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Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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COR — 299 — COR<br />

alimentará al hijo cuando la tierra le ofrece<br />

abundante alimento. Véase, como ejemplo,<br />

lo que á nosotros nos ha ocurrido.<br />

Eramos gana<strong>de</strong>ros en la provincia <strong>de</strong> Cuenca.<br />

La <strong>de</strong>hesa <strong>de</strong> nuestra propiedad era <strong>de</strong><br />

esparto y tomillo. El clima frío. La pari<strong>de</strong>ra,<br />

según costumbre <strong>de</strong>l país, tenía lugar eu<br />

otoño, y rara vez quedábamos satisfechos <strong>de</strong><br />

la cría. Atravesaba el invierno en<strong>de</strong>ble, y las<br />

ovejas llegaban á la primavera sumamente<br />

flacas. En un viaje á Inglaterra observamos<br />

las ventajas que tenía la pari<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> primavera.<br />

A nuestro regreso resolvimos que la cubrición<br />

se verificase <strong>de</strong> modo que los cor<strong>de</strong>ros<br />

viniesen á nacer en Febrero. Por <strong>de</strong>más está<br />

<strong>de</strong>cir que los pastores se opusieron fuertemente<br />

al cambio, y que los <strong>de</strong>más gana<strong>de</strong>ros<br />

lo censuraron, anunciándonos un <strong>de</strong>sastre.<br />

Tuvimos la fortuna <strong>de</strong> acertar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer<br />

año. Las ovejas llegaron con mejor vellón al<br />

esquileo; los cor<strong>de</strong>ros se a<strong>de</strong>lantaron en poco<br />

tiempo á los <strong>de</strong> la comarca, y utilizaron la<br />

espiga sin bajas, rebosando salud, y en otoño,<br />

época <strong>de</strong> la venta, fueron los primeros<br />

comprados y los más caros que pagaron los<br />

merca<strong>de</strong>res.<br />

II. DE LA CHÍA Y CUIDADOS QUE REQUIE­<br />

RE.—La gana<strong>de</strong>ría trashumante carece <strong>de</strong> cobertizos<br />

para la pari<strong>de</strong>ra, á causa <strong>de</strong> invernar<br />

generalmente eu <strong>de</strong>hesas arrendadas. Los<br />

propietarios se cuidan más <strong>de</strong> gastar en la<br />

corte el producto íntegro <strong>de</strong>l arrendamiento,<br />

que en proporcionar comodidad al arrendatario,<br />

y éste, aun siendo el contrato para<br />

largo tiempo, rehusa construir en finca ajena.<br />

Los cor<strong>de</strong>ros nacen á la intemperie, lo<br />

cual es <strong>de</strong> fatales consecuencias' fuera <strong>de</strong> las<br />

comarcas muy cálidas. Para evitar que mueran<br />

arrecidos y las madres los <strong>de</strong>sconozcan y<br />

rechacen, si la pari<strong>de</strong>ra se verifica en noches<br />

lluviosas, conviene mucho encerrar en un<br />

chozo, cuando se recoge el rebaño, las ovejas<br />

que están próximas á parir. Si no hay chozo<br />

á propósito, los pastores cuidadosos hacen un<br />

corralito <strong>de</strong> ramaje, y en uno <strong>de</strong> los lados<br />

construyen una techumbre <strong>de</strong> lo mismo. En<br />

él colocan las ovejas más a<strong>de</strong>lantadas, y así<br />

la cría está libre, por lo menos, <strong>de</strong> que el<br />

agua le lave la piel y <strong>de</strong> que la azoten los<br />

vientos fuertes.<br />

Gran<strong>de</strong> es la atención que merece el cor<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su primera hora, <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los<br />

pastores. Si el' parto se verifica hallándose el<br />

rebaño <strong>de</strong> careo, uno <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>be estar á la<br />

vista para lo que ocurra. Si el parto viene<br />

bien, que es lo ordinario, <strong>de</strong>jará á la oveja<br />

tranquila. Nacido el cor<strong>de</strong>ro, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

