Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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EME — 648 — EMI diea. El tubo de caucho se puede cerrar rápida y herméticamente por medio de las pinzas a, impidiéndose de ese modo que el líquido de la cuba se vierta por cualquier accidente, quedando completamente incomunicado con la atmósfera. Para usar ese embudo se coloca eu las pipas sostenido por tres pies que le mantengan en posición vertical, como indica la figura, y una vez en esa disposición se echa por él vino en el envase, ya lleno de ese líquido. El vino sale por el tubo encorvado, y va á colocarse en capas bajo la superficie en que se ha desarrollado ó puede desarrollarse el moho. El líquido agregado de esa suerte empuja hacia arriba la superficie en que se halla el moho y éste va vertiéndose fuera de la pipa, sin que se revuelva con el vino, cual ocurre empleando embudos ordinarios , para hacer que desborde el líquido del envase. Para impedir después de esto la formación de moho y resguardar nuevamente de la fermentación acética al vino, conviene echar por el embudo un poco de vino muy alcoholizado, de 20° poco más ó menos; vino que penetrará por el tubo curvo b, y se extenderá formando una capa por la parte superior de la masa líquida, permaneciendo constantemente en esa posición, puesto que es más ligero que el vino de la pipa, impidiendo la formación de moho y constituyendo una verdadera garantía para la conservación del vino que peligraba. Para que el éxito sea completo, debe repetirse de cuando en cuando la adición del vino alcohólico, y mantener bien cerrados todos los orificios de la pipa y las pinzas que sujetan el tubo de caucho. Los mismos vinicultores pueden construir el embudo comprando las pinzas, que son las conocidas en el comercio con el nombre de pinzas de Mohr. EMÉTICO.—Dícese del medicamento que sirve para promover el vómito; pero más especialmente se aplica esta denominación al tártaro estibiado ó tártrato de potasa y antimonio, sal incolora, sólida, de sabor acre, y soluble en quince partes de agua fría y tres de agua hirviendo. Se emplea al exterior en pomada y en loción; al interior en disolución, bajo la forma de bebida y de brebaje, para los rumiantes y solípedos. Se administra en dosis de 4 á 16 gramos á las reses mayores; en las de 1 á 2 á los animales de mediana alzada, y á las de 5 á 20 centigramos á los perros. Los principales efectos del tártaro estibiado al exterior son la aparición de pústulas, y aun la caída de la piel si se prolonga la aplicación, y al interior las propias de un vomitivo ó emetocatártico enérgico, según que los animales vomiten ó no vomiten. Cuando es absorbido obra como sedativo y contra-estimulante, evacuante y diurético. También se utiliza como revulsivo al exterior, y al interior se recomienda especialmente como vomitivo, en los envenenamientos, en los embarazos gástricos, en las afecciones de los bronquios y en diversas pneumonías. EMIGRACIÓN DE LOS CAMPOS.