Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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13.05.2013 Views

ENC — C64 — ENC de soportar mayor peso. Por eso no es de extrañar que los abonos ricos en sílice soluble y los polvos feldespáticos, que tanto se han recomendado , no hayan evitado el encamado de los cereales. De todos modos, como la paja de los cereales volcados tiene mal aspecto, el grano rara vez grana bien y es de buena calidad, sobre todo si se halla mu}' atrasada la vegetación al producirse el fenómeno y no han transcurrido ocho días por lo menos después de la floración, los agricultores deben adoptar toda clase de precauciones para evitar que aquél se realice, y para ese fin han de dar labores profundas alas tierras, elegir variedades de caña sólida, no sembrar espeso ni aplicar abonos muy azoados al trigo, sino á las plantas que hayan de precederle en la rotación, cuando los terrenos sean muy fértiles. Mas si á pesar de todas estas precauciones, sea por efecto de haber empleado abonos muy enérgicos, ó por ser la tierra habitual ó eventualmente rica de materias vegetales, ó porque la temperatura cálida y húmeda ha favorecido la vegetación del trigo, echa éste hojas tan grandes y tan lozanas que el campo de trigo toma el aspecto de un prado, y las matas se extienden en parte por el suelo y privan á los tallos tiernos del aire y de la luz, que tan necesarios son para que adquieran la rigidez conveniente, á fin de que después de espigar no se vuelquen ó encame la sementera; para moderar este exceso de vegetación, que como se ve es en perjuicio del grano si se manifiesta pronto en la primavera, conviene cortar con la hoz la extremidad de las hojas, sin tocar en lo posible al tallo de la planta; trabajo delicado que exige de parte del cultivador una grande atención para que la cereal no sufra detrimento ni se debilite demasiado. Los gastos de la operación no son considerables, y el follaje obtenido es un excelente alimento para el ganado. Se confía ordinariamente á las mujeres, y para ejecutarla debe escogerse un tiempo templado, en que no reinen vientos secos y fríos. El deshoje se hace por el mes de Marzo en la región del Mediodía, y por el mes de Abril en la septentrional. Otro medio de moderar la excesiva abundancia de vegetación de las hojas, y de evitar los perjuicios que de ella pueden resultar á las espigas, es hacerlas pastar por las ovejas; pero no deja de presentar inconvenientes porque los rebaños no pueden introducirse en ias mieses sin perjudicar mucho al cereal si está algo crecido, y mientras éste es joven no puede el labrador preveer si necesitará positivamente debilitarle. Si, no obstante, se cree deber recurrir á este procedimiento, no deberá practicarse más allá de principios de Abril, haciendo pasar el rebaño á la ligera, sin permitirle detenerse en ningún punto del campo. A pesar de lo dicho y de lo que la razón aconseja, en muchas comarcas de nuestro país se pretende que los panes pastados son los que mejores rendimientos dan, y es que no reflexionan en que cuando tal procedimiento se aplica es precisamente cuando la mies se presenta en las más excelentes condiciones, y su pérdida no es fácil sin temporales muy crudos. Desgraciadamente, los pastores encargados de ejecutarla no se inquietan mucho del daño que se habrá de irrogar á la recolección, ocupándose sólo del bien que ha de resultar á sus rebaños; así es que una operación que debiera redundar en provecho del trigo, se convierte á veces en un daño irreparable, cuando el dueño del campo no sea al propio tiempo propietario dé las reses. En algunos países cálidos acostumbran los labradores hacer pastar sus trigos á fines de otoño y principios de invierno, porque sembrando temprano después de las primeras lluvias de Septiembre ú Octubre, y á veces en tierra seca, germina el grano en breve con la primera humedad, y con el calor se desarrolla la vegetación rápidamente con fuerza y lozanía en las tierras demasiado feraces, y se encuentran los campos en disposición de ser pacidos antes del invierno, lo cual conviene hacer desde luego, pues la experiencia demuestra que, después de un invierno suave, como suelen serlo los de aquellos países, la sequía y los calores de primavera serían graves obstáculos para que el trigo volviese á retoñar. El hacer pasar el ganado por los trigos á fin de que con el perjuicio que causan á la planta retarde ésta la vegetación, penetre mejor el aire y el sol en el campo, y robustezca por consiguiente á los tallos próximos á salir, es un daño remediado por otro, porque sería mejor evitarlo con un cultivo más adecuado, con una racional estercoladura y con la siembra en líneas. En las leguminosas de tallos largos, como los guisantes y judías provistas de zarcillos que las permitan trepar en derredor de otras plantas y de los objetos próximos á aquéllos, y que por lo común se tienden ó inclinan sobre el suelo, el encamado se evita fácilmente colocando estacas para que trepen por ellas. Respecto del trébol y otras plantas, no es posible evitar que se arrastren por el suelo, y que se manchen y pudran las hojas inferiores. B. Anisró. ENCAMAR.—En términos de monte es colocar en posición próximamente horizontal los troncos de los árboles derribados que deben labrarse. (V. Labra de las maderas.)- ENCANALAR ó ENCANALIZAR.— Conducir el agua por canales, ó hacer que un río ó arroyo entre por un canal. ENCANDELAR.—Echar los árboles flores á manera de rapacejos, como el nogal, castaño, etc. ENCAÑADO.— Conducto hecho de caña para conducir el agua. También se llama así al enrejado ó celosía de cañas que se pone en los jardines para enredar y defender las plantas, ó para hacer divisiones y espalderas.