lamerlo la madre, lo llevará en brazos á la<br />

majada. La madre le seguirá, y tan pronto<br />

como se junte con él, lo volverá á lamer y<br />

amamantar. La madre y el hijo se conocen,<br />

por numeroso que sea el rebaño, en el olfato<br />

y en el balido.<br />

Algunas, mostrándose poco solícitas, sea<br />

porque son primerizas y les duele la ubre, sea<br />

porque tienen dañados los pezones, huyen<br />

<strong>de</strong> los hijos cuando éstos se aproximan. En<br />

este caso, lo mismo que cuando ha<strong>de</strong> criar<br />

por cualquier motivo al cor<strong>de</strong>ro oveja distinta<br />

que su madre, el pastor <strong>de</strong>be cuidar que<br />

aquél no sea rechazado. Es lo que se llama<br />

ahijar.<br />

El ahijeo es una operación que requiere<br />

paciencia y habilidad. Para practicarla <strong>de</strong>bidamente<br />

, el pastor <strong>de</strong>be conocer individualmente<br />

todas las reses, á fin <strong>de</strong> no aproximar<br />

á la ubre <strong>de</strong> una oveja cor<strong>de</strong>ro que no sea el<br />

suyo.<br />

El ahijeo se facilita <strong>de</strong> varios modos: atando<br />

la oveja á una estaca para que no huya <strong>de</strong>l<br />

cor<strong>de</strong>ro, empellejando, ó sea cubriendo con la<br />

piel <strong>de</strong>l hijo, estando fresca, al adoptivo, ó<br />

frotando á éste con las secundinas que arroja<br />

la oveja <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto. En estos dos últimos<br />

casos la nodriza, engañada por el olfato,<br />

cree que nutre á su propio hijo.<br />

La operación <strong>de</strong>l ahijeo tiene poca importancia<br />

en la gana<strong>de</strong>ría estante, y en general<br />

siempre que se cría sencillo, es <strong>de</strong>cir, cuando'<br />

cada madre lleva su cor<strong>de</strong>ro; pero no suce<strong>de</strong><br />

Jo mismo en el trashumante, porque en él es<br />

frecuente doblar. Doblar es <strong>de</strong>sollar parte <strong>de</strong><br />

la cría, <strong>de</strong>jando solamente una parte <strong>de</strong> ella,<br />

más ó menos crecida, según el estado <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>hesa. Ocioso parece manifestar que se han<br />

<strong>de</strong> sacrificar los cor<strong>de</strong>ros más en<strong>de</strong>bles y los<br />

<strong>de</strong> madres más <strong>de</strong>caídas y flacas; que cuanto<br />

más abundante <strong>de</strong> hierba sea el año, menos<br />

cor<strong>de</strong>ros se han <strong>de</strong> <strong>de</strong>sollar, y que se<br />

han <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar para nodrizas las ovejas más<br />

robustas.<br />

Como la pari<strong>de</strong>ra dura un mes y más, y por<br />

punto general se mata la mitad <strong>de</strong> la cría, la<br />

operación <strong>de</strong>l ahijeo es larga y exige cuidados<br />

muy prolijos. Acerca <strong>de</strong> ella dice el rabadán<br />

D. Manuel <strong>de</strong>l Río, en su Vida pastoril,<br />

lo siguiente:<br />

«Suponiendo que hay cien cabezas paridas;<br />

que está precipitado el atajo, chicada <strong>de</strong> reserva<br />

y recentínas; que está en la fuerza <strong>de</strong><br />

la pari<strong>de</strong>ra, en la necesidad <strong>de</strong> doblar <strong>de</strong>gollando<br />

todas las noches quince ó veinte borregos,<br />

y arrimando otros tantos á las que diariamente<br />

quedan horras, resulta aumentarse<br />

otro atajo <strong>de</strong> pares; con una y otra se forma<br />

nueva alonada, y todas las noches es preciso<br />

darlas tantas compañeras <strong>de</strong> la chicada <strong>de</strong><br />

reserva cuantas sean las que entren, para lo<br />

cual las habrá ojeado por la tar<strong>de</strong> el rabadán.<br />

Desollados los borregos, se ponen jos pellejos<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> sus madres, se saca una cría délas<br />

<strong>de</strong> reserva, y el rabadán or<strong>de</strong>na para cuál<br />

oveja se ha <strong>de</strong> empellejar, observando la madre<br />

y madrastra que la ha <strong>de</strong> dar, y procurando<br />

sea buena con mala; empellejada así la<br />

cría, un pastor la mete en el atil, y si hay<br />

tomizas á mano la liga <strong>de</strong>>los cuatro pies y se<br />

la pone á la madrastra en frente <strong>de</strong>l hocico,<br />

que creyendo es su hijo, se pacifica. Algunos<br />

se contentan sólo con atar la cría <strong>de</strong> la mano,<br />

pero esto es muy perjudicial, porque se inquieta<br />

mucho, berrea, la madrastra lo extra-

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