- I. TENDENCIA DE LA CLASE PROLETARIA Á EMI­ GRAR DE LOS CAMPOS , Y SU PERNICIOSO EFECTO EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA. En el artículo Absentismo hemos expuesto el hecho y las consecuencias de la deserción del propietario de su propiedad territorial; en el de Familia rural manifestaremos los terribles resultados para la producción agraria del deseo de la mujer á vivir en grandes poblaciones; vamos á reflexionar en éste sobre la emigración campestre de la clase obrera. La cuestión es sumamente compleja y digna de meditación; eu estos últimos tiempos la han dilucidado autores de gran nombradía, distinguiéndose por los datos que aducen y la novedad de sus raciocinios, M. Legoit y monsieur Fregier. En sus obras Du progrès des aglomerations urbaines et de l'émigration rurale en Europe, de que es autor el primero; Des classes dangereuses dans les grandes villes, escrita por el segundo, se evidencian los funestos resultados que resultan de la emigración de los campos, en el orden político, en el orden moral y en el orden de la producción agrícola. Por nuestra parte, limitaremos nuestras observaciones á este último punto de vista. La tendencia de los trabajadores á vivir en las ciudades está fuera de duda, y por cierto que no es caprichosa, sino que tiene su razón y un fundamento legítimo. Por falta de albergues no pueden residir en las fincas en que trabajan; por escasear el capital en los lugares, salen de ellos eu busca de jornal seguro y suficiente para el sustento de la familia. Allí donde hay fuentes de riqueza, ha dicho el Sr. Malladas, allí acude en tropel una gran masa de habitantes, ansiosos de disfrutarlas y crearse de seguida un centro de atracción; donde, por el contrario, son escasos los productos ó las fuentes se agotan, hay otro centro de dispersión que no cesa, pues la población aumenta en progresión geométrica, y los manantiales de alimentación se estacionan ó sólo aumentan en progresión aritmética. En España siguen tres rumbos distintos los trabajadores campesinos, comprendidos ambos sexos: unos salen temporalmente del suelo natal, con objeto de hallar ocupación en ciertas comarcas. De Aragón, Cataluña y Navarra salen hacia Francia bastantes naturales en busca de trabajo; sabido es quede Galicia van muchos á Portugal con el mismo objeto; que de allí y de Asturias vienen en gran número á determinadas ocupaciones, y que durante el Agosto son innumerables las cuadrillas de gallegos que recorren el centro de Castilla verificando la siega. De Aragón y de la Mancha alta se dirigen periódicamente á las provincias andaluzas no pocos trabajadores á ocuparse en la recolección y molienda de la aceituna, y de diferentes comarcas salen en determinadas estaciones á verificar en otras, ora el carboneo, ora el transporte de maderas, ora el pastoreo, ora la fabricación de ladrillo, etc.

