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TESTIMONIOS PARA LA GLORIA DE DIOS
¡Hijo mío yo no te quise abortar!
Como explicarte aquello que
no quisiera recordar y que tronchó
tu vida de una vez y para
siempre.
Como explicarte mi niño la
alegría que yo sentí al sentirte
dentro de mí y saber de tu existencia.
Acariciaba mi vientre porque
con ello te acariciaba a ti, aunque
tu concepción no fue en las
mejores circunstancias, pero eso
yo ya me lo perdone.
Ya sane mi niño tu concepción
y la acepte cual y como fue.
Nunca más un porque si solo
Dios es el que decide lo que pasa
para bien o para mal.
Como explicarte la unión de
amor que sentía al estar a solas
contigo en el secreto de la noche
¡mi bello secreto!
Como explicarte tenerte entre
mis brazos.
Como explicarte que a pesar
de tu sorprenderme con tu aparición
en mi vida, te había asumido
como un gran regalo de
amor, del amor de Dios.
Como explicarte que aunque
no fuiste concebido en amor tú
En bien de los que no valoran la vida
escribo esta carta mi niño lindo
eras mi más bello milagro de
amor.
Como explicarte la actitud de
familiares que cuando supieron
de tu vida solo pensaron en el
aborto y ese no era mi programa
para ti.
Como explicarte mi lucha interna
que decía noooooo ¡yo
quiero que mi hijo viva!
Como explicarte mi dolor
cuando ya se decidió el día, domingo
y la hora, 5 pm.
Como explicarte mi impotencia
al no ¡poder defender tu derecho
a la vida! que Dios te había
regalado. Si. Yo tan solo era una
niña, tenía 17 años.
Como explicar aquel domingo
de duelo para mí donde me
arrebataron a mi niño en una fría
sala de hospital.
Una sala, un médico y una
enfermera en tu contra, mi niño.
Me borra la memoria el dolor
en mi alma y las lagrimas que
brotan de mis ojos mi niño lindo.
Pero con tu partida se me nublo
mi entendimiento, y pasé a
ser un zombi dentro de mi casa.
ENERO • FEBRERO • AÑO 2011 39
Lo único que yo quería era morirme
porque tu ya no estabas
conmigo.
Fueron meses, semanas, días
y horas de encierro porque yo estaba
en duelo.
¿Por qué Dios mío, porqué
tuve que sufrir está pérdida no
programada por mí? ¿Porque,
mi niño Pablito, no te puedo tener
entre mis brazos ahora
En que ya serias todo un
hombrecito.
¡Perdóname Dios mío porque
peque contra ti, contra ti solo
peque
Mamita María, como comprendiste
tú mi dolor de aquella
tarde de domingo y sé que estabas
conmigo teniéndome entre
tus benditos y amorosos brazos.
¡Protégeme Dios mío que me
refugio en ti! y perdona mi debilidad
de aquel momento por no
saber defender lo que era tuyo y
mío.
Maria reGina tiMM Kehsler
ValdiVia