Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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CER CER ees es evidente que se ha excedido el tiempo de la mojadura. Todavía conviene lavar los granos por última vez, pues en estío especialmente forman una materia viscosa que conviene quitarla, para que no dé mal gusto después á la cerveza, dejando á escurrir bien el grano dentro de la cuba diez ó doce horas. La cantidad de agua que absorbe un buen grano de cebada viene á ser de un 40 á 50 por 100 de su peso, y en volumen crece de un 18 aun 20 por 100, exhalando un aroma parecido al de las manzanas, que indica al cervecero el buen resultado de esta primera operación. En seguida se levantan los fondos agujereados de las cubas, maniobrando de modo que las válvulas que cierran las salidas se eleven lo necesario hasta arrastrar dichos fondos, de- Finura 54—Germinador jando libre la salida á los granos, que en las fabricas bien establecidas pasarán directamente al germinador, donde estarán dispuestos varios hombres con palas á propósito para extenderlos bajo una capa de 15 á 18 centímetros de espesor; otras veces, valiéndose también de carretillas á propósito, se distribuyen los granos en la estancia que constituye este importante lugar en toda fábrica de cerveza (figura 54). Dicho local, donde debe germinar el grano, necesita tres condiciones: un suelo impermeable, una ventilación activa y que las paredes estén muy lisas, sin presentar oquedades de ninguna especie; para el piso se emplea, ó un embaldosado bien hecho, ó una capa de cemento, cuidando siempre de establecer su declive correspondiente, y una canal para recoger las aguas que resultan en esta labor espontánea; á fin de ventilar el local se establece en muchas ocasiones hasta una chimenea provista de su hogar, en comunicación cou la estancia para que el aire se renueve de continuo como es preciso, pues el mucho ácido carbónico que exhala el grano en esta evolución la detiene, y además hace irrespirable el ambiente para los obreros que de vez en cuan­ do han de visitar el germinador; y por último', en las buenas fábricas de Alemania se guarnecen las paredes de dichas estancias enluciéndolas perfectamente, de modo que presenten superficies lisas', para que no se guarezcan en las rugosidades que pudiera haber en las mismas, los gérmenes de fermentos, que perjudicarían sin duda alguna la buena marcha de la fermentación. Cada seis ú ocho horas debe removerse la cebada en el germinador, con el ñu de que todos los granos germinen por igual, que es lo difícil en esta labor; para conseguirla en buenas condiciones, el obrero debe introducirse en la estancia cou los pies desnudos, ó llevando á lo sumo unas sandalias de piso blando, á fin de no destruir un número excesivo de granos, y armado de una pala de madera, removerá el grano, observando si aparece en ellos un punto blanco provisto de algunas raicillas que se ramifican al poco tiempo y el tallo correspondiente, pues en este caso debe sepultar al fondo tales granos, sacando á la superficie los que no tengan señales de germinar, con el fin de que al calor de los que ya empiezan á dar señales de vida vegetativa, activen la suya los otros, deteniéndose la de los primeros, y que la evolución se verifique por igual en todos ellos. Este trabajo es eminentemente práctico, debiéndose ocupar en él siempre á los mismos obreros, que, si son hombres de conciencia y observadores, en el olor á manzana más ó menos subido que exhala el grano al germinar, y eu multitud de detalles que se observan, según la estación del año, así conocen el trabajo que deben ejecutar y el éxito que pueden prometerse de esta primera manipulación eu la industria que nos ocupa. A las veinticuatro horas, y en las capas superiores del grano, empiezan á manifestarse las raicillas y los tallos simultáneamente y en sentido contrario, pero debiéndose evitar que éstos crezcan formando hojitas verdes; removiéndose los granos al efecto en los plazos indicados. No se logra la germinación total hasta los siete, ocho, nueve ó diez días durante el verano, llegando á diez y seis en el invierno. La mejor cerveza se fabrica en primavera y otoño, siendo aquélla la preferida entre los buenos bebedores. Gracias á la mucha evaporación que produce el grano al germinar de este modo y ala gran cantidad de ácido carbónico que exhala, pierde de su peso un 2 por 100, quedando en condiciones de empezar el desarrollo de la

