Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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EQTJ — 740 — EQU Billingham ha dado á una especie de equinorinco qué vive en los intestinos del conejo, sin describirla, el nombre de Echinor inchus cuniculi ó del conejo. Bremser describe el equinorinco polimorfo hallado en el intestino del ánade y del ganso doméstico. Parece ser que además de la Melolonta vulgaris hay algunos anfibios y algunos peces que sirven como medios de desarrollo para el equinorinco en sus transformaciones. El Sr. Dellarovere, veterinario de Asigliano, advirtió en 1867 que las ranas y gámbaros de los arroyos de aquellos contornos se hallaban infestadas de equinorincos enquistados, y que al parecer murieron los últimos, por haber desaparecido de la localidad. Las ranas enfermas pudieron mantenerse vivas, y algunas de ellas, enviadas á Turin y observadas por el profesor Rivolta, se conservan todavía en el Museo Anatómico - patológico de Turin. Los quistes que contenían equinorincos tenían el tamaño de un grano de mijo, y eran numerosos en la región sub-lombar y entre los músculos de las ancas de las ranas. Abriendo los quistes por medio de una aguja, salían pequeñísimas larvas de equinorincos, dotadas de movimientos bastante enérgicos. Cuando las ranas y los cangrejos se hallan invadidos por equinorincos enquistados, deben excluirse de la alimentación humana, pues si bien raras veces, también se ha hallado el equinorinco gigante en los intestinos del hombre. Lambi le descubrió en un niño. Todos los helmintos que habitan en el tubo gastro-entérico de los animales domésticos, exceptuando la triquina, no quitan, sin embargo, á las carnes de las reses su perfecta salubridad. Para el tratamiento véase Helmintos (Remedios contra los). EQUISETÁCEAS (Botánica).— Familia de plantas que crecen principalmente en suelos húmedos y sombríos. Sus raíces son vivaces; el tallo cilindrico, fistuloso, articulado y más ó menos ramoso. Las plantas de esa familia, que comprende las llamadas cola de zorra y cola de caballo, utilizadas para limpiar los utensilios de cocina, son dañinas en las praderas y en los campos. Cuando las comen los animales, les causan irritaciones en el canal intestinal, y determinan una disminución en la secreción láctea de las vacas. Algunos han afirmado que provocaban el aborto en las ovejas, pero no está comprobada esa propiedad. De todas maneras, el labrador deberá destruir esas plantas donde quiera que las encuentre. EQUITACIÓN.