Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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ECO — 599 ECO<br />
mo bajo el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la producción<br />
agraria.<br />
Los partidarios <strong>de</strong> la escuela economista<br />
preten<strong>de</strong>n que los principios <strong>de</strong>l libre-cambio<br />
son la base y substancia <strong>de</strong> la ciencia; el sistema<br />
protector no cabe en los límites <strong>de</strong> su<br />
imperio. Opinión tan exclusivista y exagerada<br />
es errónea ajuicio nuestro. ¿Cómo ni por<br />
qué han <strong>de</strong> constituir la ciencia económica<br />
los principios radicales <strong>de</strong>l libre-cambio?<br />
¿Cómo ni por qué han <strong>de</strong> quedar excluidas<br />
<strong>de</strong> su esfera las i<strong>de</strong>as razonables <strong>de</strong> un patriótico<br />
proteccionismo? No: la doctrina <strong>de</strong>l<br />
libre-cambio no es <strong>de</strong> bondad absoluta como<br />
lo es la moralidad, ni su aplicación es <strong>de</strong> tal<br />
necesidad, que sin ella, cual había <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r<br />
con el olvido <strong>de</strong> la justicia, quedaría sumida<br />
en un caos horrible la sociedad humana. Su<br />
bondad es relativa, y por eso la conveniencia<br />
<strong>de</strong> su aplicación es contingente. La utilidad<br />
que proporciona varía hasta convertirse en<br />
causa <strong>de</strong> exterminio, según las circunstancias.<br />
Ciertamente el libre-cambio tiene una razón<br />
<strong>de</strong> existencia, y por eso no le rechazamos<br />
en absoluto; pero también su limitación más<br />
ó menos extensa tiene un fundamento sagrado<br />
, y por eso con<strong>de</strong>nar el proteccionismo por<br />
su naturaleza económica es un verda<strong>de</strong>ro,absurdo.<br />
Tal pasa con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> propiedad,<br />
por ejemplo, tal como el <strong>de</strong> contratación. El<br />
hombre pue<strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> lo suyo, y hacer<br />
objeto <strong>de</strong> especulación su servicio personal y<br />
el fruto <strong>de</strong> su trabajo, y sin embargo, la ley<br />
consagra la expropiación, y no hay país civilizado<br />
en que no se sujete á reglas la facultad<br />
<strong>de</strong> concertarse los hombres entre sí, aun para<br />
fines lícitos y honestos.<br />
La razón <strong>de</strong>l libre-cambio estriba en la conveniencia<br />
<strong>de</strong> multiplicar las relaciones sociales.<br />
Si la sociedad fuera una sola y gran familia,<br />
nada habría que <strong>de</strong>cir contra él, porque no<br />
existirían pueblos objeto <strong>de</strong>l proteccionismo.<br />
Así, bajo el punto <strong>de</strong> vista humano, el librecambio<br />
tiene su base en la fraternidad. Pero la<br />
sociedad está dividida en naciones; el hombre,<br />
sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser semejante á otro, es diferente<br />
<strong>de</strong> él como ciudadano, y los pueblos, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> existir uu interés solidario entre todos,<br />
en el cual se funda el,lazo que los une, lazo<br />
<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración recíproca y <strong>de</strong> mutuo respeto,<br />
tienen costumbres distintas, gobiernos diversos,<br />
ten<strong>de</strong>ncias rivales. Ahora bien; si <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> una misma nación no son libres los ciudadanos<br />
para contratar como les parezca, ¿qué<br />
mucho que no exista libertad absoluta entre<br />
los pueblos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sociedad general para<br />
cambiar sus productos?<br />
¡Abajo las fronteras! exclaman sin cesarlos<br />
libre-cambistas en su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que se realice<br />
la unidad humana; pero ¿y mientras esa aspiración<br />
no se realice, y haya pueblos ignorantes<br />
é ilustrados, y gobiernos protectores y tiránicos?<br />
La <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> las fronteras traería<br />
en pos la absorción <strong>de</strong>l débil por el fuerte.<br />