EMI — 649 — EMI Está clase de emigración, no sólo no perturba las ordinarias faenas de cultivo en las comarcas de que parte, sino que constituye un habitual modo de vivir en, sus habitantes. Salen en la época en que no hallarían trabajo en el lugar de su vecindad, y vuelven cuando hay ocupación para ellos y sus familias. Estos movimientos de población, cuando son espontáneos, equilibran el trabajo y las necesidades, y evitan aquí el exceso de brazos, que acarrearía la miseria por falta del preciso jornal; allá la falta de obreros, que traería en pos de sí también la miseria por escasez de producción. El hecho grandemente perjudicial á la agricultura , y del cual se ocupa menos el público, si es que le presta atención, es el relativo ai alejamiento del proletario de la tierra á que aplica su trabajo. El grado de este alejamiento varía mucho en España. En las provincias del Norte, las gallegas y asturianas, Santander, León y la Vasconia, en parte de Zaragoza y Cataluña, en la huerta de Valencia, Castellón y Murcia, en la vega de Granada, el bracero vive cerca de la tierra que cava, de la viña que vendimia, de la huerta que riega; en el resto de España tiene la habitación á larga distancia, llamándose con razón lugareño, no campesino. Entre la proximidad del bracero á la heredad y el cultivo intensivo, y su ausencia y el cultivo extensivo, hay una correlación perfecta. A medida que la distancia se acorta, la labor se concentra y perfecciona hasta llegar á la horticultura: conforme la distancia se aumenta, la labor se extiende y regatea, hasta desaparecer y entrar en el sistema pastoril, como sucede en Extremadura y parte de las provincias de Cuenca, Ciudad Real, Toledo y otras. El alejamiento del cultivador de las fincas produce desastrosos efectos en el sistema meramente agrícola, bajo el punto de vista económico y en el orden social. En el sistema agrícola es causa de que el cultivo no sea esmerado , y de que el agricultor adopte por necesidad, no el de las plantas y semillas más propias del suelo y clima, y de superior rendimiento , sino el de aquellas otras que vegetan puede decirse espontáneamente ó con escasa intervención del hombre, aunque sea económico su producto. En el orden económico tiene el inconveniente grave de acortar el tiempo de trabajo útil y de aumentar los gastos de cultivo. Malo para el propietario, porque con esto le falta el primer elemento para poder luchar en la concurrencia del mercado, que es la baratura de la producción; malo para el trabajador, porque cuando para aquél no hay ganancia, no es posible que suba el jornal. Y claro es que estos inconvenientes se han dé reflejar en el orden social. Despobladas las comarcas más favorecidas; abandonados á la producción espontánea, que es el estado salvaje de la agricultura, los terrenos más Dtc—IV. fértiles, piérdense para la nación tesoros que están á la vista, por no haber quien los recoja y transporte. Otros marchan á establecerse en la corte ó á los centros industriales. Esto es de gran perjuicio para la agricultura, y á veces da motivo á desequilibrios de gran trascendencia social; sin embargo, el hecho es inevitable, en tanto que no varíen las presentes circunstancias sociales. M. Woloski dijo en la Sociedad Central de Agricultura, en 1869, sobre el particular lo siguiente: «El crecimiento de la población en las ciudades no es un hecho aislado y particular en Francia; nótase en mayor escala aún en los Estados Unidos, en Austria, en Alemania, en toda Europa. Este hecho significa progreso del cultivo. Los habitantes de las ciudades son consumidores; los del campo, productores. Estos, siendo menos, producen más, gracias al empleo de los instrumentos perfeccionados, y el superfluo de la producción agrícola aumenta el bienestar general. Producimos más y mejor que hace cincuenta años; la comodidad de todos aumenta; la emigración de los campos á las ciudades no es, pues, en cierta medida, un hecho sensible; el equilibrio se restablecerá por sí mismo en las proporciones más económicas.» El equilibrio se restablecerá ciertamente, pero entre tanto se agravará la crisis por que pasa el agricultor. Este, que no puede pagar jornal tan subido como el industrial, porque su utilidad es menor, se verá forzado á disminuir las labores del cultivo, ó á mermar esa utilidad, si quiere competir con el industrial para retener á los obreros. Porque, no hay que dudarlo, el trabajo campestre es el más duro y peor retribuido, por lo cual es preferido el urbano, aunque tiene grandes inconvenientes. Prefiere el célibe el servicio doméstico de la ciudad, porque proporciona mayores distracciones y mejor alimento; prefiere el casado el industrial, porque en los talleres se alcanza más elevada consideración, y es posible el ahorro teniendo ordenada conducta. Sentimos el hecho por lo que perjudica al cultivo agrario, pero no podemos censurar, como hacen muchos, que el jornalero aspire á mejorar de situación, yendo á donde quiera que en su juicio pueda conseguirlo. Con relación ala agricultura, no en todas las naciones ni en todas las provincias de una misma nación tiene igual gravedad la deserción de los trabajos rurales. En Francia, por ejemplo, se juzga que la tiene grande, y entre lo mucho que se ha escrito sobre el particular, citaremos lo que,exponía M. de Toqueville en una Memoria presentada á Luis Napoleón en 1859: «El movimiento de emigración de los campos á las ciudades pone á los agricultores en un estado de malestar é inquietud que podría, si se agrava, convertirse en un verdadero desastre. 42