—-Arte de andar á caballo, y de domarlos y educarlos; también se llama arte ecuestre, bien entendido que se explica así considerando sólo la parte práctica, pues entrando en otro género de consideraciones, debe calificarse como ciencia, porque para alcanzar la perfección en ella y obrar convenientemente en todos sus casos y accidentes, sin que sean negativos los principios, es necesario reunir un caudal de conocimientos anatómicos, de geometría y mecánica que sólo el estudio puede enseñar. Con la anatomía se aprende á conocer las disposiciones físicas del hombre y del caballo para aprovecharse de ellas en la aplicación de las reglas que se prescriben al primero, con el objeto de que adquiera una cómoda y firme posición, basada en su propia naturaleza, y en la del caballo por el estudio de su mecanismo, saber apreciar sus aires, dirigir sus actitudes y acomodar sobre él al jinete, combinando las operaciones de ambos, base fundamental de los buenos resultados del arte. La geometría enseña á conocer las proporciones, los radios, las direcciones de los ángulos en los remos del caballo, por lo que se aprovechan y regularizan todos sus aires y aptitudes, dando además idea fija de las proporciones de los arreos que necesariamente han de emplearse en el arte, mas del picadero donde se han de ejecutar los manejos que la escuela enseña; y la mecánica manifiesta el valor de las fuerzas del jinete, combinadas con las del animal; las de uno y otro aisladamente; demuestra el valor de las palancas, y enseña la verdadera potencia del bocado, etc. La equitación en todos los países civilizados fué siempre un ramo de buena educación entre los grandes y personas acomodadas. En Roma llegó á una gran altura en tiempo de César, que fué un grande hombre á caballo, y todos los caballeros de entonces la aprendían con gran esmero, pues era vergonzoso no poseerla, y una necesidad su uso, dadas las costumbres y necesidades de aque-, lias gentes. El arte ecuestre, cuyo cultivo data de los tiempos más remotos, ha sido objeto de las investigaciones y de los estudios de muchos historiadores. La historia del caballo y de su sumisión al hombre se une tan íntimamente á sus luchas, á sus conquistas y á sus trabajos, que no podía menos de inspirar gran interés el conocer las bases empleadas para su primera dominación. Es incuestionable que su conquista y su aplicación á los difereutes servicios que prestó más tarde, no tenía ninguna relación íntima con las primeras necesidades de los habitantes de la tierra. Por mucho que se quisiere penetrar en la historia de las naciones, sería imposible encontrar un indicio preciso sobre el origen del arte que nos ocupa. Los escritos de Moisés son los que pueden difundir alguna claridad sobre la materia, pues son de los primitivos tiempos históricos. La asociación del caballo á la vida activa del hombre ha debido tener su origen en la época de las grandes luchas de los pueblos entre sí. Desde entonces ha debido asociarse á su respectiva gloria; ayudar al colmo de sus fuerzas y de su valor, dando esplendor á los héroes de la antigüedad, pues fué el instrumento indispensable para sus hazañas y sus triunfos. No ha habido héroe ni conquistador,

