Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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DOL — 560 — DOM D0D0N2EA.— (V. Calapinai.) DOLDOL. —(V. Boboi.) DOLICOCEFALO (Zootecnia). — Denominación que empleó por vez primera Retzins para calificar los cráneos humanos prolongados y distinguirlos de los cráneos cortos, que el mismo autor llamó braquicéfalos (véase esta palabra). Entre esos dos tipos reconocidos por Retzius en la morfología de la cabeza humana, Broca señaló otros intermediarios, entre los cuales figuran los subdolicocéfalos. Hay muchos motivos para creer que no son realmente naturales esos tipos, sobre todo después de haberse hecho estudios experimentales sobre los animales de diferentes es-: pecies. En la zootecnia, que ha adoptado los términos introducidos por el anatómico sueco, su significación es más precisa en.cuanto que se aplica únicamente á la arquitectura ó tipo de la caja cerebral. De los dos diámetros de esa caja, medidos por su parte exterior, el longitudinal es mucho mayor en los animales dolicocéfalos, lo que no ha puesto nadie en duda hasta ahora. Únicamente se ha pretendido sostener que eso ocurre siempre, y que por consiguiente, todos los animales, y especialmente los caballos, son dolicocéfalos; error debido á la deficiencia de los medios empleados para determinar las medidas. La observación y la experiencia han patentizado que hay animales braquicéfalos, como los hay dolicocéfalos, y unos y otros se caracterizan, no por una diferencia más ó menos arbitraria en la relación de los diámetros, como en la craneología humana, sino por una diferencia de tamaño bastante perceptible para ser apreciada á primera vista. En los equídeos especialmente, el tipo dolicocéfalo se considera generalmente como menos hermoso bajo el aspecto estético ó artístico. Como eso es cuestión de gusto, no hay para qué discutir acerca de ello, y de ahí que aquí hayamos de atenernos á lo concerniente á la característica de las razas ó especies animales. DOLIÓOS.—Medida griega equivalente á doce estadios. DOLICHANDRONE—(V. Toi.) DOLOR (Fisiología). — El dolor es una seusación molesta, difícil de definir , sobre todo en los animales, que no pueden darse cuenta ni expresar cómo lo sienten. Todas las impresiones desagradables que se sienten en el cuerpo las ocasiona una causa irritante que se relaciona con una parte del organismo. El dolor no constituye de ordinario una enfermedad propiamente; es un sencillo fenómeno simpático, un síntoma, una percepción que hace sentir la lesión de un órgano. Así, todo dolor es efecto de una ó varias partes del cuerpo; efecto determinado por una causa estimulante, directa ó indirecta; un agente irritante, mecánico, físico ó químico; un trabajo mórbido, cuyo carácter es la exaltación de la acción vital. El dolor, siendo constantemente una afección esténica, los emolientes, refres­ cantes, sedativos, erupciones sanguíneas y los narcóticos lo combaten (1). M. F. E. Guerin dice: Si el dolor no puede sentirse sin la mediación de los nervios, es evidente que cuantos más reciba un órgano más susceptible será de sensaciones dolorosas. Sin embargo, es digno de hacer observar que los nervios, que sirven para transmitir el dolor, y el cerebro que lo percibe, no son órganos dotados de sensibilidad. Experimentos múltiples efectuados por Haller, Bichat, Legallois, Fodera y Flourens no dejan ninguna duda sobre esta aserción. Para que el dolor se transmita por los nervios y sea sentido por el cerebro, existen ciertas condiciones anatómicas y fisiológicas que es fácil comprender; es necesario que no haya ninguna interrupción en el tronco nervioso que ha de percibir la sensación. El sexo, la edad, el temperamento y otras muchas circunstancias hacen que sean más ó menos agudas las sensaciones dolorosas. En su energía, como en su uaturaleza, varían en razón de las causas que las producen y de la organización de la parte en que se sienten. J. de Hidalgo Tablada. DOMA.—La acción de domar ó hacer dóciles los animales; en el Diccionario de la lengua, el verbo domar abraza varias definiciones y presenta cierta analogía con desbravar; pero en el lenguaje hípico-ecuestre puede establecerse cierta diferencia, definiendo las dos voces en sus verdaderas aplicaciones. La operación de desbravar se reduce vínicamente á quitarle al potro cerril la parte de bravura que trae del campo, ya por la falta de trato con el hombre, ya por la lozanía en que lo haya colocado la holganza en que ha vivido; y al caballo domado que pasó mucho tiempo en la cuadra y sale enlomado ó juguetón, rebajarle el vicio que adquirió con el descanso ó la inacción; por tanto, siempre que hay necesidad de disminuir la fuerza ó la energía que puede emplear el animal en perjuicio del hombre, es bien aplicada esta voz. La doma aplicada al caballo significa ó abraza cuantas operaciones se emplean para domesticar al potro, haciéndole perder la parte salvaje que trae de la dehesa, hasta completar su educación poniéndole obediente y útil en todos los servicios que prestar deba en el mundo ecuestre y á la sociedad en general , pues sabido es que este animal está ejerciendo un importantísimo papel en la vida de las naciones desde los primitivos tiempos. No es de este lugar, ni necesario, hacer el relato de los infinitos lances ó hechos en que tiene probada su superioridad sobre los demás animales domésticos respecto á sus servicios, ni mucho menos el encomio del puesto que ocupa en los países civilizados; pero sí de afirmar que todo se destruye por su base si no se doma convenientemente. (1) M. Montrel d'Arboval: Diccionario de Medicina, etc.: 'Veterinaria.

