Sementera: 312 litros de grano - citaREA

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CIR — 132 — CIR una vuelta completa de la circulación. El período empleado, de veinte á treinta segundos, solamente se puede considerar como aproximativo, teniendo en cuenta que parte de la sangre se adhiere á las paredes vasculares y no circula con la misma rapidez que la disolución, así como otras consideraciones que inspiran dudas acerca de la exactitud del experimento. Tomando, sin embargo, como punto de partida esa aproximación, y ensayando el procedimiento en diversos animales, se ha visto que en cada uno de ellos varía la rapi-, dez de la circulación, y así en el conejo tarda siete segundos en cumplirse cada vuelta; en el perro, diez y seis; en el hombre, veintisiete, y treinta y uno en el caballo; siendo de notar que se necesita un número casi uniforme de sístoles ó latidos del corazón para que la sangre dó una vuelta en cada animal. Ese número es de 26 á 28,y lo indicado explica por qué en los animales más pequeños la vuelta se efectúa más pronto. Cuando el número de sístoles se duplica ó triplica anormalmente, disminuye la rapidez de la circulación. La cantidad de sangre que vierte una arteria herida es mucho mayor de la que normalmente circula por ella, y de ahí que la velocidad con que sale no pueda servir como medida para apreciar larapidez de la circulación. Ese hecho se explica principalmente por la supresión de la resistencia en aquel punto de la corriente arterial , y por disminuir en aquella parte la presión que sufren los fluidos. También se ha tratado de determinar la rapidez de la circulación inyectando venenos en las venas, pero solamente el procedimiento de Hering permite calcular la rapidez media de las moléculas sanguíneas en un círculo vascular dado. Este círculo, formado por una sección arterial donde la rapidez es de 260 milímetros por segundo, por una sección venosa en que es dos ó tres veces menor, y por una sección capilar donde es sólo de medio milímetro, será recorrido por una corriente cuya rapidez media se conocerá determinando la extensión del círculo. Mas como no.tienen la misma extensión todos los circuios vasculares, no emplean el mismo tiempo eu dar una vuelta completa de circulación todas las' moléculas sanguíneas. Además no puede establecerse la relación que existe entre la gran circulación y la pequeña; sólo se sabe que la primera es mucho mayor. La importancia de la circulación es tanta que se pueden considerar esa función y el calórico como las dos fuentes principales é inmediatas en que la naturaleza oculta el secreto de la vida orgánica, prescindiendo de su origen superior. , CIRCULACIÓN (Botánica).