EQU — 741 — EQU ni ningún hombre ilustre, que no se haya presentado delante del pueblo á caballo, ó en carro triunfal en la época aludida. Xenofonte y Plinio hacen mención de un tratado de Simón, sobre la materia, que precisa las costumbres ecuestres de los pueblos antiguos; pero hay tanta vaguedad en las fechas señaladas á los inventos y á los descubrimientos, que ni por la historia del citado autor podríamos encontrar su verdadero origen. Los egipcios, fenicios, asirios y aun los chinos nos ofrecen hechos que se ligan bien con la cuestión; el que ofrece más que estudiar es indudablemente el pueblo egipcio. La antigüedad del arte ecuestre y los primeros servicios que ha prestado á la humanidad vienen confirmados de un modo innegable por los libros de Moisés, los que nos hablan de los carros ecuestres en Egipto desde el tiempo de Jacob. El cántico de Moisés al pasar el Mar Rojo, nos prueba que la equitación y el uso de los carros era conocido en Egipto. La justificación de este hecho demuestra que la aplicación de los caballos en aquellos ejércitos para que prestasen en ellos servicios regulares se remontaba á una época anterior. Según otros escritos, el uso de los carros tirados por dos, tres y cuatro caballos fué anterior al siglo de Moisés, y se remonta al tiempo de Jacob; estos datos nos inducen á creer que atendido á que el arte de enganchar y dirigir con destreza tres y cuatro caballos se hallaba tan adelantado, el de montar y adiestrarlos bajo la dirección del jinete debía ser conocido y practicado. Los lidios, según Herodoto, eran excelentes jinetes; combatían á caballo, manejando unas lanzas muy largas, unos trescientos sesenta años antes de Cristo. Resulta de varios datos que la Grecia recibió desde los tiempos más remotos colonias de egipcios que introdujeron en el país el arte de domar y utilizar los caballos, y es casi evidente que antes de la invención de los carros la equitación era conocida en Grecia, y que la invención y la aplicación de ellos ha sido posterior al arte de domar y de adiestrar el caballo. El abad Gedain afirma que el uso de montar á caballo era más antiguo entre los egipcios y los israelitas que en la Grecia, donde no empezó hasta 1300 á 1400 años antes de Cristo. Se cree que Abraham fué el que introdujo el uso de los caballos y de los carros en el pueblo israelita. Después de Xenofonte pasaron bastantes siglos sin que el arte ecuestre revelara en forma didáctica sus progresos y modificaciones, y sin que escritor alguno dejase á la posteridad las tradiciones de su época. Es evidente que el empleo del caballo y su educación sufrieron transformaciones graduales, adaptadas á las exigencias de los tiempos. Este noble animal, con el arte se fué amol­ dando al gusto de la civilización griega y romana, y representó un papel importante en estas dos naciones; enganchado ó montado, en todas partes fué el animal predilecto de los ricos, de los guerreros y de los soberanos, siendo el atractivo principal del pueblo en aquellos juegos tan celebrados que apasionaron por muchísimos años la capital del mundo. El arte de montar y de dominar el caballo se transmitía entonces de padres á hijos; la práctica era su único libro; las monturas y los estribos tardaron mucho en adoptarse entre los egipcios. La historia de la equitación, seguida y estudiada en todas sus fases, nos demuestra de un modo evidente que los progresos y las transformaciones de este arte tan útil marchan paralelamente con las varias aptitudes de las distintas razas de caballos, y que han debido ser apropiadas á las localidades, según el temperamento y formas que la naturaleza del suelo, el clima y los pastos hayan impreso en los animales; es decir, que la sangre , la mayor ó menor nobleza de la raza y su estructura, han debido trazar la marcha que debía seguirse y los medios que podían emplearse para su completa dominación. Las teorías ecuestres del siglo xvi de Italia y de Francia, después de confirmar lo que precede, nos demuestran que la equitación de aquella época no tenía más objeto que la preparación del caballo de armas, dispuesto á evolucionar con toda seguridad y franqueza en los combates cuerpo á cuerpo. En la misma época, según las tradiciones del Oriente, la equitación admitía el uso del trote y la posición del jinete extendida naturalmente, empleando los estribos en su cabal aplicación. A este modo de andar á caballo se le decía montar á la extradiota, cuya denominación se daba á la montura y bocado de que se valían. Las sillas estaban hechas con el fin de favoi recer la posición y dar firmeza al jinete para los aires altos del picadero, en que el caballo debía ejecutar constantemente posadas, corvetas y vueltas instantáneas. Las teorías de Federico Grisón á principios del siglo xvn constituyen una escuela de las más curiosas de la segunda época didáctica del arte ecuestre. Este autor da reglas ya para practicar los pasos atrás, los manejos de dos pistas, las posadas, las piruetas y la mayor parte de los aires altos, juzgándolos necesarios para el servicio del caballo. También en el siglo xvn se publicaron en Francia, Italia, Inglaterra y Alemania algunos tratados de equitación que dieron al arte otro carácter, una forma más metódica. Las fiestas, las corridas de cañas y los demás juegos ecuestres tuvieron por objeto estimular el gusto al más bello y útil de los ejercicios, y de poner en evidencia á los más hábiles y enérgicos entre los jinetes de la milicia. Estos espectáculos ó fiestas ecuestres, último reflejo de la caballería andante, con-

