CAPÍTULOS - El CRISTO, Instructor de humanidades
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Calvario<br />
GETHSEMANÍ<br />
En el palacio <strong>de</strong> Ithamar todo era silencio y sombras. Sólo en dos sitios había luz: en la alcoba<br />
<strong>de</strong> Nebai en el piso principal, y en la planta baja, en el último patio que era el <strong>de</strong> mayores<br />
dimensiones, pues daban a él las caballerizas, los establos y las cocheras.<br />
En el centro estaba el estanque y en los ángulos, grupos <strong>de</strong> sicomoros y terebintos.<br />
En el más apartado <strong>de</strong> estos ángulos sombreados <strong>de</strong> árboles, Vercia la Drui<strong>de</strong>sa gala, encendía<br />
el fuego <strong>de</strong> media noche según el rito <strong>de</strong> su culto. Estaba completamente sola, como sola velaba<br />
Nebai en su perfumada alcoba tapizada <strong>de</strong> azul celeste. Esperaba a Judá que terminada la cena<br />
<strong>de</strong>l anochecer, había salido en busca <strong>de</strong> las noticias que <strong>de</strong>bían haber traído <strong>de</strong> Joppe, si como<br />
creían estaba ya en aquel puerto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día antes el barco correo <strong>de</strong> Roma.<br />
Agitada por muchos pensamientos contrarios, quería leer y parecía que sus ojos no acertaban<br />
con lo que buscaba en el libro.<br />
Tomaba la cestilla <strong>de</strong> sus labores y la <strong>de</strong>jaba luego, porque no podía tampoco prestarle la<br />
<strong>de</strong>bida atención.<br />
Iba a las camitas blancas <strong>de</strong> sus dos niños situadas a ambos lados <strong>de</strong> su gran diván <strong>de</strong> reposo, y<br />
viéndoles dormidos tornaba a ocupar su sitio junto al can<strong>de</strong>labro velado <strong>de</strong> pantalla azul.<br />
Esto ocurría al mismo tiempo que la Drui<strong>de</strong>sa, sentada en una estera <strong>de</strong> juncos frente a su<br />
fuego sagrado, miraba fijamente las primeras llamitas que como pequeñas lenguas <strong>de</strong> oro y<br />
púrpura se agitaban movidas por el viento.<br />
De pronto lanzó un débil gemido y extendió sus manos con ansia suprema hacia la pequeña<br />
hoguera. En la penumbra amarillenta que irradiaba el fuego, acababa <strong>de</strong> ver rompiendo la<br />
negrura <strong>de</strong> las sombras, la blanca imagen <strong>de</strong>l Profeta Nazareno frente a un pelotón <strong>de</strong> hombres<br />
armados <strong>de</strong> picas, en un sitio sombrío <strong>de</strong> árboles y peñascos, don<strong>de</strong> no había otra luz que la <strong>de</strong><br />
humeantes hachones y la claridad <strong>de</strong> la luna que se filtraba por entre las ramas <strong>de</strong> los árboles.<br />
-<strong>El</strong> fuego sagrado no miente nunca -murmuró con sollozante voz la Drui<strong>de</strong>sa-. <strong>El</strong> Profeta <strong>de</strong><br />
Dios ha sido prendido.<br />
Se dobló a la tierra como un lirio tronchado, y tocó el polvo con su frente adorando la voluntad<br />
invencible <strong>de</strong>l gran Hessus.<br />
http://elcristoes.net/calvario.htm (11 <strong>de</strong> 32) [14/04/2004 20:47:17]