Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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COL ¡16 — COL esto, se cierra el gallinero herméticamente, y transcurridos dos días, se abren las puertas y ventanas, á fin de que se renueve el aire. Solamente algunas semanas después podrán ser ocupadas nuevamente por las aves los gallineros sometidos á la desinfección. Naturalmente en cuanto ocurran los primeros casos deberán ser matados los animales que puedan considerarse inficionados, y no solamente habrán de enterrarse los cadáveres, sino que también las inmundicias. Cuanto«á las precauciones sanitarias que las autoridades deberían prescribir para impedir la propagación de la enfermedad que nos ocupa, un escritor italiano ha formulado el siguiente proyecto: 1. a Los propietarios ó encargados de gallineros invadidos por el cólera tendrán obligación de dar parte á la autoridad municipal en cuanto ocurra la muerte de alguna ave. 2. a En las granjas y casas en que se haya desarrollado el cólera de las gallinas se harán salir del gallinero todos los individuos sanos, alejándolos cuanto sea posible del foco de infección , ó sea trasladándolos á locales que se hallen alejados de él. 3. a La autoridad deberá aislar los corrales inficionados, prohibiendo la exportación. 4. a Cuando se haya extendido mucho la enfermedad en un gallinero se ordenará la muerte de todas las aves que en él se alojen. 5. a No se consumirán los cadáveres, sino que serán sepultados á una profundidad variable, según el número de animales muertos. Cuando se hayan de enterrar en los montones de basura, habrá de echarse sobre los cadáveres una disolución de ácido fénico comercial ó de ácido sulfúrico para impedir el uso de las carnes. 6. a Desocupado el gallinero, se desinfectará, lo mismo que el corral, se extraerá el estiércol, y se raerán las paredes, el pavimento y el terreno. Las paredes del gallinero se lavarán con una escoba áspera, y el suelo con agua que contenga ácido sulfúrico en la proporción de dos á tres partes por 100. También se desinfectarán todos los objetos de algún valor que hayan estado en contacto con las aves, y se quemarán los palos en que hayan reposado éstas. 7. a Se fumigará con ácido sulfuroso el gallinero después de bien lavado, lo mismo que cuantos objetos contenga; se ventilará después, y se podrán instalar en él nuevamente las gallinas sanas. COLETTJY.— Este nombre se aplica con bastante vaguedad á algunas especies leñosas del genero Coronilla, de la familia de las Leguminosas , que viven en los montes de España y se cultivan también en los jardines. Las más notables son las siguientes: 1. a Coronilla glauca, L.