segunda corrida formal de
la temporada de 1887, celebrada
en la Plaza Real de El Puerto
de Santa María, la tarde del día
24 de julio, con seis toros de D.
Rafael Surga, para los diestros
Manuel Fuentes (Bocanegra) y José Centeno,
en un mano a mano y llevando como media
espada al novillero gaditano Juan José Villegas
(El Loco).
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CRÓNICA TAURINA 5-54
Segunda Corrida de la Temporada.
(24-07-1887)
La crónica y el cartel, rescatados por
D. José María Rojas Guillén, reseña lo
siguiente:«La corrida verificada ayer en El
Puerto de Santa María fue muy mala -éste ya
había presentando por primera vez dos toros
en El Puerto la tarde del (23-05-1886) y seis
astado la del 11 de julio del mismo año-,
solamente el primer toro cumplió en varas;
los demás blandos y sin poder en la cabeza,
dieron escaso juego. Y llevaron los nombres:
281

CXXV Años de Fiesta Brava
1º Calzones, cárdeno salpicado y
cornialto, correspondió a Manuel Fuentes
Bejarano (Bocanegra), y nada sabemos del
úmero de varas que aguantó, más sí que
«cumplió» en el primer tercio, pasando a
manos del diestro cordobés, que le hizo una
buena faena de muleta, rematándolo con una
estocada algo caída.
2º Enamorado, castaño hosco y
cornigacho, fue para José Centeno, y nada
sabemos del número de varas que aguantó,
observando los espectadores que el diestro
había adelantado poco con la muleta, para
seguidamente, herirlo mal, resultando en
conjunto su labor mediana.
3º Limeto, cárdeno salpicado y
cornialto , correspondió a Manuel Fuentes
Bejarano (Bocanegra), y nada sabemos de
las varas que aguantó, que serían las mínimas
debido a su blandura, pasando a manos del
diestro cordobés, que le hizo, como a su
primero, una buena faena de muleta,
rematándolo con estocada algo caída.
4º Barbero, negro, entrepelado,
cornicorto y bien puesto, fue el segundo de
José Centeno, y tampoco sabemos el
número de varas que aguantó, observando
los espectadores, tal y como en su primero,
que el diestro había adelantado poco con la
muleta, para igual que con el otro, herirlo mal,
resultando en conjunto su labor mediana.
5º Cigarrito, colorado, bragado y bien
puesto, fue para Juan José Villegas (El
Loco) -los dos últimos fueron estoqueados
por el media espada-, que si bien no hizo nada
notable con la muleta, lo mató de una certera
282
TOMO I : 1880-1889
estocada, superando a los alternantes, tanto
en valentía como en temeridad, a la vez que
estuvo afortunado.
6º Campolargo, negro bragado y
bien puesto, correspondió a El Loco y aunque
no sabemos las varas que aguantó, sí que lo
mató muy certeramente, hiriendo a sus dos
enemigos en mejor sitio de los tres espadas,
manifestándose siempre valiente y decidido,
aunque a veces de forma temeraria, tratando
de agradar a sus paisanos.
El sobrero llevó el nombre de
Chocolate, de pelaje castaño albardado y
todos llevaron el hierro +
RESUMEN:
*En la dirección de la lidia, todos mal,
pues cada uno hacía lo que quería.
*Los banderilleros realizaron muy mal
su trabajo.
*Los picadores, peor si cabe, mereciendo
el rigor de la Presidencia, aunque no
estuvo muy en lo firme.
*El público escaso, unas 5.000 almas.
*Cuadrilla de Manuel Fuentes (Bocanegra):
Picadores, Ramón Sánchez (Postigo)
y Adolfo Lobato (Virutas).
Banderilleros, Pedro Campo, Antonio
Fuentes (Hito) y Antonio García (Fatigas).
Puntillero, Enrique Jiménez (El
Mellizo).
*Cuadrilla de José Centeno:
Picadores, Fernando Martínez, de El
Puerto y José Coito (Charpa).
Banderilleros, Antonio García (El
Morenito), Carlos Borrego (Zocato) y Antonio
Miranda (El Pipo).
Puntillero, Manuel Gallardo (hijo).
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CRÓNICA TAURINA 6-55
Primera Corrida «goyesca» en la Plaza Real.
