Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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DEE — 568 — DEE acepción concreta.de esta palabra suele limitarse á las operaciones cuyo objeto es dar salida á las aguas ya citadas, por medio de cauces ó conductos subterráneos. La palabra drenaje, así como sus derivados drenar, dren, etc., que tendremos necesidad de repetir con frecuencia en este artículo, se derivan del verbo inglés to drain; estas expresiones han tomado carta de naturaleza en nuestro idioma, porque no había términos españoles que expresaran exactamente el significado que se ha convenido en dar á estas diferentes palabras. Admitido que el empleo de sangrías ó canales subterráneos remonta á épocas sumamente antiguas, tanto que Palladius describe en sus obras las que para este objeto empleaban los romanos, resultará, sin embargo, que el drenaje, tal como en el día se practica, difiere bastante y aventaja mucho al que antiguamente se hacía. Con efecto; las sangrías subterráneas no servían en épocas remotas sino para desecar los terrenos húmedos, en circunstancias especiales, mientras que el drenaje moderno no se limita á desecar los terrenos pantanosos, sino que se distingue especialmente, constituyendo un gran progreso, por su aplicación al saneamiento completo de los terrenos arcillosos y de los terrenos llamados fríos y crudos que, recibiendo gran cantidad de aguas pluviales acumuladas en ellos en las épocas de grandes lluvias, quedan retenidas por la impermeabilidad del subsuelo. Funciones que desempeña el agua en la vegetación y perjuicios que ocasiona un prolongado exceso de humedad en el terreno.—Para que un terreno sea fértil, no basta que contenga las materias sólidas minerales y orgánicas que concurren á la nutrición de los vegetales; es necesario además que contenga cierta cantidad de agua; sin el concurso de ésta, las plantas quedarían completamente privadas de la alimentación que toman del terreno, porque faltando el disolvente de los jugos nutritivos, no pueden éstos ser absorbidos ni arrastrados á todos los puntos del vegetal que ha de alimentarse con ellos. La presencia del agua es también necesaria para que las materias orgánicas que se encuentran en los terrenos y en los abonos experimenten la descomposición que las ha de transformar en substancias asimilables. La cantidad de agua necesaria para la vegetación no es la misma en todas las circunstancias , variando según la naturaleza de las plantas, su grado de desarrollo, el clima y la naturaleza del terreno en que se cultivan; se concibe fácilmente que es imposible determinar de un modo exacto esta cantidad de agua, pero haremos observar que, si por una parte el agua es indispensable para la vegetación, por otra el grado de humedad no puede elevarse de cierto límite sin perjuicio de la fertilidad; pasado éste, ya de un modo continuo, ya temporalmente, empiezan á producirse una serie de fenómenos cuya consecuencia es detener el desarrollo de las plantas y empobrecer los productos. En la composición de los terrenos laborables entran diferentes substancias, entre las que la arcilla, la cal y el humus ó mantillo tienen la facultad de absorber y retener en sus poros una cantidad de agua más ó menos considerable. Si por otra parte se considera el terreno bajo el punto de vista de su constitución mecánica, se le encuentra formado de suficiente número de partículas de varias dimensiones, desde el grano de arena gruesa, que se distingue fácilmente á la vista, hasta el polvo impalpable de que está formada la arcilla; estas partículas aglomeradas, formando el terreno ordinario, dejan entre sí espacios ó intersticios que hacen posible comparar el terreno á una masa porosa cruzada de pequeños canales. Cuando la lluvia cae sobre un terreno seco, como el que acabamos de describir, penetra desde luego en los huecos ó canales, pero las partes del terreno que pueden absorber alguna humedad se apoderan del agua, desocupando estos pequeños canales, resultando de aquí que la tierra no ha perdido la porosidad aun cuando las partes de que se compone contengan cierta cantidad de agua; en estas condiciones, los terrones se deshacen en la mano sin mancharla de barro, produciendo una impresión de frescura; y si se calienta un peso dado de tierra á la temperatura de 100" centígrados, pierde una cantidad de agua que varía en peso del 15 al 23 por 100 del peso de la tierra tomad a; este estado del terreno es el que más conviene para la vegetación. Si sobre un terreno húmedo en las anteriores condiciones sobreviene una nueva adición de agua, el líquido deberá alojarse en los canales ó intersticios, sin que éstos logren quedarse vacíos como antes había sucedido, y en este caso se encontrará alterada la constitución mecánica del terreno, porque habrá perdido su porosidad; si por cualquier causa este estado de humedad excesiva se prolonga por algún tiempo, la vegetación se encontrará muy perjudicada en estos terrenos. Estos perjuicios, originados por un exceso de humedad, se manifiestan claramente á la vista del observador, y aun cuando todos proceden del mismo origen, varían en intensidad según el mayor ó menor tiempo que el agua permanezca estancada en el terreno. Los terrenos llamados pantanosos, en los que la permanencia del agua es constante, son los que con más intensidad sienten los efectos perjudiciales; en general, los terrenos de esta especie son impropios para el cultivo; las labores son imposibles, y la experiencia ha demostrado que no pueden prosperar en ellos la mayor parte de las plantas útiles, y sólo suelen dedicarse, aunque con medianos resultados, á pastos. Existen además otra clase de terrenos que por su naturaleza ó su posición absorben y retienen durante un tiempo más ó menos largo

