Sementera: 312 litros de grano - citaREA

Sementera: 312 litros de grano - citaREA Sementera: 312 litros de grano - citaREA

citarea.cita.aragon.es
from citarea.cita.aragon.es More from this publisher
13.05.2013 Views

GOCH — 188 — COCH Todos los autores extranjeros afirman que la Cochylis roserana no tiene más que dos generaciones, de suerte que, según ellos, la que acabamos de describir debiera ser la última. Por esto, sin duda, se ha dado al insecto , entre otros muchos nombres, el de Tinca omphaciella, ó sea polilla del agraz ( Omphacium en latín), que es el estado en que se halla entonces el fruto. Sin embargo, aseguramos del modo más positivo que en el litoral de Cataluña las generaciones de la Cochylis son tres, y nos causa bastante extrañeza que no hablen más que de dos generaciones los tratados de viticultura que recientemente han visto la luz pública en Montpeller, porque sabemos que en verano la temperatura se eleva en aquella ciudad francesa al mismo grado que en Barcelona y Tarragona, y á veces más. El descubrimiento de una tercera generación de la Cochylis se debe al Sr. D. Antonio Sánchez Comendador, distinguido catedrático de la Universidad de Barcelona en la Facultad de Farmacia. El día 22 de Julio de 1873, cuando estudiábamos esta plaga, presentamos á aquel sabio profesor varios racimos invadidos por la segunda generación del insecto. El Sr. Sánchez Comendador nos aseguró al momento que aquellas larvas estaban próximas á una nueva metamorfosis, y, en efecto, en su mismo gabinete empezaron á transformarse en crisálidas casi el mismo día, y desde el 1.° al 8 del inmediato Agosto nacieron las mariposas, la mayor parte hembras, que se distinguen de los machos por su tamaño algo más grueso y por sus colores menos brillantes. Esta nueva transformación no se verifica, como la anterior, debajo de la corteza del tronco. El gusano pasa al estado de crisálida dentro de uno de los granos que ha vaciado, y alguna vez labra también su capullo en los intersticios de uno á otro, en la parte del racimo menos expuesta á los rayos del sol. Las mariposas de la.tercera generación depositan igualmente sus huevos sobre el fruto, y los gusanillos nacen entre el 15 y 20 de Agosto, introduciéndose inmediatamente en los granos del racimo, que entonces está ya próximo á su madurez, devorando una parte de la cosecha y ocasionando en la restante una considerable putrefacción. Se dice generalmente que cada hembra deposita unos sesenta huevos. Aunque se reduzca este número á la mitad, resultará siempre que una sola de las que salen en la primavera dejará una posteridad de doce mil larvas que ejercerán sus devastaciones cuando el fruto llega al estado de madurez. Es indudable que la acción del calor, la intensidad de la luz y la sequedad de la atmósfera son contrarias al desarrollo de este insecto. Se ha visto morir la oruga dejándola expuesta un largo rato á los rayos del sol durante la canícula, y se ha