— La circulación en los vegetales es mucho más sencilla que en los animales. En ellos no existe corazón, ni aparato aspirante-impelente, ni centro permanente á que se dirijan los líquidos después de haber circulado, para ser elaborados por el aire y rechazados luego á la economía vegetal. Los líquidos nutritivos son absorbi­ dos del aire ó de la tierra. Circulan primero en los vasos ascendentes, que los conducen á las hojas, verdaderos pulmones de los árboles, y descienden más tarde para depositar las moléculas leñosas en los puntos á que están destinadas. Así se forman el cambium , la albura, la corteza, las flores y los frutos. (V. Savia.) CIRUELO (Prunus, L.).—I. Género de plantas de la familia de las Rosáceas, tribu de las Amigdáleas. El cirolero, tan extendido en Europa, no es originario de ella; fué transportado de Siria, y en particular de las montañas que rodean la extensa llanura de Damasco y riberas del Jordán, pues, según Plinio, que dice ser un árbol de mediano tamaño, no fué conocido hasta en tiempos de Catón el Antiguo, esto es, dos siglos antes de la Era vulgar. Este dicho se ha creído por algunos se refiere á una nueva especie; pero no á las que de tiempo inmemorial viven, ya espontáneamente, ya cultivadas en ambos hemisferios. El ciruelo endrino se encuentra silvestre tanto en Europa como en América, y se presume que de su cultivo proceden las infinitas variedades que hoy se cuentan cultivadas. En España se carece de una monografía de las castas de ciruelo que se cultivan; sólo existe lo dicho por Boutelou, que describe diez y nueve de las cultivadas en su tiempo en Aranjuez, y son: «Damasceua de Ocaña, del monsieur, perdigón violado, perdigón encarnado, reina claudia, mirabel común, mirabel clareta, San Migueleña, imperial violeta, de reina, riñon de gallo, diaprea de flor, diaprea blanca, verdal, de fraile, papa coda, de Santa Catalina, de monje, chavacana ó porcal». En nuestro Tratado de los árboles frutales hemos descrito veinticinco variedades. En Francia, según el catálogo formado por Noiselte, describe setenta y ocho variedades, de que nos ocuparemos más adelante, y aunque con la brevedad posible, haremos una descripción de su forma y cualidades del fruto. Los árboles son de mediano tamaño, de hojas sencillas, alternas, pecioladas, oblongas, puntiagudas, dentadas, pubescentes por debajo y más verdes por encima; algunas veces tienen el pecíolo glanduloso. Las flores son blancas, laterales, pedunculadas, y tienen por carácter común un cáliz en forma de campana, caduco, con cinco lóbulos cóncavos; una corola compuesta de cinco pétalos redondos, pegados por un ángulo al interior del cáliz, con veintiún estambres, que contienen las anteras cortas, bilabiadas, y últimamente un ovario libre, con un estilo simple, delgado, de la longitud de los estambres, y terminado por un estigmato redondo, escotado. El fruto, conocido por el nombre de prunus en latín, ciruela en castellano, prune en francés, prugno en italiano, amexeira en portugués, plum-tree en inglés, pelaumbaum en alemán, sliwina en ruso, erick en turco, etc., es una drupa Carnosa, ovalada ó redonda, surcada por un lado y que coutie-