CER — 87 — CER nueva planta, puesto que ya está nacida y sólo espera á nutrirse de los jugos lechosos que le envuelven, cosa que debe evitarse á todo trance en la industria cervecera, pues dichos jugos son primera materia de esta fabricación. Es preciso que no se cumplan los designios de la naturaleza, y para ello no hay más remedio que matar en el grano la nueva vida que principia después de la germinación. Esto se consigue por medio del calor, sometiendo los granos á 80° centígrados de temperatura. No conviene emplear de repente tal temperatura, y lo mejor es que el grano vaya perdiendo poco á poco su excesiva humedad, pues de lo contrario nos exponemos á producir un verdadero almidón, ó cuando menos á que después no sea soluble el principio azucarado en las infusiones ulteriores. Por lo tanto, debe extenderse el grano en sitio de buena ventilación , formando una capa de un decímetro de espesor, y abandonarle así durante algunas horas, hasta que tomado con la mano no moje. Para calentar la planta y destruir el nuevo ser se emplea una estancia á propósito, que se llama touraille en francés, y que pudiéramos traducir malamente cou la palabra tostador. Se compone de una especie de torre cuadrada, de 5 á 6 metros de lado, dividida én tres estancias superpuestas, cuyos dos pisos están formados por chapas agujereadas, y sobre ellas se extiende el grano desecado; abajo existe un hogar que distribuye el calor por toda la torre, atravesando los pisos y consiguiéndose el fin que se desea. Ahora bien; como detalles de esta labor, diremos que conviene cubrir el hogar cou una techumbre ligera de chapa, tanto para que no caigan en el fuego los tallos de las plantas, que suelen romperse y pasar por los agujeros de los pisos, produciendo al quemarse humos nada convenientes, como por evitar la acción directa de la lumbre sobre el primer piso, pues de este modo pudiera excederse la temperatura sobre los granos más de lo debido. Desde luego deben darse facilidades para la salida de los gases por el centro de la cubierta de esta torre, disponiéndose al efecto una especie de chimenea amplia y corta; además, á fin de que se conserve bien el calor en las estancias, las paredes deben ser dobles, dejando un hueco entre ellas, como medio de evitar la transmisión del calor. Los Sres. Lacambre y Persac han propuesto la estufa que representamos en la figura 55, que produce un efecto muy rápido, y está en ella sometido el grano á una temperatura graduada. Esta estufa se compone de dos compartimientos iguales (en la figura no se representa más que uno), separados por una pared divisoria que en su parte superior lleva un balancín de fundición que pone en juego, por medio de una biela y de una manivela, diez y seis grandes marcos de hierro, recubiertos de telas metálicas bastante espesas para que no puedan atravesarlas los granos. Estos marcos están superpuestos dos á dos, inclinados de manera que viertan uno sobre otro la malta que reciben de un modo casi continuo por su parte superior. La cebada germinada recorre de este modo los cuatro pisos de marcos, por medio de las oscilaciones lentas y continuas que les hacen ejecutar las varillas fijas en uno de los extremos del balancín , el cual está en sensible equilibrio constantemente, puesto que los marcos están colocados simétricamente con relación á su eje, y además se encuentran cargados casi de igual cantidad de malta, nombre francés que se da al grano germinado. En la parte inferior de cada compartimiento de la estufa se encuentra Figura 55.—Estufa un gran calorífero de fundición, que tiene 54 metros cuadrados de superficie de caldeo, lo que basta para la desecación de 120 sacos de malta en veinticuatro horas. Algunos autores, reconociendo que esta estufa puede dar grandes resultados, aconsejan que antes de entrar en ella la malta se lleve á otra estufa de baja temperatura, por ejemplo, la indicada para el compartimiento superior de la estufa ordinaria, ó sea la de 30 á 35°. Esta estufa puede ser una cualquiera de las conocidas, en la que sufre la malta verde ó húmeda una desecación preliminar, á la temperatura expresada de 30 á 35°; conseguido esto, caerá la malta en la anteriormente descrita, para que sufra el grado de calor necesario. Este varía según la clase de malta que se desea; para la clase llamada malta pálida debe ser de 40°; para la malta amarilla ó ambarada, de 60°; para la malta morena, de 70 á 80°, y en fin, para la malta negra debe- 1 rá ser la temperatura de 160 y hasta de 200°.

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ees es evi<strong>de</strong>nte que se ha excedido el tiempo<br />

<strong>de</strong> la mojadura.<br />

Todavía conviene lavar los <strong>grano</strong>s por última<br />

vez, pues en estío especialmente forman<br />

una materia viscosa que conviene quitarla,<br />

para que no dé mal gusto <strong>de</strong>spués á<br />

la cerveza, <strong>de</strong>jando á escurrir bien el <strong>grano</strong><br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cuba diez ó doce horas. La cantidad<br />

<strong>de</strong> agua que absorbe un buen <strong>grano</strong> <strong>de</strong><br />

cebada viene á ser <strong>de</strong> un 40 á 50 por 100 <strong>de</strong><br />

su peso, y en volumen crece <strong>de</strong> un 18 aun 20<br />

por 100, exhalando un aroma parecido al <strong>de</strong><br />

las manzanas, que indica al cervecero el<br />

buen resultado <strong>de</strong> esta primera operación.<br />

En seguida se levantan los fondos agujereados<br />

<strong>de</strong> las cubas, maniobrando <strong>de</strong> modo que<br />

las válvulas que cierran las salidas se eleven<br />

lo necesario hasta arrastrar dichos fondos, <strong>de</strong>-<br />

Finura 54—Germinador<br />

jando libre la salida á los <strong>grano</strong>s, que en las<br />

fabricas bien establecidas pasarán directamente<br />

al germinador, don<strong>de</strong> estarán dispuestos<br />

varios hombres con palas á propósito para exten<strong>de</strong>rlos<br />

bajo una capa <strong>de</strong> 15 á 18 centímetros<br />

<strong>de</strong> espesor; otras veces, valiéndose también<br />

<strong>de</strong> carretillas á propósito, se distribuyen<br />

los <strong>grano</strong>s en la estancia que constituye este<br />

importante lugar en toda fábrica <strong>de</strong> cerveza<br />

(figura 54).<br />

Dicho local, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be germinar el <strong>grano</strong>,<br />

necesita tres condiciones: un suelo impermeable,<br />

una ventilación activa y que las pare<strong>de</strong>s<br />

estén muy lisas, sin presentar oqueda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> ninguna especie; para el piso se emplea,<br />