notado siempre que el animal se ceba con preferencia en la parte del fruto menos sujeta á la acción de la luz. A veces en la segunda, pero sobre todo en la tercera generación de la Cochylis, se ven muchos racimos al parecer sanos é intactos en la superficie que recibe directamente los rayos solares, mientras la parte opuesta se halla fuertemente invadida y en estado de putrefacción. También se nota que los estragos del insecto son mayores en las viñas frondosas, donde la abundancia de hojas le proporciona naturalmente un asilo más húmedo y más sombrío. No describiremos aquí los caracteres de la piral de la vid para demostrar minuciosamente las diferencias que existen entre este lepidóptero y la Cochylis. Esta tarea sería inoportuna en el presente escrito. Sin embargo, para justificar de una manera palpable nuestra aserción sobre esta materia, nos bastará indicar los puntos más esenciales en que se distinguen la vida evolutiva y los instintos de uno y otro insecto. La Pyralis pasa el invierno debajo del troneo de la cepa en estado de oruga, y la Cochylis en el de crisálida. La Pyralis sólo tiene una generación al año , y la Cochylis dos en las regiones frías de Europa y tres en las provincias meridionales de España. La Pyralis se transforma dentro de las hojas enroscadas ó abarquilladas por ella, y la Cochylis debajo déla piel añosa del arbusto, ó en los mismos granos del racimo. En fin, la Pyralis ataca toda la vegetación verde de la vid en la primavera, y la Cochylis única y exclusivamente el fruto en sus diversos estados: el de fecundación, el de agraz y el de madurez. MEDIOS PARA COMBATIR LA COCHYLIS.—Los estragos que ocasiona esta plaga en los viñedos revisten con frecuencia un carácter gravísimo, según hemos indicado. Aunque la mayor parte de los gusanos mueren en los lagares al tiempo de estrujarse las uvas, es indudable que siempre queda cierto número de crisálidas debajo de la corteza del tronco, y muchas más en los años en que se vendimia algo tarde. Gracias á la fecundidad de las mariposas hembras que salen en la primavera, el insecto se multiplica rápidamente en sus tres generaciones sucesivas, y cuando se presenta la tercera, si la temperatura le es propicia , se pierde en muy pocos días una parte considerable del fruto. No es posible fijar con exactitud la cuantía de los destrozos que ocasiona el azote, pero, según nuestras observaciones personales, pueden llegar á un tercio y hasta á la mitad de la cosecha. Para evitar estos desastres se han ideado diversos procedimientos. Vamos á enumerarlos sucesivamente, exponiendo con sinceridad el juicio que en nuestra práctica hemos podido formar sobre la eficacia real y verdadera de cada uno de ellos. Haremos ante todas cosas una observación de carácter general, y es que todos los medios propuestos para combatir las enfermedades parasitarias de la vid tropiezan con el inconveniente gravísimo de que su aplicación nunca se realiza simultá-

