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30<br />

PENTECOSTÉS • N° 233<br />

SI EL DOLOR<br />

NO TUVIERA<br />

SENTIDO,<br />

LA VIDA<br />

NO TENDRÍA<br />

SENTIDO<br />

Jaime Moreno<br />

El dolor en sí mismo es un hecho negativo: causa sufrimiento.<br />

De hecho Jesús pasó por todas partes sanando enfermos<br />

porque la salud es, en términos generales, una ayuda para<br />

una vida feliz y plena.<br />

Pero hay dolores que tienen sentido. Por ejemplo el que<br />

produce el bisturí del médico que nos saca el apéndice inflamado<br />

y que de otro modo nos causaría la muerte, el que<br />

produce el mismo bisturí que nos extirpa un tumor.<br />

Convengamos. Hay dolores que tienen sentido y son bien<br />

venidos aunque en sí mismos sean dolorosos, valga la redundancia.<br />

Jesús dijo “ El amor más grande que uno puede tener es<br />

dar la vida por sus amigos.” (Juan 15,13).<br />

Dar la vida es la máxima entrega e implica de cualquier<br />

manera que se lleve a cabo, un gran dolor.<br />

Hay madres abandonadas de sus maridos que dan toda<br />

su vida por sus hijos trabajando sacrificadamente y entregando<br />

todo el producto para mantenerlos. Esa entrega es<br />

dolorosa y tiene sentido, su objetivo es de amor.<br />

Es Cristo el que aclara totalmente el sentido del sufrimiento.<br />

El centro de su mensaje es la práctica del amor a Dios y<br />

al prójimo.<br />

¿Y cómo se practica el amor?<br />

Dando de beber al sediento, dando de comer al hambriento,<br />

dándole abrigo al desnudo. Es decir, teniendo actos<br />

de generosidad que naturalmente implican un “costo”, esto<br />

es, un dolor.<br />

El ejemplo, por excelencia, es el del buen samaritano,<br />

cuyo generoso comportamiento conocemos: recogió al<br />

hombre herido, lo curó, lo encargó al posadero, gastó plata<br />

en él, perdió tiempo, retardó su viaje.<br />

En resumen asumió un montón de “costos” por su prójimo.<br />

Este es el buen sentido del dolor. Con él validamos, esto es<br />

demostramos, que nuestro amor es verdadero, y no, como<br />

se dice en lenguaje corriente, “de la boca para afuera.”<br />

De esta manera queda claro que si el amor no se pudiera<br />

demostrar mediante el sufrimiento, la vida no tendría sentido,<br />

porque no podríamos practicar el amor que es lo que da<br />

sentido a nuestra existencia.<br />

El amor es el elemento central de la existencia humana.<br />

Es lo que nos asemeja a Dios que según San Juan, es el amor<br />

mismo.<br />

De tal modo que el dolor es un capital que tenemos si lo<br />

ofrecemos a Dios.<br />

No lo rechacemos.<br />

Jesús nos dio su vida en la cruz para demostrarnos que<br />

nos amaba, no perdamos nosotros la oportunidad de decirle:<br />

“Señor yo te ofrezco mi dolor para decirte, en mi modesta<br />

estatura, también te amo”.

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