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PENTECOSTÉS • N° 233
Aporte Francisco Avello
Y PASÓ LA NAVIDAD…
LLEGÓ EL AÑO NUEVO…
Ya han pasado varios días de haber celebrado la navidad y de
habernos abrazado, deseándonos un feliz año. En nuestra retina
quedan solo recuerdos al haber compartido con las personas que
queremos y ojala hayamos reflexionado sobre la importancia de
estos acontecimientos.
Ya es tiempo de que los jóvenes
y adultos puedan meditar, en
intimidad con el Señor, ciertas preguntas
para poder “evaluarnos”,
si estos momentos importantes
están comenzando a dar los frutos
que el Señor desea de nosotros.
Por lo que nos podemos formular
varias preguntas con respecto a
nuestro caminar como creyentes
y soldados de Cristo: ¿Le pedimos
a Jesús que naciera en nuestro
corazón?;¿tenemos conciencia
de los problemas de los demás?;
¿Fuimos más generosos con las
personas que nos rodean; ¿pudimos
perdonar a las personas que
nos hubiesen ofendido?; ¿pedimos
perdón a la personas que
ofendimos en algún momento?;
¿pudimos cambiar el orgullo que a
veces se nos manifiesta?; ¿fuimos
capaces de ser obedientes a nuestros padres?, ¿el servicio que
prestamos este año nuevo será más efectivo?.
Cuando vivimos la navidad y le decimos a Jesús que nazca en
nuestro corazón, nos estamos uniendo al “si” de María a Dios.
Cuando cada cristiano es capaz de dejar que Jesús cambie su vida,
dándole una vida nueva, se produce una fiesta desbordante en el
Cielo. Me imagino la sonrisa de Nuestra madre María, dichosa por
lo que están respondiendo sus hijos, especialmente los jóvenes
cristianos, es decir, “sus pequeños”.
Que este tiempo de verano no solo sean vacaciones, sino que
sea también un tiempo de meditación sobre lo que Jesús ha hecho
en nuestra vida. Si hemos vivido un buen tiempo de adviento,
eso quiere decir, que esta Navidad que pasó fue distinta, de lo
contrario, fue un pérdida de tiempo.
MatriMonio luis Baeza P. y denisse Polanco l.
asesor nacional de los JóVenes
J Ó V E N E S