—Se halla en los montes de las provincias de Cádiz y Sevilla, y en la sierra de Córdoba. DESCRIPCIÓN. —Hojas imparipinadas, de tres á siete foliólos separados, lineares-oblongos, cartilaginoso-transparentes en los bordes. Flores amarillas, olorosas, reunidas en número de siete á ocho sobre un pedúnculo axilar delgado, terminado en punta. Legumbre de 15 á 23 milímetros de largo, colgante, tetrágona, con dos á siete semillas lineares oblongas, de color pardo. Arbusto de un metro de altura á lo más, lampiño, glauco, muy ramoso, con las ramas junciformes, lisas, de pocas hojas. Florece en Mayo y Junio. Exige para su cultivo tierra suelta y ligera, exposición cálida y abrigo contra las heladas. Se multiplica por acodo y semilla. A veces echa flores esta planta desde el primer año. Coronilla emerus, L.—Se cría en Navarra, Cataluña (Monserrat) y Pirineo aragonés, donde es frecuente. DESCRIPCIÓN.— Hojas pecioladas, imparipinadas, de cinco á nueve foliólos peciolados, enteros, ovales, redondeados ó algo escotados en el extremo, delgados, lampiños, glaucos por debajo; estípulas pequeñas, lanceoladas, marcescentes. Flores amarillas, con estrías purpuradas en el estandarte, con grupos de dos á tres en el extremo del pedúnculo, que es axilar y casi tan largo como las hojas. Legumbre de 5 á 10 centímetros de largo, colgante, delgada, casi cilindrica, con siete á diez semillas cilíudrico-oblongas y negras. Arbustillo de un metro de alto, de ramas delgadas, flexuoso nudosas, verdes y estriadas. Florece en Mayo y Junio. Requiere para su cultivo tierra suelta y ligeraj y exposición meridional. Se multiplica por semilla, sierpes, estaca y acodo. Se forman con esta planta buenos setos. Se dice que las hojas maceradas dan una especie de índigo. Hay una variedad enana, de 30 centímetros de alto. 3. a Coronilla júncea, L.—Se halla en An­ dalucía, Valencia, Alicante y Cataluña. DESCRIPCIÓN.—Hojas imparipinadas, de tres á siete foliólos separados, lineares-ovales, cartilaginoso-transparentes en los bordes. Flores amarillas, reunidas en número de sieteáocho sobre un pedúnculo axilar delgado, terminado en punta. Legumbre de 15 á 25 milímetros , colgante, tetrágona, con dos á siete semillas lineares-oblongas y de color pardo. Arbustillo de un metro de alto, lampiño, glauco, muy ramoso, con ramos junciformes, lisos y de pocas hojas. Florece en Mayo y Junio. 4. a Coronilla mínima, D. C.—Especie de los montes de Aragón, Navarra, Provincias Vascongadas y de las dos Castillas. 5. a Coronilla corónala, D. C.—Vive en los montes de las provincias de Murcia, Alicante, Valencia, Madrid (cerros de Guitarrón) y en Cataluña (salinas de Cardona). CÓLICO (Medicina veterinaria).—-Término con que generalmente se designan todos los dolores que se sienten, principalmente en los órganos del abdomen. En realidad, los cólicos son un conjunto de síntomas provocados por padecimientos muy diversos. Por la rapidez y espontaneidad de su desarrollo, y por