DRE — 569 — DRE las aguas pluviales que caen sobre ellos, las cuales se estancan durante cierto período, por más que el resto del año están en buen estado de sequedad; á esta clase pertenecen las arcillas fuertes, llamadas terrenos fríos y crudos; aun cuando esta clase de terrenos no son impropios para el cultivo, no dejan, sin embargo, de perjudicar á la producción los estancamientos de agua que en ellos se producen todos los años; los terrenos de estas condiciones en las épocas de sequedad forman un suelo duro y compacto, difícil de romper con los instrumentos de labranza; en las épocas de lluvia, la tierra húmeda y pastosa ofrece una considerable resistencia á los arados y atalajes, exigiendo, por lo tanto, el laboreo de esta clase de terrenos más tiempo y más gastos que el de los terrenos secos y ligeros, y obteniéndose como resultado peores cosechas y más sucias, por el excesivo crecimiento que en ellos obtienen las plantas nocivas y parásitas. Añadiremos para terminar, que los efectos producidos por el estancamiento de las aguas en el terreno, no sólo perjudican al cultivo y vegetación de las plantas, sino que hacen sentir su perniciosa influencia sobre los hombres y los animales. Los ganados que pastean en terrenos, húmedos están constantemente atormentados por insectos de todas clases, tales como mosquitos, cantáridas, moscas, tábanos, etc.; la raza bovina contrae afecciones pulmonares que la diezman; la raza lanar se expone á adquirir tina y otras afecciones, y, finalmente, las emanaciones desprendidas de un terreno frío y húmedo inficionan la atmósfera, ocasionando fiebres endémicas y otras enfermedades que afectan á la población del país. Por todo lo dicho se comprende fácilmente que el drenaje no debe considerarse únicamente como una mejora agrícola, sino como un poderoso recurso para transformar el clima de ciertas localidades, haciéndole más saludable. Antiguos métodos empleados en el saneamiento de terrenos húmedos.—Antes de llegar al procedimiento de drenaje subterráneo moderno, aplicable á toda clase de terrenos, recurrieron los cultivadores, para atenuar los inconvenientes del estancamiento de las aguas, á dos medios principales, que son: dar á las labores formas especiales y determinada dirección á los surcos, y abrir zanjas y fosos que recogieran las aguas; estos medios son tan im-, perfectos que rara vez se logra con ellos sanear bien un terreno húmedo, por la sencilla razón de que con ellos sólo se logra á lo sumo dar salida á las aguas que duermen sobre la tierra, pero no hacer desaparecer la humedad que impregna el terreno debajo de la costra superior, y, sobre todo, secar el subsuelo. El sistema de varios conductos cubiertos y profundos que desagüen en un colector que. lleve las aguas fuera del terreno, constituyen un sistema perfecto de saneamiento, conservando el terreno una superficie continua, sin fosos ni ondulaciones; estos conductos ó drenes quitan al terreno en todo tiempo el exceso de humedad, dejando sólo la frescura necesaria para la vegetación, y mantienen el suelo en un estado de porosidad que le permite recibir y absorber nuevas dosis de lluvias y de aire. Antes de llegar las aguas llovidas á los drenes, humedecen la tierra con uniformidad, distribuyendo á.las raíces de las plantas las materias fertilizantes que han tomado en la atmósfera, y comunicando á las capas inferiores del terreno el calor que han robado en la superficie. Después de cada lluvia se produce en el terreno una renovación de aire que aumenta la fertilidad y la temperatura media. Los drenes cubiertos pueden colocarse átal profundidad que el agua haya dejado en el terreno su temperatura y los principios nutritivos que arrastre consigo. Por último, un drenaje subterráneo ,bien instalado no exige sino accidentalmente gastos de entretenimiento y reparación. Diferentes métodos de drenaje y ocasiones en que se aplican.—La humedad de los terrenos laborables procede de dos causas diferentes, como ya hemos indicado: 1. a , de fuentes ó manantiales de aguas del fondo que se elevan del subsuelo á la superficie; 2.", de la acumulación de las aguas de lluvias en las capas ó sobre las capas de determinada clase. La humedad que se manifiesta en los terrenos pantanosos debe generalmente su origen á la primera causa; las aguas que observamos en muchos terrenos altos en ciertas épocas del año durante el invierno y primavera, ó en épocas de lluvias, deben atribuirse á la segunda; suelen concurrir á veces ambas causas. Para sanear los terrenos húmedos por causa de aguas procedentes de manantiales subterráneos , se ha recurrido en Inglaterra á un procedimiento muy antiguo, conocido con el nombre de método de desecación Elhington, del nombre del agricultor que le empleó y perfeccionó á fines del pasado siglo. Este método está fundado en un principio racional, y consiste en atacar directamente la causa que engendra la humedad, interceptando los manantiales antes que lleguen á la superficie del terreno, procurando á las aguas una salida fácil á conveniente profundidad para que no perjudiquen al terreno superior. Para sanear los terrenos en los que la humedad es producida por la acumulación y permanencia de las aguas pluviales, se recurre á un método especial de drenaje, empleando conducciones subterráneas, cuya profundidad, distancia y posición están reguladas por las condiciones particulares en que se encuentra cada terreno. Este método ha recibido varios nombres, pero más generalmente se le distingue cou la denominación de drenaje completo, y es el que recibe las aplicaciones más numerosas, por no decir que el solo que actualmente se emplea, y de él nos vamos á ocu-. Día—IV. 37