DOM — 561 — DOM Cuando el hombre eligió el caballo , prefiriéndolo á todos los demás cuadrúpedos, fué porque sus condiciones físicas le revelaron un excelente porvenir para el trabajo que reclamar pudieran sus necesidades. En aquella época se recogía del campo el potro que parecía más aceptable para el servicio que por entonces había de prestar, y aquellas gentes hacían una doma especial, á la usanza de la época ó costumbre del país, empleando los instrumentos en tales tiempos conocidos, y los caballos llenaban cumplidamente su cometido, dando todo género de servicios, sin otra garantía para el hombre que la alcanzada por él con las observaciones que paulatinamente iba recopilando. Estas le dieron á conocer que el animal elegido reunía á sus buenas cualidades físicas una notable inteligencia, una nobleza sin límites y tal calidad de temperamentos, que de tan sobresalientes dotes podía conseguirse, no aquel animal común y grosero que venía utilizando, sino un instrumento aceptable en la mayor parte de los actos de la vida, y aprendió que la obra aquélla, presentada por la naturaleza , la hacían más ó menos útil y grandiosa la habilidad y tacto del hombre en los primeros rudimentos que emplear debía para seguir y terminar su educación. En tal convencimiento se reunieron datos, se establecieron reglas y se fijó la base para facilitar aquella enseñanza, á cuyo conjunto llamamos equitación, siendo su fundamento la doma. De la primera doma pende todo lo bueno y todo lo malo que después ha de ejecutar el caballo en la vida íntima que se le precisa hacer con los seres racionales. En esta doma se acostumbra al trato agradable de las personas que lo han de manejar, pierde la extrañeza que naturalmente deben causarle todos los arneses ó arreos que con precisión tienen que emplearse, tanto en el tiempo de ella como en los oficios que ha de aprender y ejecutar más tarde en su vida doméstica. En la primera doma adquiere el potro el hábito de obedecer, ó aprende la manera de resistirse á las exigencias del hombre, por medio de las defensas. En ella se le da confianza, se alarga en el paso y se extiende en los demás aires, ó se desconfía, se embeben, acortan y endurecen todos sus movimientos. En fin, se prepara y dispone para recibir la segunda enseñanza, sin oponer resistencias á las indicaciones del q-ue le guía, ó se hace vicioso, picaro y desobediente á cuanto se le manda. En una palabra, se le coloca en el estado de civilización suficiente para que sus inclinaciones varíen, hasta el punto de ser útil y obediente, lo mismo al hombre de campo que al apuesto caballero ó á la tímida y débil amazona. ' Con la buena doma empleada en el caballo, saca la sociedad de él todo el fruto que se propuso al hacerlo partícipe é instrumento me­ dianero de sus glorias y fatigas; el caballo bien domado hace al guerrero valeroso, da importancia á los ejércitos, sirve de recreo é higiene al que con estos fines lo elige, y tan pronto da esplendor á la grandeza arrastrando lujosos carruajes, como utilidad al labrador é industrial labrando la tierra ó conduciendo, desde el diligente ómnibus, hasta el pesado carro de transporte, todo con la mayor mansedumbre y con tal voluntad como si pretendiera adivinar las intenciones del que lo guía ó maneja, convirtiéndose en un verdadero doméstico en todos casos y accidentes. Por el contrario, el caballo mal domado es un mueble inútil, y por regla general viene á convertirse en un enemigo de todo el que se le acerca ó trata de exigirle cualquier servicio. He aquí las razones por qué los hombres se dedicaron á estudiar este provechoso animal, creando más tarde un arte, cual fué la equitación, dedicada exclusivamente á él, para separarlo de todos los demás animales domésticos, y el por qué se hace aquí la definición de la doma aplicada al caballo. No existe, ni puede admitirse entre los hombres estudiosos y entendidos del mundo ecuestre ó que profesen la equitación, el potro indomable, si es domado con inteligencia; lo que sí se encuentra son muchos caballos resabiados por la ausencia de aquélla ó los malos tratamientos y los abusos que, inconscientemente ó por capricho, se cometen con ellos, lo mismo en el servicio del tiro como en el que prestan montados. El afán ó la monomanía de ser todos jinetes ó cocheros, sin más razón que el porque sí, da lugar muchas veces á que se practiquen desaciertos, de los que resulta el potro más dócil, rebelde, y el que se hubiera hecho un caballo agradable en todos sus servicios, convertido en un animal díscolo, vicioso é inservible. La doma puede dividirse ó apreciarse en dos épocas distintas, aunque ligadas tan íntimamente que la una es consecuencia lógica de la otra, pero siempre observando la calidad y condiciones del potro, para establecerla convenientemente. Las dos épocas mencionadas son: la que se invierte en la doma, de cuadra con el potro que se cría salvaje por el sistema pastoril, que es la primera y base de la otra, que se emplea en los picaderos ó por los encargados de su enseñanza, hasta completar su educación en los distintos usos á que se destina. La calidad y condiciones que se deben tener en cuenta, consisten en el sistema de cría y recría á que haya estado sometido el animal; pues el que se crió por el de estabulación, ó sea encuadrado, no necesita tantos cuidados en la doma de cuadra, puesto que viene familiarizado con el hombre desde que nació, acostumbrado á una porción de faenas que al otro le mortifican y causan extrañeza porque no las vio jamás.

