Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Una</strong> <strong>rosa</strong> <strong>en</strong> <strong>invierno</strong> <strong>01</strong>/3ª/ 3/3/08 16:29 Página 31<br />
—Eri<strong>en</strong>ne, por favor. —Su susurro fue apagado y distante.<br />
Ninguno de los dos oyó cómo se abría <strong>la</strong> puerta principal, ni <strong>la</strong>s<br />
voces que resonaron <strong>en</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de abajo. Estaban atrapados <strong>en</strong> su<br />
propio universo, y podrían haber permanecido allí mucho más<br />
tiempo si una voz <strong>en</strong>furecida no los hubiera devuelto a <strong>la</strong> realidad<br />
de rep<strong>en</strong>te.<br />
—¡Pero bu<strong>en</strong>o! ¿Qué significa esto?<br />
Todavía obnubi<strong>la</strong>da, Eri<strong>en</strong>ne se apartó y echó un vistazo al vestíbulo,<br />
donde su padre y un desconocido <strong>la</strong> miraban con idéntico<br />
asombro. La mirada sombría y estupefacta de Avery Fleming bastó<br />
para desconcertar<strong>la</strong>, pero lo que <strong>en</strong> realidad despertó sus dudas<br />
fue el zafio rostro del desconocido escuálido y huesudo que estaba<br />
al <strong>la</strong>do de su padre. Encajaba a <strong>la</strong> perfección con <strong>la</strong> imag<strong>en</strong> que se<br />
había forjado de Christopher Seton. Lo único que le faltaba era una<br />
<strong>en</strong>orme verruga <strong>en</strong> <strong>la</strong> barbil<strong>la</strong>.<br />
El indignado ataque de furia de Avery a punto estuvo de echar<br />
<strong>la</strong> casa abajo.<br />
—¡Te he preguntado qué significa esto! —No le dio oportunidad<br />
de responder y siguió vociferando—: Te dejo so<strong>la</strong> un instante<br />
y te <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro coqueteando con un hombre <strong>en</strong> mi propia… ¡Usted!<br />
—Avery arrojó su sombrero al suelo y su escaso pelo se quedó de<br />
punta—. ¡Maldita sea! ¡Traicionado <strong>en</strong> mi propia casa! ¡Por algui<strong>en</strong><br />
de mi familia!<br />
Con el rostro sonrojado por el azorami<strong>en</strong>to, Eri<strong>en</strong>ne desc<strong>en</strong>dió<br />
a toda prisa los escalones mi<strong>en</strong>tras trataba de calmar a su padre.<br />
—Por favor, padre, deja que te explique…<br />
—¡Ah! ¡No te molestes! —gruñó con sorna—. ¡Lo he visto con<br />
mis propios ojos! ¡Traicionado, no cabe duda! ¡Y por mi propia<br />
hija! —Levantó <strong>la</strong> mano con desprecio hacia el hombre que bajaba<br />
por <strong>la</strong> escalera tras el<strong>la</strong> y exc<strong>la</strong>mó con una mueca—: ¡Y <strong>en</strong>cima con<br />
este maldito bastardo!<br />
—¡Padre! —Eri<strong>en</strong>ne estaba horrorizada por semejante calificativo—.<br />
Este… —dijo al tiempo que seña<strong>la</strong>ba también al hombre<br />
que desc<strong>en</strong>día los escalones— es el hombre que me <strong>en</strong>viaste. Si<strong>la</strong>s<br />
Chambers, según creo.<br />
El desconocido de rostro zafio dio un paso hacia de<strong>la</strong>nte y negó<br />
31