Septiembre 2011 - El Barrio Villa Pueyrredón
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Podólogo<br />
Integrante del Equipo multidisciplinario<br />
de Vasculopatía, Factores de riesgo<br />
y Pie Diabético del Hospital de Clínicas<br />
José de San Martín, dependiente<br />
de la Universidad de Bs. As.<br />
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Técnico Neuromuscular<br />
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Página 8 - <strong>El</strong> <strong>Barrio</strong> <strong>Villa</strong> <strong>Pueyrredón</strong><br />
Lic. M. Laura Fernández<br />
PSICOLOGA (UBA)<br />
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<strong>Villa</strong> <strong>Pueyrredón</strong><br />
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Póngale onda y lea esta nota hasta el final,<br />
¡Tú puedes!<br />
Sí, tú puedes sanar tu vida, tú puedes conseguir todo lo que te<br />
propongas, sólo es cuestión de que lo hagas con determinación.<br />
Si verdaderamente lo deseas, y te lo propones con la suficiente<br />
fuerza y convicción, el universo entero conspirará para que lo<br />
consigas. No importa lo que desees; dinero, fama, éxito; todo<br />
está a tu alcance si realmente te lo propones. Todo está a tu<br />
alcance porque ¡TÚ PUEDES!<br />
Por Aldo Barberis Rusca<br />
Solidaridad, apoyo y repudio<br />
por la agresión a una Colega<br />
| 02/08/<strong>2011</strong>: <strong>El</strong> Colegio<br />
Argentino de Terapia Intensiva<br />
(C.A.T.I) hace llegar su<br />
solidaridad, apoyo y el más<br />
profundo repudio por la brutal<br />
agresión física y verbal<br />
sufrida por una médica de<br />
planta de la U.T.I del Hospital<br />
de Niños Ricardo Gutiérrez<br />
de la Ciudad Autónoma<br />
de Buenos Aires, el miércoles<br />
27 de julio cuando informaba<br />
a los familiares de un<br />
paciente acerca del fallecimiento<br />
del mismo.<br />
Evidentemente, si usted<br />
es un lector perspicaz, el<br />
título, la bajada y la primera<br />
parte de esta nota no tienen,<br />
en apariencia ninguna relación<br />
o, al menos, ninguna relación<br />
evidente.<br />
¿Cuál puede ser la conexión<br />
entre un texto que evidentemente<br />
emula un párrafo de un<br />
libro de autoayuda y la agresión<br />
sufrida por una doctora del<br />
Hospital de Niños?<br />
La respuesta la dio el presidente<br />
de la C.A.T.I al expresar<br />
que la agresión estaba directamente<br />
relacionada con la baja<br />
resistencia a la frustración que<br />
tiene la sociedad fruto de un<br />
mensaje que privilegia la idea<br />
de «estar bien» por sobre la de<br />
aceptar la realidad.<br />
Permanentemente somos<br />
bombardeados por mensajes<br />
de «buena onda», mensajes<br />
esperanzadores y de superación<br />
personal. Los libros de<br />
autoayuda se venden como<br />
agua en el desierto y un ejército<br />
de abribocas supuestamente<br />
bienintencionados nos cuenta<br />
con gestos de sacerdotes<br />
laicos, medias sonrisas y tonos<br />
agradables que la felicidad está<br />
a nuestro alcance y que con<br />
sólo alargar la mano podemos<br />
tomarla.<br />
Las radios difunden sin cesar<br />
canciones que nos dicen<br />
que podemos alcanzar nuestros<br />
sueños, que debemos des-<br />
plegar nuestras alas, que podemos<br />
volar con solo desearlo.<br />
Que lo imposible se puede<br />
lograr.<br />
A la televisión le encanta<br />
mostrarnos ejemplos de personas<br />
que pese a las peores adversidades<br />
lograron una meta;<br />
discapacitados que hacen deportes,<br />
pobres o viejos que se<br />
reciben de abogados, montañistas<br />
que lograron la cima a<br />
