Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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BQU .38 — EQU por lo general, pocas víctimas, y solamente invaden contados individuos; en la segunda, el número de víctimas aumenta de un modo extraordinario , y en la tercera, la intensidad del mal va disiniuuyeudo y los casos son más raros cada vez, hasta que cesan de registrarse. Mas no se crea que las epizootias se desarrollan siempre con esa regularidad; á veces estallan, digámoslo así, causando verdaderos estragos, y en ocasiones se advierte una uniformidad completa en la manera de manifestarse. La duración de las epizootias es también muy variable, y está subordinada á multitud de causas. En todo caso ocasionan gravísimas pérdidas á la agricultura por la pérdida en ganados, en trabajo y en abonos; de ahí que los Gobiernos hayan adoptado en estos tiempos medidas para impedir la aparición y desarrollo de las epizootias, que cuando revisten carácter contagioso arruinan una región en poco tiempo. ÉQUIDOS (ZootecniaJ.—Término que ha comenzado á emplearse para designar los animales vertebrados pertenecientes al género Equus de Linneo. Unos naturalistas los consideran como una familia, otros como un orden. Se caracteriza el grupo en todo caso por la existencia de un solo dedo, rodeado de un casco córneo, sobre el cual se apoyan las cuatro extremidades. De ahí precisamente la denominación de solípedos con que se los designa. También son característicos en esos animales los espejuelos, placas córneas que existen en la cara interna de las cuatro extremidades. Pero el verdadero carácter diferencial de ese verdadero género, como de todos los mamíferos, es la fórmula dentaria. Las especies naturales que forman el género Equus ofrecen dos tipos distintos en la constitución del raquis, por el número de vértebras que le constituyen. Las verdaderas, prescindiendo de las coxígeas, que son abortadas, son en uno de aquéllos treinta y seis, siete cervicales, diez y ocho dorsales, seis lumbares y cinco sacras, y en el otro treinta y cinco únicamente, por ser cinco las lumbares, cuya forma además es algún tanto diferente. Las irregularidades que se observan en algunos individuos son resultado del cruzamiento de los dos tipos. De los cuatro grupos que las especies forman, el primero de éstos es el de los équidos caballares (~E. caballus, de Linneo); el segundo, el de los équidos asnales (E. asinus, L.); el tercero, el de los équidos hemióneos (E. liemionus, L.), y el cuarto, el de los équidos zebrinos (E. zebra, L.). Únicamente las especies de los dos primeros son utilizadas en concepto de animales domésticos por el hombre, y de ahí su mayor importancia. Los équidos caballares forman ocho especies, cuatro braquicéfalas y cuatro dolicocófalas. Las primeras son el E. C. asiaticus, el E. C. africanus, el E. C. hibernicus ó raza irlandesa y el E. C, britannicus ó raza inglesa; las cuatro segundas, el E. C. germanicus ó raza alemana, el E. C.frisius ó raza frisona, el E. C. belgius y el E. C. sequanius. Los équidos asnales forman una raza braquicéfala, el E. A. europmis, y una dolicocéfala, el i?. A. africanus. De cada una de esas razas proceden diversas variedades, que se describen en el lugar correspondiente. EQUILIBRIO (Zootecnia).