Sementera: 312 litros de grano - citaREA
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CES — 109 — CES<br />
en varios . puntos consumo <strong>de</strong> la substancia<br />
nerviosa, y el animal habrá <strong>de</strong> morir más<br />
pronto. Ordinariamente, empero, sólo se observa<br />
un centro inflamatorio, que se <strong>de</strong>sarrolla<br />
superficialmente unas veces, y otras á gran<br />
profundidad en la substancia <strong>de</strong>l cerebro, y<br />
con más frecuencia en ésta que en la primera<br />
región.<br />
Los síntomas <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento no siempre<br />
, son positivos; varían mucho según el número,<br />
el volumen y aun.los puntos que ocupan los<br />
cenuros; <strong>de</strong> modo que, si son varios los quistes,<br />
provocan una encefalitis y una gran congestión<br />
en el encéfalo. Generalmente los pacientes<br />
adquieren el hábito <strong>de</strong> tener inclinada<br />
la cabeza hacia el lado que se encuentra el<br />
quiste si sólo se halla en. un lado, es <strong>de</strong>cir,<br />
hacia la <strong>de</strong>recha si el quiste está aposentado<br />
en el lado <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l cerebro, y á la izquierda<br />
si está situado en el lado izquierdo.<br />
Cuando se halla en la parte superior <strong>de</strong>l cráneo<br />
ó en el cerebelo, las reses mantienen<br />
constantemente levantada la cabeza.<br />
En muchas ocasiones los animales se ponen<br />
furiosos, saltan hacia a<strong>de</strong>lante y mueren en<br />
pocas horas, con fiebre muy intensa, convulsiones<br />
y agitación en los costados. En los cor<strong>de</strong>ros<br />
se han observado en diferentes épocas<br />
hasta treinta cenuros distribuidos en el cerebro<br />
, que in<strong>de</strong>fectiblemente provocan la muerte<br />
á consecuencia <strong>de</strong> una encefalitis aguda.<br />
Cuando és solamente uno el quiste, se observan<br />
á veces síntomas por medio <strong>de</strong> los cuales<br />
se pue<strong>de</strong> sospechar con gran<strong>de</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> acierto la presencia <strong>de</strong>l cenuro, y aun<br />
señalar aproximadamente el punto que ocupa.<br />
Pero si bien la fisiología y la anatomía experimental<br />
han hecho en estos últimos tiempos<br />
gran<strong>de</strong>s progresos, aiín no se ha llegado á entablar<br />
<strong>de</strong> una manera cierta el diagnóstico <strong>de</strong>l<br />
cenuro cerebral.<br />
La vejiga helmíntica se <strong>de</strong>sarrolla lentamente,<br />
y por lo general se observan síntomas<br />
<strong>de</strong> soñolencia, <strong>de</strong> coma y <strong>de</strong> imbecilidad. Des<strong>de</strong>,<br />
luego se ha observado que los síntomas<br />
varían con la edad. En los jóvenes, que son<br />
los más comúnmente atacados, <strong>de</strong> tal modo<br />
que eu los carneros casi sólo es <strong>de</strong> temer la<br />
aparición <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que cuentan<br />
dos meses <strong>de</strong> existencia hasta que llegan á<br />
contar doce; en los jóvenes, repetimos, se nota<br />
tristeza; disminución <strong>de</strong>l apetito; repugnancia<br />
á mamar; rumia irregular y masticación lenta;<br />
andar perezoso; indiferencia á las excitaciones,<br />
aun á las <strong>de</strong>l perro; disminución ó<br />
pérdida <strong>de</strong> la visión ; color azulado <strong>de</strong> los<br />
ojos, <strong>de</strong>bido á la dilatación <strong>de</strong> las pupilas; ten<strong>de</strong>ncia<br />
al aislamiento; inclinación <strong>de</strong> la cabeza<br />
hacia los lados, según queda dicho; inmovilidad<br />
y propensión á dar vueltas cuando caminan<br />
, ó sea al torneo, con acompañamiento <strong>de</strong><br />
diarrea, y el enflaquecimiento y pérdida <strong>de</strong><br />
fuerzas consiguientes, para morir al cabo <strong>de</strong><br />
cinco á seis semanas. En algunos cor<strong>de</strong>ros se<br />
observan también contracciones espasmódicas<br />
violentas, con movimientos giratorios y ver<br />