ENC — 665 — ENC ENCAÑADURA.—Caña del centeno entera, sin quebrantar, que sirve para henchir jergones y_albardas. ENCAÑAR.— Tratándose del carboneo en los montes, es la operación de colocar en su debida posición las rajas ó tacos de leña que han de formar el horno destinado á la carbonización. Es voz muy generalizada entre los operarios que se dedican al indicado trabajo. (V- Carbonización en los montes.) ENCAÑAR.—Crecer la caña de los panes hasta el punto de descubrir la espiga. || Poner cañas que formen vallado para sostener las plantas, como se hace en los tiestos de claveles. || Conducir el agua por. encañados ó conductos, tí obligarla á que entre por ellos. ENCAÑIZADA—Atajadizo que se hace con cañas en las lagunas, en los ríos ó en el mar, para mantener algunos pescados sin que puedan escaparse. Las más importantes son en nuestra Península las de Tortosa, Cartagena y la de la Albufera, situada á unos 12 kilómetros al Sur de Valencia, y separada del mar por una faja de arena en forma de dunas que tiene unos 2 kilómetros de anchura y unos 17 de longitud. Forman ese gran depósito las aguas sobrantes de más de cuarenta acequias que salen del Guadalaviar y el Jilear, regando varios terrenos y diversos manantiales, salados en su mayoría, que brotan en la cuenca misma de la laguna. El agua de las acequias se vierte principalmente por seis ramales; de ellos cuatro penetran en las cercanías de Catarroja, Barracas del Pastor y del Salar, y los otros dos entre Silla y Almusafás. El terreno que rodea la Albufera, á causa de la humedad, es sólo apropiado para el cultivo del arroz; la vegetación es exuberante, y la misma laguna, cerca de su ribera, está llena de cañizales, espadáñales y junqueras, que forman extensos macizos. El fondo varía según los sitios, aumentando desde Norte á Sur, donde el depósito se halla más libre de carrizales; cerca de la Gola la masa de agua mide de 12 á 16 pies de profundidad. Por esa garganta ó canal comunica con el mar la laguna, pasan los peces desde aquél y de aquél á ésta, y en ella es donde se halla establecida la encañizada, para que sin impedir la salida de las aguas, la pesca no vuelva al mar, y cerrar la Gola, como los pescadores dicen. Para ello se coloca en el canal una fila de estacas muy gruesas de más de 4 metros de longitud, y una armazón de cañas entrelazadas con cordeles, á manera de los toldos ó cañizos con que se cubren los carromatos. Para mantener firmes las estacas se colocan horizoutalmente sobre ellas varias viguetas de unos 20 centímetros de grueso. A esa fuerte estacada se atan varias sogas de esparto crudo, compuestas de veinte hilos, y que llaman trabas las gentes del país. Tienen unas 50 brazas de longitud, ó sean 84 metros, y por el otro extremo se sujetan á ciertos maderos gruesos clavados en la margen. En la línea de estacas, cañas y cuerdas hay aberturas para dar