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Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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coc<br />

ta ramiüos alternos, en cuyo extremo se hallan<br />

sentadas las flores. Las masculinas están en la<br />

parte superior <strong>de</strong>l espádice en gran, número;<br />

las femeninas en la parte inferior, en número<br />

<strong>de</strong> tres á cuatro. Fruto drupa muy gran<strong>de</strong>,<br />

casi globosa, que afecta tener tres ángulos,<br />

con la cubierta exterior estoposa y con una<br />

nuez como <strong>de</strong> tres valvas, con tres agujeros<br />

en la base (dos cerrados), algo aguzada por<br />

el extremo opuesto, en cuyas pare<strong>de</strong>s interiores<br />

está pegada la pulpa, conteniendo a<strong>de</strong>más<br />

un líquido lechoso que <strong>de</strong>saparece con la madurez,<br />

al paso que aumenta la substancia pulposa.<br />

VARIEDADES.—Existen en Filipinas diferentes<br />

varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cocotero, tales como las<br />

llamadas en Visayas cayumanus, limbaón, dahilí,<br />

macapunó, etc. El segundo tiene el fruto<br />

encarnado en su punto <strong>de</strong> inserción; el tercero<br />

es un árbol muy pequeño, y su fruto apenas<br />

llega á la mitad <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong>l coco ordinario;<br />

el cuarto produce un fruto cuya almendra<br />

ocupa casi toda la cavidad <strong>de</strong> la semilla,<br />

conteniendo muy poca agua.<br />

CULTIVÓ.—Aunque el cocotero pue<strong>de</strong> vegetar<br />

en toda clase <strong>de</strong> terrenos, cuando se trata<br />

<strong>de</strong> una plantación <strong>de</strong>be escogerse uno que no<br />

sea muy arcilloso, á fin <strong>de</strong> que las raíces fibrosas<br />

<strong>de</strong>l árbol puedan profundizar. El agua salada<br />

no le perjudica, y se le ve vegetar hacia<br />

las playas, en don<strong>de</strong> no corre más peligro<br />

que el <strong>de</strong> caerse por quedar <strong>de</strong>scarnadas las<br />

raíces, á causa <strong>de</strong>l flujo y reflujo <strong>de</strong> las mareas.<br />

No conviene hacer las plantaciones en<br />

localida<strong>de</strong>s elevadas, en don<strong>de</strong> los vientos<br />

<strong>de</strong>rriban fácilmente muchos árboles, y en<br />

don<strong>de</strong> los frutos, al caer, ruedan por las pendientes<br />

y hacen más laboriosa la recolección,<br />

ó se rompen sobre las piedras que generalmente<br />

existen en tales sitios. Debe huirse <strong>de</strong><br />

las exposiciones <strong>de</strong>l Norte y Nor<strong>de</strong>ste, cuyos<br />

vientos <strong>de</strong>terminan una evaporación tan activa<br />

<strong>de</strong> la savia, que amengua consi<strong>de</strong>rablemente<br />

la producción. Tampoco conviene plantar<br />

los cocoteros cerca <strong>de</strong> las casas ó sitios<br />

habitados, por los acci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>sgraciados<br />

que en las personas produce con frecuencia la<br />

caída <strong>de</strong> las hojas ó <strong>de</strong> los frutos. Los semilleros<br />

se forman colocando los frutos sin preparación<br />

alguna y <strong>de</strong> manera que se toquen<br />

mutuamente, en tierra allanada y en don<strong>de</strong><br />

reciban la influencia <strong>de</strong>l aire. En este caso<br />

las plantas suelen tardar un año en adquirir<br />

un metro <strong>de</strong> altura. El indio ha inventado<br />

otro procedimiento más breve, que consiste<br />

en colgar los frutos <strong>de</strong> modo que que<strong>de</strong>n algo<br />

protegidos <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l sol, pero expuestos<br />

á las influencias atmosféricas, auuque<br />

siempre fuera <strong>de</strong>l alcance <strong>de</strong> los animales que<br />

pudieran atacarlos. De esta singular manera<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las plantas es más rápido,<br />

tardando sólo cinco meses en adquirir la altura<br />

<strong>de</strong> un metro. Después <strong>de</strong> aclaradas las<br />

plantas espontáneas que existen en el terreno<br />

en que ha <strong>de</strong> hacerse la plantación, se proce<strong>de</strong><br />