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las aguas pluviales que caen sobre ellos, las<br />

cuales se estancan durante cierto período, por<br />

más que el resto <strong>de</strong>l año están en buen estado<br />

<strong>de</strong> sequedad; á esta clase pertenecen las arcillas<br />

fuertes, llamadas terrenos fríos y crudos;<br />

aun cuando esta clase <strong>de</strong> terrenos no son<br />

impropios para el cultivo, no <strong>de</strong>jan, sin embargo,<br />

<strong>de</strong> perjudicar á la producción los estancamientos<br />

<strong>de</strong> agua que en ellos se producen<br />

todos los años; los terrenos <strong>de</strong> estas condiciones<br />

en las épocas <strong>de</strong> sequedad forman un<br />

suelo duro y compacto, difícil <strong>de</strong> romper con<br />

los instrumentos <strong>de</strong> labranza; en las épocas<br />

<strong>de</strong> lluvia, la tierra húmeda y pastosa ofrece<br />

una consi<strong>de</strong>rable resistencia á los arados y<br />

atalajes, exigiendo, por lo tanto, el laboreo<br />

<strong>de</strong> esta clase <strong>de</strong> terrenos más tiempo y más<br />

gastos que el <strong>de</strong> los terrenos secos y ligeros, y<br />

obteniéndose como resultado peores cosechas<br />

y más sucias, por el excesivo crecimiento que<br />

en ellos obtienen las plantas nocivas y parásitas.<br />

Añadiremos para terminar, que los efectos<br />

producidos por el estancamiento <strong>de</strong> las<br />

aguas en el terreno, no sólo perjudican al cultivo<br />

y vegetación <strong>de</strong> las plantas, sino que hacen<br />

sentir su perniciosa influencia sobre los<br />

hombres y los animales.<br />

Los ganados que pastean en terrenos, húmedos<br />

están constantemente atormentados<br />

por insectos <strong>de</strong> todas clases, tales como mosquitos,<br />

cantáridas, moscas, tábanos, etc.; la<br />

raza bovina contrae afecciones pulmonares<br />

que la diezman; la raza lanar se expone á adquirir<br />

tina y otras afecciones, y, finalmente,<br />

las emanaciones <strong>de</strong>sprendidas <strong>de</strong> un terreno<br />

frío y húmedo inficionan la atmósfera, ocasionando<br />

fiebres endémicas y otras enfermeda<strong>de</strong>s<br />

que afectan á la población <strong>de</strong>l país.<br />

Por todo lo dicho se compren<strong>de</strong> fácilmente<br />

que el drenaje no <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rarse únicamente<br />

como una mejora agrícola, sino como<br />

un po<strong>de</strong>roso recurso para transformar el clima<br />

<strong>de</strong> ciertas localida<strong>de</strong>s, haciéndole más saludable.<br />

Antiguos métodos empleados en el saneamiento<br />

<strong>de</strong> terrenos húmedos.—Antes <strong>de</strong> llegar<br />

al procedimiento <strong>de</strong> drenaje subterráneo<br />

mo<strong>de</strong>rno, aplicable á toda clase <strong>de</strong> terrenos,<br />

recurrieron los cultivadores, para atenuar los<br />

inconvenientes <strong>de</strong>l estancamiento <strong>de</strong> las aguas,<br />

