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Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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COT — 340 — COT<br />

<strong>de</strong> fabricar una casa morada eu una tierra que<br />

vale menos que el coste <strong>de</strong> edificación? Por<br />

el contrario, las ventajas <strong>de</strong> la vivienda campestre<br />

sou mayores cuanto más á la vista tiene<br />

el dueño sus intereses.<br />

Conociendo los legisladores la utilidad <strong>de</strong>l<br />

coto redondo, utilidad pública tanto como<br />

particular <strong>de</strong>l labrador, en estos últimos tiempos<br />

no pocos han dictado disposiciones con<br />

objeto <strong>de</strong> evitar la parcelación. Han i<strong>de</strong>ado<br />

exceptuar <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> registro los cambios<br />

<strong>de</strong> fincas hechos con una mira <strong>de</strong> acumulación<br />

, y en Alemania se ha hecho obligatoria<br />

la variación <strong>de</strong>l catastro <strong>de</strong> los pueblos cuando<br />

la solicita la mayoría <strong>de</strong>l vecindario. Redijese<br />

así en una sola pieza la propiedad; se<br />

abren <strong>de</strong> un modo conveniente vías <strong>de</strong> comunicación<br />

; se da acceso á los ganados á las<br />

fuentes y á los ríos, y se regulariza la figura<br />

<strong>de</strong> las hereda<strong>de</strong>s.<br />

Es <strong>de</strong> notar que siempre que se ha tratado<br />

<strong>de</strong> reformar el catastro, ha habido algunos<br />

que se opusieron tenazmente, por afecto á fincas<br />

recibidas <strong>de</strong> sus mayores, ó por temor <strong>de</strong><br />

salir perjudicados; pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> verificada<br />

la reforma, esos mismos se daban constantemente<br />

por satisfechos.<br />

Hablando <strong>de</strong> un labrador cou una yunta<br />

que tiene su hacienda dividida en cincuenta y<br />

un pedazos, se expresa así el Sr. Caballero:<br />

«Y ya que he presentado el caso práctico <strong>de</strong>l<br />

labrador con cincuenta y una suertes dispersas,<br />

veamos concretamente otras consecuencias<br />

perniciosas que le resultan. Estableciendo<br />

una <strong>de</strong>rrota, lamas corta y or<strong>de</strong>nada que<br />

permite la topografía, para ir <strong>de</strong> tierra en<br />

tierra, le es forzoso discurrir por un trayecto<br />

<strong>de</strong> casi 5 1<br />

/ 2 leguas, ó sean 30 kilómetros; pero<br />

como anda y <strong>de</strong>sanda trozos <strong>de</strong> este camino<br />

todos los días <strong>de</strong> trabajo, resulta que recorre<br />

al año una distancia ele 300 leguas; tarea y<br />

tiempo excusados para quien resi<strong>de</strong> en cotocasería.<br />

Esa misma hacienda <strong>de</strong>sparramada<br />

tiene ciento sesenta y cuatro lin<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pedazos<br />

ajenos, y veintiocho caminos y veredas que<br />

le tocan; medierías y contérminos que fuerzan<br />

al roce <strong>de</strong> intereses cou infinitos otros propietarios.<br />

Desarrollada en una línea toda la<br />

extensión <strong>de</strong> las referidas lin<strong>de</strong>s, arroja una<br />

longitud <strong>de</strong> 16.500 metros, por cuyas dilatadas<br />

fronteras pue<strong>de</strong> recibir daños, usurpaciones,<br />

mezcla <strong>de</strong> semillas é interminables <strong>de</strong>mandas.<br />

Dígase, eu vista <strong>de</strong> estos datos ciertos,<br />

si cabe mayor calamidad en nuestra<br />

agricultura, y si hay nada semejable al mal<br />

<strong>de</strong> la subdivisión. Fallen los hombres <strong>de</strong>sapasionados<br />

si yo estoy fuera <strong>de</strong> razón cuando<br />

afirmo ahincadamente que sin formar fincas<br />

rurales <strong>de</strong> las hazas pequeñas, no es posible el<br />

fomento <strong>de</strong> la población agrícola, ni la perfección<br />

<strong>de</strong> la labranza.»<br />

Otro mal no menos grave, no mencionado<br />

por los autores, resulta <strong>de</strong> no teuer el caudal<br />

territorial en coto redondo, y es el no po<strong>de</strong>r<br />

hermanar para su mutua ayuda la gana<strong>de</strong>ría<br />

y el cultivo. No hay manera <strong>de</strong> que el labra­<br />

dor, don<strong>de</strong> el cultivo es extenso, pueda mantener<br />

un rebaño si su propiedad está fraccionada.<br />

El gana<strong>de</strong>ro, por su parte, tiene necesidad<br />

<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse con varios propietarios<br />