COCH — 1 89 — COCH neamente en las plantaciones invadidas, resultando de aquí que las mariposas de un insecto, ó los esporos de una criptógama, pueden pasar fácilmente de una á otra viña y comprometer el éxito del tratamiento curativo donde se haya intentado. De los cuatro estados de la Cochylis, mariposa, huevo, larva y crisálida, el segundo parece hallarse por completo fuera del alcance de la acción del hombre. Para la persecución de la Pyralis M. Audoin, que por orden del Gobierno francés hizo un estudio especial de esta plaga en los años de 1837 y 1838, y con posterioridad otros muchos naturalistas, recomendaron la destrucción de los huevos del insecto, con exclusión de todos los demás remedios. En el país vecino este procedimiento se llama la cueillette des œufs, ó la cueillette des pontes, y consiste simplemente en arrancar y quemar todas las hojas de la vid en que se descubren placas de huevos. Sospechamos que este remedio, que en las grandes invasiones de la piral no estaría exento de graves peligros para la vid, supuesto que el arbusto debería quedar despojado de una parte considerable de su follaje, habrá producido escasos resultados en la práctica, toda vez que los únicos medios que se emplean hoy en Francia contra la piral se reducen á destruir sus larvas durante el invierno, ora privándolas de aire respirable con lo que se llama la sulfuration, ora escaldando el tronco del arbusto donde se oculta el animal. Conociendo, como conocemos, las costumbres de la Cochylis, es evidente que no hay posibilidad alguna de destruir sus huevos, ni ha llegado á nuestra noticia que se haya intentado siquiera. Depositados por la mariposa sobre los mismos racimos y en placas muy diminutas, apenas bastaría la destreza del más hábil naturalista para arrancarlos de allí sin comprometer el fruto á que se encuentran adheridos. De consiguiente, esta operación, posible y fácil, aunque de un éxito más ó menos dudoso respecto de la piral, es absolutamente impracticable tratándose de la Cochylis. Se ha recomendado mucho la persecución del insecto en estado de mariposa, y esto es lo único que aconseja nuestro Rojas Clemente, tanto contra la Cochylis como contra la piral. El medio consiste en atraer la mariposa con grandes hogueras encendidas en las viñas por espacio de muchas noches consecutivas. Antes de generalizarse en Francia el uso del agua hirviendo para matar la larva de la Pyralis en su refugio invernal, los fuegos nocturnos tenían á su favor la opinión de los principales naturalistas en aquel país y en las naciones extranjeras. Después de un maduro examen del asunto, y después de conocer con exactitud las transformaciones de la Cochylis en España, abrigamos el.íntimo convencimiento de que ni las hogueras, ni las lamparillas de aceite, que también hemos ensayado nosotros mismos, pueden constituir, para la destrucción de este insecto, un procedimiento eficaz y de aplicación general. En obsequio á la brevedad, nos abstendremos de reproducir aquí los cálculos que consignamos en la Memoria de 1874 sobre el coste de estas operaciones. Observaremos únicamente que siendo tres las generaciones de la Cochylis en nuestro país, y fijando en diez noches no más el período en que salen las mariposas de cada una de ellas, habría necesidad de encender hogueras treinta veces, aunque sólo se practicara la operación durante el crepúsculo vespertino. Ahora bien; en las comarcas que,como el Campo de Tarragona, están todas reducidas á cultivo, y carecen de bosques y malezas, faltaría el combustible para alimentar tantos fuegos, pues el único de que se dispone en semejantes regiones es el que suministra la poda de la viña y del arbolado. En cuanto al sistema de lamparillas de aceite para atraer la mariposa y hacerla morir en las vasijas donde se colocan aquellas luces, basta reflexionar que á la distancia de 8 metros una de otra que aconsejan los autores, deberían encenderse más de 150 en cada hectárea. A razón de 5 céntimos de peseta por lamparilla, si había de arder más de una hora cada noche, resultaría un gasto extraordinario, aun sin contar la mano de obra. Además, so pena de malograrse el éxito, debería reinar constantemente un tiempo sereno, sin viento, lluvia ni luna, y cualquiera comprende que no hay seguridad de reunir todas estas condiciones durante cuatro semanas. Ha} 7 , pues, que renunciar á la persecución de la Cochylis en estado de mariposa. En el de crisálida el problema parece presentarse bajo un aspecto algo más lisonjero. Nos referimos exclusivamente á la generación que pasa el invierno en el tronco de la vid. La Pyralis, que en el mismo período de reposo se esconde allí en estado de larva, según hemos dicho, ha sido combatida de tres maneras: untando el tronco con ciertos ingredientes para impedir su salida en la primavera; rociando el mismo tronco con agua hirviendo, y en fin, asfixiando el animal por medio del azufre, esto es, cubriendo toda la cepa, después de la poda, con campanas ó recipientes metálicos, debajo de los cuales se enciende aquella substancia para hacer irrespirable la atmósfera. El primero de estos tres procedimientos era el único que se usaba en la antigüedad contra el Convolvolus, es decir, la piral de la vid; plaga que debía causar graves males en Italia, y ser allí muy conocida, cuando vemos que Plauto llegó á nombrar este insecto, como un ser eminentemente maléfico, en una de sus comedias. El célebre Catón , en su libro de Re rustica, explica los ingredientes de la mixtura y el modo de prepararla. Dos siglos después el naturalista Plinio aconsejó el mismo sistema. Es probable que sus resultados dejaran poco satisfechos á los viticultores romanos, porque en la edad moderna se han practicado en Francia muchos ensayos para