pesar del mal tiempo, etc.<br />
<strong>El</strong> mensaje directo es «Si<br />
lo deseas con la suficiente<br />
fuerza y pones el suficiente<br />
empeño todas las metas están<br />
a tu alcance». <strong>El</strong> indirecto<br />
es «Si no lo lograste es que<br />
no lo deseabas o no te empeñaste<br />
lo suficiente»<br />
Como de costumbre, el mensaje<br />
indirecto, el oculto, es lo<br />
que realmente se quiere decir<br />
y lo que realmente se quiere<br />
que quede en la mente del que<br />
lo recibe.<br />
Estas proclamas son herederas<br />
directas del «querer es poder»<br />
pero con un basamento<br />
teórico bastante ligado al pensamiento<br />
mágico.<br />
Cuando el que no logra sus<br />
objetivos, cuando el que fracasa<br />
en sus intentos es aquel que<br />
no puso el suficiente empeño,<br />
el que no se lo propuso con la<br />
suficiente fuerza el que no lo<br />
deseo lo necesario para que «el<br />
universo entero se confabule a<br />
su favor», estamos culpando al<br />
perdedor por su derrota. No<br />
importa que en una competencia<br />
haya un solo ganador y varios<br />
perdedores, los responsables<br />
de la derrota son los perdedores<br />
por no haber tratado<br />
con la suficiente fuerza.<br />
Y esto no es inocente, esto<br />
obedece a una concepción<br />
muy clara, a un modelo social<br />
muy concreto donde es<br />
necesario que haya «premios<br />
y castigos», «ganadores y<br />
perdedores»<br />
En realidad, estos modelos<br />
que nos llegan desde el primer<br />
mundo, especialmente desde<br />
los EE.UU. son una herencia de<br />
un modo de moral protestante<br />
que promulga que quienes fracasan,<br />
quienes no tienen éxito<br />
son aquellos a los cuales, por<br />
sus pecados, Dios castiga; y<br />
por el contrario los que triunfan,<br />
los exitosos, deben ser virtuosos<br />
ya que Dios los beneficia.<br />
Nada nos dice esta concepción<br />
acerca de las buenas o<br />
malas artes que se hayan<br />
puesto en juego para lograr el<br />
éxito, si Dios nos brinda el triunfo<br />
es porque ve con buenos<br />
ojos nuestras acciones.<br />
Y si los vencidos, los fracasados,<br />
los perdedores lo<br />
son por sus pecados, entonces<br />
bien merecida tienen su<br />
suerte y nadie debe compadecerse<br />
de ellos.<br />
En tiempos de globalización<br />
el concepto de este Dios que<br />
reparte triunfos y fracasos según<br />
méritos debe ser reemplazado<br />
por conceptos que puedan<br />
adaptarse a cualquier cultura<br />
y religión. Así quien reparte<br />
los premios y castigos será<br />
alternativamente el mercado, el<br />
universo, la energía cósmica, la<br />
ley de atracción o cualquier otra<br />
entidad «ad hoc».<br />
Por lo tanto hay que tener<br />
«buena onda» y emitir «energía<br />
positiva», ya que de esa<br />
manera se logrará lo que se<br />
quiera.<br />
Y del otro lado quedarán los<br />
que no lo logran, los que tienen<br />
mala onda o mala vibración,<br />
energía negativa u oscura, o el<br />
aura opaca o falta de voluntad.<br />
Y a estos hay que rajarles como<br />
mi perro al bozal.<br />
Y entonces, cuando un niño<br />
muere en una terapia intensiva,<br />
la muerte pasa a ser el fracaso<br />
del médico y el fracaso del<br />
médico pasa a ser su culpa y,<br />
por lo tanto, debe ser castigado<br />
por los deudos por su falta<br />
de empeño, voluntad y deseos<br />
puestos en la recuperación del<br />
enfermo.<br />
Pero no es menos grave el<br />
daño que nos hacemos a nosotros<br />
mismos, los castigos a<br />
los que nos sometemos, cuando<br />
no logramos ser todo lo<br />
exitosos que deberíamos.