CIR — 133 — CIR ne en el centro de la pulpa un hueso ovalado, un poco aplastado, puntiagudo, que contiene una almendra; la ciruela está generalmente cubierta de un polvillo fino y blanquizco que se denomina flor. Las ciruelas de los árboles silvestres tienen un gusto harinoso, acerbo, que se modifica por el cultivo y por el injerto (véanse estas palabras). Sea la que fuere la variedad de ciruela con relación á su volumen, su color, forma, olor, sabor y grado de consistencia del parénquima, resulta pulposa, suculenta, que adquiere algunas veces un aroma suave, y siempre un sabor dulce, azucarado, ligeramente acidulado, agradable. Su pulpa en todos casos, según hemos dicho, contiene un hueso duro, leñoso, en cuyo interior se encuentra una almendra, cuya substaucia blanca y amarga contiene aceite dulce, mucílago y cierta cantidad de ácido prúsico, que es la causa del sabor amargo del todo. La pulpa suculenta se compone de mucílago, de azúcar, y de cierta cantidad de ácido vegetal. En virtud de la presencia de esos principios, que constituyen la pulpa de la ciruela, sus propiedades son eminentemente nutritivas, analépticas, refrescantes, dulcificantes y laxativas. La decocción del fruto puede emplearse con ventajas, como otras disoluciones mucilaginosas y azucaradas, en las enfermedades febriles, en las flegmasías y otras afecciones agudas que reclaman esos medios. No es dudoso que debe emplearse con utilidad en las anginas, catarros, diarreas, disentería y las afecciones inflamatorias del aparato urinario; sus efectos son menos molestos para tomar que la mayoría de las tisanas compuestas de otros vegetales, que producen bebidas menos agradables que fatigan al enfermo. Los efectos que, según Peyrilhe, producen las ciruelas como alimento dietético en varias afecciones del aparato digestivo, en el escorbuto, la lepra y otras enfermedades crónicas de la piel, son admirables. Las ciruelas, bien sea frescas ó secas (ciruelas pasas), se pueden administrar en decocción en agua, en variable cantidad, según las circunstancias. Las almendras', por causa de su parte amarga, se añaden á las semillas con que se preparan las emulsiones, para que la parte amarga favorezca la digestión. Las variedades más estimadas de ciruelas con el fin de aplicaciones medicinales son la Claudia y la damasco violeta, y algunas otras que también tienen el favor de ser apreciadas para postres en el estío. Independiente del uso que se hace de las ciruelas en su estado natural de madurez, la confitería, la repostería, etc., preparan con ella diferentes compotas y otros compuestos de excelente gusto. Fermentadas con agua forman un licor vinoso acidulado, de que se puede extraer alcohol por la destilación. La almendra puede emplearse para condimentos dulces ó azucarados, pues ya digimos que su parte amarga facilita la digestión; pero como el amargo contiene ácido prúsico, debe usarse con limitación, por ser venenoso. Las gomas que producen los troncos del cirolero, en forma de gotas ó lágrimas, tienen todas las propiedades de la goma arábiga, y como ella puede usarse. II. Las variedades de ciruelo que hoy se conocen digimos procedían del árbol silvestre conocido vulgarmente por ciruelo endrino (Prunus spinosa), el cual crece naturalmente en lo general de los montes y riberas de los ríos de España. Su fruto es extremadamente acerbo, aunque esté maduro: los primeros hielos del otoño mejoran de gusto ese fruto, si lo cogen en el árbol. El ciruelo se multiplica: 1.°, por los retoños que en abundancia crecen á su pie; 2.°, por la semilla ó hueso que el fruto contiene en su interior, siempre que se deje llegar á su perfecta madurez; 3.°, por injerto, que admite de varias maneras: de púa, de escudo, etc. Los injertos que se efectúan sobre plantas procedentes de estaca ó retoño tienen el inconveniente de que echan muchos chupones que debilitan el árbol y perjudican en consecuencia las condiciones del fruto. Cuando se injerta en plantas que proceden del hueso, y se les conserva la raíz central ó pibote en toda su integridad, crecen con prontitud y se desarrollan mejor. Se puede injertar el ciruelo en patrón de' almendro, de albaricoque, de melocotón y sobre sí mismo. En dos épocas se puede transplantar el cirolero criado ó injertado en vivero: en el otoño y primavera; nosotros lo hemos verificado en esta última estación con mejores resultados que en la primera. El ciruelo admite se le dé la forma de espaldera, aunque no le es miry conveniente la poda muy corta, pues en este caso la goma es la consecuencia. Sea que el árbol se funde en espaldera ó al aire libre, la poda del ciruelo debe reducirse á las ramas perdidas, la madera muerta é inútil para la producción, los chupones, y siempre con el cuidado de que no le conviene la poda corta. Las labores que exige el ciruelo son, por lo general, tres: la primera después de la poda del árbol, en Noviembre ó Diciembre; la segunda en Abril, y la tercera cuando se seca, que la flor ha cuajado el fruto, pues estando en flor no es conveniente labrar el suelo que el ciruelo ocupa. El cirolero se acomoda á las tierras francas y sueltas; no le convienen las areniscas ni pantanosas. La exposición mejor para plantar el árbol que nos ocupa es la cíe Levante en la región central, de Noroeste en la de Mediodía, del Mediodía en la del Norte. III. Es muy propenso á criar insectos el cirolero; las hormigas se supone que acuden á él y lo perjudican, y sólo se ven cuando el árbol está atacado por alguno. Su multiplicación se favorece, y es difícil de exterminar si no se tiene cuidado de tapar las grietas y guaridas que encuentran en la corteza; el