GOCH — 188 — COCH<br />

Todos los autores extranjeros afirman que la<br />

Cochylis roserana no tiene más que dos generaciones,<br />

<strong>de</strong> suerte que, según ellos, la que<br />

acabamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir <strong>de</strong>biera ser la última.<br />

Por esto, sin duda, se ha dado al insecto , entre<br />

otros muchos nombres, el <strong>de</strong> Tinca omphaciella,<br />

ó sea polilla <strong>de</strong>l agraz ( Omphacium<br />

en latín), que es el estado en que se halla entonces<br />

el fruto. Sin embargo, aseguramos <strong>de</strong>l<br />

modo más positivo que en el litoral <strong>de</strong> Cataluña<br />

las generaciones <strong>de</strong> la Cochylis son tres,<br />

y nos causa bastante extrañeza que no hablen<br />

más que <strong>de</strong> dos generaciones los tratados<br />

<strong>de</strong> viticultura que recientemente han visto la<br />

luz pública en Montpeller, porque sabemos<br />

que en verano la temperatura se eleva en<br />

aquella ciudad francesa al mismo grado que<br />

en Barcelona y Tarragona, y á veces más.<br />

El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> una tercera generación<br />

<strong>de</strong> la Cochylis se <strong>de</strong>be al Sr. D. Antonio<br />

Sánchez Comendador, distinguido catedrático<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Barcelona en la Facultad<br />

<strong>de</strong> Farmacia. El día 22 <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong><br />

1873, cuando estudiábamos esta plaga, presentamos<br />

á aquel sabio profesor varios racimos<br />

invadidos por la segunda generación <strong>de</strong>l<br />

insecto. El Sr. Sánchez Comendador nos aseguró<br />

al momento que aquellas larvas estaban<br />

próximas á una nueva metamorfosis, y, en<br />

efecto, en su mismo gabinete empezaron á<br />

transformarse en crisálidas casi el mismo día,<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 1.° al 8 <strong>de</strong>l inmediato Agosto nacieron<br />

las mariposas, la mayor parte hembras,<br />

que se distinguen <strong>de</strong> los machos por su<br />

tamaño algo más grueso y por sus colores<br />

menos brillantes.<br />

Esta nueva transformación no se verifica,<br />

como la anterior, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la corteza <strong>de</strong>l<br />

tronco. El gusano pasa al estado <strong>de</strong> crisálida<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los <strong>grano</strong>s que ha vaciado, y<br />

alguna vez labra también su capullo en los<br />

intersticios <strong>de</strong> uno á otro, en la parte <strong>de</strong>l racimo<br />

menos expuesta á los rayos <strong>de</strong>l sol.<br />

Las mariposas <strong>de</strong> la.tercera generación <strong>de</strong>positan<br />

igualmente sus huevos sobre el fruto,<br />

y los gusanillos nacen entre el 15 y 20 <strong>de</strong><br />

Agosto, introduciéndose inmediatamente en<br />

los <strong>grano</strong>s <strong>de</strong>l racimo, que entonces está ya<br />

próximo á su madurez, <strong>de</strong>vorando una parte<br />

<strong>de</strong> la cosecha y ocasionando en la restante<br />

una consi<strong>de</strong>rable putrefacción.<br />

Se dice generalmente que cada hembra <strong>de</strong>posita<br />

unos sesenta huevos. Aunque se reduzca<br />

este número á la mitad, resultará siempre<br />

que una sola <strong>de</strong> las que salen en la primavera<br />

<strong>de</strong>jará una posteridad <strong>de</strong> doce mil larvas que<br />

ejercerán sus <strong>de</strong>vastaciones cuando el fruto<br />

llega al estado <strong>de</strong> madurez.<br />

Es indudable que la acción <strong>de</strong>l calor, la intensidad<br />

<strong>de</strong> la luz y la sequedad <strong>de</strong> la atmósfera<br />

son contrarias al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este insecto.<br />

Se ha visto morir la oruga <strong>de</strong>jándola<br />

expuesta un largo rato á los rayos <strong>de</strong>l sol durante<br />

la canícula, y se ha notado siempre que<br />

el animal se ceba con preferencia en la parte<br />

<strong>de</strong>l fruto menos sujeta á la acción <strong>de</strong> la luz.<br />

