Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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COL — 236 — COL<br />
los países que recorría. á fin <strong>de</strong> reunir datos<br />
para escribir la obra que ya meditaba.<br />
Sea <strong>de</strong> esto lo que quiera. una cosa resulta<br />
cierta, y es el gran fruto que obtuvo <strong>de</strong> sus<br />
largos y continuos viajes. Sus obras están esmaltadas<br />
<strong>de</strong> atinadísimas observaciones sobre<br />
los climas, terrenos, cultivos y plantas <strong>de</strong> los<br />
países recorridos; y gracias al estudio comparativo<br />
que pudo hacer y á las preciosas noticias<br />
que adquirió, le fué dado concebir el vasto<br />
y completo plan <strong>de</strong> su Tratado <strong>de</strong> Re Riislica.<br />
IV. De regreso en liorna, es natural que<br />
sus amigos le recibieran con vivo afecto, y<br />
que él les refiriera por extenso cuanto había<br />
visto, y tal vez les leyese varios artículos <strong>de</strong><br />
la obra. A esto hay que atribuir la fama sólida,<br />
aunque no ruidosa, que alcanzó, y el entusiasmo<br />
que inspiró á los pocos romanos que volvían<br />
los ojos á las faenas campestres, juzgándolas<br />
remedio seguro <strong>de</strong> las <strong>de</strong>sventuras <strong>de</strong> la<br />
patria.<br />
Que la mo<strong>de</strong>stia <strong>de</strong> Columela fué tan gran<strong>de</strong><br />
como su saber, lo <strong>de</strong>muestran la sinceridad<br />
con que confesaba su inferioridad á otros autores<br />
en <strong>de</strong>terminadas materias, y el que sólo<br />
á las vivas instancias <strong>de</strong> sus amigos se <strong>de</strong>cidiese<br />
á escribir y publicar algunos <strong>de</strong> sus tratados.<br />
Virgilio apenas- habló en sus Geórgicas<br />
<strong>de</strong> los huertos y jardines, según él mismo manifiesta,<br />
por falta <strong>de</strong> tiempo, <strong>de</strong>jando á otros<br />
la tarea <strong>de</strong> ilustrar este asunto.<br />
Verutn IICE ipse equi<strong>de</strong>m. sp'atiis e.vclussus' iniquís,<br />
Prcetereo, etique aliis post commemoranda reliquo.<br />
¿Quién había <strong>de</strong> completar la obra <strong>de</strong>l gran<br />
poeta? ¿Quién, sin atraerse la general censura,<br />
había <strong>de</strong> osar poner su numen en competencia<br />
con el no excedido <strong>de</strong> Virgilio? Columela<br />
era, en nuestro concepto, superior á él como<br />
geopónico, pero juzgaba que por respeto á la<br />
memoria y popularidad <strong>de</strong>'aquél no estaba él<br />
llamado á ser el continuador <strong>de</strong> las Geórgicas.<br />
Sus contemporáneos, opinando <strong>de</strong> otro<br />
modo , conocedores <strong>de</strong> sus gran<strong>de</strong>s cualida<strong>de</strong>s<br />
como poeta, lo creyeron digno <strong>de</strong> tal empresa,<br />
y consta que Junio Galión, hermano <strong>de</strong> Séneca,<br />
Publio Silvino y el ilustre vastago <strong>de</strong> la<br />
familia augusta le instaron á que escribiese<br />
su Tratado <strong>de</strong> los jardines y huertos en verso,<br />
propio para suplir la parte que Virgilio había<br />
<strong>de</strong>jado incompleta. Necesariamente, dice un<br />
autor contemporáneo, para juzgarle digno<br />
<strong>de</strong> esta empresa, <strong>de</strong>bían conocer sus faculta<strong>de</strong>s<br />
poéticas y que su ingenio era capaz <strong>de</strong><br />
suplir, como <strong>de</strong>seaban, las obras <strong>de</strong>l príncipe<br />
<strong>de</strong> los poetas latinos: es lo más seguro que en<br />
la expresada educación <strong>de</strong> Columela tuviese<br />
una buena parte la poética, y que á la amenidad<br />
<strong>de</strong>l estilo reuniese la flui<strong>de</strong>z necesaria<br />
é imaginación; ese estro poético por el que algunos<br />
escritores creen que hizo algunas poesías<br />
antes <strong>de</strong> escribir el libro décimo, y que<br />
por el gusto literario que en ellas hubieron<br />
conocidu los contemporáneos, le instasen á<br />
