Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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COCH — 386 — COCH preparada no debe teñir el agua con que se moje el pincel que se pase por su parte convexa; tampoco deja residuo de ceniza, arena ni granula más .que en mínima proporción; pues según consigna el Sr, Hongton en una luminosa Memoria que en 1876 presentó á la Sociedad Económica de Amigos del País de Oran Canaria, publicada después por esta Sociedad, y de la que bemos tomado algunos datos, no se encuentra en la clase de cochinilla de que nos ocupamos, cernida en Londres, más que de 2 á 4 onzas de desechos, al paso que las ordinarias dan 3 ó 4 de desperdicios en cada 150 libras. »Es preferible el empleo de la ceniza al del picón volcánico, porque al secarse el grano se adhiere á éste, no se separa sino difícilmente de la parte inferior y cóncava de la cochinilla, y el comprador tiene en cuenta para fijar los precios, como es consiguiente, el peso que representa la arena unida á la grana, considerándose ésta adulterada y de mucho menos valor que la que no se encuentra en tales condiciones. «Réstanos, para terminar lo referente á la preparación y seca de la cochinilla, hablar del modo de tener zacatillas, que son las estimadas preferentemente, sin que por esto se crea han de ser las más difíciles de arreglar, pues se procede en un todo como para las negras de clase' superior, distinguiéndose de éstas en la forma más aconchada que presentan y en su grueso, pues como las zacatillas son cochinillas que se han preparado después de desovar, quedan, una vez secas, como cascaritas pequeñas y finas, muy ricas en carmina, que es la materia colorante de este tan útil insecto. «Concluidas todas las operaciones que se han descrito, está la cochinilla en disposición de exportarse, bien directamente ó por segunda mano, á Londres y Marsella, que son los mercados que figuran en primera línea respecto de este artículo, quizás el más apreciado entre las substancias tintóreas todas.» Nada más sencillo y productivo que la cría de ese insecto; una fanega de tierra plantada de nopales sostiene á una familia numerosa, sobre todo empleando el método inventado por el canario Sr. Boullosa, que organizó perfectamente la explotación. El desarrollo de esa cría había alcanzado tanta importancia en las Islas Canarias, que desde 1841 á 1850 se cosecharon 1.178.000 kilogramos, con un valor de 37.808.592 reales. En 1846 calculaba el Sr. Cruz y González que de 500 pies de nopal se obtenía una cantidad de cochinilla que valía más de 200 duros. En una fanega de regadío se recogen al año 250 libras de grana seca; de manera que, deduciendo la quinta parte para semilla, es de 1.000 pesetas el producto líquido. En el distrito de Oajaca (Méjico) se había recogido hasta 1847, en un período de sesenta años, cochinilla por valor de 95 millones de duros. En los terrenos de regadío y abrigados, la producción es triple que en los de secano. En 1846 se recogieron en las Canarias 2.200 quintales. En la Memoria presentada en 1849 por el comisario regio D. Joaquín Roca de Togores, se dice con relación al reino de Valencia que el nopal prospera en terrenos enjutos y calizos, y que en una hanegada (1.012 varas cuadradas) se recolectan hasta 150 libras de cochinilla al año, siendo 20 reales el precio de una libra. COCHINILLO.—Cochino ó cerdo de leche. COCHINO, PUERCO—(V. Cerda (Ganado de.) COCHIQUERA, COCHITRIL.-(V. Pocilga.) COCHYLIS ROSERANA.