CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Calvario<br />
-<strong>El</strong> Maestro se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> todos nosotros. Luego él sabía que se va <strong>de</strong> nuestro lado -<strong>de</strong>cía uno.<br />
-Hay muchos modos <strong>de</strong> irse -contestaba otro-. ¿No se fueron Henoch y <strong>El</strong>ías llevados en carros<br />
<strong>de</strong> fuego por los ángeles <strong>de</strong> Dios?.<br />
-¿No subió Moisés al Monte Nebo y nadie le vio bajar y nadie encontró su cadáver? -añadía un<br />
tercero.<br />
-Se consumirá como este cirio -dijo Myriam secando dos lágrimas que corrían por su rostro- y<br />
su alma radiante y hermosa vendrá a nosotros, por las noches como un rayo <strong>de</strong> luna a<br />
alumbrar nuestro camino.<br />
"¡Dios mío!, recibe mi holocausto supremo y que él sea siembra <strong>de</strong> paz y <strong>de</strong> amor sobre toda la<br />
tierra".<br />
Y amaneció por fin el tremendo día que el Divino Ungido esperaba con ansia suprema<br />
llamándolo su día <strong>de</strong> gloria, su día <strong>de</strong> triunfo, su día <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong> divinas compensaciones en el<br />
seno <strong>de</strong> su Padre.<br />
Narradores fieles <strong>de</strong> lo acaecido en aquellas últimas horas <strong>de</strong> la vida física <strong>de</strong>l Cristo sobre la<br />
tierra, <strong>de</strong>bemos esbozar uno a uno los dolorosos cuadros don<strong>de</strong> los personajes se agitaban<br />
febrilmente movidos por una misma voluntad: salvar al Maestro <strong>de</strong> las garras <strong>de</strong> sus enemigos<br />
y proclamarle Rey <strong>de</strong> Israel, abatiendo todas las fuerzas que se interpusieran en el camino.<br />
Tal como había dicho Shipro a Nebai, el príncipe Judá llegó al amanecer tan fatigado <strong>de</strong> la<br />
carrera, que ni aún pudo respon<strong>de</strong>r al saludo cariñoso <strong>de</strong> su esposa con la que se encontró a<br />
mitad <strong>de</strong> la escalera principal. Habiendo sentido que se abría el portalón <strong>de</strong> las caballerizas,<br />
ella bajaba apresuradamente con una lamparilla <strong>de</strong> mano.<br />
La luz dio <strong>de</strong> lleno sobre el hermoso rostro <strong>de</strong> Judá que subía.<br />
Su intensa pali<strong>de</strong>z formaba un contraste con sus obscuros cabellos en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n, y con la<br />
angustia que <strong>de</strong>sbordaba <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s ojos negros y expresivos en extremo.<br />
-¿Qué tienes Judá? -le preguntó Nebai espantada.<br />
-¡Ya lo sé todo!... -le contestó él subiendo a saltos los escalones que faltaban hasta el primer<br />
piso.<br />
-¿Quién te lo dijo? -preguntó Nebai.<br />
-Pedro y Andrés, que esperaban mi llegada en la puerta <strong>de</strong> Jaffa -le contestó Judá-.<br />
¡Ríos <strong>de</strong> sangre correrán hoy por las calles <strong>de</strong> Jerusalén!... .<br />
http://elcristoes.net/calvario.htm (29 <strong>de</strong> 32) [14/04/2004 20:47:17]