Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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E M E — 654 — EMP<br />
tración <strong>de</strong> la hacienda y á la aplicación al cultivo<br />
<strong>de</strong> los prodigiosos a<strong>de</strong>lantos <strong>de</strong> las ciencias.<br />
A poco que se reflexione, se advierte que<br />
estos remedios no se excluyen, sino que antes<br />
bien se completan, por lo cual todos <strong>de</strong>ben<br />
ser usados simultáneamente por individuos,<br />
clases y Gobiernos, á fin <strong>de</strong> que el resultado,<br />
en bien <strong>de</strong> la sociedad, sea tan general y dura<strong>de</strong>ro<br />
como general y dura<strong>de</strong>ro ha sido el<br />
efecto producido por las causas así remotas<br />
como inmediatas á las <strong>de</strong> la emigración.<br />
Conocida la opinión pública acerca <strong>de</strong> esta<br />
materia en sus principales manifestaciones,<br />
nuestra tarea tendrá por objeto sintetizarla<br />
en sus puntos cardinales, indicar su mutua<br />
correlación para poner en claro la unidad <strong>de</strong><br />
todos los pareceres y exponer las consecuencias<br />
lógicamente <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong>l espíritu rural<br />
en favor <strong>de</strong> la diseminación <strong>de</strong> la población<br />
rural, <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> la riqueza agrícola y<br />
<strong>de</strong> la paz <strong>de</strong> los Estados.<br />
Gran número <strong>de</strong> publicistas, alarmados <strong>de</strong><br />
la emigración <strong>de</strong> las provincias <strong>de</strong>l litoral,<br />
han indicado que sería conveniente alguna<br />
disposición legal que la restringiera directa ó<br />
indirectamente. No somos <strong>de</strong> esa opinión.<br />
Eso sería restablecer las leyes sobre adscripción<br />
á la gleva. Las razones que aconsejan<br />
respetar el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l trabajador para buscar<br />
fortuna don<strong>de</strong> crea hallarla, están expuestas<br />
con sentida frase por el Sr. Moret en la Memoria<br />
<strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> emigración. «Esta, <strong>de</strong>cía,<br />
se presenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego y á primera vista<br />
como el tínico remedio que el emigrante<br />
encuentra á su miseria; remedio que, por su<br />
misma dureza y dificultad, supone ya que<br />
otros más fáciles y más sencillos le son negados<br />
en su propia patria. El hombre que la<br />
abandona, va siempre huyendo <strong>de</strong> un mal superior<br />
á la tristeza y melancolía que en todo<br />
corazón <strong>de</strong>spierta el abandono <strong>de</strong> su país y<br />
la separación <strong>de</strong> aquellos seres que le son queridos<br />
y <strong>de</strong> aquellos lugares que le dieron el<br />
ser; y negarle, por lo tanto, ese consuelo y<br />
coartar su libertad, sería.criminal tentativa.»<br />
El autor <strong>de</strong> estas líneas, examinando el<br />
asunto bajo otro punto <strong>de</strong> vista, y no ciertamente<br />
por el <strong>de</strong>l interés agrícola, se expresó<br />
<strong>de</strong> este modo en su voto particular:<br />
«La emigración en sí, humanamente consi<strong>de</strong>rada,<br />
nada tiene <strong>de</strong> censurable, antes bien,<br />
fundándose en el <strong>de</strong>seo natural <strong>de</strong> mejorar <strong>de</strong><br />
suerte, es un recurso para el <strong>de</strong>sdichado <strong>de</strong><br />
una región y un medio <strong>de</strong> que se extienda la<br />
civilización por las más atrasadas. Gracias á<br />
ella, se equilibra la población, yendo el exceso<br />
<strong>de</strong> unas partes á convertir los <strong>de</strong>siertos en<br />
prósperas naciones; gracias á ella, se unen las<br />
razas más distantes con los lazos <strong>de</strong>l comercio,<br />
y se realiza la unidad <strong>de</strong> la especie, confraternizando<br />
los habitantes <strong>de</strong> los puntos<br />
más apartados <strong>de</strong>l globo.<br />
»No; no es lícito con<strong>de</strong>nar la emigración<br />