DOL — 560 — DOM<br />

D0D0N2EA.— (V. Calapinai.)<br />

DOLDOL. —(V. Boboi.)<br />

DOLICOCEFALO (Zootecnia). — Denominación<br />

que empleó por vez primera Retzins<br />

para calificar los cráneos humanos prolongados<br />

y distinguirlos <strong>de</strong> los cráneos cortos, que<br />

el mismo autor llamó braquicéfalos (véase<br />

esta palabra). Entre esos dos tipos reconocidos<br />

por Retzius en la morfología <strong>de</strong> la cabeza<br />

humana, Broca señaló otros intermediarios,<br />

entre los cuales figuran los subdolicocéfalos.<br />

Hay muchos motivos para creer que no son<br />

realmente naturales esos tipos, sobre todo<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse hecho estudios experimentales<br />

sobre los animales <strong>de</strong> diferentes es-:<br />

pecies.<br />

En la zootecnia, que ha adoptado los términos<br />

introducidos por el anatómico sueco,<br />

su significación es más precisa en.cuanto que<br />

se aplica únicamente á la arquitectura ó tipo<br />

<strong>de</strong> la caja cerebral. De los dos diámetros <strong>de</strong><br />

esa caja, medidos por su parte exterior, el<br />

longitudinal es mucho mayor en los animales<br />

dolicocéfalos, lo que no ha puesto nadie en<br />

duda hasta ahora. Únicamente se ha pretendido<br />

sostener que eso ocurre siempre, y que<br />

por consiguiente, todos los animales, y especialmente<br />

los caballos, son dolicocéfalos; error<br />

<strong>de</strong>bido á la <strong>de</strong>ficiencia <strong>de</strong> los medios empleados<br />

para <strong>de</strong>terminar las medidas. La observación<br />

y la experiencia han patentizado que<br />

hay animales braquicéfalos, como los hay dolicocéfalos,<br />

y unos y otros se caracterizan, no<br />

por una diferencia más ó menos arbitraria en<br />

la relación <strong>de</strong> los diámetros, como en la craneología<br />

humana, sino por una diferencia <strong>de</strong><br />

tamaño bastante perceptible para ser apreciada<br />

á primera vista. En los equí<strong>de</strong>os especialmente,<br />

el tipo dolicocéfalo se consi<strong>de</strong>ra generalmente<br />

como menos hermoso bajo el aspecto<br />

estético ó artístico. Como eso es cuestión <strong>de</strong><br />

gusto, no hay para qué discutir acerca <strong>de</strong><br />

ello, y <strong>de</strong> ahí que aquí hayamos <strong>de</strong> atenernos<br />

á lo concerniente á la característica <strong>de</strong> las<br />

razas ó especies animales.<br />

DOLIÓOS.—Medida griega equivalente á<br />

doce estadios.<br />

DOLICHANDRONE—(V. Toi.)<br />

DOLOR (Fisiología). — El dolor es una<br />

seusación molesta, difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir , sobre<br />

todo en los animales, que no pue<strong>de</strong>n darse<br />

cuenta ni expresar cómo lo sienten. Todas las<br />

impresiones <strong>de</strong>sagradables que se sienten en<br />

el cuerpo las ocasiona una causa irritante que<br />

se relaciona con una parte <strong>de</strong>l organismo. El<br />

dolor no constituye <strong>de</strong> ordinario una enfermedad<br />

propiamente; es un sencillo fenómeno<br />

simpático, un síntoma, una percepción que<br />

hace sentir la lesión <strong>de</strong> un órgano. Así, todo<br />

dolor es efecto <strong>de</strong> una ó varias partes <strong>de</strong>l<br />