(28-08-1887)
l (24-06-1880) se anunciaron
por primera vez, en la Plaza
Real de El Puerto de Santa
María, nueve astados, tres por
cada una de la tercia de ganaderías,
pero que además incluyera
la participación de dos señores rejoneadores,
ha sido la única vez, y más, si se
tiene en cuenta que tuvo tintes de una especie
de corrrida «goyesca.». Esto ocurrió la tarde
del (28-08-1887), en la tercera corrida formal
de aquella temporada en la que se celebraron
8 festejos: 3 corridas y 5 de «bueyes bravos.»
En esta corrida el sol estaba lleno y media la
sombra.
Los rejoneadores fueron D. Francisco
Posada y D. José Fernandez, y los diestros:
Francisco Arjona Reyes (Currito), Manuel
Hermosilla y José Centeno.
Los nueve toros fueron:
3 de D. Juan Manuel Heras.
3 de D. José María de la Cámara.
3 de D. Josè Torres Cortina.
Sigamos la reseña oficial -el cartel
aparece en las siguientes páginas-, que dice
textualmente: « Especie de corrida goyesca,
en la que el rejoneador D. Francisco Posada
iba disfrazado de El Cid Campeador (Rodrigo
Díaz de Vivar) y pretendía alancear toros
como el legendario personaje. Su jaca resultó
herida en el primer lance, y como no traía jaca
de repuesto, allí acabó el simulacro de corrida
medieval. José Fernández, disfrazado de
Pepe-Hillo, mostró la lidia de aquellos tiempos
de Goya y Luciente.
La corrida verificada en El Puerto
pecó bastante de aburrida. El caballero en
plaza tuvo que retirarse con la primera jaca
herida por el toro en el primer lance. Tras esto
se presentaron las cuadrillas con trajes de la
época de José Delgado (Pepe-Hillo). Lidiaron,
banderilleraon y estoquearon dos toros, que
como el anterior, pertenecía a D. Juan Manuel
Heras. Después se lidiaron 3 de D. José María
de la Cámara y otros 3 de D. José Torres
Cortina, para los diestros de a pie citados:
Los toros, de los que sobresalieron
los 3 de D. José María de la Cámara, mataron
entre los seis, a razón de un caballo cada
cada uno y fueron bautizados con los
nombres de:
1º Clavelito, colorado, bragado,
ojinegro y bien puesto, era del ganadero Heras
y fue para el primer rejoneador, hiriéndole la
jaca al primer lance, acabando ahí toda su
abortada actuación.
2º Pajarraco, cárdeno y corniabierto,
de la vacada de D. Juan Manuel Heras,
también fue destinado al segundo rejoneador,
que lo lidió, banderilleó y estoqueó a la usanza
de Pepe-Hillo.
3º Cigarrero, negro meano y bien
puesto, tercero del Sr. Heras, también fue
destinado al segundo rejoneador, que lo lidió,
banderilleó y estoqueó a la usanza de Pepe-
Hillo, al igual que a Pajarraco.
4º Disciplino, berrendo en colorado
y cornigacho, fue el primero de los tres toros
de D. José María de la Cámara y correspondió
al diestro sevillano Francisco Arjona
Reyes (Currito). Fue un astado notable y el
283

CXXV Años de Fiesta Brava
diestro estuvo bastante desacertado, tanto en
la brega como con la muleta así como en la
suerte suprema.
5º Potoco, con el nº 14, negro meano
y bien puesto, segundo de la vacada de D.
José María de la Cámara, correspondió a
Manuel Hermosilla, sin que sepamos las
varas que recibió ni que tal le fue en su faena
de muleta, pero sí estuvo superior al
estoquearlo, si bien le propinó primero un
pinchazo, seguido de una certera estocada
a volapié, siendo justas las palmas que le
tributaron.
6º Veneno, con el nº 18, castaño
lombardo, cornilargo y bien puesto, fue el
tercero de la ganadería de D. José María de
la Cámara y fue lidiado por José Centeno,
que estuvo muy trabajador en la brega, pero
algo pesado a la hora de matarlo.
7º Medias-Blancas, con el nº 24,
berrendo en negro y corniabierto, fue el toro
de reserva de D. José María de la Cámara.
8º Jocinero, con el nº 1, castaño
claro, ojo de perdiz y gacho; primer toro de
la vacada de D. José Torres Cortina, fue el
segundo de Francisco Arjona Reyes (Currito),
al que le hizo una brega y faena deslucidas y
estuvo mal al herir.