ó un embaldosado bien hecho, ó una capa<br />

<strong>de</strong> cemento, cuidando siempre <strong>de</strong> establecer<br />

su <strong>de</strong>clive correspondiente, y una canal para<br />

recoger las aguas que resultan en esta labor<br />

espontánea; á fin <strong>de</strong> ventilar el local se establece<br />

en muchas ocasiones hasta una chimenea<br />

provista <strong>de</strong> su hogar, en comunicación cou la<br />

estancia para que el aire se renueve <strong>de</strong> continuo<br />

como es preciso, pues el mucho ácido<br />

carbónico que exhala el <strong>grano</strong> en esta evolución<br />

la <strong>de</strong>tiene, y a<strong>de</strong>más hace irrespirable el<br />

ambiente para los obreros que <strong>de</strong> vez en cuan­<br />

do han <strong>de</strong> visitar el germinador; y por último',<br />

en las buenas fábricas <strong>de</strong> Alemania se guarnecen<br />

las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dichas estancias enluciéndolas<br />

perfectamente, <strong>de</strong> modo que presenten<br />

superficies lisas', para que no se guarezcan en<br />

las rugosida<strong>de</strong>s que pudiera haber en las mismas,<br />

los gérmenes <strong>de</strong> fermentos, que perjudicarían<br />

sin duda alguna la buena marcha <strong>de</strong> la<br />

fermentación.<br />

Cada seis ú ocho horas <strong>de</strong>be removerse la<br />

cebada en el germinador, con el ñu <strong>de</strong> que<br />

todos los <strong>grano</strong>s germinen por igual, que es<br />

lo difícil en esta labor; para conseguirla en<br />

buenas condiciones, el obrero <strong>de</strong>be introducirse<br />

en la estancia cou los pies <strong>de</strong>snudos, ó<br />

llevando á lo sumo unas sandalias <strong>de</strong> piso<br />

blando, á fin <strong>de</strong> no <strong>de</strong>struir un número excesivo<br />

<strong>de</strong> <strong>grano</strong>s, y armado <strong>de</strong> una pala <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra,<br />

removerá el <strong>grano</strong>,<br />

observando si aparece en<br />

ellos un punto blanco<br />

provisto <strong>de</strong> algunas raicillas<br />

que se ramifican<br />

al poco tiempo y el tallo<br />

correspondiente, pues en<br />

este caso <strong>de</strong>be sepultar al<br />

fondo tales <strong>grano</strong>s, sacando<br />

á la superficie los<br />

que no tengan señales <strong>de</strong><br />

germinar, con el fin <strong>de</strong><br />

que al calor <strong>de</strong> los que ya<br />

empiezan á dar señales<br />

<strong>de</strong> vida vegetativa, activen<br />

la suya los otros, <strong>de</strong>teniéndose<br />

la <strong>de</strong> los primeros,<br />

y que la evolución<br />

se verifique por<br />

igual en todos ellos. Este<br />

trabajo es eminentemente<br />

práctico, <strong>de</strong>biéndose ocupar en él siempre<br />

á los mismos obreros, que, si son hombres <strong>de</strong><br />

conciencia y observadores, en el olor á manzana<br />

más ó menos subido que exhala el <strong>grano</strong><br />

al germinar, y eu multitud <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles que se<br />

observan, según la estación <strong>de</strong>l año, así conocen<br />

el trabajo que <strong>de</strong>ben ejecutar y el éxito<br />

que pue<strong>de</strong>n prometerse <strong>de</strong> esta primera manipulación<br />

eu la industria que nos ocupa. A<br />

las veinticuatro horas, y en las capas superiores<br />

<strong>de</strong>l <strong>grano</strong>, empiezan á manifestarse las<br />

raicillas y los tallos simultáneamente y en<br />

sentido contrario, pero <strong>de</strong>biéndose evitar que<br />

éstos crezcan formando hojitas ver<strong>de</strong>s; removiéndose<br />

los <strong>grano</strong>s al efecto en los plazos<br />

indicados. No se logra la germinación total<br />

hasta los siete, ocho, nueve ó diez días durante<br />

el verano, llegando á diez y seis en el invierno.<br />

La mejor cerveza se fabrica en primavera<br />

y otoño, siendo aquélla la preferida entre los<br />

buenos bebedores.<br />

Gracias á la mucha evaporación que produce<br />

el <strong>grano</strong> al germinar <strong>de</strong> este modo y ala<br />

gran cantidad <strong>de</strong> ácido carbónico que exhala,<br />

pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> su peso un 2 por 100, quedando en<br />

condiciones <strong>de</strong> empezar el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la

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