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ne en el centro <strong>de</strong> la pulpa un hueso ovalado,<br />

un poco aplastado, puntiagudo, que contiene<br />

una almendra; la ciruela está generalmente<br />

cubierta <strong>de</strong> un polvillo fino y blanquizco que<br />

se <strong>de</strong>nomina flor.<br />

Las ciruelas <strong>de</strong> los árboles silvestres tienen<br />

un gusto harinoso, acerbo, que se modifica por<br />

el cultivo y por el injerto (véanse estas palabras).<br />

Sea la que fuere la variedad <strong>de</strong> ciruela<br />

con relación á su volumen, su color, forma,<br />

olor, sabor y grado <strong>de</strong> consistencia <strong>de</strong>l<br />

parénquima, resulta pulposa, suculenta, que<br />

adquiere algunas veces un aroma suave, y<br />

siempre un sabor dulce, azucarado, ligeramente<br />

acidulado, agradable. Su pulpa en todos<br />

casos, según hemos dicho, contiene un<br />

hueso duro, leñoso, en cuyo interior se encuentra<br />

una almendra, cuya substaucia blanca<br />

y amarga contiene aceite dulce, mucílago<br />

y cierta cantidad <strong>de</strong> ácido prúsico, que es la<br />

causa <strong>de</strong>l sabor amargo <strong>de</strong>l todo. La pulpa<br />

suculenta se compone <strong>de</strong> mucílago, <strong>de</strong> azúcar,<br />

y <strong>de</strong> cierta cantidad <strong>de</strong> ácido vegetal. En<br />

virtud <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> esos principios, que<br />

constituyen la pulpa <strong>de</strong> la ciruela, sus propieda<strong>de</strong>s<br />

son eminentemente nutritivas, analépticas,<br />

refrescantes, dulcificantes y laxativas.<br />

La <strong>de</strong>cocción <strong>de</strong>l fruto pue<strong>de</strong> emplearse con<br />

ventajas, como otras disoluciones mucilaginosas<br />

y azucaradas, en las enfermeda<strong>de</strong>s febriles,<br />

en las flegmasías y otras afecciones agudas<br />

que reclaman esos medios. No es dudoso<br />

que <strong>de</strong>be emplearse con utilidad en las anginas,<br />

catarros, diarreas, disentería y las afecciones<br />

inflamatorias <strong>de</strong>l aparato urinario; sus<br />

efectos son menos molestos para tomar que<br />

la mayoría <strong>de</strong> las tisanas compuestas <strong>de</strong> otros<br />

vegetales, que producen bebidas menos agradables<br />

que fatigan al enfermo. Los efectos que,<br />

según Peyrilhe, producen las ciruelas como<br />

alimento dietético en varias afecciones <strong>de</strong>l<br />

aparato digestivo, en el escorbuto, la lepra<br />

y otras enfermeda<strong>de</strong>s crónicas <strong>de</strong> la piel, son<br />

admirables.<br />

Las ciruelas, bien sea frescas ó secas (ciruelas<br />

pasas), se pue<strong>de</strong>n administrar en <strong>de</strong>cocción<br />

en agua, en variable cantidad, según las<br />

circunstancias. Las almendras', por causa <strong>de</strong><br />

su parte amarga, se aña<strong>de</strong>n á las semillas con<br />

que se preparan las emulsiones, para que la<br />

parte amarga favorezca la digestión.<br />

Las varieda<strong>de</strong>s más estimadas <strong>de</strong> ciruelas<br />

con el fin <strong>de</strong> aplicaciones medicinales son la<br />

Claudia y la damasco violeta, y algunas otras<br />

que también tienen el favor <strong>de</strong> ser apreciadas<br />

para postres en el estío.<br />

In<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l uso que se hace <strong>de</strong> las<br />

ciruelas en su estado natural <strong>de</strong> madurez, la<br />

confitería, la repostería, etc., preparan con<br />

ella diferentes compotas y otros compuestos<br />

<strong>de</strong> excelente gusto. Fermentadas con agua<br />

forman un licor vinoso acidulado, <strong>de</strong> que se<br />

pue<strong>de</strong> extraer alcohol por la <strong>de</strong>stilación. La<br />

almendra pue<strong>de</strong> emplearse para condimentos<br />

dulces ó azucarados, pues ya digimos que su<br />

parte amarga facilita la digestión; pero como<br />

el amargo contiene ácido prúsico, <strong>de</strong>be usarse<br />

con limitación, por ser venenoso.<br />

Las gomas que producen los troncos <strong>de</strong>l<br />

cirolero, en forma <strong>de</strong> gotas ó lágrimas, tienen<br />

todas las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la goma arábiga,<br />