9º Zapatito, con el nº 9, negro bragado
y bien puesto, segundo astado de D. José
Torres Cortina, quedó inutilizado de una pata
y fue sustituido por el reserva, de nombre
Carbonero, que correspondió a Hermosilla..
Carbonero, con el nº 24, negro
meano, meleno y brocho, fue el toro de
reserva de la vacada de Torres Díez Cortina,
que sustituyó a Zapatito, como ya quedó
citado, pero nada sabemos de las varas que
aguantó, peró sí que el sanluqueño, tras darle
unos cuantos pases de buena factura, le atizó
un certero volapié del que el bicho rodó sin
puntilla, no sin antes haber regalado a la
concrrencia unos quites muy buenos. Así que
fueron justísimas las palmas que le tributaron.
10º Mulato, con el nº 7, castaño pardo
y cornialto, tercero de D. José Torres Diez
Cortina, correspondió a José Centeno, quien
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TOMO I : 1880-1889
como en su primero, estuvo trabajador en la
brega, si bien, al igual que en el anterior, estuvo
muy pesado con el estoque, si bien la primera
estocada que le dio a este segundo, bien
señalada, fue muy tendida.
Las cuadrillas de los diestros
estuvieron integradas por:
*Picadores: José María Medina
(Canales), de El Puerto de Santa María; José
Trigo, Antonio Calderón, Miguel Salguero,
Fernando Martínez y José Coito (Charpa).
*Banderilleros: Hipólito Sánchez,
Antonio García (Morenito), Antonio Miranda (El
Pipo), Ricardo Verduti (Primito), Antonio
Zayas y Manuel Blanco.
*Puntilleros: Manuel Gallango, Enrique
Jiménez (El Mellizo) y Leandro Guerra.
*José María Medina y Banegas
(Canales), picador nacido en El Puerto de
Santa María, el (18-02-1842). Toreó por vez
primera en Jaén en 1866;; en 1868 apareció
en Madrid como reserva de la cuadrilla de
Francisco Arjona Herrera (Cúchares) y
Antonio Sánchez (el Tato). El (02-06-1869)
autorizó Francisco Arjona Reyes (Currito) su
alternativa en Algeciras y fue confirmada en
la Plaza de Toros de Madrid en 1874,
habiendo trabajado en todo ese tiempo, antes
y después, hasta tal vez después de 1880, al
lado de Gordito, Bocanegra y Cara-Ancha.
Tenía mucho cartel entre los picadores
notables; mucha voluntad, poder y conocimientos;
poco afán de conquistar aplausos
y a veces un empeño en hacer lo contrario
de lo que el público y la ocasión pedían.
Se retiró al parecer de los ruedos,
harto de algunos triunfos y algunos fracasos
jus-tamente merecidos. Su nombre en
carteles de la Plaza de Toros de El Puerto
los años de 1882, 1887 y 1893, en las
cuadrillas de Currito y Jarana; así como en
otro, más antiguo, de la Plaza de Toros de
San Fernando (Cádiz), el anuncia las corridas
de los días (16 y 17-07-1871). Actuaba
entonces con Currito.
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REPORTAJE TAURINO
(VI)
(28-08-1887)
Historia de esas Corridas llamadas «goyescas»
Primera en la Plaza Real
iguiendo una vez más a D.
Manuel Martínez Alfonso y
conectando su información con
la de D. José María Rojas
Guillén, completamos la
Crónica Taurina Nº 6-54, con
este reportaje, citando que semejantes
«corridas goyescas», que tanto fomentó el
gran diestro Antonio Ordóñez en su Plaza de
Toros de Ronda (Málaga) en las décadas de
1960-70, no son espectáculos corrientes. Sin
embargo, algunos cosos españoles siguen
siendo escenarios, en tal cual ocasión, de ese
peculiar y vistoso tipo de corridas, cuya extensa
historia sobrepasa en mucho la capacidad
de espacio de esta publicación.
