CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
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calvario2<br />
-¡Reo es <strong>de</strong> muerte según nuestra ley! -gritaban varios a la vez.<br />
-No po<strong>de</strong>mos matarle sin el consentimiento <strong>de</strong>l Procurador -dijo uno <strong>de</strong> los jueces-. Hasta ese<br />
<strong>de</strong>recho nos ha sido usurpado por el invasor.<br />
-Según la costumbre establecida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la invasión romana, el Sanhedrín pue<strong>de</strong> someter sus reos<br />
a la pena <strong>de</strong> la flagelación.<br />
-Que se cumpla en este audaz blasfemo, Jhasua <strong>de</strong> Nazareth -rugió el pontífice.<br />
Y dos hercúleos sayones entraron en el recinto y tomando al Maestro por los brazos lo sacaron a<br />
una galería interior, don<strong>de</strong> había una docena <strong>de</strong> postes <strong>de</strong> piedra con gruesas argollas <strong>de</strong> hierro,<br />
a uno <strong>de</strong> los cuales le ataron fuertemente.<br />
Y uno <strong>de</strong> aquellos verdugos comenzó a asestar golpes sobre aquella blanca espalda, que<br />
apareció listada <strong>de</strong> cár<strong>de</strong>no.<br />
Longhinos, que al entrar al prisionero siguió espiando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Torre Antonia, cuando llegó ese<br />
momento, avisó al Procurador Pilatos que escribía en su <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l pretorio. Unido como<br />
estaba el Templo a la Fortaleza por la galería <strong>de</strong> Hero<strong>de</strong>s, pronto estuvo en el recinto <strong>de</strong>l<br />
Sanhedrín con Longhinos y otros soldados.<br />
-¡Alto ahí! -gritó al sayón que azotaba al Maestro-, que si atormentáis a este hombre justo, os<br />
mando a todos al calabozo engrillados <strong>de</strong> pies y manos. ¡Harto estoy <strong>de</strong> todos vosotros y <strong>de</strong><br />
vuestros crímenes en la sombra!.<br />
Mandó a Longhinos que <strong>de</strong>satara al preso y le condujeran <strong>de</strong> nuevo a su primera prisión <strong>de</strong> la<br />
Torre Antonia.<br />
Con dos golpes <strong>de</strong> espada, cortó el Centurión las cuerdas que ataban al Maestro a la columna, y<br />
le vistió apresuradamente sus ropas que habían sido arrojadas al pavimento.<br />
Se apercibió <strong>de</strong> que el cuerpo <strong>de</strong>l prisionero se estremecía como en un convulsivo temblor, y que<br />
una pali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> muerte cubría su hermosa faz.<br />
Temió que iba a <strong>de</strong>svanecerse y mandó a dos <strong>de</strong> sus soldados que formaran silla <strong>de</strong> manos con<br />
sus brazos fornidos, y así le llevaron <strong>de</strong> nuevo a la prisión <strong>de</strong> la Torre.<br />
<strong>El</strong> Maestro parecía haber perdido el uso <strong>de</strong> la palabra, pues se encerró en un mutismo <strong>de</strong>l que<br />
nada ni nadie conseguía sacarle.<br />
Diríase que si su cuerpo físico estaba aún en la tierra, su radiante alma <strong>de</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios se cernía<br />
en las alturas <strong>de</strong> su Reino inmortal.<br />
http://elcristoes.net/calvario2.htm (4 <strong>de</strong> 36) [14/04/2004 21:20:51]