A veces en la segunda, pero sobre todo en la<br />

tercera generación <strong>de</strong> la Cochylis, se ven muchos<br />

racimos al parecer sanos é intactos en la<br />

superficie que recibe directamente los rayos<br />

solares, mientras la parte opuesta se halla<br />

fuertemente invadida y en estado <strong>de</strong> putrefacción.<br />

También se nota que los estragos <strong>de</strong>l<br />

insecto son mayores en las viñas frondosas,<br />

don<strong>de</strong> la abundancia <strong>de</strong> hojas le proporciona<br />

naturalmente un asilo más húmedo y más<br />

sombrío.<br />

No <strong>de</strong>scribiremos aquí los caracteres <strong>de</strong> la<br />

piral <strong>de</strong> la vid para <strong>de</strong>mostrar minuciosamente<br />

las diferencias que existen entre este<br />

lepidóptero y la Cochylis. Esta tarea sería inoportuna<br />

en el presente escrito. Sin embargo,<br />

para justificar <strong>de</strong> una manera palpable nuestra<br />

aserción sobre esta materia, nos bastará<br />

indicar los puntos más esenciales en que se<br />

distinguen la vida evolutiva y los instintos<br />

<strong>de</strong> uno y otro insecto. La Pyralis pasa el invierno<br />

<strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l troneo <strong>de</strong> la cepa en estado<br />

<strong>de</strong> oruga, y la Cochylis en el <strong>de</strong> crisálida. La<br />

Pyralis sólo tiene una generación al año , y la<br />

Cochylis dos en las regiones frías <strong>de</strong> Europa<br />

y tres en las provincias meridionales <strong>de</strong> España.<br />

La Pyralis se transforma <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

hojas enroscadas ó abarquilladas por ella, y la<br />

Cochylis <strong>de</strong>bajo déla piel añosa <strong>de</strong>l arbusto, ó<br />

en los mismos <strong>grano</strong>s <strong>de</strong>l racimo. En fin, la<br />

Pyralis ataca toda la vegetación ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

vid en la primavera, y la Cochylis única y exclusivamente<br />

el fruto en sus diversos estados:<br />

el <strong>de</strong> fecundación, el <strong>de</strong> agraz y el <strong>de</strong> madurez.<br />

MEDIOS PARA COMBATIR LA COCHYLIS.—Los<br />

estragos que ocasiona esta plaga en los viñedos<br />

revisten con frecuencia un carácter gravísimo,<br />

según hemos indicado. Aunque la<br />

mayor parte <strong>de</strong> los gusanos mueren en los lagares<br />

al tiempo <strong>de</strong> estrujarse las uvas, es indudable<br />

que siempre queda cierto número <strong>de</strong><br />

crisálidas <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la corteza <strong>de</strong>l tronco, y<br />

muchas más en los años en que se vendimia<br />

algo tar<strong>de</strong>. Gracias á la fecundidad <strong>de</strong> las mariposas<br />

hembras que salen en la primavera,<br />

el insecto se multiplica rápidamente en sus<br />

tres generaciones sucesivas, y cuando se presenta<br />

la tercera, si la temperatura le es propicia<br />

, se pier<strong>de</strong> en muy pocos días una parte<br />

consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>l fruto. No es posible fijar con<br />

exactitud la cuantía <strong>de</strong> los <strong>de</strong>strozos que ocasiona<br />

el azote, pero, según nuestras observaciones<br />

personales, pue<strong>de</strong>n llegar á un tercio y<br />

hasta á la mitad <strong>de</strong> la cosecha.<br />

Para evitar estos <strong>de</strong>sastres se han i<strong>de</strong>ado<br />

diversos procedimientos. Vamos á enumerarlos<br />

sucesivamente, exponiendo con sinceridad<br />

el juicio que en nuestra práctica hemos podido<br />

formar sobre la eficacia real y verda<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos. Haremos ante todas cosas<br />

una observación <strong>de</strong> carácter general, y es<br />

que todos los medios propuestos para combatir<br />

las enfermeda<strong>de</strong>s parasitarias <strong>de</strong> la vid<br />

tropiezan con el inconveniente gravísimo <strong>de</strong><br />

que su aplicación nunca se realiza simultá-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!