Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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DES — 492 -- DES lies de España, un espíritu destructor del arbolado; pero es natural que en todo caso destruya lo ajeno y no lo propio; que esto, además, cuenta con la defensa del dueño, interesado constante, tenaz; aquéllo con la acción pública, indiferente, débil por regla general. »Luego las condiciones climatológicas no cambiarán, y en todo caso será en sentido favorable, puesto que es axiomático que los particulares cuidan más de sus árboles que la Administración délos que á otros pertenecen, y la demostración es evidente; véanse los árboles plantados por la actividad individual, cuéntense y compárense con los plantados por la Administración.» Los argumentos del Sr. Camacho son concluyentes: pero como la desamortización de los montes y de las dehesas boyales hiere ciertos intereses, al proponerla al Ministerio en fecha reciente, pareció ocasionada á conflictos políticos, su idea no fué aceptada, y dejó de pertenecer á él. El Ministro de Hacienda actual, desamortizador por convencimiento, ha presentado un proyecto de venta de las dehesas boyales; pero no siendo fácil preveer, al escribir este artículo, la smodificaciones que sufrirá en las Cortes, nos abstenemos de examinarlo. Nuestra opinión es que la desamortización completa, en plazo más ó menos lejano, tendrá lugar, porque es ventajosa para la nación. Pero importa que se realice más atinadamente que hasta ahora, para que no produzca los inconvenientes que con ella en esta primera época la población rural ha experimentado. Es indudable que, gracias á la desamortización, ha podido subir el tipo del impuesto territorial á la enorme cifra á que hoy asciende; pero es indiscutible que el afán de adquirir propiedad sin tasa ni medida ha sido causa de que muchos compradores se hayan creado una situación sumamente apurada y hasta ruinosa. Unos para pagar los plazos tomaron dinero á préstamo, hipotecando la hacienda saneada que poseían; otros vendían fuera de sazón los frutos, y la gran mayoría, al retirar el último pagaré, se halló sin recursos para •explotar debidamente los terrenos adquiridos. Son propietarios de extensas fincas, pero viven con menos holgura, por no tener en la proporción que recomienda la ciencia económica el capital mueble y el inmueble. Mayor, si cabe, ha sido el trastorno causado á la ganadería. Al desaparecer de un modo rápido y general el baldiaje, se enajenaron las antiguas cabanas; los adquirentes de dehesas, prometiéndose con la roturación grandes ganancias, no pensaron en la industria pecuaria; á más de eso, escaseando cada vez más los terrenos de piso tieso, los pastos se han encarecido, con todo lo cual los rebaños disminuyen de año en año por no ser lucrativo sostenerlos. De esta suerte la desamortización, tan beneficiosa en principio-, ha dado motivo, por lo mal que se ha llevado á cabo, para que continúe la agricultura como en los siglos medios, sin las mejoras que proporciona el empleo del capital pecuniario, y siu el necesario y provechoso auxilio de la ganadería. M. López Martínez. DESBARBAR (Cultivo de la vid y del olivo ).—En las nuevas plantaciones de la vid y olivo es costumbre arrimar á las plantas tierra, formando un cono mayor ó menor, con el fin de sostener los nuevos brotes sobre la superficie del suelo, en particular las vides que se crían sin tutores y se han de fundar sin ellos. El desbarbar consiste en quitar la tierra arrimada, abrir las plantas y cortar las raicitas que han echado hasta la profundidad de la labor ó tierra movida en las labores ordinarias, ejecutadas con el azadón ó el arado. Quitando de esa manera las barbas que las nuevas plantas echan, se fuerza el crecimiento de las raíces profundas, con lo cual se vigorizan; y en España, que de ordinario la sequedad se hace sentir en las raíces someras, se evita esta