Sementera: 312 litros de grano - citaREA
Sementera: 312 litros de grano - citaREA
Sementera: 312 litros de grano - citaREA
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
CRI — 365 — CRI<br />
cías <strong>de</strong> dicha ciudad, y <strong>de</strong> cada uua <strong>de</strong> las<br />
ciuda<strong>de</strong>s, villas y lugares <strong>de</strong> dicho reino; so<br />
pena que el que echare yeguas á caballos sin<br />
ser primeramente escogidos, vistos y reconocidos<br />
ser tales, pierda las yeguas, y mil maravedís<br />
mas <strong>de</strong> pena, aplicados en la forma que<br />
disponen las dichas leyes.»<br />
Don Fernando VI, por Real cédula <strong>de</strong> 21<br />
<strong>de</strong> Febrero <strong>de</strong> 1750, obligaba á los dueños <strong>de</strong><br />
paradas á mantener en cada puesto lo menos<br />
cuatro sementales <strong>de</strong> la marca <strong>de</strong> siete cuartas.<br />
Don Carlos IV, por resolución <strong>de</strong> 5 <strong>de</strong> Febrero<br />
<strong>de</strong> 1798, dispuso lo siguiente:<br />
«Para proporcionar que haya en los pueblos<br />
caballos padres para las yeguas sueltas, ó <strong>de</strong><br />
criadores <strong>de</strong> corto número, con el menor gravamen<br />
posible <strong>de</strong>l fondo <strong>de</strong> sus propios, ninguna<br />
persona podrá en a<strong>de</strong>lante mantener garañon<br />
<strong>de</strong> monta, aun sin parada pública, y para<br />
el uso <strong>de</strong> sus yeguas, á uo ser que mantenga al<br />
mismo tiempo caballo padre; y los que tuvieren<br />
más que un garañón, habrán <strong>de</strong> mantener<br />
precisamente por cada dos garañones un<br />
caballo padre, con la obligación <strong>de</strong> franquearlos<br />
para la monta <strong>de</strong> las yeguas sueltas que<br />
tuviesen cabimiento <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> servidas las<br />
<strong>de</strong>l dueño particular.»<br />
Asombra que en tantos siglos los legisladores<br />
no llegasen á compren<strong>de</strong>r el principio<br />
económico que sirve <strong>de</strong> base á la prosperidad<br />
<strong>de</strong> la riqueza pública, y.que á pesar <strong>de</strong> sus<br />
buenas intenciones, permaneciese ofuscado su<br />
espíritu por la más completa ignorancia.<br />
Todas estas leyes, atentatorias al principio<br />
<strong>de</strong> libertad individual en el manejo <strong>de</strong> sus intereses,<br />
único saludable para la prosperidad<br />
<strong>de</strong> toda industria, fueron por todo extremo<br />
irritantes, y tan insoportables que los gana<strong>de</strong>ros<br />
forzosamente tuvieron que abandonar<br />
la caballar.<br />
La sustitución <strong>de</strong>l criterio <strong>de</strong>l gana<strong>de</strong>ro por<br />
el <strong>de</strong>l legislador fué <strong>de</strong> efecto tan <strong>de</strong>sastroso<br />
que un autor <strong>de</strong>cía en un informe al rey:<br />
«Confinados en esta provincia los caballos,<br />
y por la mucha afición que entre los españoles<br />
habia en todas las <strong>de</strong>más á su ejercicio, se<br />
aumentó en ella el consumo, porque no se hallaban<br />
en otra parte (época digna <strong>de</strong> notarse<br />
por V. M. para lo que convenir), y asi, trayéndoles<br />
cuenta á los andaluces, criaban muchos<br />
muy buenos, sin or<strong>de</strong>nanzas que no las<br />
habia, ni registros, ni mas formalida<strong>de</strong>s, ni<br />
multas, ni ocasión <strong>de</strong> que se les siguieran<br />
gastos á los vecinos, como se les siguen <strong>de</strong> los<br />
otros ganados, que cada uno cría, ven<strong>de</strong> ó<br />
compra libremente y á sil voluntad, según le<br />
acomoda.<br />
»Pero se mudaron las costumbres como los<br />
trajes, y cambió <strong>de</strong> rumbo la galantería, que<br />
hacia que todos los caballeros tuviesen caballos<br />
comunmente, y pica<strong>de</strong>ros en todos los pueblos<br />
<strong>de</strong> las capitales y cabezas <strong>de</strong> partido, y no<br />
consumiéndose mas el género sino por militares<br />
<strong>de</strong> los cuerpos <strong>de</strong> caballería, ni trayendo<br />