y como ella pue<strong>de</strong> usarse.<br />

II. Las varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ciruelo que hoy se<br />

conocen digimos procedían <strong>de</strong>l árbol silvestre<br />

conocido vulgarmente por ciruelo endrino<br />

(Prunus spinosa), el cual crece naturalmente<br />

en lo general <strong>de</strong> los montes y riberas<br />

<strong>de</strong> los ríos <strong>de</strong> España. Su fruto es extremadamente<br />

acerbo, aunque esté maduro: los primeros<br />

hielos <strong>de</strong>l otoño mejoran <strong>de</strong> gusto ese<br />

fruto, si lo cogen en el árbol.<br />

El ciruelo se multiplica: 1.°, por los retoños<br />

que en abundancia crecen á su pie; 2.°, por<br />

la semilla ó hueso que el fruto contiene en<br />

su interior, siempre que se <strong>de</strong>je llegar á su<br />

perfecta madurez; 3.°, por injerto, que admite<br />

<strong>de</strong> varias maneras: <strong>de</strong> púa, <strong>de</strong> escudo, etc.<br />

Los injertos que se efectúan sobre plantas<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> estaca ó retoño tienen el inconveniente<br />

<strong>de</strong> que echan muchos chupones<br />

que <strong>de</strong>bilitan el árbol y perjudican en consecuencia<br />

las condiciones <strong>de</strong>l fruto. Cuando se<br />

injerta en plantas que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l hueso, y<br />

se les conserva la raíz central ó pibote en toda<br />

su integridad, crecen con prontitud y se <strong>de</strong>sarrollan<br />

mejor. Se pue<strong>de</strong> injertar el ciruelo<br />

en patrón <strong>de</strong>' almendro, <strong>de</strong> albaricoque, <strong>de</strong><br />

melocotón y sobre sí mismo.<br />

En dos épocas se pue<strong>de</strong> transplantar el cirolero<br />

criado ó injertado en vivero: en el otoño<br />

y primavera; nosotros lo hemos verificado<br />

en esta última estación con mejores resultados<br />

que en la primera. El ciruelo admite se<br />

le dé la forma <strong>de</strong> espal<strong>de</strong>ra, aunque no le es<br />

miry conveniente la poda muy corta, pues en<br />

este caso la goma es la consecuencia. Sea que<br />

el árbol se fun<strong>de</strong> en espal<strong>de</strong>ra ó al aire libre,<br />

la poda <strong>de</strong>l ciruelo <strong>de</strong>be reducirse á las ramas<br />

perdidas, la ma<strong>de</strong>ra muerta é inútil para<br />

la producción, los chupones, y siempre con<br />

el cuidado <strong>de</strong> que no le conviene la poda<br />

corta.<br />

Las labores que exige el ciruelo son, por lo<br />

general, tres: la primera <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la poda<br />

<strong>de</strong>l árbol, en Noviembre ó Diciembre; la segunda<br />

en Abril, y la tercera cuando se seca,<br />

que la flor ha cuajado el fruto, pues estando<br />

en flor no es conveniente labrar el suelo que<br />

el ciruelo ocupa.<br />

El cirolero se acomoda á las tierras francas<br />

y sueltas; no le convienen las areniscas ni<br />

pantanosas. La exposición mejor para plantar<br />

el árbol que nos ocupa es la cíe Levante en la<br />

región central, <strong>de</strong> Noroeste en la <strong>de</strong> Mediodía,<br />

<strong>de</strong>l Mediodía en la <strong>de</strong>l Norte.<br />

III. Es muy propenso á criar insectos el<br />

cirolero; las hormigas se supone que acu<strong>de</strong>n<br />

á él y lo perjudican, y sólo se ven cuando el<br />

árbol está atacado por alguno. Su multiplicación<br />

se favorece, y es difícil <strong>de</strong> exterminar<br />

si no se tiene cuidado <strong>de</strong> tapar las grietas y<br />

guaridas que encuentran en la corteza; el

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