COL COL las complicaciones que los acompañan, han despertado en todas épocas la atención de los ganaderos, y en este siglo han sido objeto de estudios especiales, ya que respecto de los caballos constituyen una de las principales causas de mortalidad, puesto que de cada 100 caballos que padecen enfermedades internas unos 30 á 35 sufren cólico; de cada 100 atacados de cólico mueren 20 ó 25, y de cada 100 caballos existentes en una localidad sucumben á consecuencia de esos desarreglos 3 al año; mortalidad superior á la de otras epizootias que reinan entre los caballos de nuestro continente. Según queda indicado, los cólicos aparecen generalmente de una manera brusca, y se presentan en los animales á veces mientras trabajan, á veces mientras descansan ó comen, y con mayor frecuencia después de un pienso abundante. Los pacientes revelan malestar, inquietud y agitación más ó menos viva, según los casos. Cuando el cólico se inicia durante el trabajo, el animal comienza á caminar despacio, da resoplidos y acaba por detenerse ó inclinar la cabeza hacia uno de los costados, se detiene para orinar, dobla la rodilla, y por último se tiende en el suelo. Cuando se inicia el cólico estando el animal en la cuadra, araña el piso con las manos, manifiesta temblores en la parte posterior, agita la cola, se golpea el abdomen con las patas y trata de tenderse, doblando las manos paulatinamente y acercando las extremidades posteriores á ellas. A veces conservan durante algún tiempo esa postura, como si vacilaran en echarse; después se enderezan ó acaban por tenderse y revolcarse. El paso es unas veces lento y difícil, y otras fácil y acelerado. El dorso se mantiene siempre encorvado, y los ríñones no se manifiestan sensibles á la presión de los dedos. Generalmente se advierte una ligera constipación; los excrementos son duros, y los ruidos abdominales raros ó nulos; la orina muy cargada por lo común y sanguinolenta, si el mal reside en la vejiga y los ríñones. En ocasiones aparece la meteorización, que se acentúa principalmente en la parte superior de los costados, y sobre todo en el derecho. La circulación y la respiración son aceleradas, y los caracteres del pulso muy variables. En ciertos casos es lleno y de buenas condiciones; en otros, verdaderamente graves, delgado y apeuas perceptible. La temperatura se halla siempre desigualmente distribuida en las regiones superficiales del cuerpo; las orejas y las extremidades suelen estar frías, y la temperatura general suele ser superior en algunas décimas de grado á la normal (38,2). Las mucosas, y especialmente la conjuntiva, aparecen más ó menos inyectadas. Todos esos síntomas pueden persistir durante alguuas horas y atenuarse para desaparecer por último. Cuando los cólicos son muy violentos, los animales se dejau caer como inerte masa, lanzando un prolongado quejido; se entregan á movimientos desordenados, y se revuelcan de Día—IV. uno á otro lado, contrayendo enérgicamente las extremidades. Algunas veces toman actitudes anormales y extrañas; se tienden sobre la espalda, ó se sientan sobre las extremidades posteriores. La agitación es tan violenta á veces, que produce escoriaciones exteriores en las partes salientes, y hasta se fracturan los huesos de esas partes. La cara se altera profundamente, se dilatan las narices, se contraen los labios, y los ojos pierden su brillo y quedan fijos en las órbitas, expresando profundo sufrimiento. En muchos casos se presenta un período de aparente calma, que contrasta con las torturas que el cólico ocasiona, y los animales quedan inmóviles ó insensibles á cualquier excitación. El pulso es entonces débil, filiforme y apagado por último; las mucosas pierden el color; la respiración es fatigosa; los pelos aparecen mojados, formando placas, y la piel y las extremidades se quedan frías; pródromos todos esos de la muerte, que sobreviene en medio de la mayor calma. Las causas de los cólicos son muy numerosas , habiendo caballos predispuestos al padecimiento por la conformación del aparato digestivo. Si la casta no influye, como alguuo> creían, es indudable que lo hace el género de trabajo á que se hallan dedicados los animales. Los caballos de gran talla, enganchados á pesados vehículos y obligados á trabajar durante largas jornadas, se hallan más expuestos que los caballos ocupados en trabajos Hgeros, á padecer cólicos. Influya ó no la edad en la frecuencia del padecimiento, lo indudable es que con todos es compatible; los jóvenes y los adultos son propensos á los cólicos por congestión y por indigestión aguda, y los viejos á los cólicos por obstrucción. La enfermedad es más frecuente en estío que en invierno, y más en esta estación que en las templadas, influyendo el cambio de régimen acaso tanto como el de temperatura. Una alimentación excesiva ó demasiado excitante y el estado pletórico predisponen á los cólicos. Entre las causas ocasionales se pueden señalar particularmente la ingestión de grandes cantidades de grano, de salvado ó de forraje, las cuales determinan cólicos estomacales por exceso de pienso ; los cambios de régimen sin transición alguna, ya sean forrajes nuevos, ya forrajes artificiales, ó ya cebada los que constituyan el alimento; la mala calidad de ésta; los forrajes alterados por el moho ó por su mezcla con plantas narcóticas é irritantes; los forrajes fangosos ó cargados de arena; los enfriamientos; las bebidas frías; la acción prolongada de una elevada temperatura; las carreras rápidas durante los calores del estío; los esfuerzos musculares violentos que exige un trabajo demasiado activo después de las comidas, y la colocación de los animales sobre la espalda para practicar alguna operación cuando acaban de comer el pienso. Ya queda dicho que los cólicos en la mayoría de los casos son síntomas de afecciones muy diversas, generalmente gastro-intestinales, y también de 15