contingencia, que origina grandes perjuicios á la vid y olivo que en su origen no se hau dirigido al fin de evitarlos. Hay más; las raíces que se dejan crecer á poca profundidad, las mueven las labores, y el resultado es contrario al buen desarrollo del vegetal, pues enferma por el poco crecimiento de las raíces del fondo, que son las que le sostienen en épocas de sequedad. En los olivos que se dejan crecer sin desbarbarlos, se crían tuberosidades en el nudo vital (véase esta palabra), lo cual produce en exceso chupones, engruesa y perjudica la producción. Como en la vid, las raíces poco profundas, las que se crían al alcance de las labores, éstas las dañan, mueven y desordenan, en perjuicio del crecimiento del árbol. Tantas veces cuantas se caven los pies de las dichas plantas, otras tantas será útil y conveniente desbarbarlas, y principalmente en los primeros años de crianza y dirección. J. de Hidalgo Tablada. DESBARBAR LA MADERA—Cuadrarla toscamente en el monte con el hacha. (V. Labra de las maderas.) DESBECERRAR.—Destetar los becerros ó separarlos de sus madres. DESBORDAMIENTO.—Llámase así el efecto producido por una corriente, arroyo, río, ó por una charca, laguna ó lago, cuyas aguas aumentan hasta rebasar las márgenes. La influencia de los desbordamientos es muy variada. Las aguas que después de caer abundantes lluvias bajan de terrenos poco accidentados, aumentan el caudal de las corrientes, sin causar daños por lo general; pero cuando proceden de elevados valles y son generales las lluvias, ocasionan casi siempre crecidas anormales que siembran el espanto entre las gentes que ocupan los terrenos ribereños. Esas crecidas se extienden á veces por las tierras en ambas orillas de la corriente, las inundan y suelen producir desastres terribles. En algunas cuencas extensas, esas inundaciones se verifican con periódica regulari-
DBS — 493 — DES dad durante las estaciones lluviosas, que en Europa suelen ser la primavera y el otoño,- y en las regiones intertropicales el estío. Al entrar en las vegas ó en las llanuras las aguas torrenciales pierden parte de su velocidad, van depositando el limo y las arenas que arrastran, y elevándose su nivel, acaban por romper ó rebasar los diques y producir desgracias cou sus inundaciones, siendo imposible en la mayoría de los casos evitar el desbordamiento. En épocas ordinarias, tanto los arroyos como los ríos están formados por aguas límpidas; pero cuando los aguaceros y tempestades ó la fusión de las nieves aumenta el caudal, esas aguas se vuelven turbias, terrosas, y arrastran muchas veces arena, grava y guijarros. Generalmente cuando las aguas están turbias y han cruzado por terrenos arcillosos ó esquistosos, ó por terrenos calcáreos dislocados, las arenas se depositan en el fondo del lecho y es acarreado el limo. Cuando es muy rápida la corriente, el fondo del lecho suele ser móvil, á consecuencia déla traslación de la grava y de los guijarros. Los aluviones depositados por las aguas durante los desbordamientos son arenosos ó terrosos. De esta índole son los que se forman ordinariamente en la desembocadura de los ríos. Los desbordamientos, según hemos dicho, causan efectos muy variados. Unas veces depositan sobre las tierras inundadas un limo de gran fertilidad; otras arroyan el suelo, dejando profundos regueros, y otras amontonan arenas, grava y guijarros. A esos desbordamientos son debidas precisamente las formaciones de terrenos feraces en los valles y vegas que recorren los ríos caudalosos, y el constante acrecimiento de los deltas formados por corrientes caudalosas como el Ebro, el Po, el Nilo, el Írak-Arabi, el Indo, el Ganges, el Mississippí, etc., al desaguaren los mares. De lo dicho se deduce que los desbordamientos pueden ser útiles ó dañosos á los cultivos, según la época en que se verifican, la naturaleza de los terrenos inundados, la índole del agua y la clase de los