Casi siempre se han celebrado, por
ejemplo, en Ronda, como una tradición, o bien
con motivo de acontecimientos especiales:
centenarios, fiestas conmemorativas, corridas
de Prensa, fiestas taurinas de carácter
benéfico, etc. La particularidad de tales
festejos goyescos estriba casi exclusivamente
en la indumentaria de los lidiadores,
que actúan con vestimentas propias de los
finales del siglo XVIII. Comúnmente van
acompañados de un especial aparato
decorativo en los momentos preliminares de
los mismos, es decir, en el paseíllo de los
toreros, muchas veces precedidos, además,
del desfile de coches o calesas debidamente
ambientados. Pero, una vez el sale el primer
toro a la Plaza, la lidia se desarrolla de una
manera totalmente normal, es decir, con
arreglo a los actuales cánones del arte de
torear.
Precisamente, en la temporada de
1887, en que se celebraron en la Plaza Real
de El Puerto de Santa María un total de ocho
festejos, a base de tres corridas de toros y
cinco de «bueyes bravos», una de aquellas
corridas, la que tuvo verificativo el 28 de
agosto, fue realmente un espectáculo de
evocación retrospectiva de carácter goyesco.
Sólo que aquí no se intentaba reconstruir
únicamente una época determinada, sino que,
aunque fuera a grandes saltos, se pretendió
actualizar las principales etapas de la historia
del toreo. Y se hizo en la Plaza Real de El
Puerto no solamente de una manera
decorativa o ambiental; también se trató,
además, de dar a la lidia las variantes que en
cada uno de las épocas evocadas ésta
presentaba.
Con el correspondiente «permiso de
la Autoridad, y si el tiempo no lo impide -según
la frase con tinte sacramental- se anunció
para el domingo 28 de agosto del mencionado
año 1887, un «gran acontecimiento taurino»,
como puede verse en el cartel de la siguiente
página. La Empresa, como era norma en los
carteles de aquellos años, se dirigía abiertamente
al público con los repetidos
conceptos de «complacer a todos los espectadores»
y «no omitir gasto ni sacrificio
alguno»; sino que esta vez las frases
estereotipadas tenían un no sé qué brillante
oropel que le daban un decidido aire barroquizante.
Porque añadía acto seguido su
pretensión de presentar el público «con todo
brillo y esplendidez que han estado a su
alcance, la Historia del Toreo -¡nada menos!-
285

CXXV Años de Fiesta Brava
desde los tiempos del Cid Campeador hasta
nuestros días; lo cual se hará ver en tres
cuadros, por lo que cada uno representará
una época.» Pero «el Cid» no pudo ser
emulado.
El paseíllo reunía, en airoso y colorista
desfile, todos los dispares elementos de la
historia de la Fiesta. Tanta importancia quiso
darle la Empresa -y D. Manuel Martínez
Alfonso dice que «realmente la tenía, dada la
variedad y riqueza de elementos que jugaban
en el mismo»-, que en los carteles de mano
de destacaba este policromado desfile como
la «primera parte» del espectáculo.
Apareció en primer lugar, una vez
abierta la puerta de las cuadrillas, un airoso
jinete, «vestido con un magnífico traje
confeccionado al efecto» y motando una
espléndida y nerviosa jaca andaluza. Era el
picador Pedro Martín Pérez, conocido con el
nombre de Pandereta, que después de hacer
una brillante exhibición de dominio hípico, se
dirigió a la Presidencia en demanda de la llave
de toriles.
Se inició seguidamente la gran
cabalgata. Toda la andante caballería que
poblara las páginas de la antigua épica
literaria o plasmara la ágil pluma de Gustavo
Doré, aparecía representada en aquella serie
de engalanadas figuras: alguaciles de ropilla
negra y ajustada, con su breve esclavina
ondeando al viento; caballeros heraldos y
trompeteros, haciendo sonar sus metálicos
y solemnes instrumentos; caballeros hidalgos
medievales, forrados de hierro y embarazando
descomunales lanzones, más
propios de una película de Samuel Bronston
que del amarillo albero de una Plaza de Toros;
pajes a pie y a caballo, vistiendo mullticolores
dalmáticas, portadores de escudos con divisa
y motes; estandartes y pendones, flotando al
viento como en un verso de Rubén..., así se
las gastaba con tan rica prosa D. Manuel
Martínez Alfonso.
Y al fin, la figura esperada, mítica y
solemne de Ruy Díaz de Vivar, vistiendo cota
de mallas que mal cubría la flámula de una
286
TOMO I : 1880-1889
gran capa alba. A un lado y otro, los escuderos,
portadores de sus armas. La tremenda
lanza, como arma ofensiva preferente, era
solemnemente llevada por un fiero guerrero
medieval... Una escuadra variada de
soldados a caballo, todos de yelmo y escudo,
cerraba la primera parte de la comitiva, que
recordó a muchos las delumbrantes corridas
reales de los siglos XVI y XVII en la Plaza
Mayor de Madrid.