á dos medios principales, que son: dar á las<br />

labores formas especiales y <strong>de</strong>terminada dirección<br />

á los surcos, y abrir zanjas y fosos que<br />

recogieran las aguas; estos medios son tan im-,<br />

perfectos que rara vez se logra con ellos sanear<br />

bien un terreno húmedo, por la sencilla<br />

razón <strong>de</strong> que con ellos sólo se logra á lo sumo<br />

dar salida á las aguas que duermen sobre la<br />

tierra, pero no hacer <strong>de</strong>saparecer la humedad<br />

que impregna el terreno <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la costra<br />

superior, y, sobre todo, secar el subsuelo.<br />

El sistema <strong>de</strong> varios conductos cubiertos y<br />

profundos que <strong>de</strong>sagüen en un colector que.<br />

lleve las aguas fuera <strong>de</strong>l terreno, constituyen<br />

un sistema perfecto <strong>de</strong> saneamiento, conservando<br />

el terreno una superficie continua, sin<br />

fosos ni ondulaciones; estos conductos ó drenes<br />

quitan al terreno en todo tiempo el exceso<br />

<strong>de</strong> humedad, <strong>de</strong>jando sólo la frescura necesaria<br />

para la vegetación, y mantienen el suelo<br />

en un estado <strong>de</strong> porosidad que le permite<br />

recibir y absorber nuevas dosis <strong>de</strong> lluvias y <strong>de</strong><br />

aire. Antes <strong>de</strong> llegar las aguas llovidas á los<br />

drenes, hume<strong>de</strong>cen la tierra con uniformidad,<br />

distribuyendo á.las raíces <strong>de</strong> las plantas las<br />

materias fertilizantes que han tomado en la<br />

atmósfera, y comunicando á las capas inferiores<br />

<strong>de</strong>l terreno el calor que han robado<br />

en la superficie. Después <strong>de</strong> cada lluvia se<br />

produce en el terreno una renovación <strong>de</strong> aire<br />

que aumenta la fertilidad y la temperatura<br />

media.<br />

Los drenes cubiertos pue<strong>de</strong>n colocarse átal<br />

profundidad que el agua haya <strong>de</strong>jado en el terreno<br />

su temperatura y los principios nutritivos<br />

que arrastre consigo. Por último, un<br />

drenaje subterráneo ,bien instalado no exige<br />

sino acci<strong>de</strong>ntalmente gastos <strong>de</strong> entretenimiento<br />

y reparación.<br />

Diferentes métodos <strong>de</strong> drenaje y ocasiones<br />

en que se aplican.—La humedad <strong>de</strong> los terrenos<br />

laborables proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> dos causas diferentes,<br />

como ya hemos indicado: 1. a<br />

, <strong>de</strong> fuentes ó<br />

manantiales <strong>de</strong> aguas <strong>de</strong>l fondo que se elevan<br />

<strong>de</strong>l subsuelo á la superficie; 2.", <strong>de</strong> la acumulación<br />

<strong>de</strong> las aguas <strong>de</strong> lluvias en las capas ó<br />

sobre las capas <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminada clase.<br />

La humedad que se manifiesta en los terrenos<br />

pantanosos <strong>de</strong>be generalmente su origen<br />

á la primera causa; las aguas que observamos<br />

en muchos terrenos altos en ciertas épocas <strong>de</strong>l<br />

año durante el invierno y primavera, ó en épocas<br />

<strong>de</strong> lluvias, <strong>de</strong>ben atribuirse á la segunda;<br />

suelen concurrir á veces ambas causas.<br />

Para sanear los terrenos húmedos por causa<br />

<strong>de</strong> aguas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> manantiales subterráneos<br />

, se ha recurrido en Inglaterra á un<br />

procedimiento muy antiguo, conocido con el<br />

nombre <strong>de</strong> método <strong>de</strong> <strong>de</strong>secación Elhington,<br />

<strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong>l agricultor que le empleó y<br />

perfeccionó á fines <strong>de</strong>l pasado siglo.<br />

Este método está fundado en un principio<br />

racional, y consiste en atacar directamente la<br />

causa que engendra la humedad, interceptando<br />

los manantiales antes que lleguen á<br />

la superficie <strong>de</strong>l terreno, procurando á las<br />

aguas una salida fácil á conveniente profundidad<br />

para que no perjudiquen al terreno superior.<br />

Para sanear los terrenos en los que la humedad<br />

es producida por la acumulación y permanencia<br />

<strong>de</strong> las aguas pluviales, se recurre á<br />

un método especial <strong>de</strong> drenaje, empleando<br />

conducciones subterráneas, cuya profundidad,<br />

distancia y posición están reguladas por las<br />

condiciones particulares en que se encuentra<br />

cada terreno. Este método ha recibido varios<br />

nombres, pero más generalmente se le distingue<br />

cou la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> drenaje completo,<br />

y es el que recibe las aplicaciones más numerosas,<br />

por no <strong>de</strong>cir que el solo que actualmente<br />

se emplea, y <strong>de</strong> él nos vamos á ocu-.<br />

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