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EQU<br />

Billingham ha dado á una especie <strong>de</strong> equinorinco<br />

qué vive en los intestinos <strong>de</strong>l conejo,<br />

sin <strong>de</strong>scribirla, el nombre <strong>de</strong> Echinor inchus<br />

cuniculi ó <strong>de</strong>l conejo. Bremser <strong>de</strong>scribe el<br />

equinorinco polimorfo hallado en el intestino<br />

<strong>de</strong>l ána<strong>de</strong> y <strong>de</strong>l ganso doméstico.<br />

Parece ser que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la Melolonta vulgaris<br />

hay algunos anfibios y algunos peces<br />

que sirven como medios <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo para<br />

el equinorinco en sus transformaciones. El<br />

Sr. Dellarovere, veterinario <strong>de</strong> Asigliano, advirtió<br />

en 1867 que las ranas y gámbaros <strong>de</strong><br />

los arroyos <strong>de</strong> aquellos contornos se hallaban<br />

infestadas <strong>de</strong> equinorincos enquistados, y que<br />

al parecer murieron los últimos, por haber<br />

<strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> la localidad. Las ranas enfermas<br />

pudieron mantenerse vivas, y algunas<br />

<strong>de</strong> ellas, enviadas á Turin y observadas por<br />

el profesor Rivolta, se conservan todavía en<br />

el Museo Anatómico - patológico <strong>de</strong> Turin.<br />

Los quistes que contenían equinorincos tenían<br />

el tamaño <strong>de</strong> un <strong>grano</strong> <strong>de</strong> mijo, y eran numerosos<br />

en la región sub-lombar y entre los<br />

músculos <strong>de</strong> las ancas <strong>de</strong> las ranas. Abriendo<br />

los quistes por medio <strong>de</strong> una aguja, salían pequeñísimas<br />

larvas <strong>de</strong> equinorincos, dotadas<br />

<strong>de</strong> movimientos bastante enérgicos.<br />

Cuando las ranas y los cangrejos se hallan<br />

invadidos por equinorincos enquistados, <strong>de</strong>ben<br />

excluirse <strong>de</strong> la alimentación humana,<br />

pues si bien raras veces, también se ha hallado<br />

el equinorinco gigante en los intestinos <strong>de</strong>l<br />

hombre. Lambi le <strong>de</strong>scubrió en un niño. Todos<br />

los helmintos que habitan en el tubo<br />

gastro-entérico <strong>de</strong> los animales domésticos,<br />

exceptuando la triquina, no quitan, sin embargo,<br />

á las carnes <strong>de</strong> las reses su perfecta<br />

salubridad. Para el tratamiento véase Helmintos<br />

(Remedios contra los).<br />

EQUISETÁCEAS (Botánica).— Familia<br />

<strong>de</strong> plantas que crecen principalmente en suelos<br />

húmedos y sombríos. Sus raíces son vivaces;<br />

el tallo cilindrico, fistuloso, articulado y<br />

más ó menos ramoso. Las plantas <strong>de</strong> esa familia,<br />

que compren<strong>de</strong> las llamadas cola <strong>de</strong><br />

zorra y cola <strong>de</strong> caballo, utilizadas para limpiar<br />

los utensilios <strong>de</strong> cocina, son dañinas en<br />

las pra<strong>de</strong>ras y en los campos. Cuando las comen<br />

los animales, les causan irritaciones en el<br />

canal intestinal, y <strong>de</strong>terminan una disminución<br />

en la secreción láctea <strong>de</strong> las vacas. Algunos<br />

han afirmado que provocaban el aborto<br />

en las ovejas, pero no está comprobada esa<br />

propiedad. De todas maneras, el labrador <strong>de</strong>berá<br />

<strong>de</strong>struir esas plantas don<strong>de</strong> quiera que<br />

las encuentre.<br />

EQUITACIÓN.—-Arte <strong>de</strong> andar á caballo,<br />

y <strong>de</strong> domarlos y educarlos; también se llama<br />

arte ecuestre, bien entendido que se explica así<br />

consi<strong>de</strong>rando sólo la parte práctica, pues entrando<br />

en otro género <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones, <strong>de</strong>be<br />

calificarse como ciencia, porque para alcanzar<br />

la perfección en ella y obrar convenientemente<br />

en todos sus casos y acci<strong>de</strong>ntes, sin que sean<br />

negativos los principios, es necesario reunir<br />

un caudal <strong>de</strong> conocimientos anatómicos, <strong>de</strong><br />

geometría y mecánica que sólo el estudio pue<strong>de</strong><br />

enseñar.<br />

Con la anatomía se apren<strong>de</strong> á conocer las<br />

disposiciones físicas <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong>l caballo<br />

para aprovecharse <strong>de</strong> ellas en la aplicación <strong>de</strong><br />