Tras un pequeño corte en el desfile,
como para representar con el mismo los
siglos transcurridos entre el primero y el
segundo grupo de la histórica mascarada,
aparecía la cuadrilla de Pepe-Hillo. Precedían
dos alguaciles montados en jacos alazanes.
Luego, solo, destacado, unos pasos adelantados
a sus hombres, el torero que
representaba al espada más famoso de
todos los tiempos: Joseph Delgado, allí
redivivo, marchoso y gentil sobre el albero;
como si la tragedia del (11-05-1801) no
hubiera tenido más consecuencia que una
simple e injustificada alarma en aquel público
cortesano que todavía vitoreaba a Carlos IV
y a Godoy.
Detrás, el sobresaliente o media
espada. Luego, a caballo, los varilargueros,
cuyas picas eran notablemente más largas y
robustas que la de sus colegas de hoy;
delante, como es lógico, de la gente de a pie,
que aún entonces, en el bravo oficio de la
tauromaquia, era clase de mayor estima ésta
de los montados.
Tras los banderilleros o peones -que
para aquellas fechas ya comenzaban a perder
la despectiva apelación de «chulos»-, el
cachetero, hoy llamado puntillero. Seguían
varios mozos portadores de perros de presa,
y otros, arma al hombro, medias-lunas, como
si fueran alabarderos; las dos terribles armas
antiguas, ya desaparecidas, para los toros
difíciles; las dos armas cobardes y sangrientas
que daban a los ruedos españoles
un aire macabro y gentilicio de los circos
romanos.
Pasa a la página nº 288.
El Puerto de Santa María - 2008

CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
El Puerto de Santa María - 2008
287

CXXV Años de Fiesta Brava
Nuevo punto y aparte en el desfile, y
en seguida la última de las cuadrillas, la de
«nuestros días», según decía también el
cartel, aunque nosotros no podríamos repetirlo
con la misma propiedad. Está claro: más
de cien años nos separan de aquella fecha.
Los toreros de esta cuadrilla no representaban
a otros sino a sí mismos: y los
nombres de los espadas fueron: Francisco
Arjona Reyes (Currito), Manuel Hermosilla y
Llanera y José Centeno. Con ellos, que
igualmente iban precedidos de dos alguacillos
a caballo, y por el orden acostumbrado, marcharon
los picadores, banderilleros y puntilleros;
cerrando la comitiva toda la servidumbre
del redondel, desde los flamantes tiros de
enjaezadas mulillas, hasta los distintos
servidores de la lidia: carpinteros, areneros,
monosabios, etc. En verdad, sólo el desfile
debió valer el importe de la entrada.
Retirados todos del redondel, sonaron
los clarines y se abrió la puerta de los sustos.
Nuevo acontecimiento del día: el astado que
abrió Plaza fue el primero con que se
estrenaba una ganadería portuense, la de D.
Juan M. Heras. Él y los dos que seguirían para
ser lidiados por la cuadrilla goyesca -los tres
de cinco años cumplidos- fueron los primeros
«que había podido conseguir dicho señor.» -
La frase es del cartel anunciador.- La divisa
encarnada, flameaba en el aire, como una
grimpola de torneo medieval.
Frente por frente el portalón del
chiquero, y al otro lado de la Plaza, le aguardaba,
sobre un caballo blanco, el Cid
Campeador: D. Francisco Posada, que poco
antes había obtenido enorme éxito en las
corridas celebradas con motivo del enlace
entre Alfonso XIII y su segunda esposa María
Cristina. Pero el atrevido alanceador tuvo
mala suerte esta vez: sea porque el toro salió
con excesivos bríos, o por falta de destreza
del caballero para frenar las acometidas,
resultando la jaca herida en el primer lance,
sin que tuviera equino de reserva, todo quedó
en un simulacro medieval, y la concurrencia
tuvo que resignarse, pasando al ruedo la
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TOMO I : 1880-1889
cuadrilla de «Pepe-Hillo», que fue
representado por el antiguo diestro sevillano
y que era de Sevilla, fue José Fernández y
Fernádez. De su actuación no tenemos
referencia, así que cabe pensar se limitaron
a cumplir. Tal vez ensayasen algunas de las
antiguas suertes, como la de la garrocha, que,
aunque extemporáneamente, y en corridas
poco serias, todavía venían practicándose.
