Septiembre 2011 - El Barrio Villa Pueyrredón

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ORACIÓN a SAN EXPEDITO:
Oh gloriosos SAN EXPEDITO de las causas justas y
urgentes ayúdanos en esta hora de aflicción y desesperación,
intercede por mí ante nuestro SEÑOR JESUCRISTO, tú
que eres un Santo guerrero, tú que eres el Santo de los
desesperados, tú que eres el Santo de las CAUSAS
URGENTES, tú que alejas a quienes quieren dañarnos,
ayúdame, dame fuerzas, coraje y serenidad. Protege a mi
familia como lo haces con la Juventud, los enfermos, el
trabajo, los negocios y juicios. Atiende mi pedido, atiéndelo
con urgencia, por favor devuélveme la paz. Te seré fiel el
resto de mi vida y daré a conocer tu nombre a todos los que
tienen FE. NOEMÍ
Página 12 - El Barrio Villa Pueyrredón
Entrevista a Cristina Fergeac, coordinadora del Taller de Cuentos, Reflexiones y Emociones
en el Centro de Salud y Acción Comuniatria N° 2 “Dr. Ramón Carrillo” (Terrada 5850)
Por Natalia Saavedra
“Dejar volar la fantasía es lo
Cristina cuenta que “estaba
buscando un espacio para
mí, algo cerca y me hablaron
de que había un taller en el que
se salía a caminar. Fui a la secretaria,
me puse a conversar
allí con Silvia. Me tomó los datos
y al poco tiempo, recibo un
llamado de Verónica (Verónica
Delrío, coordinadora del programa
talleres del centro de salud)
y me preguntó si no quería hacer
algo allí. A ella le gustaba
“Jugando con los Miedos”, un
taller que yo hice mucho tiempo.
Empezamos a hablar sobre
el taller de cuentos y a ella le
gustó”. De esta manera, surgió
esta propuesta que intenta, a
través de la lectura de cuentos,
reflexionar sobre las distintas
problemáticas que atraviesa el
ser humano.
“Yo comencé leyendo el libro
El caballero de la armadura
oxidada. Íbamos leyendo un
capítulo, lo comentábamos y lo
llevábamos a la reflexión. Cuando
terminamos el libro empecé
a llevar cuentos cortos, de
Jorge Bucay, de Isabel Allende...
ahora por el giro que va
teniendo el taller y voy tenien-
do conocimiento de la problemática
de cada uno, según lo
que resonó, llevo una fotocopia
referido a eso y a veces llevo
un artículo. Lo leemos, se lo llevan
y lo comentamos llevado a
la vida personal de cada uno.
Si le pasó algo así, cómo lo resolvió,
etc.”, explica emocionada
Cristina. “Es como del cuento
llegar a la reflexión y de la
reflexión la idea es que salga
una o varias emociones y que
se puedan compartir, charlarlas.
Yo siempre les digo: no
se va a solucionar, pero se van
con la mitad de la carga. Siempre
hago hincapié en que escuchen
lo que dicen”.
La claridad de sus ojos y sus
palabras, convidan a sumarse
en esta aventura donde el arte
aparece como una vía para
producir y encontrarse con uno
mismo. “Yo soy de las personas
que pienso que todo lugar
donde te produzca un rato de
mejor calidad de vida es terapéutico”,
comenta.
Psicóloga social, psicodramatista
y seguidora del teatro
experimental, Cristina se
emociona cuando explica y
comenta las vicisitudes del
taller, cómo trabaja con el
grupo y sobretodo, la pasión
por los cuentos. “La verdad
que el tema de los cuentos a
mí me apasiona desde hace
mucho. Les contaba cuentos
a mis hermanas, les conté a
mis hijos, les cuento a mis
nietos... Siempre voy a ver
cuentacuentos. A raíz de eso,
hice un curso en el Teatro 25
de mayo de narración oral y
después hice la experiencia
de los Abuelos cuenta cuento”,
dice. “A mi me apasiona
cuando la gente se queda
prendida... el adulto se prende
mucho más que el niño,
enseguida presta atención.
Por eso lo puse entre las opciones
que le di a Verónica”,
continúa. “Yo con mis nietos
hacía así, cuando eran más
chiquitos, jugábamos a hilvanar
historias. Un día mi nieto
me dijo que el príncipe venía
en un auto rojo, volando... dejar
volar la fantasía es lo más
lindo que hay”, concluye.
Esa misma fantasía es la
que intenta soltar a través del
taller, recopilando material,
buscando en su extenso archivo,
producto de muchísimos
años de su vida dedicada
al dictado de talleres. Si
bien el grupo aún es reducido,
Cristina dice sentirse contenta
“con la evolución” y en
su incansable búsqueda intentará
incorporar “algo de lo
corporal”. “Yo intento que
descrucen los brazos, las
piernas, les voy explicando...
ya lo tienen incorporado... lo
que me gustaría es poder incorporar
más cosas pero me
cuesta. Estoy pensando ahora
en llevarles un grabador
para pasar música y que empiecen
a hacer relajaciones,
meditaciones”, explica.
Habla pausadamente y el
tiempo se esfuma... Está feliz
con el espacio en el centro
de salud, con la evolución
de su grupo y dice sentirse
“contenida” en el Centro. Las
palabras inundan su diálogo
e invitan a charlar con ella, a
involucrarse en sus historias
y sus anécdotas.
El taller se realiza los días
lunes a las 16 horas. Es totalmente
gratuito y para todas las
edades. Cristina habla acerca
de las historias, los cuentos
como disparadores para la reflexión
de quienes participan en
el curso y afirma que “siempre
el que lo ve de afuera, lo ve de