en términos absolutos como hacen muchos, ni<br />
merece la menor censura el que tiene alien<br />
tos para atravesar los mares, con menosprecio<br />
<strong>de</strong> los peligros, en busca <strong>de</strong> un bienestar que<br />
le niega el pobre techo que le cobija, la obscura<br />
al<strong>de</strong>a en que reposan los huesos <strong>de</strong> sus<br />
mayores. ¡Cómo censurarle! ¿Pues no sirve<br />
<strong>de</strong> estímulo al progreso ese afán, ingénito en<br />
nosotros, <strong>de</strong> ir subiendo en la escala <strong>de</strong>l saber,<br />
<strong>de</strong> la posición y <strong>de</strong> la riqueza? ¿Habrá<br />
alguno entre los que han meditado y escrito<br />
sobre la emigración; entre los que sugeridos<br />
por un sentimiento noble, que no se haya esforzado<br />
por pasar á la ciudad, <strong>de</strong> la ciudad á<br />
la corte, <strong>de</strong> la corte á recorrer los lugares<br />
más famosos <strong>de</strong>l universo?<br />
»Y en ello no hay mal; antes bien*, <strong>de</strong> esas<br />
emigraciones, más ó menos pasajeras ó permanentes,<br />
resultan ventajas sin cuento á todas<br />
las naciones. El emigrante se enriquece, con<br />
provecho <strong>de</strong> su patria, con los tesoros <strong>de</strong> saber<br />
y experiencia <strong>de</strong> los pueblos que visita, y<br />
á la vez va sembrando por ellos la fecunda<br />
semilla <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as, <strong>de</strong> su valor para acometer<br />
las gran<strong>de</strong>s empresas y <strong>de</strong> su pru<strong>de</strong>ncia<br />
para llevarlas á término dichoso.»<br />
Pero esto es en cuanto tiene aplicación á<br />
los hechos particulares y se refiere i la libertad<br />
<strong>de</strong>l emigrante; pero en cuanto á la emigración<br />
<strong>de</strong> los campos en sí misma, no pue<strong>de</strong><br />
menos <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> fatalísimos resultados<br />
para la producción agrícola.<br />
M. López Martínez.<br />
EMINA.—Antigua medida <strong>de</strong> capacidad<br />
para los <strong>grano</strong>s, que en algunas partes equivale<br />
á 21,80 <strong>litros</strong> y en otras á 24,95.<br />
EMINEA.—Antigua medida <strong>de</strong> superficie,<br />
cuyo valor varía, según las localida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> 4<br />
áreas 93 centiáreas á 16 áreas 48 centiáreas. |[<br />
Se da el mismo nombre á una medida <strong>de</strong> capacidad<br />
para los <strong>grano</strong>s, cuyo valor es, según<br />
las localida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> 21,46 <strong>litros</strong>, 24,65.ó 28,88<br />
<strong>litros</strong>.<br />
EMOLIENTE.—Dícese <strong>de</strong>l medicamento<br />
que sirve para ablandar una dureza ó tumor.<br />
EMPADRONAMIENTO (Estadística).—I.<br />
El empadronamiento general <strong>de</strong> los<br />
individuos <strong>de</strong> que se compone un pueblo, una<br />
nación, un imperio, etc., fué <strong>de</strong> todos los<br />
tiempos conocida su utilidad, pues en tanto<br />
se conoce el número <strong>de</strong> la población que compone<br />
un estado, se pue<strong>de</strong> juzgar <strong>de</strong> su importancia,<br />
y <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> fomentar la riqueza<br />
y su valor.<br />
La primera noticia que se tiene en España<br />
<strong>de</strong> los empadronamientos parte <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong><br />
Augusto, emperador romano, que mandó llevar<br />
á efecto el censo ó empadronamiento general<br />
<strong>de</strong> todos los habitantes <strong>de</strong>l imperio, cuyo<br />
<strong>de</strong>creto expidió hallándose en Tarragona, y<br />
coincidió con el nacimiento <strong>de</strong> Jesucristo. Se<br />
dice que el mismo emperador escribió <strong>de</strong> su<br />
propia mano el resumen <strong>de</strong>l empadronamiento<br />
, añadiendo al final, según Tácito, el consejo<br />
<strong>de</strong> no exten<strong>de</strong>r más los límites <strong>de</strong>l imperio.<br />
Antes <strong>de</strong> esta época se conocía en Roma el<br />
número <strong>de</strong> ciudadanos y el valor <strong>de</strong> su fortu