—Insecto ampelófago, del orden de los Lepidópteros, que devora el fruto de la vid y causa verdaderos estragos en las regiones que invade. Antes de conocerse en Europa las nuevas y terribles plagas que nos han venido de la América del Norte, la Cochylis roserana podía considerarse como una de las calamidades más funestas para la viticultura. No vacilamos en asegurarlo después de haber tenido ocasión de estudiar las evoluciones é instintos del insecto, cuando hace algunos años se presentó con caracteres alarmantes en la zona marítima de la provincia de Tarragona y luego en varios puntos de la de Barcelona. En 1874 publicamos sobre este lepidóptero una Memoria, fruto de nuestras observaciones personales. Los datos y las apreciaciones consignadas en aquel modesto trabajo, y confirmadas por los hechos posteriores, serán nuestro guía al reseñar en el presente artículo la historia de la Cochylis, sus condiciones biológicas, los remedios que se han propuesto para combatirla y los resultados que han ofrecido en la práctica. HlSTOKIA DE LA CoCHYLlS ROSERANA.—No se sabe de una manera positiva si los antiguos tuvieron conocimiento de este funesto animal. Todo lo que se lee en los tratados de Re rustica que nos han legado los geopónicos latinos sobre los daños causados en los viñedos de Italia por el insecto que denominan Convolvolus, Involvolus, Volucraj Volvox se refiere indudablemente al que hoy llamamos Pyralis vitis ó Vitana. Verdad es que Plinio, en el libro XVII de su obra, y bajó el nombre de Araneum, parece aludir á la Cochylis, pero no creemos exacta esta conjetura, toda vez que el naturalista romano habla de una enfermedad común á las vides y á los olivos. Hasta una época reciente, los escritores que mencionaron este azote lo hicieron por lo común de una manera vaga, que revelaba un escaso conocimiento de las costumbres del parásito. Ampelógrafos tan distinguidos como el conde Odart y el profesor Du Breuil confundieron la Cochylis con la Pyralis, á pesar de que entre el modo de ser de uno y otro lepidóptero existen diferencias muy notables. El primero que estudió á fondo la plaga y dio sobre ella minuciosas explicaciones, fué el naturalista alemán Roser, que en el año 1829
GOCH — 187 — COCH había tenido ocasión de examinar los caracteres del insecto en las viñas de Wurtemberg. En honor suyo, su compatriota Frcelich le dio más tarde el nombre de Cochylis rose-rana, que es el que hoy prevalece entre los entomólogos. También se le llama Tinea uva, y en castellano polilla de la uva, y así le designó nuestro célebre Rojas Clemente en sus adiciones á la obra de Herrera, donde confiesa que en su tiempo no se había estudiado bien todavía este parásito. Haremos gracia á nuestros lectores de la larga sinonimia de que ha sido objeto la Cochylis en la edad moderna, limitándonos á consignar que Linneo había comprendido el insecto en el género Tinea, y otros en el de Tortrix, hasta que fué trasladado á otro nuevo llamado Cochylis. En Francia la Cochylis se ha presentado muchas veces en las regiones invadidas por la piral de la vid, lo cual dio margen á que muchos confundiesen los dos insectos en una misma especie, según hemos indicado ya. Ahora se sabe con certeza que las principales y más constantes apariciones de este azote han tenido lugar en Alemania. Durante largos años los viñedos del reino de Wurtemberg y los que existen en los alrededores del lago de Constancia han sido el teatro predilecto de sus devastaciones. También se ha presentado en Suiza, en Italia y en Crimea. Suponemos que en épocas anteriores la Cochylis habrá invadido alguna de las comarcas vitícolas de España, y que Rojas Clemente tenía conocimiento práctico, aunque incompleto, de este lepidóptero, supuesto que describe alguno de sus caracteres con notable exactitud. Sin embargo, no ha llegado á nuestra noticia que en ninguno de los viñedos de nuestro país haya ejercido tantos estragos como en el litoral de Cataluña desde el verano de 1870. En las plantaciones más próximas á Tarragona se