entrada á ciertos armadijos de cañas ó gallineros, situados al nivel de la superficie del agua, para que se introduzcan en ellos los peces. Esos gallineros están formados por tres paredes de cañizo también, y tienen una capacidad de 3 ó 4 metros cuadrados, y se apoyan en la encañizada por la parte opuesta á la corriente, formando una serie de recintos á 3,50 metros unos de otros. En la pared opuesta de cada gallinero hay otra abertura á la cual se acomoda la boca de una gran nasa, ó ambudat en valenciano, de manera que no pueda escapar ninguno de los peces que por el gallinero entre, y que sirve para recoger y conservar la pesca viva hasta que se presentan los arrieros. Con objeto de que puedan entrar y salir los barcos en la Albufera, se deja en la encañizada un portillo cerrado por una red de hilo grueso y malla bastante estrecha, de 8 varas de longitud y 5 de anchura, y con varias piedras de 5 ó 6 arrobas pendientes de ella, y que la hacen llegar hasta el fondo, en tanto que varias estacas clavadas en el fondo mismo, y cuya altura no impide el paso de los barcos, imposibilitan que la red sea empujada por la corriente fuera de la línea de la empalizada. También se coloca otra pequeña encañizada en el Ballet ó Sangría situada en las cercanías de la Gola. Para construir la grande, que ocupa una línea de 400 varas y penetra de 12 á 15 pies, se necesitaron 2.000 haces de cañas y un gasto de 4 á 6.000 reales. El descuido que hace tiempo se tiene con ese aparato, que ha funcionado durante cinco siglos con el mayor esmero, explica, á juicio de los inteligentes, la escasez de pesca que hoy se advierte en la Albufera, con daño de los pescadores de Valencia y de todas las poblaciones que no disten más de 5 leguas de las orillas de la laguna. EN C AP AC HAR.— Dícese comúnmente de la aceituna que después de molida se pone en capachos para que la exprima la viga. En Andalucía significa recoger todos los sarmientos de una cepa, atándolos y formando con ellos una especie de capa ó cubierta, poniendo lo más espeso de ella hacia donde da el sol, para resguardar de él los racimos. ENCAPOTAR.—Es uno de los vicios que presenta el caballo en la colocación de su cabeza; consiste en la desviación de la línea vertical que naturalmente debe conservar, según la equitación reclama del que está bien educado. En la voz despapar está manifestado que es otro vicio sostenido por igual causa, aunque en sentido inverso del que se trata, pues que en éste la parte inferior de la cabeza se retira déla línea indicada, inclinándose hacia la del cuello con dirección al pecho, así que crece más el defecto cuantos más grados se separa de ella. Para conseguirlo, encorva el animal las vértebras cervicales hasta la nuca, dando al cuello una posición violenta y poco conveniente para los efectos del bocado. La equitación mira el defecto de encapa­ nte—IY. 43

