Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
Una rosa en invierno 01/3»/ - Autoras en la sombra
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Una</strong> <strong>rosa</strong> <strong>en</strong> <strong>invierno</strong> <strong>01</strong>/3ª/ 3/3/08 16:29 Página 12<br />
tancia para él. De hecho, ni siquiera <strong>la</strong>s creía dignas de consideración.<br />
Si el tipo era rico y estaba dispuesto a casarse, era un bu<strong>en</strong> candidato<br />
a <strong>la</strong> mano de su hija. Todos los hombres que le había pres<strong>en</strong>tado<br />
habían resultado ser especím<strong>en</strong>es <strong>la</strong>m<strong>en</strong>tables; aunque tal<br />
vez fueran lo mejor que su padre podía conseguir sin el inc<strong>en</strong>tivo<br />
de una dote razonable, p<strong>en</strong>só Eri<strong>en</strong>ne uni<strong>en</strong>do sus elegantes cejas<br />
<strong>en</strong> una súbita expresión de duda.<br />
—¡Matrimonio! ¡Bah! —Eri<strong>en</strong>ne escupió <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras con creci<strong>en</strong>te<br />
repugnancia.<br />
Obligada a <strong>en</strong>terrar <strong>la</strong>s fantasías de <strong>la</strong> juv<strong>en</strong>tud, <strong>la</strong> perspectiva<br />
de <strong>la</strong> vida conyugal no auguraba nada agradable. No era <strong>en</strong> absoluto<br />
extraño que una jov<strong>en</strong> rechazara al pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te que le imponían<br />
sus prog<strong>en</strong>itores, desde luego; pero después de los ejemplos<br />
que había t<strong>en</strong>ido <strong>la</strong> desgracia de contemp<strong>la</strong>r, albergaba pocas esperanzas<br />
de que <strong>la</strong> naturaleza intransig<strong>en</strong>te de su padre <strong>en</strong>m<strong>en</strong>dara<br />
su capacidad de elección <strong>en</strong> un futuro.<br />
Inquieta, caminó hasta <strong>la</strong> v<strong>en</strong>tana y, a través de los cristales con<br />
forma de rombo, contempló con aire p<strong>en</strong>sativo el camino adoquinado<br />
que serp<strong>en</strong>teaba hacia Mawbry. Los árboles que rodeaban el<br />
pueblo eran esqueléticas siluetas oscuras tras <strong>la</strong> d<strong>en</strong>sa cortina de lluvia.<br />
Desvió <strong>la</strong> mirada hacia el s<strong>en</strong>dero y sintió un dolor sordo, parecido<br />
al de una leve indigestión: ap<strong>en</strong>as faltaba una hora para que<br />
conociera a un nuevo e indeseado pret<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. No t<strong>en</strong>ía ningunas<br />
ganas de esbozar una sonrisa amable para otro de esos mequetrefes<br />
bobalicones, y esperaba de todo corazón, incluso rogaba por<br />
ello, que finalm<strong>en</strong>te no apareciera nadie <strong>en</strong> el camino. A decir verdad,<br />
si algún pu<strong>en</strong>te, dañado por <strong>la</strong> lluvia, se hundiera bajo el peso<br />
del vehículo que transportaba al hombre, y ambos se perdieran para<br />
siempre bajo <strong>la</strong>s aguas... no lo <strong>la</strong>m<strong>en</strong>taría demasiado. El tipo era un<br />
completo desconocido para el<strong>la</strong>, una criatura sin rostro; lo único<br />
que sabía de él era su nombre: Si<strong>la</strong>s Chambers. ¿Qué c<strong>la</strong>se de hombre<br />
sería?<br />
Recorrió con <strong>la</strong> mirada el modesto salón y se preguntó qué p<strong>en</strong>saría<br />
él de su casa y si su desprecio sería manifiesto. Aunque no era<br />
peor que <strong>la</strong>s otras casas del pueblo, <strong>la</strong> austeridad del mobiliario<br />
era un c<strong>la</strong>ro reflejo de los escasos recursos económicos del dueño.<br />
Su padre recibió esa vivi<strong>en</strong>da con el puesto de alcalde; de no haber<br />
12