descubrió aquel año por primera vez la nueva enfermedad parasitaria. Muy pronto se propagó por la fértil llanura que se llama Campo de Tarragona, y poco tiempo después se notó la presencia de la Cochylis en el litoral de la provincia de Barcelona, donde el instinto popular le dio, traducido al idioma del país, el mismo nombre de polilla de la uva que había usado Rojas Clemente en sus escritos. En todas partes ejerció estragos considerables. Hoy se encuentra el insecto en una región mucho más extensa, pero debemos confesar sinceramente que no infunde ya la misma alarma que al principio, porque realmente en estos últimos años ha disminuido la intensidad del mal en la comarca primeramente invadida, y también y sobre todo porque otras plagas más funestas aún para la vid han preocupado los ánimos y hecho palidecer, relativamente, la gravedad de la que nos ocupa. COSTUMBRES DE DA COCHVMS.—A fines de Abril ó principios de Mayo, según los climas, sale de debajo de la corteza de la vid la mari posa del insecto, que es crepuscular y tiene de 10 á 12 milímetros de envergadura. Las alas superiores, de un matiz blanco ocráceo, atravesadas en su mitad por una faja parda que se ensancha hacia el borde externo y se estrecha insensiblemente hacia el interno, están salpicadas de algunos puntos ferruginosos. Las alas inferiores presentan un tinte gris, más ó menos obscuro, con una franja blanquecina. La hembra pone sus huevos sobre los mismos racimos nacientes, ó en los brotes que los contienen. Estos huevos, casi microscópicos , de un color gris verdoso y dispuestos en pequeñísimas placas muy parecidas á las que encierran los huevos de la Pyralis, no se avivan hasta la fecundación de la uva, y por lo tanto hasta fines de Mayo ó principios de Junio , según la temperatura. La larva que nace de estos huevos, algo seme- ^^vg/r^j-» jante por su forma general á \fcSBSÉfli§ís ia de la Pyralis, si bien más ^||JF||I¡P* gruesa en proporción á su W longitud, presenta los cat e r e s Figura 93.-Mari- £f siguientes: color poBadelaOooivK* Maicillo, que va obscurecieudose a medida que crece el animal; cabeza pardo-rojiza, con el primer segmento del cuerpo de un matiz más intenso y una extraordinaria vivacidad en sus movimientos. Tan pronto como nacen las pequeñas oru7 gas, envuelven el fruto en una especie de telaraña, y dentro de aquel abrigo empiezan á devorarla uva rudimentaria, sin causar ningún daño en las hojas ni en los demás órganos de la vid. En cada racimo atacado se encuentran generalmente de seis á diez larvas. Cuando la invasión es muy grave, sus estragos son ya sensibles, pues los racimos quedan más tarde con pocos granos, de manera que el insecto causa en el fruto el mismo daño que la fecundación inperfecta ó el corrimiento de la savia. Es una gran fortuna que en esta primera generación de la Cochylis sea escaso el número de larvas, porque si fueran tantas como en las sucesivas, la cosecha quedaría perdida desde la primavera. Cuando el gusano ha alcanzado su completo desarrollo, abandona el racimo y se esconde en el tronco del arbusto, para transformarse en crisálida. A fines de Junio aparece una segunda generación de mariposas, que deposita sus huevos sobre los mismos granos de la uva. Antes del 15 de Julio nacen los nuevos gusanillos , y en el momento penetran en el interior del fruto para devorar su pulpa y hasta la misma semilla. En todos los granos invadidos se ve un punto negro, que es un agujero abierto por el insecto para expeler sus excrementos y recibir el aire que necesita. No contento con roer y vaciar el grano en que se introdujo primero, el gusano lo deja y ataca sucesivamente uno ó dos más, enlazándolos á menudo con una hebra que le sirve como de puente para pasar de uno á otro.
