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CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades

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calvario2<br />

Torre Antonia y <strong>de</strong>l Templo.<br />

-¡Por Roma y por el Cesar!. ¡A las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l Procurador Romano, para hacer trizas a esta<br />

canalla!. ¡A las armas!... .<br />

Los cuatro primeros oficiales <strong>de</strong> una Legión romana, eran Tribunos Militares o sea un grado<br />

muy superior a los Centuriones, por lo cual toda la guarnición <strong>de</strong>bía obe<strong>de</strong>cerle.<br />

Pilatos había oído el grito formidable y salió a un balcón.<br />

Judá le vio y le saludó con su espada, al mismo tiempo que <strong>de</strong>cía:<br />

-¡Quintus Arrius (hijo)!. ¡Viva el Cesar!. Un po<strong>de</strong>roso viva <strong>de</strong> toda la guarnición <strong>de</strong> la Torre,<br />

resonó como el eco <strong>de</strong> una tempestad.<br />

La turba <strong>de</strong> malhechores se había corrido a lo largo <strong>de</strong> la calle y los agentes <strong>de</strong>l Sanhedrín no<br />

sabían que partido tomar.<br />

Las terrazas <strong>de</strong>l Templo estaban <strong>de</strong>siertas y las puertas herméticamente cerradas. Los ancianos<br />

jueces <strong>de</strong>l Sanhedrín no creyeron pru<strong>de</strong>nte asomar la nariz en aquellos críticos momentos.<br />

<strong>El</strong>los oraban en la sombra, resguardados por la fuerza <strong>de</strong>l oro y <strong>de</strong> aquella horda <strong>de</strong> piratas,<br />

que habían soltado a las calles <strong>de</strong> Jerusalén como jauría rabiosa para apresar un cor<strong>de</strong>ro... .<br />

A la silenciosa prisión <strong>de</strong>l augusto Mártir llegó también el grito formidable <strong>de</strong>l príncipe Judá y<br />

le reconoció en el acto. Su corazón se estrujó como una flor marchita ante la noble fi<strong>de</strong>lidad y<br />

amor <strong>de</strong> su amigo que no se resignaba a verle morir.<br />

Conociéndole como bien le conocía el Maestro, comprendió que Judá no cejaría en su empeño, y<br />

que podía llevar las cosas a una violencia tal, que hubiera que lamentar <strong>de</strong>spués consecuencias<br />

fatales.<br />

Estando libre <strong>de</strong> ligaduras, el Maestro se acercó a la puerta y llamó.<br />

<strong>El</strong> viejo conserje acudió.<br />

-Aunque te parezca extraño -le dijo- sólo yo puedo impedir que la revuelta llegue a mayor<br />

grado. Haz el favor <strong>de</strong> llamar al Procurador, o llévame ante él.<br />

<strong>El</strong> conserje que temblaba <strong>de</strong> miedo por el furor <strong>de</strong>l populacho y porque dos hijos suyos estaban<br />

entre la guarnición, corrió al <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l Procurador y le avisó lo que ocurría.<br />

Pilatos que tampoco estaba tranquilo, acudió al llamado.<br />

http://elcristoes.net/calvario2.htm (8 <strong>de</strong> 36) [14/04/2004 21:20:51]

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