cuenta á los andaluces criarlos por la mayor<br />
<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia que se experimentó, sin duda<br />
se establecieron or<strong>de</strong>nanzas que bien se concibió<br />
la dificultad <strong>de</strong> que no se corrompiesen<br />
cuando se llenaron <strong>de</strong> privilegios; pero como<br />
al mismo tiempo lo están <strong>de</strong> sujeciones que no<br />
tienen los <strong>de</strong>más ganados, y que dan mas lucro<br />
al °, ue<br />
los cria, fue este el punto en que<br />
persuadido el Gobierno superior <strong>de</strong>l acierto,<br />
se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>cretó aquella <strong>de</strong>strucción<br />
misma que se proponía evitar.<br />
»Es menester estar en que las mejores provi<strong>de</strong>ncias<br />
para un fin, dadas por la superioridad,<br />
se barrenan y convierten en perjudiciales<br />
cuando <strong>de</strong> su observancia no se le sigue<br />
algún lucro al vasallo, ó cuando por ella se le<br />
estorba otro mayor que pue<strong>de</strong> lograr por su<br />
albedrio y sin sujeciones, siendo esto lo que<br />
está sucediendo en el dia en toda Andalucía.<br />
Se nace un potro al criador, y si en aquel<br />
dia necesitase <strong>de</strong> 20 reales no encontrará<br />
quien se los dé por él, en atención á su inutilidad,<br />
ni á el año ni á los dos años (exceptuándose<br />
por ahora los regimientos), en cuyo<br />
tiempo <strong>de</strong>be ser ganado yeguar, <strong>de</strong>ben actuarlos<br />
<strong>de</strong> oficio, buscan el menor <strong>de</strong>scuido <strong>de</strong>l<br />
criador, á veces tan frivolo, como si la oreja<br />
<strong>de</strong> la yegua está medio <strong>de</strong>do cortada <strong>de</strong> menos<br />
ó no para exigirle la multa <strong>de</strong> 100 ducados,<br />
con que se aburre y no quiere continuar<br />
con este ganado, <strong>de</strong>shaciéndose <strong>de</strong> las yeguas<br />
en cuanto no las necesita para la trilla,<br />
como ya va no necesitándolas, y como no las<br />
necesitará <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> breves años, porque se<br />
introduce en Andalucía trillar con trillos, y<br />
con muías y machos.»<br />
III. ERRORES DE LOS TRATADISTAS SOBRE<br />
EL MODO DE DESARROLLAR Y MEJORAR LA ESPE<br />
CIE.—Se advierte al estudiar la historia, con<br />
relación á la cría caballar en España, que no<br />
hay circunstancia que no tienda ó contribuya<br />
á su <strong>de</strong>smedro. Hemos examinado el espíritu<br />
contrario <strong>de</strong> la legislación; veamos ahora el<br />
<strong>de</strong> los tratadistas hípicos y el dominante en<br />
la sociedad entera, inclusos los gana<strong>de</strong>ros, <strong>de</strong><br />
cuyo estudio <strong>de</strong>duciremos, para ser justos, que<br />
si el origen <strong>de</strong>l mal estaba, como está hoy, en<br />
el error <strong>de</strong> todos, no hay razón para culpar<br />
<strong>de</strong> él á clases <strong>de</strong>terminadas, como no la habría<br />
para buscar el remedio en el concurso 6<br />
en el apoyo <strong>de</strong> un elemento social aislado.<br />
Los tratadistas <strong>de</strong> más reputación no han<br />
acertado jamás á dar un buen consejo sobre<br />
la materia, y los gana<strong>de</strong>ros, completamente<br />
extraviados en sus i<strong>de</strong>as, nunca han sabidobuscar<br />
individualmente, ó asociándose, la salvación<br />
en sus propios recursos, limitándose en<br />
sus <strong>de</strong>sastres y <strong>de</strong>sfallecimientos á pedir sin,<br />
cesar franquicias y privilegios, que eran un peligro,<br />
cuando no la ruina <strong>de</strong> otras industrias.<br />
Cuando el mal <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría caballar fué<br />
tan gran<strong>de</strong> que se juzgó por todos <strong>de</strong> urgente<br />
necesidad el remedio, ¿á qué causas atribuían<br />
la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, y qué remedios proponían<br />
para evitarla?<br />
Forzoso es <strong>de</strong>cir que no hubo uno solo que<br />
acertase en esto, que era entonces, como lo es.<br />
hoy, lo más importante.