tiginosos <strong>de</strong> los ojos, bostezos prolongados,<br />
inclinación <strong>de</strong> la cabeza hacia la parte posterior<br />
, movimientos rápidos y temblores generales.<br />
También los animales adultos se vuelven<br />
estúpidos cuando el cenuro tiene su asiento<br />
en los lóbulos cerebrales, comen automáticamente,<br />
no obe<strong>de</strong>cen á la voz <strong>de</strong>l pastor, y si<br />
se los <strong>de</strong>ja libres, cuando echan á andar van<br />
girando, ora hacia un lado, ora hacia otro,<br />
según el punto <strong>de</strong>l encéfalo que ocupa el vermes,<br />
y marchan sin cesar, al paso, con la<br />
cabeza alta ó baja, según las circunstancias,<br />
topando contra los obstáculos que el malestar<br />
les impi<strong>de</strong> ver, y <strong>de</strong>teniéndose para marchar<br />
<strong>de</strong> nuevo en línea recta siempre a<strong>de</strong>lante. En<br />
muchos casos se ha observado que se quedan<br />
ciegos <strong>de</strong> uno ó <strong>de</strong> ambos ojos; en otros<br />
se observa que pa<strong>de</strong>cen estrabismo y sor<strong>de</strong>ra,<br />
y que se les paralizan los músculos <strong>de</strong> la lengua<br />
, <strong>de</strong> alguno ó <strong>de</strong> ambos lados <strong>de</strong> la cara,<br />
y aun <strong>de</strong> una gran parte <strong>de</strong>l cuerpo, para terminar<br />
con. la muerte. Siempre se presenta,<br />
por lo menos, el extravío <strong>de</strong> la vista, y si el<br />
helminto se halla en las cavida<strong>de</strong>s ventriculares,<br />
dan vueltas hacia ambos lados ó caminan<br />
indiferentes en línea recta; si tiene aquél su<br />
asiento enilas capas olfativas, el animal mantiene<br />
la cabeza inclinada hacia el pecho, y se<br />
mueve y agita sin salir <strong>de</strong> un sitio <strong>de</strong> reducida<br />
extensión.<br />
Cuando el cenuro se halla instalado á lo<br />
largo <strong>de</strong> la médula espinal ó canal vertebral,<br />
se nota <strong>de</strong>bilidad nerviosa en una ú otra <strong>de</strong><br />
las regiones musculares, eu una ú otra parte<br />
<strong>de</strong>l cuerpo; <strong>de</strong>bilidad que va paulatinamente<br />
aumentando hasta convertirse en parálisis<br />
completa <strong>de</strong> todo el tren posterior, por ejemplo.<br />
El animal no consume su ración, enflaquece<br />
y muere. La vida en todos los casos,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> uu largo período <strong>de</strong> marasmo, termina<br />
in<strong>de</strong>fectiblemente por la parálisis.<br />
Pero todos esos síntomas no son característicos,<br />
y pue<strong>de</strong>n pertenecer á otras muchas enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l sistema nervioso; rara vez se<br />
consigue trazar un diagnóstico seguro, salvo<br />
en aquellos casos en que los quistes se <strong>de</strong>sarrollan<br />
sobre la superficie <strong>de</strong>l encéfalo, y en<br />
que, por lo común, se muestran hacia la frente.<br />
Entonces originan una vejiga ó bolsa <strong>de</strong>l<br />
tamaño <strong>de</strong> un huevo <strong>de</strong> gallina ó <strong>de</strong> una pelota<br />
gran<strong>de</strong>. Por la continuada presión que<br />
ejercen, van a<strong>de</strong>lgazando las envolturas <strong>de</strong>l<br />
cerebro por su parte anterior y reblan<strong>de</strong>ciendo<br />
el hueso frontal, dándose algunos casos, si<br />
bien rarísimos, en que llega á quedar éste<br />
completamente consumido, <strong>de</strong> modo que la<br />
vejiga verminosa llega á formar una especie<br />
<strong>de</strong> hernia bajo la piel. El reblan<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong><br />
la bóveda craneana se reconoce por la crepitación<br />
percibida al comprimir su superficie<br />
con la punta <strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos. En tales casos se<br />
pue<strong>de</strong> asegurar, sin género alguno <strong>de</strong> duda,<br />
que existe el cenuro.<br />
Lesiones.—Haciendo la autopsia <strong>de</strong> los enfermos<br />
que fallecen, se reconoce la presencia