En cuanto a los perros de presa y las mediaslunas
se supone que su actuación quedaría
limitada a la de un simple acto de presencia
en el desfile inicial.
La úlltima parte, la del toreo actualizado,
debió resultar un tanto aburrida. Ya
quedó señalado en la Crónica Taurina
últimamente citada, quienes fueron los nueve
toros lidiados: D. José María de la Cámara,
de Sevilla y los otros tres de D. José Torres
Díez Cortina, de Marchena (Sevilla), convirtiéndose
la lidia en una corrida de competencia
entre las tres ganaderías citadas.
Currito, llevado de su tradicional
desgana artística, que eran por entonces
proverbial, estuvo francamente mal, según los
periódicos; Hermosilla estuvo acertado en la
muerte de sus enemigos; y Centeno, trabajador,
pero pesado a la hora de herir. Así que
sólo se libró el popular y querido Hermosilla,
y que la crónica del «Diario de Cádiz», calificó
de «superior.»
El espectáculo, de singular colorido y
significación histórica, debió despertar desde
su anuncio un gran interés, ya que la Plaza
se llenó o asistió en cantidad, a pesar de que
la Empresa subió los precios habituales,
teniendo sobrada justificación, como decía en
los carteles de mano: «La Empresa no ha
economizado en lo más mínimo para poner
en práctica una función que es la primera vez
que se presenta en Andalucía.»
«Si; la novedad de aquella operística
recosntrucción histórica, bien valía, si no una
misa, como Enrique el Bearnés dijo de París,
por lo menos unos céntimos más en el
presupuesto dominical de cada espectador»,
concluía D. Manuel Martínez Alfonso (1964).
El Puerto de Santa María - 2008

CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
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a la falta del cartel
original, D. José María Rojas
suplía el vacío con sus peculiares
recuadros, quedando
así resuelto el problema. Bien.
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En la novillada de ayer, reseñaba
el cronista, el espada Manuel Caballero,
que se encerró en la Plaza Real de El Puerto
con 6 novillos de D. Fernando Dueña Pérez,
la tarde del (22-09-1887), estuvo valiente,
trabajador y decidido, estoqueando al primero
de una certera estocada; al segundo de un
pinchazo y media estocada y a los cuatro
restantes de pichazo y medias estocadas.
Los novillos eran chicos, pero dieron
algún juego y fueron picados, realizandose el
festejo a beneficio del destro, para pagar el
El Puerto de Santa María - 2008
CRÓNICA TAURINA 7-56
Cuarta Bueyada en la Plaza Real.
(25-09-1887)
traje de luces que aquella tarde estrenaba, y
a manera de despedida de sus paisanos,
antes de partir para las Américas. Actuaron
los banderilleros portuenses José García
Victoriano y José González. De éste decía la
revista taurina «La Estaca Taurina»:
«No le he visto torear,
pero me han dicho que sabe.
¡Qué será lo que sabrá
el nuevo José González!»
De los banderilleros, El Americano y
El Rubio, también pusieron algunos pares
aficionados de El Puerto de Santa María. La
entrada, como dato final, fue muy escasa.
¿Pagaría Caballero el traje de luces?
289

CXXV Años de Fiesta Brava
12345678
a crónica dice: «Los bueyes
L
12345678
eran propiedad de D. José
12345678
12345678
Fernández Ríos, 12345678
antes de
Varela, de 12345678 Medina Sidonia. Los
12345678
diestros 12345678 de San Fernando y El
Puerto, 12345678 respectivamente. El
media espada Antonio Gómez Salguero, de
Puerto Real.
*Cuadrilla de Pepete: Picadores,
Eduardo Blanco (Riñones) y un reserva.
Banderilleros: Domingo Almansa y José
Tizón, de El Puerto.
*Cuadrilla de Gargollo: Picadores,
Pedro Sánchez (Membrilla), de Jerez y
Manuel Bretón, de El Puerto. Cachetero: José
Ramón Ortega, de Puerto Real.
290
CRÓNICA TAURINA 8-57
Quinta Bueyada en la Plaza Real.