¡Desdichados <strong>de</strong> nosotros ese día, frente á<br />
frente <strong>de</strong> los gigantes que nos ro<strong>de</strong>an y nos<br />
miran con ojos <strong>de</strong> codicia! Las fronteras no<br />
caen á la voz <strong>de</strong>l visionario; las fronteras son<br />
hoy la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l pigmeo contra el coloso,<br />
<strong>de</strong>l pigmeo en industria fabril, en producción<br />
agrícola, en medios <strong>de</strong> gobierno, contra el coloso<br />
en ilustración científica, en artes <strong>de</strong> aplicación,<br />
en iniciativa y actividad para las gran<strong>de</strong>s<br />
empresas.<br />
La lucha entre los pueblos no ha cesado;<br />
sólo ha variado <strong>de</strong> índole y carácter. Antiguamente<br />
era sangrienta, y se reñía en los campos<br />
<strong>de</strong> batalla; ahora es silenciosa y un tanto artera,<br />
y se libra en los mercados. En lo antiguo<br />
se procuraba conquistar para engran<strong>de</strong>cerse<br />
con las armas en la mano; en ¡os tiempos<br />
presentes se aspira á dominar para enriquecerse<br />
por medio <strong>de</strong> la concurrencia. El resultado<br />
viene á ser el mismo, sin embargo <strong>de</strong><br />
aquellas diferencias. Entonces la victoria hacía<br />
esclavo al vencido <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>roso; ahora el<br />
triunfo <strong>de</strong>l libre-cambio hace esclavo al país<br />
que produce peor ó más caro, <strong>de</strong> aquel que por<br />
tener tierra más feraz ó gobierno más cuidadoso<br />
<strong>de</strong> cumplir sus <strong>de</strong>beres, produce mejor<br />
ó más barato.<br />
Contra la <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong> las naciones en la<br />
lucha mercantil están, para <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las<br />
más atrasadas en producir y menos favorecidas<br />
por la Administración ó por el clima, las<br />
tarifas arancelarias. Las aduanas no se pue<strong>de</strong>n<br />
consi<strong>de</strong>rar únicamente como establecimientos<br />
<strong>de</strong> recaudación ú oficinas <strong>de</strong> estadística<br />
comercial, sino también y principalmente<br />
como medios <strong>de</strong> equilibrar las ventajas y<br />
<strong>de</strong>sventajas <strong>de</strong> los pueblos, para que en la<br />
concurrencia los débiles no que<strong>de</strong>n anulados<br />
ni lleguen los po<strong>de</strong>rosos á ser omnipotentes.<br />
España se encuentra en aquel caso, y sólo <strong>de</strong><br />
un modo los propietarios terratenientes, colonos,<br />
cultivadores y gana<strong>de</strong>ros estarían en condiciones<br />
iguales para luchar en ¡os mercados<br />
con los labradores <strong>de</strong> Rusia y <strong>de</strong> los Estados<br />
Unidos, con los fabricantes alemanes <strong>de</strong> alcohol<br />
ó <strong>de</strong> vinos imitados <strong>de</strong> Cette, y con los<br />
productores <strong>de</strong> carne y ¡ana <strong>de</strong> Australia y<br />
Buenos Aires: si los Gobiernos cruzasen el<br />
suelo <strong>de</strong> vías <strong>de</strong> comunicación para que los<br />
transportes fuesen baratos; si difundiesen la<br />
enseñanza para que supiese el labriego los medios<br />
perfeccionados <strong>de</strong> cultivo y los sistemas<br />
económicos <strong>de</strong> cría; si no esquilmaran la clase<br />
con tributos excesivamente onerosos. Desaten<strong>de</strong>r<br />
por completo los intereses rurales y proclamar<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las alturas <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r el librecambio,<br />
y hacerlo obligatorio en los tratados<br />
diplomáticos, equivale á arrojar in<strong>de</strong>fensa la<br />
clase productora nacional á la insaciable voracidad<br />
<strong>de</strong> los países extranjeros.<br />
Bien hacen en proclamar el libre-cambiolas<br />
naciones que pue<strong>de</strong>n vencer en la concurrencia;<br />
el agricultor español, que con él quedaría<br />
arruinado, no tiene otra salvaguardia<br />
para sus intereses que el proteccionismo, en<br />
el grado justamente preciso para po<strong>de</strong>r ven<strong>de</strong>r<br />
sus frutos á precio no inferior al coste <strong>de</strong>l<br />
cultivo.