CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
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Calvario<br />
Esta frase resonó como un estampido <strong>de</strong> algo formidable que se rompe en un instante, y los <strong>de</strong><br />
la escolta dieron un salto atrás como si hubieran visto reventar el cráter <strong>de</strong> un volcán. Esto dio<br />
lugar a que algunos cayeran al suelo y se apagasen las antorchas. Gran confusión se produjo, y<br />
los discípulos, y el tío Jaime y Pedro que llevaban espadas se pusieron en guardia, los <strong>de</strong>más<br />
que sólo tenían sus bastones <strong>de</strong> viaje se apretaron junto al Maestro que volvió a preguntar:<br />
-¿A quién buscáis?.<br />
-A Jhasua <strong>de</strong> Nazareth llamado el Cristo -contestó el comisario <strong>de</strong>l Templo no tan<br />
valientemente como la primera vez, pues los hombres <strong>de</strong> la escolta se retiraban cuanto podían,<br />
temerosos <strong>de</strong> otro estampido como el que les sacudió un momento antes.<br />
-Yo soy -contestó el Maestro-. Y si a mí me buscáis, <strong>de</strong>jad en paz a estos que me ro<strong>de</strong>an.<br />
A una señal <strong>de</strong>l juez, se a<strong>de</strong>lantaron dos hombres con gruesos cor<strong>de</strong>les y ataron las manos al<br />
Maestro.<br />
-¡Faltáis a vuestra palabra!, ¡eso no es lo convenido! -gritó Judas. Mas, como esto había sido<br />
previsto, algunos <strong>de</strong> la escolta sacudieron sus picas contra él, que rodó por un barranco,<br />
aturdido por los golpes y con el rostro sangrado al chocar con las piedras <strong>de</strong>l <strong>de</strong>speña<strong>de</strong>ro.<br />
Pedro enfurecido asestó golpes con su espada a <strong>de</strong>recha e izquierda, igualmente el tío Jaime,<br />
mientras sus compañeros haciendo molinetes con sus bastones golpearon a quien se puso a su<br />
alcance.<br />
La voz serena <strong>de</strong>l Maestro les llamó al or<strong>de</strong>n.<br />
-¿Qué hacéis?. Sois como los <strong>de</strong>l mundo que al golpe respondéis con el golpe... .<br />
"Guardad amigos, espadas y bastones, que el cáliz que me presenta mi Padre <strong>de</strong>bo beberlo<br />
hasta la última gota".<br />
<strong>El</strong> <strong>de</strong>solado grupo se arremolinó en la sombra <strong>de</strong> los árboles, mientras seguían con la mirada la<br />
blanca figura <strong>de</strong> su Maestro que a la débil claridad <strong>de</strong> las estrellas sólo parecía un cendal <strong>de</strong><br />
gasa que se alejaba llevado por el viento.<br />
Le conducían en profundo silencio, a fin <strong>de</strong> que en el camino a Jerusalén, poblado <strong>de</strong> tiendas <strong>de</strong><br />
peregrinos, nadie se apercibiera <strong>de</strong> lo que ocurría.<br />
Pasado el primer estupor, los discípulos reaccionaron y con la fuerza que da la <strong>de</strong>sesperación,<br />
comenzaron a correr hacia la ciudad por distintos caminos <strong>de</strong>l que la escolta seguía. Querían<br />
llegar antes para dar aviso al príncipe Judá, al Hach-ben Faqui, al Scheiff Il<strong>de</strong>rín que tenía<br />
fuerzas armadas en previsión sin duda <strong>de</strong> este caso inesperado.<br />
http://elcristoes.net/calvario.htm (15 <strong>de</strong> 32) [14/04/2004 20:47:17]