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diea. El tubo <strong>de</strong> caucho se pue<strong>de</strong> cerrar rápida<br />

y herméticamente por medio <strong>de</strong> las pinzas<br />

a, impidiéndose <strong>de</strong> ese modo que el líquido<br />

<strong>de</strong> la cuba se vierta por cualquier acci<strong>de</strong>nte,<br />

quedando completamente incomunicado<br />

con la atmósfera.<br />

Para usar ese embudo se coloca eu las pipas<br />

sostenido por tres pies que le mantengan<br />

en posición vertical, como indica la figura, y<br />

una vez en esa disposición se echa por él vino<br />

en el envase, ya lleno <strong>de</strong> ese líquido. El vino<br />

sale por el tubo encorvado, y va á colocarse en<br />

capas bajo la superficie en que se ha <strong>de</strong>sarrollado<br />

ó pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollarse el moho. El líquido<br />

agregado <strong>de</strong> esa suerte empuja hacia arriba<br />

la superficie en que se halla el moho y éste<br />

va vertiéndose fuera <strong>de</strong> la pipa, sin que se revuelva<br />

con el vino, cual ocurre empleando embudos<br />

ordinarios , para hacer que <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> el<br />

líquido <strong>de</strong>l envase. Para impedir <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

esto la formación <strong>de</strong> moho y resguardar nuevamente<br />

<strong>de</strong> la fermentación acética al vino,<br />

conviene echar por el embudo un poco <strong>de</strong> vino<br />

muy alcoholizado, <strong>de</strong> 20° poco más ó menos;<br />

vino que penetrará por el tubo curvo b, y se<br />

exten<strong>de</strong>rá formando una capa por la parte superior<br />

<strong>de</strong> la masa líquida, permaneciendo constantemente<br />

en esa posición, puesto que es más<br />

ligero que el vino <strong>de</strong> la pipa, impidiendo la<br />

formación <strong>de</strong> moho y constituyendo una verda<strong>de</strong>ra<br />

garantía para la conservación <strong>de</strong>l vino<br />

que peligraba. Para que el éxito sea completo,<br />

<strong>de</strong>be repetirse <strong>de</strong> cuando en cuando la<br />

adición <strong>de</strong>l vino alcohólico, y mantener bien<br />

cerrados todos los orificios <strong>de</strong> la pipa y las<br />

pinzas que sujetan el tubo <strong>de</strong> caucho. Los<br />

mismos vinicultores pue<strong>de</strong>n construir el embudo<br />

comprando las pinzas, que son las conocidas<br />

en el comercio con el nombre <strong>de</strong> pinzas<br />

<strong>de</strong> Mohr.<br />

EMÉTICO.—Dícese <strong>de</strong>l medicamento que<br />

sirve para promover el vómito; pero más especialmente<br />

se aplica esta <strong>de</strong>nominación al<br />

tártaro estibiado ó tártrato <strong>de</strong> potasa y antimonio,<br />

sal incolora, sólida, <strong>de</strong> sabor acre, y<br />

soluble en quince partes <strong>de</strong> agua fría y tres <strong>de</strong><br />

agua hirviendo. Se emplea al exterior en pomada<br />

y en loción; al interior en disolución,<br />

bajo la forma <strong>de</strong> bebida y <strong>de</strong> brebaje, para los<br />

rumiantes y solípedos. Se administra en dosis<br />

<strong>de</strong> 4 á 16 gramos á las reses mayores; en las<br />

<strong>de</strong> 1 á 2 á los animales <strong>de</strong> mediana alzada, y<br />

á las <strong>de</strong> 5 á 20 centigramos á los perros. Los<br />

principales efectos <strong>de</strong>l tártaro estibiado al exterior<br />

son la aparición <strong>de</strong> pústulas, y aun la<br />

caída <strong>de</strong> la piel si se prolonga la aplicación,<br />

y al interior las propias <strong>de</strong> un vomitivo ó<br />

emetocatártico enérgico, según que los animales<br />

vomiten ó no vomiten. Cuando es absorbido<br />

obra como sedativo y contra-estimulante,<br />

evacuante y diurético. También se<br />

utiliza como revulsivo al exterior, y al interior<br />

se recomienda especialmente como vomitivo,<br />

en los envenenamientos, en los embarazos<br />

gástricos, en las afecciones <strong>de</strong> los<br />

bronquios y en diversas pneumonías.<br />

EMIGRACIÓN DE LOS CAMPOS.-<br />

I. TENDENCIA DE LA CLASE PROLETARIA Á EMI­<br />

GRAR DE LOS CAMPOS , Y SU PERNICIOSO EFECTO<br />

EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA. En el artículo<br />

Absentismo hemos expuesto el hecho y las<br />

consecuencias <strong>de</strong> la <strong>de</strong>serción <strong>de</strong>l propietario<br />