—Armonía entre las diferentes funciones fisiológicas. Según M. Gayot, estado orgánico peculiar de cada raza ó de la conformación de los animales, que determina aptitudes especiales de los individuos ó de los grupos. El equilibrio general ó vital se transmite á todas las variedades, pero cada una de ellas posee además el equilibrio orgánico que las especializa, digámoslo así. Así el equilibrio es muy diferente entre el caballo de pura raza y el de labor, y de todos modos la preponderancia de una cualidad no supone la exageración, porque en ese caso resulta un verdadero desequilibrio. EQUILIBRIO (Arboricultora).—Se emplea ese término para indicar que se han desarrollado igualmente todas las ramas de una planta, y se dice que un árbol pierde su equilibrio cuando se desarrollan unas más que otras. Para mantener ó establecer el equilibrio es necesario podar muy cortas las ramas de la parte fuerte y muy largas las de la parte débil; inclinar la primera y elevar la segunda; suprimir pronto la extremidad herbácea de los brotes de la parte fuerte, y tardaren practicar esa operación todo el tiempo que sea posible en la parte débil, sometiendo á ella únicamente los brotes que sean muy vigorosos y que de todas maneras hubieran de sufrir esa operación por la posición que ocupan. Es necesario empalizar pronto las ramas vigorosas y tarde las débiles; dejar en aquéllas la mayor cantidad de frutos que sea dable, y suprimirlos todos en éstas, así como parte del follaje en la parte fuerte; humedecer las partes verdes con una disolución de sulfato de hierro por el lado en que menos desarrollo ofrecen; alejar éste del muro, y adosar á él los brotes que tienen gran fuerza, cubriéndolos siempre que sea dable, para privarlos de la luz, y por último, plantar por bajo de las ramas débiles pies para injertar por aproximación aquéllos y éstos. • EQUIMOSIS (Patología veterinaria).— Extravasación de la sangre, consecuencia de una alteración de este líquido ó de la rotura de algún vaso capilar. Los subcutáneos son casi siempre resultado de rozaduras, contusiones y succiones; los profundos son producidos por contracción violenta de los músculos ó rotura de los tendones. A veces se observa perfectamente á través de la piel, y se advierte cómo va paulatinamente desapareciendo; en los animales muertos de afecciones tifoideas, muermo ó enfermedades del corazón, la autopsia patentiza la existencia de equimosis en diversos órganos. EQUINOCOCOS.—(V. Cestoideos.) EQUINORINCO.—Los cerdos y los jabalíes albergan á veces en sus intestinos uno ó