cultivos. Cuando se realizan durante el invierno, es decir, desde el mes de Diciembre hasta el de Febrero, ó inundan praderas naturales ó cereales de otoño, no suelen causar graves daños generalmente, á menos de que se prolonguen durante mucho tiempo. Lo mismo el trigo que las praderas naturales, pueden permanecer bajo el agua sin inconveniente durante diez ó doce días, sobre todo cuando el agua no es muy corriente. Sin embargo, para que las inundaciones invernales no perjudiquen ni á los cereales de otoño ni á los prados naturales, es necesario que el suelo sumergido se seque con rapidez, así que la corriente queda encerrada entre sus ordinarias márgenes. De lo contrario, una helada puede causar mayores daños que el mismo desbordamiento. Las inundaciones que se verifican en Mayo y Junio tienen siempre consecuencias desastrosas, por lo mismo que sorprenden á las | plantas en plena vegetación y cuando su desarrollo herbáceo es mayor. Entonces las aguas tumban las plantas, las llenan de limo ó las soterran, de manera que no se pueden utilizar en muchos casos. Los desbordamientos que durante los meses de Febrero, Marzo ó Abril cubren terrenos de césped, ofrecen la ventaja de depositar limo y matar los topos, los ratones de campo y las larvas de algunos insectos. Los agricultores que posean tierras expuestas á ser cubiertas por las aguas durante las grandes crecidas, deberán abrir zanjas ó limpiar las que puedan existir ya, para facilitar la rápida salida de las aguas. La rápida desecación del suelo acrece considerablemente los beneficios dé los desbordamientos que se verifican en otoño, en invierno y en los comienzos de la primavera. Cuando ha estado sumergido un trigo de invierno durante varios días, y en los meses de Febrero ó Marzo, y el agua ha depositado sobre el terreno, y también sobre parte de las hojas, alguna cantidad de limo, así que el viento ó el sol dejan el suelo seco, convendrá rastrear la tierra, rompiendo la costra que se haya formado, desprendiendo las hojas adheridas á ella y facilitando la penetración del calor atmosférico. La misma operación deberá ejecutarse en las praderas en que la inundación haya dejado una capa de limo. Cuando los desbordamientos hayan destruido los cultivos de primavera ó de estío, y hayan depositado sobre el suelo una capa de varios centímetros de espesor, es necesario mezclar por medio de labores el limo con la tierra arable, y sembrar plantas estivales que aún podrán dar cosecha. No siempre es fácil el cultivo de terrenos que se inundan durante la primavera ó en los primeros días del estío. En la mayoría de los casos los desbordamientos causan desastres que los Gobiernos deben prevenir hasta donde sea posible, ó remediar con auxilios ó condonación de tributos. Solamente las periódicas y regulares inundaciones del Nilo, cuya corriente es muy suave, se pueden considerar como seguramente beneficiosas; las producidas por el deshielo de los ríos en países fríos causan estragos por el choque de los témpanos, que son arrastrados con rapidez por la corriente. Cuando esos quedan depositados sobre los campos, conviene transportarlos á las zanjas, si la tierra no es una pradera natural. DESBORRAR.—Quitar á los árboles, y principalmente á las moreras pequeñas, los cogollos ó tallos que arrojan por el tronco para que no roben fuerza á la guía. DESBRAVAR.—(V. Doma.) DESCABEZAMIENTO. — Operación de carácter dasonómico, que consiste en cortar todas las ramas de un árbol, dejando el tronco despojado de ellas á cierta altura del suelo. Por medio de esta operación se da lugar al nacimiento de brotes que se aprovechan periódicamente, como los de monte bajo, y se reproducen por largo tiempo, hasta que el tronco
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pero es natural que en todo caso<br />
<strong>de</strong>struya lo ajeno y no lo propio; que esto,<br />