que escribiera en verso el Tratado <strong>de</strong> los huertos.<br />
Airoso salió en su empeño, pues alcanzó<br />
por su doctrina generales aplausos y ser juzgado,<br />
por su digna forma, digno sucesor <strong>de</strong><br />
Virgilio.<br />
V. Las instancias <strong>de</strong> Publio Silvino le<br />
movieron por, fin á publicar su gran<strong>de</strong> obra,<br />
que le <strong>de</strong>dicó. Y como nada como ella pue<strong>de</strong><br />
dar i<strong>de</strong>a tan exacta <strong>de</strong>l autor, la examinaremos,<br />
bien que con la posible brevedad. Al fin,<br />
el valor <strong>de</strong> un autor se conoce y aquilata por<br />
el <strong>de</strong> sus obras.<br />
El Tratado <strong>de</strong> Re Rustica consta <strong>de</strong> un prefacio<br />
y doce libros. El prefacio es un cuadro<br />
admirable <strong>de</strong>l estado social <strong>de</strong> Roma con relación<br />
á la agricultura. Domina en él el pensamiento<br />
<strong>de</strong> evitar la ruina <strong>de</strong>l Imperio fomentando<br />
el cultivo territorial y <strong>de</strong>spertando<br />
en los propietarios la afición á ocuparse en la<br />
administración <strong>de</strong> su hacienda. Apunta con<br />
gran precisión todo lo que en la época presente<br />
se dice contra el absentismo, y censura indignado<br />
que las gentes prefieran á su estudio,<br />
<strong>de</strong>dicarse á oficios y artes que en nada contribuyen<br />
al bienestar <strong>de</strong> los pueblos, sino que<br />
antes bien los corrompen y enervan. He aquí<br />
sus primeras líneas:<br />
«No puedo acabarme <strong>de</strong> admirar cuando<br />
consi<strong>de</strong>ro que escogiendo los que <strong>de</strong>sean hablar<br />
bien un orador cuya elocuencia imiten:<br />
buscando los que quieren apren<strong>de</strong>r las reglas<br />
<strong>de</strong>l cálculo y <strong>de</strong> las medidas un maestro <strong>de</strong><br />
esta enseñanza que tanto les agrada; procu-<br />
* rando los aficionados á la danza y á la música<br />
con el mayor cuidado maestros <strong>de</strong> estas artes;<br />
llamando los que quieren hacer un edificio<br />
operarios y arquitectos; los que quieren confiar<br />
al mar una embarcación, hombres que sepan<br />
manejarla; los que empren<strong>de</strong>n guerras,<br />
personas inteligentes en la táctica, y, para<br />
<strong>de</strong>cirlo todo <strong>de</strong> una vez, haciendo cada cual<br />
diligencia, para el estudio á que quiere aplicarse,<br />
<strong>de</strong>l mejor director que pueda encontrar,<br />
y, finalmente, eligiendo cada uno <strong>de</strong> entre<br />
el número <strong>de</strong> los sabios una persona que<br />
forme su espíritu y sea su maestro en la virtud,<br />
solamente la agricultura, que sin duda<br />
alguna está muy cerca <strong>de</strong> la sabiduría y tiene<br />
cierta especie <strong>de</strong> parentesco con ella, carece<br />
<strong>de</strong> discípulos que la aprendan y <strong>de</strong> maestros<br />
que la enseñen. Pues no sólo he oído, sino yo<br />
mismo he visto que hay en nuestros días escuelas<br />
<strong>de</strong> retóricos, y (como acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir)<br />
<strong>de</strong> geómetras y músicos, y (lo que es más <strong>de</strong><br />
admirar) que también hay oficinas en que se<br />
hace profesión <strong>de</strong> los vicios más <strong>de</strong>spreciables,<br />
enseñándose en ellas á condimentar los manjares<br />
<strong>de</strong> modo que exciten la glotonería, á disponer<br />
los banquetes con el mayor lujo, á<br />
adornar las cabezas y peinar el pelo; pero <strong>de</strong><br />
agricultura no he conocido personas que se<br />
<strong>de</strong>diquen á enseñarla, ni discípulos que la estudien.<br />
En efecto; aunque no hubiese en la<br />
ciudad maestro <strong>de</strong> aquellas artes, podría estar<br />
floreciente la república, como se verificó<br />
en tiempo <strong>de</strong> nuestros antepasados; pues en<br />
lo antiguo fueron bastantemente felices las<br />
ciuda<strong>de</strong>s, y lo serán en a<strong>de</strong>lante sin escuelas