varios individuos de una especie de vermes conocido con el nombre de equinorinco gigante ( Echinorinchus gigas). Viene á ocupar un puesto intermedio entre los vermes nematoides ó los vermes redondos y los plathelmintos. Los zoólogos y helmintólogos le colocan en un orden especial que llaman acantocéfalos, esto es, vermes con la cabeza provista de una trompa armada con ganchos, sin verdadera boca y tubo digestivo. Los equinorincos son unisexuales, y se presentan en diferentes grados de desarrollo. El profesor Rivolta, que ha descrito una epizootia de este género en los jabalíes de San Rossore, los ha encontrado de pequeñísimas y de grandes dimensiones. Los más cortos venían á tener milímetro y medio de longitud: los de longitud media, que eran machos, alcanzaban de 7 á 9 centímetros, y los más largos, que eran hembras, llegaban á 32 y 33 centímetros. No presentaban señales de movimiento ni de sensibilidad; su cuerpo era blando, y semejaba una cinta estrecha que presentaba frecuentemente arrugas en sentido transversal, de color sucio verdoso. Cual sucede con todos los vermes intestinales, los huevecillos de estos helmintos son eliminados con los excrementos del cerdo y del jabalí, y de consiguiente, quedan esparcidos por las calles, los caminos y las praderas, y aun son sepultados bajo tierra con los estiércoles. Según las recientes observaciones de Schneider, los huevos son recogidos, ó mejor, engullidos en el suelo por las larvas (gusanos blancos) del abejorro (Melolonta vulgaj-isJ; en el estómago de estas larvas se abren los embriones, los cuales, no hallando en él campo adecuado para desarrollarse, se abren camino con sus ganchitos á través de las paredes intestinales, llegan á la cavidad abdominal y allí se enquistan. Entre tanto, las larvas de la melolonta, aunque infestadas de los embriones de los equinorincos, se transforman en crisálidas y en insectos perfectos más tarde; insectos que durante la primavera destruyen los tiernos gérmenes y las hojas de muchas plantas fructíferas, de los castaños, de las encinas, etc. Ahora bien; conocidas son las costumbres de los cerdos y de los jabalíes; libres ó conducidos á los pastos bajo la dirección del porquero, hozan con afán en busca de raíces y de insectos, y cuando engullen larvas de melolontas ó los insectos en estado perfecto, que se hallan infestados de quistes de equinorinco, adquieren la infección del equinorinco gigante en mayor ó menor abundancia. Lo mismo que ocurre con los cisticercos, sucede con los equinorincos, cuyos embriones, una vez llegados á los intestinos del cerdo, encuentran terreno adecuado para convertirse en animales capaces de reproducir la especie. Disuelta la membrana cística; libre el embrión en la cavidad intestinal, se fija éste en la mucosa, y de ella extrae los materiales necesarios para desenvolverse y — 739 — EQU llegar al estado de vermes provisto del especial aparato generador. Durante este período producen lesiones á veces bastante graves en los diferentes puntos de los intestinos en que se han fijado; lesiones que en ocasiones llegan á originar la muerte del animal. Así, pues, los observadores han notado: 1.° Heridas en la mucosa del tamaño de la cabeza de un alfiler, con bordes infiltrados de sangre y cicatrices circulares en los alrededores del punto en que habita el vermes (Fuchs). 2.° Tumefacciones de la mucosa alrededor de la trompa, que el insecto mantiene clavada, de lo cual resulta la formación de una especie de orla en derredor de la misma trompa, según Alessandrini y Ereolani. 3.° Perforación de la mucosa y apenas asido el vermes con la trompa en la substancia serosa; retracción de la trompa ó introducción de la misma en otro punto de la mucosa. A corta distancia del vermes se perciben en la mucosa pérdidas de substancia ó tejidos de cicatriz (Bruckmüller). 4.° Perforaciones de las paredes intestinales y paso del vermes á la cavidad abdominal (Roll). 5.° En algunos jabalíes hallados muertos en los matorrales de Tómbolo por los meses de Diciembre y Enero de 1871-72, el profesor Rivolta halló las siguientes particularidades: Los cadáveres de los jabalíes jóvenes se hallaban sumamente flacos; el mesenterio estaba hiperhémico; también la superficie del intestino delgado estaba hiperhémica en algunos puntos; sobre el omento gástrico y sobre el mesenterio se veían algunos pequeños equinorincos de color blanquizco, inmóviles, débilmente adheridos, é invaginaciones en la parte media del intestino delgado. Sobre la cara superior del intestino, y muy cerca de la inserción del mesenterio, se encontraban varios nodulos, algunos un poco elevados, de forma redondeada y de color obscuro ó blanco obscuro sucio; otros casi planos, de color blanquizco, con los límites bien marcados en todos ellos. Algunos de dichos nodulos, que eran más duros, se hallaban adheridos á las paredes del intestino, y al ser inspeccionados recordaban por la forma, por el color y por la consistencia, los llamados callos de los pies. En uno de los jabalíes los nodulos aludidos eran bastante numerosos, y á ellos correspondían en todos los individuos examinados los equinorincos mencionados anteriormente. Aun cuando se citan muchos ejemplos de cerdos y de jabalíes que infestados por un considerable número de equinorincos no dieran señales de sufrir dolores, ni dejaban de tomar su alimento, sin embargo, pueden ser en algunas ocasiones los equinorincos causa de infecciones que no se deben descuidar en las reses de cerda, sobre todo cuando sólo se tienen alimentos escasos y malsanos.