<strong>de</strong> su propiedad territorial; en el <strong>de</strong> Familia<br />

rural manifestaremos los terribles resultados<br />

para la producción agraria <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> la<br />

mujer á vivir en gran<strong>de</strong>s poblaciones; vamos<br />

á reflexionar en éste sobre la emigración campestre<br />

<strong>de</strong> la clase obrera.<br />

La cuestión es sumamente compleja y digna<br />

<strong>de</strong> meditación; eu estos últimos tiempos la<br />

han dilucidado autores <strong>de</strong> gran nombradía,<br />

distinguiéndose por los datos que aducen y la<br />

novedad <strong>de</strong> sus raciocinios, M. Legoit y monsieur<br />

Fregier. En sus obras Du progrès <strong>de</strong>s<br />

aglomerations urbaines et <strong>de</strong> l'émigration rurale<br />

en Europe, <strong>de</strong> que es autor el primero;<br />

Des classes dangereuses dans les gran<strong>de</strong>s villes,<br />

escrita por el segundo, se evi<strong>de</strong>ncian los<br />

funestos resultados que resultan <strong>de</strong> la emigración<br />

<strong>de</strong> los campos, en el or<strong>de</strong>n político, en el<br />

or<strong>de</strong>n moral y en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la producción<br />

agrícola. Por nuestra parte, limitaremos nuestras<br />

observaciones á este último punto <strong>de</strong> vista.<br />

La ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los trabajadores á vivir en<br />

las ciuda<strong>de</strong>s está fuera <strong>de</strong> duda, y por cierto<br />

que no es caprichosa, sino que tiene su razón<br />

y un fundamento legítimo. Por falta <strong>de</strong> albergues<br />

no pue<strong>de</strong>n residir en las fincas en que<br />

trabajan; por escasear el capital en los lugares,<br />

salen <strong>de</strong> ellos eu busca <strong>de</strong> jornal seguro y suficiente<br />

para el sustento <strong>de</strong> la familia. Allí<br />

don<strong>de</strong> hay fuentes <strong>de</strong> riqueza, ha dicho el<br />

Sr. Malladas, allí acu<strong>de</strong> en tropel una gran<br />

masa <strong>de</strong> habitantes, ansiosos <strong>de</strong> disfrutarlas y<br />

crearse <strong>de</strong> seguida un centro <strong>de</strong> atracción;<br />

don<strong>de</strong>, por el contrario, son escasos los productos<br />

ó las fuentes se agotan, hay otro centro<br />

<strong>de</strong> dispersión que no cesa, pues la población<br />

aumenta en progresión geométrica, y los<br />

manantiales <strong>de</strong> alimentación se estacionan ó<br />

sólo aumentan en progresión aritmética.<br />

En España siguen tres rumbos distintos<br />

los trabajadores campesinos, comprendidos<br />

ambos sexos: unos salen temporalmente <strong>de</strong>l<br />

suelo natal, con objeto <strong>de</strong> hallar ocupación en<br />

ciertas comarcas.<br />

De Aragón, Cataluña y Navarra salen hacia<br />

Francia bastantes naturales en busca <strong>de</strong><br />

trabajo; sabido es que<strong>de</strong> Galicia van muchos<br />

á Portugal con el mismo objeto; que <strong>de</strong> allí<br />

y <strong>de</strong> Asturias vienen en gran número á <strong>de</strong>terminadas<br />

ocupaciones, y que durante el Agosto<br />

son innumerables las cuadrillas <strong>de</strong> gallegos<br />

que recorren el centro <strong>de</strong> Castilla verificando<br />

la siega. De Aragón y <strong>de</strong> la Mancha alta se<br />

dirigen periódicamente á las provincias andaluzas<br />

no pocos trabajadores á ocuparse en<br />

la recolección y molienda <strong>de</strong> la aceituna, y<br />

<strong>de</strong> diferentes comarcas salen en <strong>de</strong>terminadas<br />

estaciones á verificar en otras, ora el carboneo,<br />

ora el transporte <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ras, ora el pastoreo,<br />

ora la fabricación <strong>de</strong> ladrillo, etc.

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