(02-10-1887)
TOMO I : 1880-1889
Habrá un toro de prueba a un real la
entrada, que será lidiado por varios aficionados,
dirigidos por Pepete, prohibiéndose el
uso de banderillas; después de lidiado se
regalarán dos pañuelos de talle, bordados.
Después de hará el encierro público y el
enchiqueramientop, quedando prohibida la
entrada en los chiqueros sólo a quienes tenga
billete, que costarán a 50 céntimos. El
despacho de entradas, como de costumbre,
en la confitería La Campana, desde la víspera
y hasta la una de la tarde del día la corrida,
para después en los despachos de la Plaza.
La Banda de Música tocará de las 13:00 a
las 14:30 horas en el crucero de las calles
Luna y Larga, que amenizará el espectáculo.
Cartel (02-10-1887)
El Puerto de Santa María - 2008

CXXV Años de Fiesta Brava TOMO I : 1880-1889
Matadores:
Relación de diestros y subalternos actuantes en la temporada
portuense de 1887, con sus fechas.
1º Fuentes, Manuel (Bocanegra): (29-08).
2º García, Manuel (El Espartero): (13-06),
(11-07) y 29-08).
3º Hermosilla, Manuel: (23-05) y (11-07).
4º Ortega, Antonio (El Marinero): (23-05).
5º Prieto, Diego (Cuatrodedos): 13-06).
Novilleros:
1º Caballero, Manuel (20-06).
2º Centeno, José (13-06). Sobresaliente.
3º Leonisio, Ramón (Gargollo): (29-06).
Picadores:
1º Álvarez, Manuel (22-08).
2º Barco Agapito, Diego: (22-08).
3º Bretón, Manuel: (29-05).
4º Calderón, Antonio (23-05) y (11-07).
5º Caro, José Román: (13-06).
6º Caro, Juan Román (23-05), (11-07)
y (29-08).
7º Fuentes, Juan (el Menor): (29-08).
8º Gallardo, José María: (29-05).
9º García, Federico: (29-06).
10º Moreno, Manuel (23-05), (13-06), (11-07)
y (29-08).
11º Niño, Francisco: (29-06).
12º Salguero, Miguel (24-05) y (11-07).
13º Sánchez Membrilla, Pedro: (29-05).
14º Sanpedro Almendro, Fernando: (22-08).
15º Zafra, Francisco: (13-06).
Banderilleros:
1º Aguilar, Manuel (Barquerito): (22-08).
2º Álvarez, Enrique (El Morenillo)(: (22-08).
3º Barquero, Francisco: (22-08).
4º Bejarano, José: (29-08).
El Puerto de Santa María - 2008
5º Bejarano Carrasco, Rafael
(Torerito):(29-08).
6º Cáceres, Manuel: (29-05).
7º Cárdenas, Francisco: (29-05).
8º Carvajal, Francisco (El Pollo): (23-05).
9º García, Enrique (Espartero Chico):
(22-08).
10º Gaspar Díaz, Gaspar (Lavi, hijo): (23-05).,
11º Herrera, Antonio (Añilló): (23-05)
y (11-07).
12º Pablo Jiménez, Pablo:(23-05).
13º León, Manuel (Lolo): (13-06), (11-07)
y (29-08).
14º Leonisio, José: (29-05).
15º Malaver, José: (23-06), (11-07)
y (29-08).
16º Mejías, Manuel (Bienvenida): (23-05)
y (11-07).
17º Miranda, Antonio (Pipo): (13-06).
18º Morales, Manuel (Mazzantinito): (22-08).
19º Muñoz, Cándido: (22-08).
20º Rodríguez, Antonio: (29-05).
21º Rojas, Manuel: (22-08).
22º Romero, Alfonso (29-06).
23º Sánchez, Julián: (23-06) y (11-07)
y (29-08).
24º Sevillano, Manuel; (13-06), (11-07)
y (29-08).
25º Tizón, José (29-05).
26º Verduti, Ricardo (Primito): (23-05)
y (11-07).
Puntilleros:
1º Fernández, José: (22-08).
2º Gómez Salguero, Antonio: (29-05).
3º Jiménez, Enrique (El Mellizo): (23-05),
(11-07).
4º Ortega, José Ramón: (29-05).
5º Ruiz, Antonio (El Sargento): (13-06), (11-
07) y (29-08).
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