a<strong>de</strong>más, cuenta con la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l dueño, interesado<br />
constante, tenaz; aquéllo con la acción<br />
pública, indiferente, débil por regla general.<br />
»Luego las condiciones climatológicas no<br />
cambiarán, y en todo caso será en sentido favorable,<br />
puesto que es axiomático que los<br />
particulares cuidan más <strong>de</strong> sus árboles que la<br />
Administración délos que á otros pertenecen,<br />
y la <strong>de</strong>mostración es evi<strong>de</strong>nte; véanse los árboles<br />
plantados por la actividad individual,<br />
cuéntense y compárense con los plantados por<br />
la Administración.»<br />
Los argumentos <strong>de</strong>l Sr. Camacho son concluyentes:<br />
pero como la <strong>de</strong>samortización <strong>de</strong><br />
los montes y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>hesas boyales hiere ciertos<br />
intereses, al proponerla al Ministerio en<br />
fecha reciente, pareció ocasionada á conflictos<br />
políticos, su i<strong>de</strong>a no fué aceptada, y <strong>de</strong>jó <strong>de</strong><br />
pertenecer á él. El Ministro <strong>de</strong> Hacienda actual,<br />
<strong>de</strong>samortizador por convencimiento, ha<br />
presentado un proyecto <strong>de</strong> venta <strong>de</strong> las <strong>de</strong>hesas<br />
boyales; pero no siendo fácil preveer, al escribir<br />
este artículo, la smodificaciones que sufrirá<br />
en las Cortes, nos abstenemos <strong>de</strong> examinarlo.<br />
Nuestra opinión es que la <strong>de</strong>samortización<br />
completa, en plazo más ó menos lejano, tendrá<br />
lugar, porque es ventajosa para la nación.<br />
Pero importa que se realice más atinadamente<br />
que hasta ahora, para que no produzca<br />
los inconvenientes que con ella en esta primera<br />
época la población rural ha experimentado.<br />
Es indudable que, gracias á la <strong>de</strong>samortización,<br />
ha podido subir el tipo <strong>de</strong>l impuesto<br />
territorial á la enorme cifra á que hoy ascien<strong>de</strong>;<br />
pero es indiscutible que el afán <strong>de</strong> adquirir<br />
propiedad sin tasa ni medida ha sido causa<br />
<strong>de</strong> que muchos compradores se hayan creado<br />
una situación sumamente apurada y hasta<br />
ruinosa. Unos para pagar los plazos tomaron<br />
dinero á préstamo, hipotecando la hacienda<br />
saneada que poseían; otros vendían fuera <strong>de</strong><br />
sazón los frutos, y la gran mayoría, al retirar<br />
el último pagaré, se halló sin recursos para<br />
•explotar <strong>de</strong>bidamente los terrenos adquiridos.<br />
Son propietarios <strong>de</strong> extensas fincas, pero viven<br />
con menos holgura, por no tener en la<br />
proporción que recomienda la ciencia económica<br />
el capital mueble y el inmueble.<br />
Mayor, si cabe, ha sido el trastorno causado<br />
á la gana<strong>de</strong>ría. Al <strong>de</strong>saparecer <strong>de</strong> un modo<br />
rápido y general el baldiaje, se enajenaron<br />
las antiguas cabanas; los adquirentes <strong>de</strong> <strong>de</strong>hesas,<br />
prometiéndose con la roturación gran<strong>de</strong>s<br />
ganancias, no pensaron en la industria<br />
pecuaria; á más <strong>de</strong> eso, escaseando cada vez<br />
más los terrenos <strong>de</strong> piso tieso, los pastos se<br />
han encarecido, con todo lo cual los rebaños<br />
disminuyen <strong>de</strong> año en año por no ser lucrativo<br />
sostenerlos.<br />
De esta suerte la <strong>de</strong>samortización, tan beneficiosa<br />
en principio-, ha dado motivo, por<br />
lo mal que se ha llevado á cabo, para que<br />
continúe la agricultura como en los siglos<br />
medios, sin las mejoras que proporciona el<br />
empleo <strong>de</strong>l capital pecuniario, y siu el necesario<br />