las reglas que se prescriben al primero, con<br />

el objeto <strong>de</strong> que adquiera una cómoda y firme<br />

posición, basada en su propia naturaleza, y en<br />

la <strong>de</strong>l caballo por el estudio <strong>de</strong> su mecanismo,<br />

saber apreciar sus aires, dirigir sus actitu<strong>de</strong>s<br />

y acomodar sobre él al jinete, combinando<br />

las operaciones <strong>de</strong> ambos, base fundamental<br />

<strong>de</strong> los buenos resultados <strong>de</strong>l arte. La<br />

geometría enseña á conocer las proporciones,<br />

los radios, las direcciones <strong>de</strong> los ángulos en<br />

los remos <strong>de</strong>l caballo, por lo que se aprovechan<br />

y regularizan todos sus aires y aptitu<strong>de</strong>s,<br />

dando a<strong>de</strong>más i<strong>de</strong>a fija <strong>de</strong> las proporciones<br />

<strong>de</strong> los arreos que necesariamente han <strong>de</strong><br />

emplearse en el arte, mas <strong>de</strong>l pica<strong>de</strong>ro don<strong>de</strong><br />

se han <strong>de</strong> ejecutar los manejos que la escuela<br />

enseña; y la mecánica manifiesta el valor<br />

<strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong>l jinete, combinadas con las<br />

<strong>de</strong>l animal; las <strong>de</strong> uno y otro aisladamente;<br />

<strong>de</strong>muestra el valor <strong>de</strong> las palancas, y enseña<br />

la verda<strong>de</strong>ra potencia <strong>de</strong>l bocado, etc.<br />

La equitación en todos los países civilizados<br />

fué siempre un ramo <strong>de</strong> buena educación entre<br />

los gran<strong>de</strong>s y personas acomodadas.<br />

En Roma llegó á una gran altura en tiempo<br />

<strong>de</strong> César, que fué un gran<strong>de</strong> hombre á caballo,<br />

y todos los caballeros <strong>de</strong> entonces la<br />

aprendían con gran esmero, pues era vergonzoso<br />

no poseerla, y una necesidad su uso,<br />

dadas las costumbres y necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aque-,<br />

lias gentes.<br />

El arte ecuestre, cuyo cultivo data <strong>de</strong> los<br />

tiempos más remotos, ha sido objeto <strong>de</strong> las<br />

investigaciones y <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> muchos<br />

historiadores.<br />

La historia <strong>de</strong>l caballo y <strong>de</strong> su sumisión al<br />

hombre se une tan íntimamente á sus luchas, á<br />

sus conquistas y á sus trabajos, que no podía<br />

menos <strong>de</strong> inspirar gran interés el conocer las<br />

bases empleadas para su primera dominación.<br />

Es incuestionable que su conquista y su<br />

aplicación á los difereutes servicios que prestó<br />

más tar<strong>de</strong>, no tenía ninguna relación íntima<br />

con las primeras necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong> la tierra.<br />

Por mucho que se quisiere penetrar en la<br />

historia <strong>de</strong> las naciones, sería imposible encontrar<br />

un indicio preciso sobre el origen <strong>de</strong>l<br />

arte que nos ocupa.<br />

Los escritos <strong>de</strong> Moisés son los que pue<strong>de</strong>n<br />

difundir alguna claridad sobre la materia, pues<br />

son <strong>de</strong> los primitivos tiempos históricos.<br />

La asociación <strong>de</strong>l caballo á la vida activa<br />

<strong>de</strong>l hombre ha <strong>de</strong>bido tener su origen en la<br />

época <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s luchas <strong>de</strong> los pueblos entre<br />

sí. Des<strong>de</strong> entonces ha <strong>de</strong>bido asociarse á<br />

su respectiva gloria; ayudar al colmo <strong>de</strong> sus<br />

fuerzas y <strong>de</strong> su valor, dando esplendor á los<br />

héroes <strong>de</strong> la antigüedad, pues fué el instrumento<br />

indispensable para sus hazañas y sus<br />

triunfos. No ha habido héroe ni conquistador,

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