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las complicaciones que los acompañan, han<br />

<strong>de</strong>spertado en todas épocas la atención <strong>de</strong> los<br />

gana<strong>de</strong>ros, y en este siglo han sido objeto <strong>de</strong><br />

estudios especiales, ya que respecto <strong>de</strong> los caballos<br />

constituyen una <strong>de</strong> las principales causas<br />

<strong>de</strong> mortalidad, puesto que <strong>de</strong> cada 100<br />

caballos que pa<strong>de</strong>cen enfermeda<strong>de</strong>s internas<br />

unos 30 á 35 sufren cólico; <strong>de</strong> cada 100 atacados<br />

<strong>de</strong> cólico mueren 20 ó 25, y <strong>de</strong> cada<br />

100 caballos existentes en una localidad sucumben<br />

á consecuencia <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>sarreglos 3<br />

al año; mortalidad superior á la <strong>de</strong> otras epizootias<br />

que reinan entre los caballos <strong>de</strong> nuestro<br />

continente.<br />

Según queda indicado, los cólicos aparecen<br />

generalmente <strong>de</strong> una manera brusca, y se presentan<br />

en los animales á veces mientras trabajan,<br />

á veces mientras <strong>de</strong>scansan ó comen,<br />

y con mayor frecuencia <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un pienso<br />

abundante. Los pacientes revelan malestar,<br />

inquietud y agitación más ó menos viva, según<br />

los casos. Cuando el cólico se inicia durante<br />

el trabajo, el animal comienza á caminar<br />

<strong>de</strong>spacio, da resoplidos y acaba por <strong>de</strong>tenerse<br />

ó inclinar la cabeza hacia uno <strong>de</strong> los costados,<br />

se <strong>de</strong>tiene para orinar, dobla la rodilla, y por<br />

último se tien<strong>de</strong> en el suelo. Cuando se inicia<br />

el cólico estando el animal en la cuadra, araña<br />

el piso con las manos, manifiesta temblores<br />

en la parte posterior, agita la cola, se golpea<br />

el abdomen con las patas y trata <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>rse,<br />

doblando las manos paulatinamente y acercando<br />

las extremida<strong>de</strong>s posteriores á ellas. A veces<br />

conservan durante algún tiempo esa postura,<br />

como si vacilaran en echarse; <strong>de</strong>spués<br />

se en<strong>de</strong>rezan ó acaban por ten<strong>de</strong>rse y revolcarse.<br />

El paso es unas veces lento y difícil, y<br />

otras fácil y acelerado. El dorso se mantiene<br />

siempre encorvado, y los ríñones no se manifiestan<br />

sensibles á la presión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos. Generalmente<br />

se advierte una ligera constipación;<br />

los excrementos son duros, y los ruidos<br />

abdominales raros ó nulos; la orina muy cargada<br />

por lo común y sanguinolenta, si el mal<br />

resi<strong>de</strong> en la vejiga y los ríñones. En ocasiones<br />

aparece la meteorización, que se acentúa<br />

principalmente en la parte superior <strong>de</strong> los<br />

costados, y sobre todo en el <strong>de</strong>recho. La circulación<br />

y la respiración son aceleradas, y los<br />

caracteres <strong>de</strong>l pulso muy variables. En ciertos<br />

casos es lleno y <strong>de</strong> buenas condiciones;<br />

en otros, verda<strong>de</strong>ramente graves, <strong>de</strong>lgado y<br />

apeuas perceptible. La temperatura se halla<br />

siempre <strong>de</strong>sigualmente distribuida en las regiones<br />

superficiales <strong>de</strong>l cuerpo; las orejas y<br />

las extremida<strong>de</strong>s suelen estar frías, y la temperatura<br />

general suele ser superior en algunas<br />

décimas <strong>de</strong> grado á la normal (38,2). Las mucosas,<br />

y especialmente la conjuntiva, aparecen<br />

más ó menos inyectadas. Todos esos síntomas<br />

pue<strong>de</strong>n persistir durante alguuas horas<br />

y atenuarse para <strong>de</strong>saparecer por último.<br />

Cuando los cólicos son muy violentos, los<br />

animales se <strong>de</strong>jau caer como inerte masa, lanzando<br />

un prolongado quejido; se entregan á<br />

movimientos <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nados, y se revuelcan <strong>de</strong><br />