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preparada no <strong>de</strong>be teñir el agua con que se<br />
moje el pincel que se pase por su parte convexa;<br />
tampoco <strong>de</strong>ja residuo <strong>de</strong> ceniza, arena<br />
ni granula más .que en mínima proporción;<br />
pues según consigna el Sr, Hongton en una<br />
luminosa Memoria que en 1876 presentó á la<br />
Sociedad Económica <strong>de</strong> Amigos <strong>de</strong>l País <strong>de</strong><br />
Oran Canaria, publicada <strong>de</strong>spués por esta<br />
Sociedad, y <strong>de</strong> la que bemos tomado algunos<br />
datos, no se encuentra en la clase <strong>de</strong> cochinilla<br />
<strong>de</strong> que nos ocupamos, cernida en Londres,<br />
más que <strong>de</strong> 2 á 4 onzas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sechos, al paso<br />
que las ordinarias dan 3 ó 4 <strong>de</strong> <strong>de</strong>sperdicios<br />
en cada 150 libras.<br />
»Es preferible el empleo <strong>de</strong> la ceniza al <strong>de</strong>l<br />
picón volcánico, porque al secarse el <strong>grano</strong> se<br />
adhiere á éste, no se separa sino difícilmente<br />
<strong>de</strong> la parte inferior y cóncava <strong>de</strong> la cochinilla,<br />
y el comprador tiene en cuenta para fijar<br />
los precios, como es consiguiente, el peso que<br />
representa la arena unida á la grana, consi<strong>de</strong>rándose<br />
ésta adulterada y <strong>de</strong> mucho menos<br />
valor que la que no se encuentra en tales<br />
condiciones.<br />
«Réstanos, para terminar lo referente á la<br />
preparación y seca <strong>de</strong> la cochinilla, hablar <strong>de</strong>l<br />
modo <strong>de</strong> tener zacatillas, que son las estimadas<br />
preferentemente, sin que por esto se crea<br />
han <strong>de</strong> ser las más difíciles <strong>de</strong> arreglar, pues<br />
se proce<strong>de</strong> en un todo como para las negras<br />
<strong>de</strong> clase' superior, distinguiéndose <strong>de</strong> éstas en<br />
la forma más aconchada que presentan y en<br />
su grueso, pues como las zacatillas son cochinillas<br />
que se han preparado <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>sovar,<br />
quedan, una vez secas, como cascaritas<br />
pequeñas y finas, muy ricas en carmina, que<br />
es la materia colorante <strong>de</strong> este tan útil insecto.<br />
«Concluidas todas las operaciones que se<br />
han <strong>de</strong>scrito, está la cochinilla en disposición<br />
<strong>de</strong> exportarse, bien directamente ó por segunda<br />
mano, á Londres y Marsella, que son<br />
los mercados que figuran en primera línea<br />
respecto <strong>de</strong> este artículo, quizás el más apreciado<br />
entre las substancias tintóreas todas.»<br />
Nada más sencillo y productivo que la cría<br />
<strong>de</strong> ese insecto; una fanega <strong>de</strong> tierra plantada<br />
<strong>de</strong> nopales sostiene á una familia numerosa,<br />
sobre todo empleando el método inventado<br />
por el canario Sr. Boullosa, que organizó<br />
perfectamente la explotación. El <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> esa cría había alcanzado tanta importancia<br />
en las Islas Canarias, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1841 á 1850<br />
se cosecharon 1.178.000 kilogramos, con un<br />
valor <strong>de</strong> 37.808.592 reales. En 1846 calculaba<br />
el Sr. Cruz y González que <strong>de</strong> 500 pies <strong>de</strong><br />
nopal se obtenía una cantidad <strong>de</strong> cochinilla<br />
que valía más <strong>de</strong> 200 duros. En una fanega<br />
<strong>de</strong> regadío se recogen al año 250 libras <strong>de</strong><br />
grana seca; <strong>de</strong> manera que, <strong>de</strong>duciendo la<br />
quinta parte para semilla, es <strong>de</strong> 1.000 pesetas<br />
el producto líquido. En el distrito <strong>de</strong> Oajaca<br />
(Méjico) se había recogido hasta 1847, en un<br />
período <strong>de</strong> sesenta años, cochinilla por valor<br />
