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PENTECOSTÉS • N° 233
LA OFRENDA
LA GRACIA DE DAR
Antes que nada tenemos que
partir de la premisa de que todo
le pertenece a Dios, que de El
vienen todas las cosas y hacia El
van.
Cuando hablamos de ofrenda,
hay personas que tienen
completamente separado el dinero
de los cosas de Dios, por
eso le dan “al mundo todo el
tiempo, todo el dinero y a Dios
poco tiempo, poco dinero”.
Primero tenemos que tener
claro que la Ofrenda es un compromiso
personal-individual,
Cristo no quiere las ofrendas
obligadas (de la Ley) sino que
cada hermano trabaje y ofrende
libre y espontáneamente.
I. ES UNA OBRA DE GRACIA
A. Pablo usó un poco de ironía
con los Corintios, una iglesia
orgullosa de sus dones y
habilidades, parafraseando
dijo: “Como ustedes son tan
superiores a toda otra iglesia
en tantos Dones y en su amor
por nosotros, les recomiendo
que sean superiores también
en la Gracia de Dar”
(2Cor.8:7). Se ha comentado
que los hermanos que mas
hablan son los que menos
ofrendan, quieren disponer
de los fondos pero contribuyen
con una miseria.
Marcela Cabrera
Encargada
del Ministerio de Economía
B. Gracia, en el Griego es “charis”,
y podemos traducirlo
como amor-cariño. Ofrendar
es un acto de amor con
cariño. Cristo murió por los
pecadores porque Ama con
cariño, es generoso, amable,
bondadoso. Somos salvos no
por nuestras obras o virtudes
sino por el amor cariñoso de
Jesús. Por lo tanto es necesario
demostrar amor, especialmente
en la ofrenda.
II. LAS INSTRUCCIONES DE
CÓMO OFRENDAR
A. La ofrenda es personal. ”Cada
uno de vosotros ponga, aparte
algo” (1Cor.16:2).