para adquirir un cuartel <strong>de</strong> la cabida necesaria<br />

para sostener el número <strong>de</strong> reses que posee.<br />

¡ Y á cuántos disgustos da lugar la formación<br />

<strong>de</strong> esos cuarteles y la distribución <strong>de</strong> los<br />

pastos! Ora impi<strong>de</strong> el arrendamiento <strong>de</strong> un<br />

término municipal un vecino <strong>de</strong> mala intención<br />

que segrega <strong>de</strong> la comunidad sus hazas<br />

esparcidas; ora se disputan encarnizadamente<br />

los mejores cuarteles aquellos gana<strong>de</strong>ros que<br />

poseen en ellos fincas enclavadas; ora se disfrutan<br />

sin pagar, los pastos <strong>de</strong> las pequeñas<br />

hazas.<br />

Sin embargo <strong>de</strong> los inconvenientes <strong>de</strong> la<br />

parcelación <strong>de</strong> la propiedad rústica, es muy<br />

poco lo que se a<strong>de</strong>lanta en España eu la formación<br />

délos cotos redondos, y lo peor es que<br />

así continuaremos durante muchos años. Dudamos<br />

que haya Gobierno con valor para presentar<br />

á las Cortes un proyecto <strong>de</strong> ley haciendo<br />

forzosa la reforma <strong>de</strong> los catastros<br />

municipales cuando la pida la mayoría, y dudamos<br />

más que haya mayoría <strong>de</strong> vecinos que<br />

la solicite si existen en la minoría propietarios<br />

influyentes ó turbulentos que se opongan.<br />

«Se niegan á arreglos, dice el citado Sr. Caballero<br />

, porque no están bien persuadidos <strong>de</strong><br />

las ventajas que trae el unificar la propiedad.<br />

Desconfían <strong>de</strong> los arbitrajes humanos, porque<br />

su recelo les hace sospechar que siempre<br />

hay parcialidad ó embrollo, y prefieren el<br />

azar <strong>de</strong> la suerte. Quieren que todos los pedazos<br />

se partan, ya porque el interés ciego<br />

se los representa todos como mejores, ya porque<br />

la envidia les infun<strong>de</strong> el diabólico pensamiento<br />

<strong>de</strong> que nadie se lleve un entero, aunque<br />

todo se haga trizas, ya porque el odio los<br />

precipita en el abismo <strong>de</strong> someterse á estar<br />

mal, con tal que los <strong>de</strong>más no estén mejor.<br />

A los optimistas que juzguen <strong>de</strong> otra manera<br />

más favorable estos hechos, los invito á que<br />

hagan la estadística <strong>de</strong> la generalidad <strong>de</strong> las<br />

particiones; á que estudien la crónica reservada<br />

<strong>de</strong> las testamentarías <strong>de</strong>-los pueblos, y<br />

entonces discutiremos. Por ahora me limito<br />

á consignar que, así las casas como las tierras,<br />

se divi<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una eu otra sucesión hasta<br />

lo infinito, haciendo <strong>de</strong> miserables viviendas<br />

pocilgas insalubres, y <strong>de</strong> las pequeñas hazas<br />

trozos inaprovechables; males <strong>de</strong> que toda<br />

persoua racional se lamenta, y que los mismos<br />

actores no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r; pero males<br />

que se multiplican un día y otro día á vista<br />

<strong>de</strong> la autoridad, que se encoge <strong>de</strong> hombros, y<br />

<strong>de</strong> la ley, que parece muda. No se concibe que<br />

se piense en favorecer con otros beneficios<br />

secundarios á quien se <strong>de</strong>ja sin aire que respirar,<br />

y sin teatro acomodado en que ejercitarse;<br />

parece tan ridículo como ocuparse <strong>de</strong><br />

arreglar la cabellera y componer los vestidos<br />

<strong>de</strong> una pobre náufraga, en vez <strong>de</strong> sacarla <strong>de</strong>l<br />

abismo.»<br />

A pesar <strong>de</strong> tales dificulta<strong>de</strong>s, nos hemos re-

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