<strong>de</strong> 95 millones <strong>de</strong> duros. En los terrenos <strong>de</strong><br />
regadío y abrigados, la producción es triple<br />
que en los <strong>de</strong> secano. En 1846 se recogieron<br />
en las Canarias 2.200 quintales. En la Memoria<br />
presentada en 1849 por el comisario regio<br />
D. Joaquín Roca <strong>de</strong> Togores, se dice con relación<br />
al reino <strong>de</strong> Valencia que el nopal prospera<br />
en terrenos enjutos y calizos, y que en<br />
una hanegada (1.012 varas cuadradas) se recolectan<br />
hasta 150 libras <strong>de</strong> cochinilla al año,<br />
siendo 20 reales el precio <strong>de</strong> una libra.<br />
COCHINILLO.—Cochino ó cerdo <strong>de</strong> leche.<br />
COCHINO, PUERCO—(V. Cerda (Ganado<br />
<strong>de</strong>.)<br />
COCHIQUERA, COCHITRIL.-(V. Pocilga.)<br />
COCHYLIS ROSERANA.—Insecto ampelófago,<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los Lepidópteros, que<br />
<strong>de</strong>vora el fruto <strong>de</strong> la vid y causa verda<strong>de</strong>ros<br />
estragos en las regiones que inva<strong>de</strong>.<br />
Antes <strong>de</strong> conocerse en Europa las nuevas<br />
y terribles plagas que nos han venido <strong>de</strong> la<br />
América <strong>de</strong>l Norte, la Cochylis roserana podía<br />
consi<strong>de</strong>rarse como una <strong>de</strong> las calamida<strong>de</strong>s<br />
más funestas para la viticultura. No vacilamos<br />
en asegurarlo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber tenido<br />
ocasión <strong>de</strong> estudiar las evoluciones é instintos<br />
<strong>de</strong>l insecto, cuando hace algunos años se<br />
presentó con caracteres alarmantes en la zona<br />
marítima <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Tarragona y luego<br />
en varios puntos <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Barcelona. En<br />
1874 publicamos sobre este lepidóptero una<br />
Memoria, fruto <strong>de</strong> nuestras observaciones<br />
personales. Los datos y las apreciaciones consignadas<br />
en aquel mo<strong>de</strong>sto trabajo, y confirmadas<br />
por los hechos posteriores, serán nuestro<br />
guía al reseñar en el presente artículo la<br />
historia <strong>de</strong> la Cochylis, sus condiciones biológicas,<br />
los remedios que se han propuesto para<br />
combatirla y los resultados que han ofrecido<br />
en la práctica.<br />
HlSTOKIA DE LA CoCHYLlS ROSERANA.—No<br />
se sabe <strong>de</strong> una manera positiva si los antiguos<br />
tuvieron conocimiento <strong>de</strong> este funesto animal.<br />
Todo lo que se lee en los tratados <strong>de</strong> Re rustica<br />
que nos han legado los geopónicos latinos<br />
sobre los daños causados en los viñedos <strong>de</strong> Italia<br />
por el insecto que <strong>de</strong>nominan Convolvolus,<br />
Involvolus, Volucraj Volvox se refiere indudablemente<br />
al que hoy llamamos Pyralis vitis<br />
ó Vitana. Verdad es que Plinio, en el libro<br />
XVII <strong>de</strong> su obra, y bajó el nombre <strong>de</strong><br />
Araneum, parece aludir á la Cochylis, pero no<br />
creemos exacta esta conjetura, toda vez que<br />
el naturalista romano habla <strong>de</strong> una enfermedad<br />
común á las vi<strong>de</strong>s y á los olivos.<br />
Hasta una época reciente, los escritores que<br />
mencionaron este azote lo hicieron por lo común<br />
<strong>de</strong> una manera vaga, que revelaba un<br />
escaso conocimiento <strong>de</strong> las costumbres <strong>de</strong>l<br />
parásito. Ampelógrafos tan distinguidos como<br />
el con<strong>de</strong> Odart y el profesor Du Breuil confundieron<br />
la Cochylis con la Pyralis, á pesar<br />
<strong>de</strong> que entre el modo <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> uno y otro<br />
lepidóptero existen diferencias muy notables.<br />
El primero que estudió á fondo la plaga y dio<br />
sobre ella minuciosas explicaciones, fué el naturalista<br />
alemán Roser, que en el año 1829