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por lo general, pocas víctimas, y solamente inva<strong>de</strong>n<br />

contados individuos; en la segunda, el<br />

número <strong>de</strong> víctimas aumenta <strong>de</strong> un modo extraordinario<br />

, y en la tercera, la intensidad <strong>de</strong>l<br />

mal va disiniuuyeudo y los casos son más raros<br />

cada vez, hasta que cesan <strong>de</strong> registrarse.<br />

Mas no se crea que las epizootias se <strong>de</strong>sarrollan<br />

siempre con esa regularidad; á veces<br />

estallan, digámoslo así, causando verda<strong>de</strong>ros<br />

estragos, y en ocasiones se advierte una uniformidad<br />

completa en la manera <strong>de</strong> manifestarse.<br />

La duración <strong>de</strong> las epizootias es también<br />

muy variable, y está subordinada á multitud<br />

<strong>de</strong> causas. En todo caso ocasionan gravísimas<br />

pérdidas á la agricultura por la pérdida en ganados,<br />

en trabajo y en abonos; <strong>de</strong> ahí que los<br />

Gobiernos hayan adoptado en estos tiempos<br />

medidas para impedir la aparición y <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> las epizootias, que cuando revisten carácter<br />

contagioso arruinan una región en poco<br />

tiempo.<br />

ÉQUIDOS (ZootecniaJ.—Término que ha<br />

comenzado á emplearse para <strong>de</strong>signar los animales<br />

vertebrados pertenecientes al género<br />

Equus <strong>de</strong> Linneo. Unos naturalistas los consi<strong>de</strong>ran<br />

como una familia, otros como un or<strong>de</strong>n.<br />

Se caracteriza el grupo en todo caso por<br />

la existencia <strong>de</strong> un solo <strong>de</strong>do, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> un<br />

casco córneo, sobre el cual se apoyan las cuatro<br />

extremida<strong>de</strong>s. De ahí precisamente la <strong>de</strong>nominación<br />

<strong>de</strong> solípedos con que se los <strong>de</strong>signa.<br />

También son característicos en esos animales<br />

los espejuelos, placas córneas que existen<br />

en la cara interna <strong>de</strong> las cuatro extremida<strong>de</strong>s.<br />

Pero el verda<strong>de</strong>ro carácter diferencial <strong>de</strong><br />

ese verda<strong>de</strong>ro género, como <strong>de</strong> todos los mamíferos,<br />

es la fórmula <strong>de</strong>ntaria. Las especies<br />

naturales que forman el género Equus ofrecen<br />

dos tipos distintos en la constitución <strong>de</strong>l raquis,<br />

por el número <strong>de</strong> vértebras que le constituyen.<br />

Las verda<strong>de</strong>ras, prescindiendo <strong>de</strong> las<br />

coxígeas, que son abortadas, son en uno <strong>de</strong><br />

aquéllos treinta y seis, siete cervicales, diez<br />

y ocho dorsales, seis lumbares y cinco sacras,<br />

y en el otro treinta y cinco únicamente, por<br />

ser cinco las lumbares, cuya forma a<strong>de</strong>más es<br />

algún tanto diferente. Las irregularida<strong>de</strong>s que<br />

se observan en algunos individuos son resultado<br />

<strong>de</strong>l cruzamiento <strong>de</strong> los dos tipos. De los<br />

cuatro grupos que las especies forman, el primero<br />

<strong>de</strong> éstos es el <strong>de</strong> los équidos caballares<br />

(~E. caballus, <strong>de</strong> Linneo); el segundo, el <strong>de</strong><br />

los équidos asnales (E. asinus, L.); el tercero,<br />

el <strong>de</strong> los équidos hemióneos (E. liemionus,<br />

L.), y el cuarto, el <strong>de</strong> los équidos zebrinos<br />

(E. zebra, L.). Únicamente las especies <strong>de</strong><br />

los dos primeros son utilizadas en concepto<br />

<strong>de</strong> animales domésticos por el hombre, y <strong>de</strong><br />

ahí su mayor importancia. Los équidos caballares<br />

forman ocho especies, cuatro braquicéfalas<br />

y cuatro dolicocófalas. Las primeras son<br />

el E. C. asiaticus, el E. C. africanus, el E. C.<br />

hibernicus ó raza irlan<strong>de</strong>sa y el E. C, britannicus<br />

ó raza inglesa; las cuatro segundas, el<br />

E. C. germanicus ó raza alemana, el E. C.frisius<br />

ó raza frisona, el E. C. belgius y el E. C.<br />

sequanius. Los équidos asnales forman una<br />

raza braquicéfala, el E. A. europmis, y una<br />

dolicocéfala, el i?. A. africanus. De cada una<br />

<strong>de</strong> esas razas proce<strong>de</strong>n diversas varieda<strong>de</strong>s,<br />

que se <strong>de</strong>scriben en el lugar correspondiente.<br />

EQUILIBRIO (Zootecnia).—Armonía<br />

entre las diferentes funciones fisiológicas. Según<br />

M. Gayot, estado orgánico peculiar <strong>de</strong><br />

cada raza ó <strong>de</strong> la conformación <strong>de</strong> los animales,<br />