ENC — C64 — ENC<br />

<strong>de</strong> soportar mayor peso. Por eso no es <strong>de</strong> extrañar<br />

que los abonos ricos en sílice soluble y<br />

los polvos fel<strong>de</strong>spáticos, que tanto se han recomendado<br />

, no hayan evitado el encamado <strong>de</strong><br />

los cereales. De todos modos, como la paja <strong>de</strong><br />

los cereales volcados tiene mal aspecto, el <strong>grano</strong><br />

rara vez grana bien y es <strong>de</strong> buena calidad,<br />

sobre todo si se halla mu}' atrasada la vegetación<br />

al producirse el fenómeno y no han transcurrido<br />

ocho días por lo menos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

floración, los agricultores <strong>de</strong>ben adoptar toda<br />

clase <strong>de</strong> precauciones para evitar que aquél<br />

se realice, y para ese fin han <strong>de</strong> dar labores<br />

profundas alas tierras, elegir varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

caña sólida, no sembrar espeso ni aplicar<br />

abonos muy azoados al trigo, sino á las plantas<br />

que hayan <strong>de</strong> prece<strong>de</strong>rle en la rotación,<br />

cuando los terrenos sean muy fértiles.<br />

Mas si á pesar <strong>de</strong> todas estas precauciones,<br />

sea por efecto <strong>de</strong> haber empleado abonos muy<br />

enérgicos, ó por ser la tierra habitual ó eventualmente<br />

rica <strong>de</strong> materias vegetales, ó porque<br />

la temperatura cálida y húmeda ha favorecido<br />

la vegetación <strong>de</strong>l trigo, echa éste hojas<br />

tan gran<strong>de</strong>s y tan lozanas que el campo<br />

<strong>de</strong> trigo toma el aspecto <strong>de</strong> un prado, y las<br />

matas se extien<strong>de</strong>n en parte por el suelo y<br />

privan á los tallos tiernos <strong>de</strong>l aire y <strong>de</strong> la luz,<br />

que tan necesarios son para que adquieran<br />

la rigi<strong>de</strong>z conveniente, á fin <strong>de</strong> que <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> espigar no se vuelquen ó encame la sementera;<br />

para mo<strong>de</strong>rar este exceso <strong>de</strong> vegetación,<br />

que como se ve es en perjuicio <strong>de</strong>l <strong>grano</strong> si se<br />

manifiesta pronto en la primavera, conviene<br />

cortar con la hoz la extremidad <strong>de</strong> las hojas,<br />

sin tocar en lo posible al tallo <strong>de</strong> la planta;<br />

trabajo <strong>de</strong>licado que exige <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l cultivador<br />

una gran<strong>de</strong> atención para que la cereal<br />

no sufra <strong>de</strong>trimento ni se <strong>de</strong>bilite <strong>de</strong>masiado.<br />

Los gastos <strong>de</strong> la operación no son consi<strong>de</strong>rables,<br />

y el follaje obtenido es un excelente<br />

alimento para el ganado. Se confía ordinariamente<br />

á las mujeres, y para ejecutarla <strong>de</strong>be<br />

escogerse un tiempo templado, en que no<br />

reinen vientos secos y fríos. El <strong>de</strong>shoje se<br />

hace por el mes <strong>de</strong> Marzo en la región <strong>de</strong>l<br />

Mediodía, y por el mes <strong>de</strong> Abril en la septentrional.<br />

Otro medio <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rar la excesiva abundancia<br />

<strong>de</strong> vegetación <strong>de</strong> las hojas, y <strong>de</strong> evitar<br />

los perjuicios que <strong>de</strong> ella pue<strong>de</strong>n resultar á<br />

las espigas, es hacerlas pastar por las ovejas;<br />

pero no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> presentar inconvenientes porque<br />

los rebaños no pue<strong>de</strong>n introducirse en<br />

ias mieses sin perjudicar mucho al cereal si<br />

está algo crecido, y mientras éste es joven no<br />

pue<strong>de</strong> el labrador preveer si necesitará positivamente<br />

<strong>de</strong>bilitarle. Si, no obstante, se cree<br />

<strong>de</strong>ber recurrir á este procedimiento, no <strong>de</strong>berá<br />

practicarse más allá <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> Abril,<br />

haciendo pasar el rebaño á la ligera, sin permitirle<br />

<strong>de</strong>tenerse en ningún punto <strong>de</strong>l campo.<br />

A pesar <strong>de</strong> lo dicho y <strong>de</strong> lo que la razón<br />

aconseja, en muchas comarcas <strong>de</strong> nuestro país<br />

se preten<strong>de</strong> que los panes pastados son los<br />

que mejores rendimientos dan, y es que no<br />

reflexionan en que cuando tal procedimiento<br />

se aplica es precisamente cuando la mies se<br />

presenta en las más excelentes condiciones, y<br />

su pérdida no es fácil sin temporales muy<br />

crudos. Desgraciadamente, los pastores encargados<br />

<strong>de</strong> ejecutarla no se inquietan mucho <strong>de</strong>l<br />

daño que se habrá <strong>de</strong> irrogar á la recolección,<br />

ocupándose sólo <strong>de</strong>l bien que ha <strong>de</strong> resultar á<br />