cuerpo; efecto <strong>de</strong>terminado por una causa estimulante,<br />

directa ó indirecta; un agente irritante,<br />

mecánico, físico ó químico; un trabajo<br />

mórbido, cuyo carácter es la exaltación <strong>de</strong> la<br />

acción vital. El dolor, siendo constantemente<br />

una afección esténica, los emolientes, refres­<br />

cantes, sedativos, erupciones sanguíneas y los<br />

narcóticos lo combaten (1).<br />

M. F. E. Guerin dice: Si el dolor no pue<strong>de</strong><br />

sentirse sin la mediación <strong>de</strong> los nervios, es<br />

evi<strong>de</strong>nte que cuantos más reciba un órgano<br />

más susceptible será <strong>de</strong> sensaciones dolorosas.<br />

Sin embargo, es digno <strong>de</strong> hacer observar que<br />

los nervios, que sirven para transmitir el dolor,<br />

y el cerebro que lo percibe, no son órganos<br />

dotados <strong>de</strong> sensibilidad. Experimentos múltiples<br />

efectuados por Haller, Bichat, Legallois,<br />

Fo<strong>de</strong>ra y Flourens no <strong>de</strong>jan ninguna<br />

duda sobre esta aserción. Para que el dolor<br />

se transmita por los nervios y sea sentido<br />

por el cerebro, existen ciertas condiciones<br />

anatómicas y fisiológicas que es fácil compren<strong>de</strong>r;<br />

es necesario que no haya ninguna<br />

interrupción en el tronco nervioso que ha <strong>de</strong><br />

percibir la sensación.<br />

El sexo, la edad, el temperamento y otras<br />

muchas circunstancias hacen que sean más ó<br />

menos agudas las sensaciones dolorosas. En su<br />

energía, como en su uaturaleza, varían en<br />

razón <strong>de</strong> las causas que las producen y <strong>de</strong> la<br />

organización <strong>de</strong> la parte en que se sienten.<br />

J. <strong>de</strong> Hidalgo Tablada.<br />

DOMA.—La acción <strong>de</strong> domar ó hacer dóciles<br />

los animales; en el Diccionario <strong>de</strong> la lengua,<br />

el verbo domar abraza varias <strong>de</strong>finiciones<br />

y presenta cierta analogía con <strong>de</strong>sbravar;<br />

pero en el lenguaje hípico-ecuestre pue<strong>de</strong> establecerse<br />

cierta diferencia, <strong>de</strong>finiendo las dos<br />

voces en sus verda<strong>de</strong>ras aplicaciones.<br />

La operación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sbravar se reduce vínicamente<br />

á quitarle al potro cerril la parte <strong>de</strong><br />

bravura que trae <strong>de</strong>l campo, ya por la falta<br />

<strong>de</strong> trato con el hombre, ya por la lozanía en<br />

que lo haya colocado la holganza en que ha<br />

vivido; y al caballo domado que pasó mucho<br />

tiempo en la cuadra y sale enlomado ó juguetón,<br />

rebajarle el vicio que adquirió con el<br />

<strong>de</strong>scanso ó la inacción; por tanto, siempre<br />

que hay necesidad <strong>de</strong> disminuir la fuerza ó la<br />

energía que pue<strong>de</strong> emplear el animal en perjuicio<br />

<strong>de</strong>l hombre, es bien aplicada esta voz.<br />

La doma aplicada al caballo significa ó<br />

abraza cuantas operaciones se emplean para<br />

domesticar al potro, haciéndole per<strong>de</strong>r la<br />

parte salvaje que trae <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa, hasta<br />

completar su educación poniéndole obediente<br />

y útil en todos los servicios que prestar <strong>de</strong>ba<br />

en el mundo ecuestre y á la sociedad en general<br />

, pues sabido es que este animal está ejerciendo<br />

un importantísimo papel en la vida <strong>de</strong><br />

las naciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primitivos tiempos.<br />

No es <strong>de</strong> este lugar, ni necesario, hacer el<br />

relato <strong>de</strong> los infinitos lances ó hechos en que<br />

tiene probada su superioridad sobre los <strong>de</strong>más<br />

animales domésticos respecto á sus servicios,<br />

ni mucho menos el encomio <strong>de</strong>l puesto<br />

que ocupa en los países civilizados; pero sí <strong>de</strong><br />

afirmar que todo se <strong>de</strong>struye por su base si<br />

no se doma convenientemente.<br />

(1) M. Montrel d'Arboval: Diccionario <strong>de</strong> Medicina,<br />

etc.: 'Veterinaria.

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