que <strong>de</strong>termina aptitu<strong>de</strong>s especiales <strong>de</strong> los<br />

individuos ó <strong>de</strong> los grupos. El equilibrio general<br />

ó vital se transmite á todas las varieda<strong>de</strong>s,<br />

pero cada una <strong>de</strong> ellas posee a<strong>de</strong>más el<br />

equilibrio orgánico que las especializa, digámoslo<br />

así. Así el equilibrio es muy diferente<br />

entre el caballo <strong>de</strong> pura raza y el <strong>de</strong> labor, y<br />

<strong>de</strong> todos modos la prepon<strong>de</strong>rancia <strong>de</strong> una<br />

cualidad no supone la exageración, porque<br />

en ese caso resulta un verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sequilibrio.<br />

EQUILIBRIO (Arboricultora).—Se emplea<br />

ese término para indicar que se han <strong>de</strong>sarrollado<br />

igualmente todas las ramas <strong>de</strong> una<br />

planta, y se dice que un árbol pier<strong>de</strong> su equilibrio<br />

cuando se <strong>de</strong>sarrollan unas más que<br />

otras. Para mantener ó establecer el equilibrio<br />

es necesario podar muy cortas las ramas<br />

<strong>de</strong> la parte fuerte y muy largas las <strong>de</strong> la parte<br />

débil; inclinar la primera y elevar la segunda;<br />

suprimir pronto la extremidad herbácea<br />

<strong>de</strong> los brotes <strong>de</strong> la parte fuerte, y tardaren<br />

practicar esa operación todo el tiempo que<br />

sea posible en la parte débil, sometiendo á<br />

ella únicamente los brotes que sean muy vigorosos<br />

y que <strong>de</strong> todas maneras hubieran <strong>de</strong><br />

sufrir esa operación por la posición que ocupan.<br />

Es necesario empalizar pronto las ramas<br />

vigorosas y tar<strong>de</strong> las débiles; <strong>de</strong>jar en aquéllas<br />

la mayor cantidad <strong>de</strong> frutos que sea dable,<br />

y suprimirlos todos en éstas, así como parte<br />

<strong>de</strong>l follaje en la parte fuerte; hume<strong>de</strong>cer las<br />

partes ver<strong>de</strong>s con una disolución <strong>de</strong> sulfato<br />

<strong>de</strong> hierro por el lado en que menos <strong>de</strong>sarrollo<br />

ofrecen; alejar éste <strong>de</strong>l muro, y adosar á él<br />

los brotes que tienen gran fuerza, cubriéndolos<br />

siempre que sea dable, para privarlos <strong>de</strong><br />

la luz, y por último, plantar por bajo <strong>de</strong> las<br />

ramas débiles pies para injertar por aproximación<br />

aquéllos y éstos.<br />

• EQUIMOSIS (Patología veterinaria).—<br />

Extravasación <strong>de</strong> la sangre, consecuencia <strong>de</strong><br />

una alteración <strong>de</strong> este líquido ó <strong>de</strong> la rotura<br />

<strong>de</strong> algún vaso capilar. Los subcutáneos son<br />

casi siempre resultado <strong>de</strong> rozaduras, contusiones<br />

y succiones; los profundos son producidos<br />

por contracción violenta <strong>de</strong> los músculos<br />

ó rotura <strong>de</strong> los tendones. A veces se observa<br />

perfectamente á través <strong>de</strong> la piel, y se<br />

advierte cómo va paulatinamente <strong>de</strong>sapareciendo;<br />

en los animales muertos <strong>de</strong> afecciones<br />

tifoi<strong>de</strong>as, muermo ó enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l corazón,<br />

la autopsia patentiza la existencia <strong>de</strong> equimosis<br />

en diversos órganos.<br />

EQUINOCOCOS.—(V. Cestoi<strong>de</strong>os.)<br />

EQUINORINCO.—Los cerdos y los jabalíes<br />

albergan á veces en sus intestinos uno ó

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