sus rebaños; así es que una operación que <strong>de</strong>biera<br />

redundar en provecho <strong>de</strong>l trigo, se convierte<br />

á veces en un daño irreparable, cuando<br />

el dueño <strong>de</strong>l campo no sea al propio tiempo<br />

propietario dé las reses.<br />

En algunos países cálidos acostumbran los<br />

labradores hacer pastar sus trigos á fines <strong>de</strong><br />

otoño y principios <strong>de</strong> invierno, porque sembrando<br />

temprano <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las primeras lluvias<br />

<strong>de</strong> Septiembre ú Octubre, y á veces en<br />

tierra seca, germina el <strong>grano</strong> en breve con<br />

la primera humedad, y con el calor se <strong>de</strong>sarrolla<br />

la vegetación rápidamente con fuerza<br />

y lozanía en las tierras <strong>de</strong>masiado feraces, y<br />

se encuentran los campos en disposición <strong>de</strong><br />

ser pacidos antes <strong>de</strong>l invierno, lo cual conviene<br />

hacer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, pues la experiencia<br />

<strong>de</strong>muestra que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un invierno suave,<br />

como suelen serlo los <strong>de</strong> aquellos países,<br />

la sequía y los calores <strong>de</strong> primavera serían<br />

graves obstáculos para que el trigo volviese<br />

á retoñar.<br />

El hacer pasar el ganado por los trigos á<br />

fin <strong>de</strong> que con el perjuicio que causan á la<br />

planta retar<strong>de</strong> ésta la vegetación, penetre<br />

mejor el aire y el sol en el campo, y robustezca<br />

por consiguiente á los tallos próximos<br />

á salir, es un daño remediado por otro, porque<br />

sería mejor evitarlo con un cultivo más<br />

a<strong>de</strong>cuado, con una racional estercoladura y<br />

con la siembra en líneas.<br />

En las leguminosas <strong>de</strong> tallos largos, como<br />

los guisantes y judías provistas <strong>de</strong> zarcillos<br />

que las permitan trepar en <strong>de</strong>rredor <strong>de</strong> otras<br />

plantas y <strong>de</strong> los objetos próximos á aquéllos,<br />

y que por lo común se tien<strong>de</strong>n ó inclinan<br />

sobre el suelo, el encamado se evita fácilmente<br />

colocando estacas para que trepen por ellas.<br />

Respecto <strong>de</strong>l trébol y otras plantas, no es posible<br />

evitar que se arrastren por el suelo, y<br />

que se manchen y pudran las hojas inferiores.<br />

B. Anisró.<br />

ENCAMAR.—En términos <strong>de</strong> monte es<br />

colocar en posición próximamente horizontal<br />

los troncos <strong>de</strong> los árboles <strong>de</strong>rribados que<br />

<strong>de</strong>ben labrarse. (V. Labra <strong>de</strong> las ma<strong>de</strong>ras.)-<br />

ENCANALAR ó ENCANALIZAR.—<br />

Conducir el agua por canales, ó hacer que un<br />

río ó arroyo entre por un canal.<br />

ENCANDELAR.—Echar los árboles flores<br />

á manera <strong>de</strong> rapacejos, como el nogal,<br />

castaño, etc.<br />

ENCAÑADO.— Conducto hecho <strong>de</strong> caña<br />

para conducir el agua. También se llama así<br />

al enrejado ó celosía <strong>de</strong> cañas que se pone en<br />

los jardines para enredar y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r las plantas,<br />

ó para hacer divisiones y espal<strong>de</strong>ras.

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