y provechoso auxilio <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría.<br />
M. López Martínez.<br />
DESBARBAR (Cultivo <strong>de</strong> la vid y <strong>de</strong>l olivo<br />
).—En las nuevas plantaciones <strong>de</strong> la vid y<br />
olivo es costumbre arrimar á las plantas tierra,<br />
formando un cono mayor ó menor, con el<br />
fin <strong>de</strong> sostener los nuevos brotes sobre la superficie<br />
<strong>de</strong>l suelo, en particular las vi<strong>de</strong>s que<br />
se crían sin tutores y se han <strong>de</strong> fundar sin<br />
ellos. El <strong>de</strong>sbarbar consiste en quitar la tierra<br />
arrimada, abrir las plantas y cortar las raicitas<br />
que han echado hasta la profundidad <strong>de</strong><br />
la labor ó tierra movida en las labores ordinarias,<br />
ejecutadas con el azadón ó el arado.<br />
Quitando <strong>de</strong> esa manera las barbas que las<br />
nuevas plantas echan, se fuerza el crecimiento<br />
<strong>de</strong> las raíces profundas, con lo cual se vigorizan;<br />
y en España, que <strong>de</strong> ordinario la<br />
sequedad se hace sentir en las raíces someras,<br />
se evita esta contingencia, que origina gran<strong>de</strong>s<br />
perjuicios á la vid y olivo que en su origen<br />
no se hau dirigido al fin <strong>de</strong> evitarlos. Hay<br />
más; las raíces que se <strong>de</strong>jan crecer á poca<br />
profundidad, las mueven las labores, y el resultado<br />
es contrario al buen <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l vegetal,<br />
pues enferma por el poco crecimiento<br />
<strong>de</strong> las raíces <strong>de</strong>l fondo, que son las que le sostienen<br />
en épocas <strong>de</strong> sequedad.<br />
En los olivos que se <strong>de</strong>jan crecer sin <strong>de</strong>sbarbarlos,<br />
se crían tuberosida<strong>de</strong>s en el nudo<br />
vital (véase esta palabra), lo cual produce en<br />
exceso chupones, engruesa y perjudica la producción.<br />
Como en la vid, las raíces poco profundas,<br />
las que se crían al alcance <strong>de</strong> las labores,<br />
éstas las dañan, mueven y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nan,<br />
en perjuicio <strong>de</strong>l crecimiento <strong>de</strong>l árbol.<br />
Tantas veces cuantas se caven los pies <strong>de</strong><br />
las dichas plantas, otras tantas será útil y conveniente<br />
<strong>de</strong>sbarbarlas, y principalmente en<br />
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J. <strong>de</strong> Hidalgo Tablada.<br />
DESBARBAR LA MADERA—Cuadrarla<br />
toscamente en el monte con el hacha.<br />
(V. Labra <strong>de</strong> las ma<strong>de</strong>ras.)<br />
DESBECERRAR.—Destetar los becerros<br />
ó separarlos <strong>de</strong> sus madres.<br />
DESBORDAMIENTO.—Llámase así el<br />
efecto producido por una corriente, arroyo,<br />
río, ó por una charca, laguna ó lago, cuyas<br />
aguas aumentan hasta rebasar las márgenes.<br />
La influencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sbordamientos es muy<br />
variada. Las aguas que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> caer abundantes<br />
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aumentan el caudal <strong>de</strong> las corrientes,<br />
sin causar daños por lo general; pero<br />
cuando proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> elevados valles y son generales<br />
las lluvias, ocasionan casi siempre<br />
crecidas anormales que siembran el espanto<br />
entre las gentes que ocupan los terrenos ribereños.<br />
Esas crecidas se extien<strong>de</strong>n á veces por<br />
las tierras en ambas orillas <strong>de</strong> la corriente, las<br />
inundan y suelen producir <strong>de</strong>sastres terribles.<br />
En algunas cuencas extensas, esas inundaciones<br />
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