Día—IV.<br />

uno á otro lado, contrayendo enérgicamente<br />

las extremida<strong>de</strong>s. Algunas veces toman actitu<strong>de</strong>s<br />

anormales y extrañas; se tien<strong>de</strong>n sobre<br />

la espalda, ó se sientan sobre las extremida<strong>de</strong>s<br />

posteriores. La agitación es tan violenta<br />

á veces, que produce escoriaciones exteriores<br />

en las partes salientes, y hasta se fracturan<br />

los huesos <strong>de</strong> esas partes. La cara se altera<br />

profundamente, se dilatan las narices, se contraen<br />

los labios, y los ojos pier<strong>de</strong>n su brillo y<br />

quedan fijos en las órbitas, expresando profundo<br />

sufrimiento. En muchos casos se presenta<br />

un período <strong>de</strong> aparente calma, que contrasta<br />

con las torturas que el cólico ocasiona, y los<br />

animales quedan inmóviles ó insensibles á<br />

cualquier excitación. El pulso es entonces débil,<br />

filiforme y apagado por último; las mucosas<br />

pier<strong>de</strong>n el color; la respiración es fatigosa;<br />

los pelos aparecen mojados, formando placas,<br />

y la piel y las extremida<strong>de</strong>s se quedan<br />

frías; pródromos todos esos <strong>de</strong> la muerte, que<br />

sobreviene en medio <strong>de</strong> la mayor calma.<br />

Las causas <strong>de</strong> los cólicos son muy numerosas<br />

, habiendo caballos predispuestos al pa<strong>de</strong>cimiento<br />

por la conformación <strong>de</strong>l aparato digestivo.<br />

Si la casta no influye, como alguuo><br />

creían, es indudable que lo hace el género <strong>de</strong><br />

trabajo á que se hallan <strong>de</strong>dicados los animales.<br />

Los caballos <strong>de</strong> gran talla, enganchados á pesados<br />

vehículos y obligados á trabajar durante<br />

largas jornadas, se hallan más expuestos<br />

que los caballos ocupados en trabajos Hgeros,<br />

á pa<strong>de</strong>cer cólicos. Influya ó no la edad en la<br />

frecuencia <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento, lo indudable es<br />

que con todos es compatible; los jóvenes y los<br />

adultos son propensos á los cólicos por congestión<br />

y por indigestión aguda, y los viejos<br />

á los cólicos por obstrucción. La enfermedad<br />

es más frecuente en estío que en invierno, y<br />

más en esta estación que en las templadas,<br />

influyendo el cambio <strong>de</strong> régimen acaso tanto<br />

como el <strong>de</strong> temperatura. Una alimentación<br />

excesiva ó <strong>de</strong>masiado excitante y el estado<br />

pletórico predisponen á los cólicos. Entre las<br />

causas ocasionales se pue<strong>de</strong>n señalar particularmente<br />

la ingestión <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s cantida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> <strong>grano</strong>, <strong>de</strong> salvado ó <strong>de</strong> forraje, las cuales<br />

<strong>de</strong>terminan cólicos estomacales por exceso<br />

<strong>de</strong> pienso ; los cambios <strong>de</strong> régimen sin transición<br />

alguna, ya sean forrajes nuevos, ya forrajes<br />

artificiales, ó ya cebada los que constituyan<br />

el alimento; la mala calidad <strong>de</strong> ésta;<br />

los forrajes alterados por el moho ó por su<br />

mezcla con plantas narcóticas é irritantes; los<br />

forrajes fangosos ó cargados <strong>de</strong> arena; los enfriamientos;<br />

las bebidas frías; la acción prolongada<br />

<strong>de</strong> una elevada temperatura; las carreras<br />

rápidas durante los calores <strong>de</strong>l estío;<br />

los esfuerzos musculares violentos que exige<br />

un trabajo <strong>de</strong>masiado activo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las<br />

comidas, y la colocación <strong>de</strong> los animales sobre<br />

la espalda para practicar alguna operación<br />

cuando acaban <strong>de</strong> comer el pienso. Ya queda<br />

dicho que los cólicos en la mayoría <strong>de</strong> los casos<br />

son síntomas <strong>de</strong> afecciones muy diversas,<br />

generalmente gastro-intestinales, y también <strong>de</strong><br />

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