á abrir los hoyos. El tamaño <strong>de</strong> éstos varía<br />

— 174 — COC-<br />

según las costumbres <strong>de</strong> las diferentes localida<strong>de</strong>s;<br />

así es que, mientras en unos puntos<br />

los hacen <strong>de</strong> una capacidad tan escasa que<br />

apenas permite la introducción <strong>de</strong> la planta,<br />

en otros les dan las dimensiones <strong>de</strong> un metro<br />

en cuadro por medio <strong>de</strong> profundidad, y los van<br />

rellenando á medida que va creciendo la<br />

planta, <strong>de</strong> modo que que<strong>de</strong>n cubiertos á los<br />

dos ó tres años. El mejor procedimiento sería<br />

abrir los hoyos un mes antes <strong>de</strong> la plantación<br />

para que pudiese meteorizarse la tierra,<br />

disponerlos á 5 ó 5,50 metros <strong>de</strong> distancia<br />

entre sí y en líneas rectas, <strong>de</strong> suerte que<br />

la plantación resultase á marco real, y darles<br />

la dimensión <strong>de</strong> un metro en cuadro por<br />

otro <strong>de</strong> profundidad. Sería a<strong>de</strong>más conveniente<br />

cuidar <strong>de</strong> rellenarlos con dos terceras<br />

partes <strong>de</strong> la tierra extraída <strong>de</strong>l mismo<br />

hoyo y una sexta parte <strong>de</strong> estiércol bien pasado;<br />

procurar que fuese al fondo la tierra<br />

que antes ocupaba la parte superior; <strong>de</strong>sembarazar<br />

la tierra <strong>de</strong> piedras, comprimiéndola<br />

ligeramente con los pies; colocar y mantener<br />

la planta bien vertical, y echando <strong>de</strong>spués y<br />

comprimiendo suavemente la tierra hasta <strong>de</strong>jarla<br />

al mismo nivel <strong>de</strong>l suelo, se obtendrían<br />

indudablemente mejores resultados. La plantación<br />

<strong>de</strong>be hacerse poco antes <strong>de</strong> comenzar<br />

la época <strong>de</strong> lluvias. Una vez hecha, no necesita<br />

más cuidados que la limpia <strong>de</strong> la vegetación<br />

espontánea alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> cada árbol, la<br />

<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los insectos ú otros animales<br />

dañinos, el corte <strong>de</strong> las hojas que se vayan<br />

secando, la reposición <strong>de</strong> las plantas que mueran<br />

, y eu ciertos casos el dar un riego durante<br />

los dos primeros años, si las sequías fuesen<br />

muy prolongadas. También conviene cultivar<br />

durante los primeros años alguna otra planta<br />

entre las filas <strong>de</strong> cocoteros. El arroz y las<br />

plantas que exigen riego, las que puedan adquirir<br />

mayor altura que el cocotero, y sobre<br />

todo la caña dulce, no convienen para el caso.<br />

En cambio pue<strong>de</strong>n cultivarse con ventaja el<br />

maíz, los mongos y otras plantas <strong>de</strong> secano,<br />

pues las labores que se les <strong>de</strong>n aprovecharán<br />

á los árboles.<br />

PRODUCTOS, USOS Y APLICACIONES.—La producción<br />

<strong>de</strong>l cocotero comienza á los siete años<br />

en los terrenos buenos y sólo á los diez en los<br />

malos. Mantiénese en todo su vigor hasta más<br />

<strong>de</strong> los cuarenta años, y <strong>de</strong> los cincuenta en<br />

a<strong>de</strong>lante comienza á disminuir el fruto; la<br />

yema terminal y única adquiere menos <strong>de</strong>sarrollo;<br />

las hojas son más pequeñas, y como<br />

consecuencia natural, el tronco va a<strong>de</strong>lgazando<br />

cada vez más por la parte superior,<br />

siendo esto señal <strong>de</strong> <strong>de</strong>crepitud precursora <strong>de</strong><br />

la muerte, la cual tiene lugar generalmente<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los cien años <strong>de</strong> vida. Obsérvanse,<br />

sin embargo, casos excepcionales <strong>de</strong> extraordinaria<br />

longevidad.<br />

La humedad excesiva, sobre todo cuando<br />

el agua queda encharcada, perjudica mucho<br />

al cocotero. La sequedad prolongada le es<br />

también perjudicial en los primeros años. Los<br />

vientos pue<strong>de</strong>n troncharlo ó <strong>de</strong>sarraigarlo,

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